1. EL PENSAMIENTO SISTÉMICO
Pensar sistémicamente es entender que las cosas interactúan unas con otras en un todo. En la natura-
leza, las organizaciones, los procesos, por mencionar algunos, el pensamiento sistémico es fundamen-
tal para comprender por qué al actuar sobre un elemento ocurren cambios en todo el sistema, oca-
sionalmente incluso contrarios a los que se buscaban originalmente.
En las organizaciones humanas, que es el tema que nos ocupa de manera primordial, los sistemas
están formados por gente, estructuras, procesos (en el tiempo) y relaciones. Las estructuras son “su-
puestos” rígidos de integración del sistema, mientras que las relaciones son las situaciones “suaves” y
flexibles que ocurren entre las personas en torno y frecuentemente también por fuera de dicha es-
tructura. La representación de un sistema humano considerando todos los elementos, es compleja e
incluso la tercera dimensión es insuficiente. Veamos un ejemplo apenas con cuatro personas, sabien-
do que en las organizaciones frecuentemente hay muchos más elementos:
Representaré a la gente con un círculo, de distinto color para
cada persona. Cada uno es una persona independiente.
Esta es la representación tradicional de una estructura. No necesita expli-
cación por ser extremadamente común en los organigramas. Esta contie-
ne ciertas “reglas” de interacción y jerarquía, en donde algunos elemen-
tos se subordinan a otros.
Esta es la representación de la relaciones de un sistema. Cada elemento tiene
algún tipo de relación “suave” con el otro. Recordemos que el término suave
no significa que estas relaciones no sean fuertes, sino que son muy difíciles de
describir en términos numéricos y frecuentemente son flexibles.
Esta es la representación de un proceso,
bastante simple, donde el tiempo es un
factor fundamental. De otra manera, no
podría estar el mismo elemento en distin-
tas etapas del proceso.
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2. Ahora recordemos que las
organizaciones tienen to-
dos estos elementos, así
que cada persona tiene
una relación consigo mis-
ma, según el rol que des-
empeñe y, como en el
ejemplo del sistema, tam-
bién en el tiempo. La si-
guiente es una represen-
tación simple de las rela-
ciones de los elementos
verde y azul en estos cuatro planos, donde he omitido las relaciones de los elementos restantes para
reducir la complejidad de entendimiento.
Observemos que el comportamiento de un sistema depende de:
1. Los elementos en sí, con sus características propias aisladas del resto.
2. Las estructuras (a veces jerárquicas) existentes entre los elementos.
3. Las relaciones entre cada uno de los elementos con el resto.
4. La función propia de cada elemento en un proceso específico.
5. La relación de cada elemento consigo mismo en el tiempo.
6. La relación de cada elemento consigo mismo en distintos planos.
7. El punto de estabilidad (el sistema se “mueve” hasta conseguir un estado del que no cambia si
no existe una fuerza que lo obligue a cambiar, e incluso se resiste al cambio).
8. Las entradas y salidas del sistema.
9. La entropía, es decir el grado de desorden o aleatoriedad propio del sistema.
10. La regulación del sistema (también llamada retroalimentación, realimentación, o bien sistema
de ciclo cerrado).
11. La equifinalidad o convergencia, es decir la posibilidad de llegar a los mismos resultados alte-
rando el sistema.
12. La multifinalidad o divergencia, es decir, la posibilidad de obtener distintos resultados a partir
de las mismas entradas.
Esta gran complejidad es la que hace que los sistemas muchas veces resulten difíciles de comprender.
Una persona que haya manejado grupos de gente en una organización, comprenderá perfectamente
este modelo presentado y reconocerá la complejidad que representa en la vida real. Sin embargo, los
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3. sistemas así de complejos ocurren no sólo con los sistemas humanos; también los procesos industria-
les, ventas, educación, política, por mencionar sólo algunos, tienen todos estos planos y relaciones. El
éxito de conseguir mover un sistema hacia donde se desea, reside en explorar varias posibilidades y
enfoques, que es lo que se denomina “Pensamiento Sistémico”.
Desarrollar el pensamiento sistémico requiere formar hábitos que permitan conocer el sistema antes
de actuar o durante este proceso. Los más exitosos líderes de masas son maestros en el manejo de
sistemas complejos. Saben reconocer el sistema en sus partes, en su conjunto, en sus relaciones y en
su evolución en el tiempo, y utilizan ese conocimiento para influir sobre el sistema de manera exitosa.
LOS HÁBITOS DEL PENSADOR SISTÉMICO EXITOSO
Los siguientes hábitos del pensador sistémico, así como las imágenes que les acompañan, fueron to-
mados y adaptados a partir de una publicación de Gerald Velásquez Yantas, 2009:
- Busca entender el "Gran paisaje"
Un pensador sistémico "se detiene a pensar" para examinar la dinámica de un sis-
tema y las interrelaciones entre sus partes. Mira el bosque, además de los detalles
de un árbol cualquiera. Entiende que las interacciones de los elementos son tan im-
portantes como los elementos en sí mismos.
- Observa cómo los elementos que forman un sistema cambian con el transcurrir del tiempo, gene-
rando patrones y tendencias.
Los sistemas dinámicos son construidos a partir de elementos interdependientes,
cuyos valores cambian a través del tiempo. El pensador sistémico observa los pa-
trones y tendencias de esos cambios generados. Los gráficos pueden dar una idea
de la interdependencia de los elementos y la estructura del sistema.
- Reconoce que la estructura y las relaciones del sistema dan origen a su compor-
tamiento: Se enfoca sobre la estructura y las relaciones, no sobre la responsabili-
dad de un elemento particular.
Un pensador sistémico entiende que la culpa no es una práctica efectiva para dar
lugar a cambios duraderos en un sistema complejo; enfocarse en la estructura y las
relaciones de los elementos del sistema, facilita un entendimiento de los resultados.
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4. -Identifica la naturaleza circular de las complejas relaciones de causa efecto.
Un pensador sistémico sabe que las relaciones de causa- efecto en sistemas dinámi-
cos son más circulares que lineales. Las complejas relaciones de causa efecto inclu-
yen retroalimentación equilibrada, en la cual el sistema trata de alcanzar y mantener
un objetivo (por ejemplo, el sistema de calefacción en una casa o el control auto-
mático del acelerador del auto). Puede ser una retroalimentación de refuerzo positi-
va, es decir que a mayor causa mayor es el efecto en el tiempo o negativa, donde el
incremento en el resultado lleva a la reducción de la causa. Para aumentar el entendimiento de las
relaciones de causa efecto, el pensador sistémico usa los diagramas causales, conexiones circulares y
diagramas de nivel-flujo.
- Cambia perspectivas.
Para entender cómo trabaja realmente un sistema dinámico, el pensador sistémico
observa al sistema desde diferentes y variados ángulos y desde diferentes puntos de
vista, frecuentemente en colaboración con otros, y pone especial atención a los
puntos de vistas divergentes del propio.
- Afina y prueba suposiciones.
Un pensador sistémico examinará las suposiciones para llegar a un entendimiento
en el interior del sistema. El entendimiento introduce el hecho de llevar a cabo me-
joras en el rendimiento. El pensador sistémico reconoce que muchas veces las
herramientas reconocidas tales como “Diseño de Experimentos”, pueden resultar
invalidadas por las interacciones de los demás elementos y sabe cuándo debe buscar
otros enfoques.
- Examina un tema completamente y se resiste al impulso de llegar a una conclu-
sión repentina.
Un pensador sistémico es paciente. Le tomará tiempo entender la estructura del
sistema y sus comportamientos antes de recomendar e implementar una serie de
acciones. Un pensador sistémico también entiende que dejarse llevar por el impulso
de una solución rápida puede crear más problemas en el largo plazo. Es consciente que la tensión
creada cuando una solución no es inmediatamente implementada y es capaz de soportar esta tensión
mientras desarrolla un entendimiento más profundo del sistema.
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5. - Considera cómo los modelos mentales (actitudes y creencias derivados de la experiencia) afectan
la percepción la realidad actual y el futuro.
Los modelos mentales son creencias y actitudes obtenidas a través de la experiencia
que influyen en la forma de ver el mundo de las personas y la toma de acciones.
Trabajar con un sistema dinámico requiere un pensador sistémico tenga siempre en
cuenta cómo los modelos mentales afectan los resultados del sistema ahora y en el
futuro.
- Usa el entendimiento de las estructura del sistema para identificar posibles ac-
ciones de apalancamiento.
Basado en el entendimiento de la estructura, interdependencias y retroalimentación
en un sistema, el pensador sistémico implementa acciones de apalancamiento que
produzca muy probablemente los resultados deseados. De acuerdo con Peter Senge (1990), el apa-
lancamiento es "... ver dónde las acciones y cambios en la estructura puede conducir a mejoras signi-
ficativas y perdurables".
- Considera las consecuencias a corto y largo plazo de las acciones.
Antes de tomar acciones para cambiar el sistema dinámico, el pensador sistémico
analiza los resultados a corto y largo plazo de la posible acción. Esta práctica in-
crementa la probabilidad de escoger la acción que produzca y sostenga los resul-
tados deseados.
- Busca dónde emergen consecuencias inesperadas.
Antes de cualquier acción sea tomada para cambiar las salidas de un sistema diná-
mico, el pensador sistémico usa estrategias comprobadas (por ejemplo, arquetipos
de sistemas o un modelo de dinámica de sistemas) para anticipar consecuencias
inesperadas. Sin embargo, siempre se mantiene atento a éstas, ya que reconoce
que la complejidad de los sistemas puede llevar a situaciones imprevisibles.
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6. - Reconoce el impacto de los atrasos de tiempo cuando explora relaciones de
causa efecto.
El pensador sistémico reconoce que cuando una acción es tomada en un sistema
dinámico complejo, el resultado de las acción puede no ser vista por algún tiempo.
Un pensador sistémico tendrá en cuenta los impactos de los retrasos que pueda
tener el sistema.
- Examina los resultados y cambia las acciones si es necesario: "aproximación su-
cesiva".
Por definición, un sistema dinámico está cambiando constantemente en el tiempo.
Un pensador sistémico, en consecuencia, monitorea y evalúa el comportamiento del
sistema y toma acciones cuando necesita asegurar que el sistema continúe para
producir los resultados deseados.
Estos son algunos de los hábitos que un pensador sistémico debe desarrollar para conseguir influir
con éxito sobre un sistema complejo. El desarrollo de los hábitos se efectúa en forma paulatina, por lo
que si estás decidido a ampliar tu forma de pensar, debes empezar a practicar uno solo de éstos por
vez, hasta conseguir desarrollar una habilidad. No desesperes, verás que estas prácticas suelen traer
recompensas muy gratificantes.
performance coaching reconoce que las operaciones son sistemas y ayuda a sus coachees a
desarrollar el pensamiento sistémico, consiguiendo con ello mejorar el desempeño.
Acerca del autor:
Manuel Sánchez Durán cuenta en su experiencia 18 años en empresas transnacionales,
donde desarrolló conocimientos y teorías propias de un enfoque sistémico. Durante su
gestión observó la necesidad de formar líderes con habilidades de pensamiento sistémi-
co, lo que lo llevó a obtener resultados sobresalientes. Actualmente es Director de Per-
formance Coaching de México.
Contacto: +52 (81)1537 9622
msanchez@performance-mexico.com
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