1. VOLUNTARISMO PESIMISTA
ARTHUR SCHOPENHAUER
Obras: El origen de la tragedia, La gaya ciencia, Así habló
Zaratustra, Más allá del bien y del mal, Genealogía de la moral
Vitalismo: corriente irracionalista que exalta los instintos, el poder y
la voluntad
GNOSEOLOGÍA
Plantea el perspectivismo: la verdad es una interpretación, es la
conquista de la voluntad de poder (capacidad de crear nuevos
valores). Hay pluralidad de perspectivas
¿Qué es, entonces, la verdad? Un ejército móvil de metáforas que,
después de un prolongado uso, a un pueblo le parecen fijas,
canónicas y obligatorias: las verdades son ilusiones de las que
hemos olvidado que lo son.
Las virtudes son el resultado del ejercicio prolongado de
convencionales prejuicios. La compasión es autoprotección, el amor
al prójimo es amor propio.
FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN
La moral cristiana (ascética) es profundamente hipócrita; es el
producto del resentimiento contra los mejores. Son los esclavos, los
vencidos de la vida, los que han inventado el más allá (con su paraíso
y su infierno) para compensar su miseria. Han imaginado valores
falsos para consolarse de no poder participar de los valores auténticos,
de los valores de los señores y de los fuertes. Han forjado el mito de
la salvación del alma porque carecían de la salud del cuerpo. Han
inventado otro mundo para poder calumniar y manchar a este. Han
forjado la ficción del pecado porque no podían participar de las
alegrías terrenales de la plena satisfacción de los instintos. Rechaza
radicalmente esta moral porque es contraria a los valores vitales.
Predicar como esos cristianos degenerados el desprecio de uno
mismo, o condenar la pasión sexual sin poderla sofocar totalmente, es
ir contra la vida.
El cristianismo tiene 4 aspectos negativos:
1) ha participado decisivamente en la afeminación del hombre.
2) está constituido dogmáticamente por increíbles reliquias de un
mundo de representaciones antiguo y paradójico.
3) ofrece esperanzas en un más allá que no existe y en el que sus
contemporáneos ya no creen.
4) la hipocresía de los cristianos que no viven de acuerdo con lo que
pretenden creer.
CRÍTICA A LA CULTURA OCCIDENTAL
Las fuerzas originarias del mundo griego (espíritus apolíneo y
dionisíaco) están fundidas en la tragedia antigua y han llegado a una
síntesis armónica:
Espíritu Apolíneo: predomina la razón: orden ley, control, mesura,
intelectual, ciencia
Espíritu Dionisíaco: predomina el instinto: la vida, caos, fuerza,
voluntad, ebriedad, embriaguez, frenesí, descontrol, arte
La decadencia de la tragedia se debe al surgimiento de la filosofía
socrático-platónica que plantea la existencia de un mundo verdadero
puramente teórico. Asimismo, la religión cristiana niega la vida
terrenal lo que genera la moral del rebaño, es decir, el valorarse solo
dentro de un colectivo (el altruismo). Además, produce el rechazo de
los instintos vitales. Todo esto provoca la creación del hombre como
un medio o puente hacia el ultramundo. Este hombre cristiano
posee:
Moral de esclavo (siervo): humildad, igualitarismo, debilidad,
sumisión, misericordia, piedad, castidad, desprendimiento,
solidaridad, ascetismo.
ANTROPOLOGÍA
El hombre (ser natural) es un animal instintivo pero se ha convertido
en una enfermedad para la tierra. La vida es instinto de crecimiento,
de duración, de acumulación de fuerzas, de poder. “El hombre real
tiene mucho más valor que el hombre ideal hecho de sueños, de mal
olor y de mentiras”
CRÍTICA A LA IDEA DE DIOS
El mundo sin horizonte, sin arriba ni abajo, empieza a tambalearse porque
¡Dios ha muerto! ¡Dios continúa muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado!
El Dios moral que juzga, que humilla, que crucifica la vida, ese Dios ha
“muerto” asesinado por aquellos mismos que pretendían servirlo. Y, con él
todos los antiguos valores (lo verdadero, lo justo, lo bueno) se han venido
abajo. No hay verdades ni valores trascendentales, eternos, supraterrenales,
extranaturales Desde entonces los hombres ya no creen nada, ya no respetan
nada: es el reinado del nihilismo.
Obras: O esto o lo otro, El concepto de la angustia,
Etapas en el camino de la vida, La enfermedad mortal
ANTROPOLOGÍA
¿Cómo accedo en tanto que sujeto existente a una
relación con Dios? Es necesario comprender las
condiciones de la existencia del individuo, es decir,
comprenderme a mí mismo en la existencia. La realidad
de que alguien está ahí es de su absoluto interés.
El hombre es una síntesis de infinitud y finitud, de lo
eterno y lo temporal, de necesidad y libertad, en una
palabra, una síntesis. Una síntesis es una relación entre
dos: Dios y él. El hombre no se creó a sí mismo como
síntesis, sino que surge de Dios, la desproporción se
produce ante Dios.
ÉTICA
El camino del individuo hacia la fe, en la que el
hombre se fundamenta de manera transparente en el
poder que lo constituye, se describe mediante tres
estadios de la existencia o maneras de vivir:
1) El estadio estético: El hombre estético vive en el
instante y no tiene otro fin en la vida que gozar del
instante que pasa. Él coincide con cada una de sus
sucesivas sensaciones; es el hombre de la sinceridad. En
este estadio se destierra toda fidelidad, porque esta nos
ata a promesas pasadas que no corresponden ya a
nuestros deseos de hoy: “Hay que disfrutar la vida”.
Pero como para la realización de esta forma de vida el
individuo depende de circunstancias exteriores, esto es,
de aquello que no está en su poder, acaba revelándose
que la actitud básica de la existencia estética es la
desesperación de que puedan serles arrebatas las
condiciones de dicha existencia.
2) El estadio ético: El hombre ético se esfuerza por
encarnar en su vida las reglas universales del deber. Es
el estadio de lo general porque el hombre ético encarna
los tipos generales. La existencia ética se ha elegido a sí
misma como ser de sí mismo y ha ganado con ello la
independencia con respecto de las circunstancias
externas: ella es el sujeto de las decisiones y la vida
cobra seriedad y continuidad. Pero, tampoco este
estadio es capaz de llegar a la perfección pues en la
posibilidad de la culpa reconoce el hombre ético que no
posee las condiciones para llevar una vida éticamente
ideal, porque está sometida al pecado.
3) El estadio religioso: el hombre religioso es un
individuo delante de Dios. La experiencia de fe es
irreductible al universo de los conceptos inteligibles y
generales. El contenido de la fe es la paradoja de que la
eternidad ha llegado al tiempo, es decir, que Dios se ha
convertido en hombre. La experiencia religiosa típica es
la del pecado. Pero, el pecado no es tanto una infracción
jurídica como una cierta situación ontológica. El que
peca es una criatura que se atreve a afirmar la
independencia absoluta de su propia existencia, es decir,
se atreve a negar a Dios al quererse a sí mismo. El
pecado es no querer ser uno mismo ante Dios
Obras: El mundo como voluntad y representación, La cuádruple raíz del principio de
razón suficiente, Sobre la voluntad en la naturaleza.
ONTOLOGÍA
Mundo como representación
El mundo que yo veo en el espacio y en el tiempo no es el verdadero mundo; es una
simple representación subjetiva. El mundo es mi representación. Es un mundo de
fenómenos. Los objetos nos son dados siendo condicionados por el sujeto. Las
representaciones están sometidas al principio de razón suficiente (todas nuestras
representaciones están relacionadas según leyes que pueden ser determinadas a priori)
Nosotros no conocemos la verdad de las cosas; nosotros no percibimos el mundo más
que a través del “velo de Maya” (Hinduismo), es decir, a través de una bruma de
ilusiones.
Mundo como voluntad
Experimentamos nuestro cuerpo de dos modos: como objeto (representación) y como
voluntad. Las expresiones corporales son actos concretos (objetivados) de la voluntad.
Yo soy fundamentalmente una voluntad. Mi inteligencia, mediante la cual me
represento el mundo, no es más que un hecho secundario, un simple instrumento de mi
querer-vivir esencial.
Este querer-vivir que yo descubro en mí no es exclusivamente mío; todos los hombres,
todos los seres vivos e incluso todas las fuerzas físicas y químicas del universo están
animados por este mismo querer-vivir. Este el mundo como voluntad, que subyace al
mundo como una incognoscible cosa-en-sí. (el noúmeno de Kant)
La voluntad es la libertad absoluta porque ella es un primer comienzo, puesto que es
por ella por lo que todo existe, sin que tenga ante ella nada que la pueda determinar.
Esta voluntad es como el conatus de Spinoza, es decir, la tendencia de cada ser a
perseverar en su ser. Esta voluntad es un impulso irracional y ciego, el poder mismo
de la vida universal; ella carece de fundamento, no tiene una finalidad, una meta. En
fin, la voluntad es fundamentalmente una: es un único y mismo querer-vivir el que
se manifiesta en todas las formas de existencia.
ÉTICA
La ilusión de la multiplicidad de los individuos engendra el egoísmo. Somos los
esclavos del querer-vivir, que reviste en nosotros la apariencia ilusoria de una voluntad
individual. Luchamos salvajemente entre nosotros para conseguir riquezas y honores
que la muerte nos arrebatará bien pronto. Somos los esclavos del deseo, de ese deseo
que siempre es sufrimiento: sufrimiento que nace de la necesidad insatisfecha,
sufrimiento que nace del desencanto cuando no hemos podido obtener lo que
deseábamos: “La vida oscila, como un péndulo, del sufrimiento (dolor) al desencanto
(tedio)”. Por otra parte, la necesidad no deja de resurgir, y la satisfacción que el mundo
puede dar a nuestros deseos se asemeja a la limosna que se da hoy al mendigo y que le
hace vivir lo suficiente para estar hambriento mañana. Y, sin embargo, continuamos
deseando, causándonos sufrimiento, luchando por bienes imaginarios.
Se opone al optimismo de Leibniz: “Este mundo ha sido dispuesto tal como debía ser
para poder simplemente existir: sería un poco menos malo si ya no pudiera subsistir
más”. Este es el peor de los mundos posibles
La piedad (compasión) es capaz de convertir el egoísmo en amor; puesto que el yo,
que contempla el sufrimiento de otro, experimenta, a su vez, una suerte de sufrimiento.
Esto se basa en la intuición de que todos los seres surgen de una única voluntad y por
eso en su interior todos son iguales. En el otro me veo a mi mismo, en el sufrimiento
del otro descubro mi propio sufrimiento.
Toda vida es sufrimiento. Ninguna satisfacción es permanente y el afán no encuentra
un final en ninguna meta. Pero, podemos liberarnos del propio querer-vivir mediante la
contemplación estética que es una actitud completamente desinteresada transformada
mediante el arte que nos permite convertir en espectáculo el objeto del deseo. Así, en
la contemplación estética de la música, por ejemplo, yo me siento extasiado, es decir,
liberado de mí mismo, de la tiranía de mis deseos. La voluntad encuentra un reposo
momentáneo en el arte.
A partir de este conocimiento resultan dos posiciones ante la vida:
a) La afirmación de la voluntad en la que el hombre acepta con pleno conocimiento la
vida tal como es y afirma el transcurso de su vida con todo lo que ha tenido lugar y con
todo lo que está por venir
b) La negación de la voluntad en la que el hombre busca acabar con el sufrimiento
mediante la extinción del impulso de vivir. El remedio radical contra el querer-vivir es
el ascetismo, el rechazo de los bienes de este mundo, la castidad universal que bien
pronto pondrá fin a la tragedia de nuestras existencias. Pero, la salvación personal no es
posible sino la impersonal: la fusión universal en la nada, el nirvana de los budistas.
INDIVIDUALISMO CRISTIANO
SÖREN KIERKEGAARD
VOLUNTARISMO OPTIMISTA (VITALISMO) FRIEDRICH NIETZSCHE
AXIOLOGÍA
Vivimos en la época del nihilismo, que es el rechazo
radical de los valores, el sentido y la deseabilidad de la
vida. Los valores superiores están desvalorizados. El
edificio de la mentira del débil pensamiento cristiano y de
la filosofía socrática se desmorona por sí mismo. Los
débiles se desesperarán ante este hecho, los fuertes (los
superhombres) verán en ello el brillo de un nuevo orden,
para una transmutación de todos los valores porque,
como los trágicos griegos nos enseñaron, es posible
armonizar lo apolíneo con lo dionisíaco.
Primero, el espíritu se convierte en camello, que lleva
pacientemente la carga de la vieja moral; luego, en león
(el “yo quiero”), que lucha contra el dragón de los
valores (el “tú debes”). Crearse libertad y un sagrado no
incluso ante el deber para ello es preciso el león.
Finalmente se convierte en niño, que juega al juego de
crear
SUPERHOMBRE
El superhombre se caracteriza por una completa libertad
frente a los valores tradicionales. Sus actos se rigen por un
modelo terrenal. Se siente atraído por la fuerza, la
vitalidad y el poder. Frente a él están los hombres del
rebaño quienes todavía se inclinan ante los dictados de un
Dios (inventado) y rinden tributo a una moral de la
debilidad y de la compasión. El último hombre que le
dice sí a la vida posee:
Moral de amo (señor): fuerte, dominante, lucha,
jerarquía, rebeldía, sarcasmo, poder, satisfacción, vida,
energía
“El hombre es un puente tendido entre el mono y el
superhombre”
Para llegar al superhombre es necesario vencerse a sí
mismo. (Algunas élites sociales usan esta idea para
fundamentar su derecho a ciertos privilegios: NAZIS)
DOCTRINA DEL ETERNO RETORNO
Plantea el eterno retorno.
“Esta vida la tendrás que vivir otra e infinidad de veces
más. Al eterno reloj de arena de la existencia se le da la
vuelta una y otra vez- y a tí con él, polvito del polvo”
Este mundo, un monstruo de fuerza, sin comienzo, sin fin,
una fija y férrea cantidad de fuerza. Este mundo es la
voluntad de poder - ¡y nada más Y también ustedes y yo
somos esta voluntad de poder y nada más!
El superhombre es el único capaz tal vez de mirar de
frente al eterno retorno, aceptando la vida. Posee amor fati
que es el aferrarse a la vida, el amor al sufrimiento que se
repite a través del tiempo
ÉTICA
Bueno es lo que aumenta mis propias fuerzas, lo que me
hace sentir más voluntad de poder. Malo, lo que me
debilitaba, lo que me separa de mi propia autoafirmación.
“¿Qué es lo bueno? – Todo lo que acrecienta el
sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder
mismo en el hombre.
¿Qué es lo malo? – Todo lo que tenga su origen en lo
débil
¿Qué es la felicidad? – El sentimiento de que el poder
crece. No la satisfacción sino más poder; no la paz en
general, sino la guerra; no la virtud, sino la destreza”
Haz lo que quieras, pero haz lo que quieras aceptando las
consecuencias de tu acto y, sobre todo, a sabiendas de que
ese acto lo repetirás, en las existencias sucesivas, millones
y millones de veces.
“La cuestión: ¿quieres esto por una cantidad
innumerable de veces? arrojaría sobre tus acciones un
peso considerable”
Actúa siempre de manera tal que aceptes el eterno
retorno de lo actos que tú has juzgado dignos de ser
realizados