GRECIA: Proletarias y proletarios: ¡No confíen en el gobierno de la "esperanza" de Syriza!

GRECIA:
Proletarias y proletarios: ¡No confíen en el gobierno de la “esperanza” de Syriza!
¡Exijánle que corte el cordón umbilical que lo supedita a la burguesía y el clero!
Proletarias y proletarios:
Si yo como su gobierno quisiera construir una casa de acuerdo a su necesidad de liberarse de la
esclavitud que la burguesía les impone, necesitaría aliarme con el sindicato de los albañiles, es decir, con
ustedes en base a un programa para construirla en una sociedad en la que ustedes sean libres. Además,
les diría que la única forma en que podríamos hacerlo es sólo si ustedes entienden que para lograr
nuestro objetivo es necesario que actuemos como una sola fuerza para liberar los medios de producción
que necesitamos para construir nuestra casa del control de quienes se los han robado y usan para
explotarlos: la burguesía y los usureros. Esta clase social —enemiga irreconciliable de ustedes—
mantiene su vida de parásito social con el derecho de propiedad que la Constitución establece y el
Mundo Químico
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GRECIA: Proletarias y proletarios: ¡No confíen en el gobierno de la “esperanza” de Syriza!
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Estado garantiza. Por consiguiente, no podremos construir nuestra casa si no cambiamos la Constitución
y el Estado de instrumentos que justifican su esclavitud a instrumentos de su lucha por su liberación.
Syriza no es esta clase de gobierno; por consiguiente, su tarea es no apoyarlo y continuar luchando
independientemente —armados con su conciencia de clase, programa y partido revolucionario— por la
realización de sus reivindicaciones.
Desde que asumió el poder del Estado, el gobierno de Syriza ha estado pidiendo a los usureros su
aprobación para gobernar con el programa siguiente:
• El mantenimiento de la burguesía como la propietaria de los medios de producción de la nación.
• El mantenimiento del Estado como el garante del derecho que la burguesía se arrogó mediante el
robo de los medios de producción de la nación.
• El mantenimiento de la burguesía como la clase ama y del proletariado como la clase esclava.
• El mantenimiento del capitalismo como el sistema de explotación de la burguesía.
• El mantenimiento del “salario feudal mínimo” como el instrumento con que la burguesía estafa al
proletariado.
• La continuación del pago de la deuda que los encomenderos de la burguesía contrajeron en
nombre del Estado con los usureros para enriquecerse.
Esta es la base del pacto que el gobierno hizo —en nombre de ustedes y el Estado— con los usureros
para continuar aplicando su plan de saqueo de la nación y pagándoles la deuda onerosa del Estado
burgués a costa de su esclavitud y hambre. Aunque los asaltantes hubieran “perdonado” el pago de la
extorsión que cobran por mantener a la nación secuestrada, el gobierno continuaría siendo el
administrador de un Estado burgués basado en una sociedad en la que ustedes son la clase social de los
esclavos. Por consiguiente, su relación con el gobierno debe de ser la misma que deben de tener con el

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agente de la burguesía en la negociación de un contrato laboral, o sea, la independencia de clase —
ideológica y política— la desconfianza y la libertad de acción. Su condición de clase social de esclavos los
obliga a confiar únicamente en ustedes mismos como el sujeto de la revolución social que necesitan
hacer para lograr su libertad. Ninguna otra clase social puede tener la razón histórica que ustedes tienen
para eliminar el capitalismo como sistema moderno de esclavitud y guerra.
El gobierno de Syriza no es la dictadura del proletariado
El gobierno de Syriza no es su gobierno aunque hayan votado por él confiando en que cambiaría las
condiciones de su esclavitud. Sus eslóganes —“Comienza la esperanza, termina el miedo, Syriza,
Podemos, venceremos”— no son políticos, pero revelan la mente de clase de sus líderes y su intención
política. El propósito que revelan los líderes gubernamentales en su conducta política es pretender
ignorar que fueron electos por votantes que son miembros de una clase social impulsada por un interés
de clase y que, por consiguiente, su victoria es producto de la lucha de clases.
En su caso, ustedes votaron por Syriza como miembros del proletariado impulsados por su interés de
clase de liberarse del yugo de la burguesía y su sistema capitalista que funciona en base a su esclavitud.
Por medio de su voto, ustedes depositaron en Syriza el poder del Estado con el que pueden hacer la
revolución social, aliados con ustedes y su programa de liberación. Sin embargo, ustedes no son la clase
con la que el gobierno se identifica como el objeto de la justicia social que debe de ser la razón de su
existencia. Syriza no es ustedes y su “esperanza” no es que ustedes sean libres, sino que la burguesía
acepte su programa para preservar su sistema de esclavitud.
El gobierno se ha presentado como el defensor del “salario feudal mínimo” que sustenta su esclavitud
y negociador agresivo de la continuación del pago de la deuda onerosa que lo reduce a cero. Sus
miembros pretenden no tener cordón umbilical de clase, a pesar de que son los administradores de un

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Estado que es el garante del derecho de propiedad de la burguesía sobre los medios de producción de la
nación; el pago de la deuda con los usureros; y su esclavitud por medio de la imposición —sobre sus
estómagos oprimidos— de la ley del “salario feudal mínimo”.
La defensa gubernamental del “salario feudal mínimo” como si fuera un derecho humano es falsa. El
salario es parte de la riqueza que ustedes producen con su trabajo que es sostenido por su habilidad para
mantenerse vivos como la clase social de esclavos explotada por la burguesía. El Estado burgués es la
fuerza que convierte al salario en un valor equivalente al valor de su trabajo y una “compensación justa”
por la vida que ustedes invierten en la producción de la riqueza que la burguesía se roba. La burguesía
usa la riqueza que pertenece a la nación para vivir en la opulencia estéril y mantener su dominio sobre la
nación, sumiéndola en la crisis y rescatándola con préstamos que producen ganancias para ella.
Asimismo, con su botín la burguesía corrompe a las demás clases sociales —a los políticos, sindicalistas,
militares y confesores— y al Estado, el cual usa como su arma en su lucha contra las demás clases sociales
por la supervivencia.
La riqueza que ustedes producen es el origen de la clase social a la que pertenecen los miembros del
gobierno —la pequeña burguesía— y su afinidad con la burguesía: su ideología y estilo de vida
opulentamente estéril. Esta es la razón por la que el gobierno de Syriza no cambiará la relación de
explotación que la burguesía impone sobre ustedes a menos que rompa radicalmente el control de la
burguesía sobre los medios de producción —la economía, la Constitución y el Estado— y haga un pacto
de clase con ustedes para hacer la revolución social.
El programa del gobierno de Syriza no es la revolución social
Su liberación de la esclavitud —que la burguesía les impone como la clase que los conquistó y
despojó— es la cuestión humana más importante que debiera ser el primer punto del programa del

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gobierno de Syriza. Sin embargo, éste no ha proclamado que su objetivo es servirles de instrumento para
que luchen contra sus enemigos de clase, o sea, la burguesía y sus aliados —la pequeña burguesía y el
clero— por la recuperación de su libertad y su patrimonio. Tampoco los nuevos gobernantes los han
convocado para discutir con ustedes el programa de sus reivindicaciones.
El gobierno ha proclamado su fe en la “esperanza” como su programa sin clase, mientras en el campo
de la lucha de clases que dirige la burguesía discutía con los usureros —secuestradores de la nación— la
continuación del pago del rescate. El reconocimiento del pago de esta extorsión revela la condición de
clase afín con la burguesía del gobierno y su plan de mantenerlos en la miseria como la condición
necesaria de su dominio. Esta es la razón por la que los agentes del gobierno lucharon por convencer a
los asaltantes de economías la conveniencia de renegociar su plan de austeridad para que ustedes no se
mueran de hambre y así puedan continuar produciendo la riqueza que la burguesía se roba en paz, sin
huelgas ni revoluciones.
Después de pagar la extorsión a los ladrones y mentirosos que planearon la bancarrota del Estado
para ofrecerle más préstamos para mantener a la nación secuestrada, ¿realizará el gobierno un programa
para su liberación de la esclavitud del “salario feudal mínimo? No, porque su interés de clase no es que
ustedes sean libres y son partidarios del sistema capitalista que se basa en su esclavitud. El interés de
clase del gobierno es el factor que determina su relación con ustedes y el plan de distribución del
Presupuesto Nacional que es dictado por los usureros. Ustedes son la clase de los esclavos cuya
existencia es la condición necesaria de la existencia de la burguesía como la clase de los amos. Para
poder cumplir con las condiciones presupuestarias que los usureros le imponen, el gobierno tiene que
reanimar el cadáver del capitalismo y esto no lo puede hacer sin la continuación de su esclavitud. El lugar
que ustedes ocupan en el programa del gobierno es el de los donadores de la sangre que la burguesía
necesita para reactivar su máquina productora de plusvalía. Syriza llama a este antiguo, fracasado y
sangriento programa de los mencheviques el “comienzo de la esperanza”.

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El gobierno pretende hacerse pasar por su aliado para ganarse su apoyo a su demostrada intención
de querer ser el encomendero de la burguesía en la administración del Estado y usarlos como la carne de
cañón que la burguesía necesita para reconstruir su sistema de esclavitud. El interés del gobierno es que
ustedes produzcan riqueza suficiente para distribuirla entre los usureros, la burguesía, la pequeña
burguesía, el ejército, la burocracia y el clero. Los gobernantes de la “esperanza” no podrán practicar
ninguna de las virtudes cristianas de su programa —aunque lo cambiaran por un programa “socialista”—
si sus líderes no cortan el cordón umbilical —de ideología menchevique y estilo de vida
pequeñoburguesa— que los une a la burguesía. El gobierno hará lo mismo que han hecho sus
antecesores mencheviques en todo el mundo con la ayuda del clero, a saber: mentirles acerca de su
interés de clase e intención política; pedirles que apoyen su programa de colaboración con la burguesía
como un plan patriótico de reconstrucción de la nación que la burguesía destruye; e incitarlos a que se
sacrifiquen con “esperanza” por el futuro.
El maquillaje de este programa es, en parte, la defensa del gobierno de su derecho a una vida
“mínima” de esclavitud para que puedan seguir trabajando “con esperanza” para producir la riqueza que
exigen los financieros del Apocalipsis de los usureros atrincherados en el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La aplicación de este programa sólo
producirá la continuación de su miseria y la guerra que son los efectos inevitables de la avaricia
insaciable de la burguesía. Ustedes deben de rechazar este programa y exigir al gobierno de Syriza que
corte el cordón umbilical que lo supedita a la burguesía y el clero, y adopte el programa que ustedes
necesitan para liberarse de la esclavitud.
La decisión del gobierno de restablecer el “salario feudal mínimo” es parte de su programa de
colaboración con la burguesía para que ésta continúe siendo la clase ama y ustedes la clase esclava. El
salario es parte de la riqueza que ustedes producen con su trabajo y que la burguesía se roba con la venia
del gobierno y el clero. El valor de su trabajo —que conlleva su vida— no puede ser compensado por el

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salario puesto que no sirve para restituir su vida ni alcanzar su libertad y bienestar. El salario es el truco
que la burguesía usa para engañarlos y esconder su condición de clase predadora que vive de la compra
del trabajo y la explotación de la vida de esclavos proletarios. El salario es la negación —de la burguesía y
sus aliados en el gobierno— del valor de su vida. Asimismo, es el eslabón “constitucional” de la cadena
con que el Estado los mantiene en la esclavitud. Recibir un “salario mínimo” a cambio de la plusvalía que
produce su trabajo y que la burguesía se roba no es una práctica de su libertad, sino que un “truco
constitucional” que la burguesía usa para “legalizar” su explotación con el sello del poder del Estado.
El programa de gobierno de Syriza es el programa de los usureros para continuar usando al Estado
como el gran capataz de sus intereses. El programa que ustedes necesitan se deriva de sus derechos
naturales a la libertad, la igualdad y el bienestar del que gozan sus enemigos de clase —la burguesía, la
pequeña burguesía, el ejército y el clero— usando la riqueza que ustedes producen. Sólo ustedes
pueden realizar su programa de liberación. Pero para lograr este objetivo es necesario que entiendan
que el único medio es la eliminación del sistema de su esclavitud y no su reforma. Ustedes podrán
entender su interés político de clase de esclavos cuando corten el cordón umbilical que contiene el
desarrollo de su conciencia de clase social propia: su sumisión a la Iglesia y el Estado que son las fuerzas
ideológicas que la burguesía usa para mantener su mente ocupada por la fe y el patriotismo y así poder
derrotarlos en la lucha política por la supervivencia.
La condición inevitable de su libertad social es la independencia ideológica sin la cual no podrán
luchar con independencia política en contra de sus enemigos de clase: los partidos burgueses,
pequeñoburgueses, cristianos, nacionalistas, socialdemócratas y estalinistas.
La revolución social que necesitan hacer requiere que se armen con su propia conciencia de clase y
partido político revolucionario para asumir la responsabilidad social de administrar el Estado y
reorganizar la nación en base a la libertad e igualdad para eliminar la esclavitud y la desigualdad.

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La burguesía es la causante de la crisis de la humanidad
La deuda con que los usureros y el gobierno los mantienen esclavizados es producto del saqueo de la
de la riqueza de la nación por parte de la burguesía y la incapacidad de sus encomenderos de administrar
su Estado con decencia, prudencia y justicia social. Aceptar la continuación del pago de esta deuda es
aceptar la continuación de su esclavitud y que los usureros son personas decentes capaces de hacer
negocios justos y no mafiosos que viven del secuestro de naciones a las que extorsionan.
La burguesía es la causante de la crisis de la humanidad y la Tierra. Su razón de ser es el robo de la
riqueza de la nación que ustedes producen para mantenerse como la clase dictadora, beligerante,
corrupta y corruptora de la nación. La ignorancia, la avaricia y el odio son los virus que la estimulan e
incapacitan para gobernar la sociedad con altruismo. Los burgueses y sus acólitos religiosos son
parásitos sociales que no tienen nada que aportar a su liberación ni a la evolución del cerebro social al
altruismo. Sin embargo, los líderes gubernamentales —que viven lujosamente como directores
ejecutivos del negocio de su explotación— continúan insistiendo en que la burguesía y el capitalismo
todavía pueden producir “esperanza”. Esta idea falsa del gobierno produjo su derrota en la lucha por
renegociar la deuda del Estado con los usureros y ahora se apresta a cobrar a ustedes las consecuencias.
El gobierno de Syriza no ha confrontado a la burguesía con las acciones que son necesarias para
afirmarse como gobierno independiente con un programa independiente para liberar a la nación —
particularmente a la mayoría proletaria— del yugo del interés oneroso del que viven los usureros. Una de
esas acciones sería su denuncia de que el pago de la deuda que reclaman los mafiosos es una extorsión y
violación del derecho de la nación a tener su propia economía libre de los predadores financieros del
FMI. Esto no es posible sin la recuperación de los recursos de la nación de manos de quienes se los han
robado para explotarlos como su propiedad privada y enriquecerse a costa del empobrecimiento de la
mayoría de la nación.

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La razón por la que el gobierno no ha empezado a liberar a la nación con el poder que ustedes le
confiaron es porque reconocen a la burguesía y el capitalismo —las causas de la crisis de la nación—
como factores necesarios para la reorganización del plan para continuar su explotación. El gobierno de
Syriza no quiere “tocar a dios (la Troika) con las manos sucias”, o sea, provocar la ira de la burguesía, sino
que hacer el pacto que ya firmó de colaboración con ella conveniente para ella y sus descendientes. Este
acuerdo es producto de la conquista del gobierno por parte de los usureros y su confirmación como su
encomendero. La alianza del gobierno con los conquistadores sólo puede servir para la continuación del
enriquecimiento de la burguesía y el empobrecimiento de ustedes. Sin embargo, la capitulación del
gobierno de Syriza al poder de los usureros no es garantía de que no lo derrocarán.
La burguesía así les ha dado una lección de cómo lucha contra sus enemigos de clase que ustedes
necesitan memorizar. No se sometió al gobierno de Syriza y su programa de “esperanza” porque no lo
reconoció como su gobierno aunque haya sido electo por la mayoría democráticamente. Impulsada por
los usureros —su vanguardia feroz—, la burguesía luchó contra el gobierno hasta que lo sometió a su
programa antirrevolucionario. Su estímulo en esta lucha fue su conciencia —clara y decidida— de su
necesidad de preservar íntegra su posición como la clase social dominante de la nación. En su lucha
contra el gobierno que quería practicar la caridad cristiana con ustedes, la burguesía demostró también
que el gobierno sólo puede ser el brazo ejecutor de las condiciones —ideológicas, económicas, políticas
y religiosas— que determinan su existencia como la clase social predadora de economías que debilita
para atacarlas y consumirlas.
El programa del gobierno es el estandarte de la victoria de los usureros. Estos no vacilarán en
desangrar a ustedes y la nación por medio de la guerra civil para preservarla. Syriza "vencerá" sólo si
despierta de su ilusión —querer ser el gobierno del "comienzo de la esperanza"— a la realidad de la
lucha de clases dictada por la burguesía y decide a qué clase representar: si a la burguesía o a ustedes.
Para poder despertar, Syriza tendrá que cortar el cordón umbilical que lo supedita a la burguesía y el

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clero. Si lo hace, debe de demostrarlo con las acciones que son necesarias para terminar la dictadura de
la burguesía:
• la recuperación de los medios de producción y su restitución como patrimonio de la nación;
• la eliminación del modo de producción capitalista de los bienes que la nación necesita para vivir;
• la recuperación del Estado como la vanguardia —sabia, sensible y justa— de la nación encargada
de asegurar la vida de todas las personas y la satisfacción de sus derechos naturales a la libertad,
igualdad y bienestar;
• y la criminalización de la explotación de un ser humano por otro y la apropiación de la riqueza
social para ganancia individual.
La eliminación de la esclavitud, las clases sociales y los privilegios será el estímulo de la evolución del
cerebro social hacia el altruismo y la vida como una experiencia social de gozo. Este es el programa que
ustedes necesitan realizar para salvarse y salvar a la humanidad de la crisis mortal —el oscurantismo, la
avaricia, el odio, la guerra, la miseria, la decadencia cultural y la animalización— que la burguesía y el
clero causan como organismos parasitarios en el cuerpo de la humanidad que ponen en grave peligro su
continuación.
La ofensiva de la burguesía para reafirmar su dominio sobre el Estado no terminó con la declaración
de lealtad del gobierno de Syriza a su dictadura. El gobierno y ustedes están derrotados. Syriza no los
defenderá del ataque continuo de la burguesía, la cual los reconoce claramente como sus enemigos de
clase. Ustedes ahora tienen que asumir las consecuencias de su voto aprendiendo la lección y
organizando su propia defensa. Esta es la ley de la lucha de clases que la burguesía aplica contra ustedes
—en tiempos de paz y guerra— y que determinó su victoria contra Syriza. Los efectos de esta lucha —
desempleo, miseria y guerra— no se pueden evitar ni solucionar rezándole a la Virgen de la Esperanza
como Syriza se los sugiere. Su defensa debe de empezar con el corte del cordón umbilical de fe y

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embargo, el sufrimiento que esta relación produce en su vida no ha producido la transformación de su
conciencia. Ustedes —en Grecia y el resto del mundo donde hay esclavos— continúan sometiéndose al
yugo de la esclavitud que la burguesía les impone con la ayuda de sus sirvientes corruptos —políticos,
sindicales y religiosos— que también viven de su explotación. Su sometimiento a la dictadura de la
burguesía —su ideología y moral— a través de su participación en partidos y sindicatos burgueses ha
producido su desclasamiento y la pérdida de los valores de clase que sus antecesores construyeron en la
lucha de principio contra la burguesía como su enemigo de clase indudable.
El triunfo de Syriza es producto de su derrota. Sólo ustedes pueden resolver este estado que los
consume y borra como la clase social productora de cuya revolución depende la solución a la crisis de la
humanidad causada por la burguesía y sus aliados. La revolución que ustedes necesitan hacer depende
de la transformación de su conciencia, sus ideas y objetos. Por consiguiente, para revolucionarse, ustedes
mismos necesitan realizar las tareas siguientes:
• Transformar su conciencia —de hijas e hijos de “dios” sirvientes de un Estado— en conciencia de
clase esclava, conquistada, deshumanizada y despojada por la burguesía y el clero.
• Cortar el cordón umbilical ideológico y religioso a través del cual se relacionan con la burguesía y
el clero como sus compatriotas y se someten a su explotación.
• Reconocer que la burguesía, la pequeña burguesía, el clero y sus partidos y sindicatos son sus
enemigos de clase, cuyo interés es usarlos como carne de su cañón.
• Entender que el Estado no es el instrumento de gobierno de la ciudadanía, sino que el instrumento
de dominio de la burguesía.
• Concluir que la burguesía es un animal salvaje cuyo instinto de predador de esclavos proletarios es
más fuerte que la “esperanza” de la socialdemocracia de democratizarla.

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• Transformar su conciencia de clase en práctica revolucionaria construyendo la ideología, el
programa y el partido revolucionario que necesitan para tomar el poder del Estado y hacer la
revolución social.
Sus organizaciones no deben de servir de acólitos del gobierno
Los líderes de organizaciones que dicen representarlos apoyan a Syriza porque se dejaron seducir por
su emoción ante el discurso lleno de “esperanza” de Alexis Tsepiras, quien fue “comunista” en su
juventud. De esta manera oportunista, han revelado que no tienen una relación con ustedes basada en
su conciencia de clase y el programa que ustedes necesitan impulsar independientemente como la
condición de su liberación. La relación de dichos líderes con el gobierno les ata las manos y pone en una
posición de vulnerabilidad mortal ante la ofensiva continua de la burguesía en contra de cualquier acción
de ustedes o el gobierno que pueda cambiar la base de su dominio, a saber: la propiedad privada de los
medios de producción de la nación, su esclavitud, la función del Estado como el instrumento —
ideológico, legal y militar— de la burguesía. Por lo tanto, ustedes deben de rechazar la posición
claudicante de dichos líderes y ver al gobierno de Syriza como lo que es en la realidad de la lucha de
clases dictada por la burguesía, es decir, como su enemigo de clase.
La socialdemocracia es agente de la burguesía
Syriza está influenciada por la ideología política de la socialdemocracia que propone que su tarea no
es hacer la revolución social —recuperar los medios de producción de la nación y eliminar el modo de
producción capitalista—, sino que adaptarse a la miseria que la burguesía causa y colaborar con ella para
que se enriquezca con la “esperanza” de que así se desarrollarán las condiciones que ustedes necesitan
para imitar el estilo de vida estéril de las clases sociales con mayor poder económico.

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Los líderes de los partidos socialdemócratas son pequeños burgueses que viven como burgueses de
su explotación y los usan como la base social de su programa antirrevolucionario. Su razón de ser, desde
1903, ha sido la lucha para mantenerlos sometidos a sus mentiras, a saber: la burguesía no es una clase
explotadora de esclavos; ustedes no son una clase social de esclavos explotados por la burguesía; entre la
burguesía y ustedes no existe una contradicción que es producto de la explotación; la revolución social
no es posible ni necesaria; la burguesía y ustedes son ciudadanos libres e iguales ante “dios” y el Estado; y
la burguesía y ustedes tienen el mismo interés ciudadano que pueden perseguir protegidos por la misma
Constitución. Estas son las justificaciones —alucinatorias y antirrevolucionarias—, del programa de la
socialdemocracia cuyo único fin es la conservación del capitalismo por medio de la colaboración con la
burguesía para que ésta continúe siendo la clase ama y ustedes la clase esclava.
Los sucesores políticos de los mencheviques se niegan a ver a la burguesía como lo que es: una bestia
predadora de esclavos proletarios y destructora de la humanidad y la Tierra. Con sus ideas oscurantistas,
los líderes socialdemócratas han dirigido al proletariado a derrotas sangrientas que lo mantienen en un
estado de rendición al dominio de la burguesía. Entre los adeptos de la socialdemocracia hay partidos
contrarrevolucionarios —como el Frente Sandinista de Liberación Nacional-FSLN— controlados por
ladrones y mentirosos que se proclaman cristianos y socialistas como José Daniel Ortega Saavedra.

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