Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
Rom 01b
1. 1:18-32 / LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE QUE IGNORA A DIOS 19
II. LA JUSTICIA DE DIOS REVELADA EN LA CONDENACIÓN DEL
HOMBRE, 1:18 - 3:20
El primer paso en la revelación de la justicia que Dios provee para los hombres por la fe, es
establecer su necesidad de la justicia por estar bajo el juicio de Dios por causa de su pecado.
A. LA CONDENACION DE DIOS DEL HOMBRE QUE IGNORA A
DIOS, 1:18-32
En este pasaje Pablo nos lleva al origen de todo pecado o injusticia e impiedad.
En el principio todos los hombres tenían un conocimiento de Dios, pero lo pusieron a
un lado y rechazaban a su Dios y Creador. Esta es la raza humana antes del llamado
de Abram y el establecimiento de un pueblo especial de Dios. Sin embargo, este
rechazo a Dios y amor al pecado no se restringe al mundo antiguo, sino que ha
seguido en toda persona que ignora a Dios.
1. Las razones para la condenación del hombre que ignora a Dios, vv. 18-23
Dios nunca condena sin una causa justa. En estos
versículos hay tres razones para el juicio justo del hombre que
ignora a Dios sea en la antigüedad o en el presente.
a. Por suprimir la Verdad de Dios, v. 18
v. 18 La frase, “la ira de Dios se revela” puede ser traducida con mayor exactitud: “la ira de Dios
se revela continuamente” o, como lo expresa la NVI: “La ira de Dios viene revelándose”. A lo largo de
la historia de la humanidad la ira de Dios en contra del pecado se ha revelado, y sigue revelándose.
La impiedad es pecado en contra del ser de Dios, mientras que la injusticia es pecado en contra de la
voluntad de Dios. El injusto vive como si Dios nunca hubiera mostrado Su voluntad y el impío vive como
si Dios no existiera.
Por haberle rechazado la gran mayoría de la humanidad, y por ignorar Sus advertencias, Dios
demostraba Su disgusto e ira castigándoles por sus pecados. Dios reveló Su ira y odio por la rebelión en
contra de Su voluntad por primera vez en el huerto del Edén. Por causa del pecado de Adán y Eva en
contra de Dios, Dios maldijo la tierra y les expulsó del huerto que había sembrado especialmente para
ellos.
Desde entonces ha habido enfermedad, miseria y muerte en todo el mundo. Cada sepulcro debe
servir para recordar y advertir a todas las personas que Dios odia y castiga el pecado. Por todos lados
vemos los efectos de la caída del hombre y la maldición de la tierra. Ya sea en la naturaleza o en las vidas
miserables de los hombres, Dios está revelando aún Su ira y disgusto en contra del pecado.
La ira de Dios en contra de la rebelión del hombre fue claramente demostrada en el tiempo de Noé
cuando Dios destruyó al mundo entero por el diluvio. Otras demostraciones claras de la ira de Dios en
contra de los pecadores se vieron en la destrucción de Sodoma y Gomorra y cuando castigó a los egipcios
por rehusarse a obedecer Su orden de dejar en libertad a Su pueblo, los israelitas. Dios también demostró
Su ira en contra del pecado cuando dio Su Ley a Israel en el Monte Sinaí. Toda la montaña estuvo
ardiendo en fuego, cubierto de un humo denso y de tinieblas y se estremeció violentamente. Dios hizo
todo esto para manifestar a los israelitas Su odio e ira en contra del pecado.
Pero la manifestación más grande de Su ira y odio al pecado que jamás había dado al mundo, fue
cuando Él castigó a Su propio Hijo por los pecados de cada persona en la Cruz. Las tres horas de tinieblas
La primera clase de personas que son
condenadas son aquellas que ignoran a Dios.
2. 20 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
y el grito angustiado del Señor Jesús: “DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME
HAS ABANDONADO?” Sal. 22:1a
(Mt. 27:46), revelan al mundo entero que Dios
odia el pecado y no lo dejará libre del castigo. El Padre trató al Señor Jesús
como maldito porque había derramado sobre Él toda Su ira en contra del
pecado nuestro (Gá. 3:13):
“Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, habiéndose hecho
maldición por nosotros, porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE
CUELGA DE UN MADERO,” Dt. 21:23b
Desde el mismo principio el hombre ha puesto la Palabra de Dios en tela de
juicio. Cuando Satanás desafió la Palabra de Dios diciendo a la mujer: “Ciertamente
no morirán”, Eva dudó de la Palabra de Dios, no así la palabra de la serpiente, Satanás.
Sabían que lo que Dios les había dicho era verdad, pero creyeron la mentira de Satanás.
Caín decidió ignorar la verdad cuando insistió en ofrecer lo que a él le pareció bueno y
no obedeció las órdenes de Dios. Durante toda la historia del hombre han sido muy
pocos los que han actuado en base a la Palabra de Dios, porque la mayoría han
rechazado la Verdad de Dios ahogándola por medio de su injusticia, desobedeciendo y
rechazando lo que Dios ha dicho.
b. Por ignorar la revelación de Dios en la creación, vv. 19-20
vv. 19-20 Dios dice que los hombres no tienen excusa en cuanto a su ignorancia en lo que a Él se
refiere, ya que les ha demostrado claramente a través de lo que ha creado que Él es el Creador
Todopoderoso. Por medio del sol, la luna, las estrellas y todo lo que hay en la tierra Dios demuestra a
toda la gente que Él es su Creador y debe ser adorado como Dios.
Por ejemplo, vamos a una feria de artesanías, y allí miramos muchas cosas lindas, pero entre todas
sobresalen algunas por la extraordinaria calidad de su mano de obra. Aun los detalles más minuciosos
están terminados con una delicadísima precisión. ¿Qué impresión tendríamos del artesano, aun cuando él
no estuviera presente en la feria? Por supuesto, le consideraríamos un verdadero maestro de arte, una
persona que siente una gran satisfacción en producir algo tan bonito y fino. Es muy obvio que el artesano
no puede ser un trabajador descuidado, y sería injusto ignorar la dedicación y amor con que trabaja.
Igualmente injusto es ignorar todo lo que Dios ha hecho, cuando todos los días gozamos de los
beneficios de Su creación. Cada día, año tras año Dios provee el sol y la lluvia para que los cultivos
puedan crecer y proveernos de la comida necesaria. Incluso cuando contemplamos la maravillosa manera
en que Dios nos ha formado, tenemos que confesar que nuestro Creador hace todo bien. ¿Pero la mayoría
reconoce estas cosas? De ninguna manera, porque han dado la espalda a estas evidencias de Su poder y
sabiduría.
Aunque el hombre puede percibir la existencia de un Creador Todopoderoso,
tal reconocimiento no le puede salvar. Para la salvación es indispensable la
creencia en la Verdad, el Evangelio de Dios. Lo que Pablo comunica en estos
versículos es que el hombre está sin excusa, porque aun la poca luz que tiene la ha
rechazado. Ningún hombre ha vivido de acuerdo a la luz que tiene, sea mucha o
poca, y por eso todos están igualmente condenados.
c. Por pervertir la gloria de Dios, vv. 21-23
v. 21 Después del diluvio, cuando Noé y sus hijos con sus mujeres salieron del arca, todos conocían
a Dios de una manera experimental, y no meramente como una teoría. Pero en poco tiempo la mayoría de
Desde el principio Dios ha
mostrado Su ira en contra del
pecado: en la maldición de la
tierra, la muerte, la expulsión
de Adán y Eva del huerto, el
diluvio, en Sodoma y Gomorra,
en el Sinaí, y en el Calvario.
La mayoría de las
personas han
dudado de la
Palabra de
Dios, y vivido
como si Él nunca
hubiera revelado
Su voluntad.
La gente ha ignorado
la evidencia del
Creador y de la
maravillosa creación
que les rodea.
3. 1:18-32 / LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE QUE IGNORA A DIOS 21
los descendientes de los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet, por su propia voluntad le dieron la espalda a
Dios y a la verdad que les había revelado. Se rebelaron en contra de las instrucciones claras de Dios de
llenar la tierra, y empezaron a construir la torre de Babel, seguramente con el doble propósito de no ser
esparcidos sobre la tierra y, a la vez, adorar al sol, la luna y las estrellas del cielo (Gn. 11:4):
“Luego dijeron: ‘Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta los
cielos, y hagámonos un nombre famoso, para que no seamos dispersados sobre la superficie
de toda la tierra.’ ”
Cuando conocieron a Dios, “no Lo honraron como a Dios”. No le adoraban, ni le alababan, ni le
daban gracias por todo lo que les había hecho. ¡Imagínense! una raza de criaturas que conocen a su
Creador, pero se niegan a reconocerlo. Quienes comen cada día de Su mano, pero rehúsan darle gracias.
Un profesor mío nos dijo que había visitado varias tribus y en cada una les había preguntado a los
indígenas si existía una palabra para decir gracias. La respuesta siempre era la misma: “No la hay”. Unos
años más tarde, cuando entramos a la tribu Guahibo en los llanos orientales de Colombia, recordé lo que
mi profesor nos dijo, porque los guahibo tampoco tenían una palabra para decir “gracias”. Lo único que
podían decir fue: “Es bueno para mí”. Sus antepasados también tenían un conocimiento de Dios, pero no
le honraban, ni le daban gracias, por eso, con el tiempo sus descendientes perdieron completamente todo
su conocimiento acerca de Dios y la palabra “gracias” desapareció de su vocabulario.
Al rechazar todo su conocimiento de Dios y lo que Dios les había dicho: “se hicieron vanos en sus
razonamientos”. Por haber rechazado la Verdad, sus mentes quedaron como un campo fértil donde toda
clase de ideas tontas y sugerencias de Satanás se arraigaban fuertemente. “y su necio corazón fue
entenebrecido”. En este caso la palabra “necio” quiere decir “moralmente insensible”. Cuando el
hombre rechaza la Verdad, con el tiempo se pierde la habilidad de reconocer y recibir la Verdad (Jn. 3:19-
20):
“Y este es el juicio: que la Luz vino al mundo, y los hombres
amaron más las tinieblas que la Luz, pues sus acciones eran malas.
Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz
para que sus acciones no sean expuestas.”
v. 22 Al perder completamente la habilidad de reconocer la diferencia entre la Verdad y el error, los
hombres llegaron a convencerse de que sus propias ideas y pensamientos eran la suma de la sabiduría.
Pero realmente ignoraban el principio divino de la sabiduría (Pr. 1:7a
):
“El temor del (la reverencia al) SEÑOR es el principio de la sabiduría;”
Algunas personas en su necedad han llegado al punto de incluso negar la
existencia de Dios (Sal. 14:1a
):
“El necio ha dicho en su corazón: ‘No hay Dios’.”
v. 23 Cada generación se alejó cada vez más y más lejos de la Verdad, y abandonó la gloria del
Dios eterno e incorruptible, cambiándola por una imagen tallada por ellos mismos. Pero la insensatez del
hombre no se queda allí, sino que se humilla hasta la adoración de toda clase de animal, reptil y aun
insecto.
Abraham salió de Ur donde la gente era idólatra. En Egipto, donde el pueblo de Israel sirvió por
400 años, la gente adoraba a distintas clases de animales, por ejemplo, el toro y la rana. Además, entre
otras cosas, adoraban al sol y el río que corría por su tierra. Hasta el pueblo de Dios le dio la espalda a la
Verdad que Dios les había demostrado con tanta claridad, y formaron una imagen de un becerro y la
adoraron. La Biblia está llena de ejemplos de personas que por su propio y libre albedrío abandonaron la
Rehúsan el conocimiento de
Dios, no le dan el honor que le
corresponde, ni le agradecen.
Se creen más sabios
que Dios, e incluso
niegan Su existencia.
4. 22 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
Verdad, después de haberla conocido para adorar una mentira y abominación. Es por medio de la idolatría
que el hombre demuestra su más crasa necedad (Is. 44:9, 16-20, DHH):
“
Ninguno de los que hacen ídolos vale nada, y para nada sirven los ídolos que ellos tanto
estiman. Los que les dan culto son ciegos y estúpidos, y por eso quedarán en ridículo… O
también: la mitad de la madera la pone uno a arder en el fuego, asa carne, se come el asado y
queda satisfecho. También se calienta con ella, y dice: ‘¡Qué bien se está junto al fuego; ya
estoy entrando en calor!’ Y de la madera sobrante hace la estatua de un dios, se inclina ante
ella para adorarla, y suplicante le dice: ‘¡Sálvame, porque tú eres mi dios!’
“
Esa gente no sabe, no entiende; tienen los ojos tan ciegos que no pueden ver, y el
entendimiento tan cerrado que no pueden comprender. No se ponen a pensar, les
falta entendimiento para comprender y decir: ‘La mitad de la madera la puse a
arder y en las brasas cocí pan, asé carne y me la comí; del resto hice esta cosa
detestable, ¡y lo que estoy adorando es un pedazo de palo!’ Verdaderamente, es
como comer ceniza. Es dejarse engañar por ideas falsas. Esas personas no
podrán salvarse. No serán capaces de entender que lo que tienen en sus manos es
pura mentira.”
2. Los resultados de la condenación, vv. 24-32
Siendo que los antepasados de toda la raza humana deliberadamente rehusaron
prestar atención a la Verdad acerca de Dios y se tornaron a adorar las cosas creadas
por Dios, Él les entregó, es decir, les permitió seguir los deseos malignos de sus
propios corazones entenebrecidos. En muchas maneras estas son las consecuencias
naturales como resultado de suprimir la Verdad de Dios; ignorar voluntariamente Su
revelación y pervertir Su gloria. Sin embargo, Él hizo más que dejar que las cosas se
desarrollaran a su manera. Dios actuó, y como parte de Su juicio por los pecados de la
raza humana, les entregó a un estilo de vida perverso para que llegaran a ser esclavos
de sus propios deseos inmundos.
a. Dios los entregó a la fornicación, vv. 24-25
vv. 24-25 El sexo fue parte del plan divino para la felicidad de Sus hijos, pero exclusivamente
dentro del contexto del matrimonio monógamo (He. 13:4, DHH):
“Que todos respeten el matrimonio y mantengan la pureza de sus relaciones matrimoniales;
porque Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen
adulterio.”
La unión de dos personas creyentes en matrimonio es algo muy lindo, puro y, además, ilustra la
unión entre Cristo y la Iglesia (Ef. 5:29-32):
“Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como
también Cristo a la iglesia; porque somos miembros de Su cuerpo. POR ESTO EL HOMBRE
DEJARÁ A SU PADRE Y A SU MADRE, Y SE UNIRÁ A SU MUJER, Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE. Gn. 2:24
Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia.”
Fuera del matrimonio el sexo es inmundo y los que cometen fornicación deshonran mutuamente sus
propios cuerpos (1 Co. 6:18):
“Huyan de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del
cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.”
Cambiaron la
adoración al
Dios creador
por la
adoración a
las criaturas.
Dios los juzgó
por su pecado,
permitiéndoles
esclavizarse a sus
deseos y hechos
perversos.
5. 1:18-32 / LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE QUE IGNORA A DIOS 23
Esta perversión es el resultado de haber sustituido la Verdad de Dios, lo que Él dice acerca del
hombre, por la mentira de Satanás.
El Señor tiene al matrimonio en gran estima como sagrado —apartado de toda maldad, dedicado por
Él a un propósito especial— el compañerismo y la complementación de los cónyuges, su placer sexual, la
procreación de hijos y el establecimiento de hogares felices donde los niños son instruidos para amar a
Dios. Pero las personas que ignoran a Dios no se contentan con los límites divinos, sino buscan el placer
fuera del matrimonio y fuera de la voluntad de Dios. Para ellos el sexo llega a ser una obsesión, su
propósito y meta en la vida. Ya no tienen tiempo ni interés en honrar y dar culto a Dios, sino en venerar y
rendir culto al cuerpo humano y al sexo. Esta obsesión y
deificación del sexo es evidente en todo lugar. Es el tema principal
de muchos periódicos, revistas, novelas, películas y propagandas.
El cuerpo humano, por bello y fuerte que sea, se envejece y pierde
su atractivo, y se debilita su potencia sexual, pero Dios es eterno y
gloriosamente inmutable, el Único digno de nuestra adoración.
b. Dios los entregó a la perversión sexual, vv. 26-27
vv. 26-27 Ni el hombre ni la mujer se pueden satisfacer por medio de las relaciones sexuales fuera
del matrimonio. Al abandonar las pautas divinas en cuanto al sexo, se crea dentro del ser humano una sed
insaciable que nunca puede satisfacerse. Como parte de Su juicio por el pecado de la persona inmoral
Dios permite que siga su rumbo de perversión y muerte, aun hasta el punto de cometer vergonzosos actos
sexuales entre personas del mismo sexo.
Los que hacen tales cosas sufrirán, “recibiendo en sí mismos el castigo
correspondiente a su extravío”. El sexo fuera de los límites puestos por Dios
trae sus consecuencias en cuanto a la salud. Las enfermedades venéreas y el
SIDA afectan a personas inmorales ya sean heterosexuales u homosexuales,
pero hay un buen número de enfermedades que infligen particularmente a los
hombres homosexuales debido a las cosas que hacen. No podemos negar que
estas enfermedades formen parte del castigo divino por rechazar las pautas
divinas.
c. Dios los entregó a una mente reprobada que se manifestó en una vida depravada, vv. 28-32
vv. 28-31 Habiendo rechazado a Dios y a Su Palabra, estimando (NVI):
“…que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la
depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer”.
Este es el último paso hacia abajo porque aquí leemos que están continuamente “llenos” o
“atestados” (RV60), teniendo ya su cupo completo de toda clase de injusticia.
Para un mejor entendimiento, a continuación vamos a mirar el significado de cada palabra que
describe los resultados de la mente reprobada:
i. Injusticia: (adikia), “maldad” (NVI); “irrectitud, iniquidad; condición de no ser derecho, sea ante
Dios, en base a la norma de su santidad y rectitud, o con el hombre, en base a la norma de lo que el
hombre sabe que es recto mediante su conciencia” (Vine).
ii. Maldad: (poneria), “perversidad” (NVI); “maldad, malo en su influencia y efecto” (Vine). Maldad
en actividad hostil. El adjetivo, “poneros” se usa para describir a Satanás en varias citas, por
ejemplo: Mt. 5:37; 6:13a
:
Los que ignoran a Dios, adoran al
cuerpo humano y al sexo. Por eso Dios
les permite seguir en su inmoralidad,
privándolos de la bendición que Él
diseñó para el matrimonio.
Dios les entrega a un
estilo de vida corrupta,
cada vez más degradantes,
sufriendo por ello las
consecuencias físicas de
su perversión.
6. 24 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
“Y no nos metas (no nos dejes caer) en tentación, mas líbranos del mal (del maligno).”
(Ef. 6:16; Jn. 17:15): “No Te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del (poder
del) maligno.”
iii. Avaricia: (pleonexia), el deseo de siempre tener más (Lc. 12:15):
“También les dijo: Estén atentos y cuídense de toda forma de avaricia; porque aun cuando
alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.”
(Col. 3:5b): “la avaricia, que es idolatría”
iv. Malicia: (Kakia), “de mala cualidad, carácter malo tanto en pensamiento, sentimiento o actuación,
maldad, depravación, malignidad… El verbo ‘Kakoo’, quiere decir, hacer mal, maltratar” (Vine).
(Hch. 18:10):
“…Yo estoy contigo, y nadie te atacará para hacerte daño,”
v. Envidia: (fthonos), “es el sentimiento de disgusto producido al ser testigo u oír de la prosperidad de
otros; esta palabra siempre tiene este sentido malo” (Vine). Pilato sabía que por envidia los
sacerdotes y ancianos judíos le habían entregado a Jesús. Jesús era santo y bueno, lo que ellos
fingían ser, pero no eran, ni querían ser (Mt. 27:18):
“Porque él [Pilato] sabía que Lo habían entregado por envidia.”
vi. Homicidios: (fonos), muchas veces el resultado de la envidia.
vii. Pleitos: (eris), “Contiendas” (RV60); “pendencieros” (DHH). “pleito, rivalidad, riña, es la
expresión de enemistad” (Vine).
viii. Engaños: (dolos), “primariamente un cebo, una trampa; de ahí un artificio, engaño, doblez” (Vine).
ix. Malignidad: (kakoetheia), “literalmente, mala manera o carácter (kakos, malo; ethos, un uso, una
manera), de ahí, mala disposición que tiende a interpretar todo de la peor manera, malicia,
malevolencia” (Vine).
x. Chismosos: (psithuristes), “Murmuradores” (RV60); “uno que musita” (Vine).
xi. Detractores: (katalalos), “calumniadores”, (NVI); literalmente, “hablar en contra de”; “término
sinónimo de psithuristes es katalalos... se distinguen en que el último denota a uno que es culpable
de calumnia y el primero a uno que actúa clandestinamente” (Vine). Lo que los murmuradores
dicen en secreto, los detractores proclaman por todos los medios de comunicación a su alcance.
xii. Aborrecedores de Dios: (theostuges), “enemigos de Dios” (NVI, DHH); no es del todo claro si esta
frase quiere decir “aborrecedores de Dios” o “aborrecibles a Dios”. La Versión Amplificada
(inglés) incluye ambas posibilidades: “aborrecibles a Dios y aborrecedores de Dios”.
xiii. Insolentes: (jubristes), “injuriosos” (RV60); “un hombre violento, insolente” (Vine); uno que
afrenta a otro.
xiv. Soberbios: (juperefanos), “vanidosos” (DHH); “aparentando estar por encima de los demás...
arrogante, desdeñoso, altivo” (Vine).
7. 1:18-32 / LA CONDENACIÓN DEL HOMBRE QUE IGNORA A DIOS 25
xv. Jactanciosos: (alazon), “Altivos” (RV60); “arrogantes” (NVI); “orgullosos” (DHH);
“vanaglorioso, un impostor” (Vine); el opuesto de Él que dijo (Mt. 11:29):
“Aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón”
xvi. Inventores de lo malo: “se ingenian maldades” (NVI); “siempre pensando en nuevas formas de
pecar” (BD).
xvii. Desobedientes (rebeldes) (apeithes) a los padres: “Significa mal dispuesto a ser persuadido,
menospreciador de la fe, desobediente” (Vine). Se rebelan en contra de la autoridad que Dios ha
puesto sobre ellos. Una actitud que nace en el hogar y perdura en todas las demás relaciones a la
autoridad (Dt. 21:18-21):
“Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su padre ni a su madre, y
aunque lo castiguen, ni aun así les hace caso, el padre y la madre lo tomarán y lo llevarán
fuera a los ancianos de su ciudad, a la puerta de su ciudad natal. Y dirán a los ancianos de la
ciudad: ‘Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es glotón y borracho.’ Entonces
todos los hombres de la ciudad lo apedrearán hasta que muera. Así quitarás el mal de en
medio de ti, y todo Israel oirá esto y temerá.”
(Ex. 20:12; Ef. 6:2-3): “HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE (que es el primer mandamiento con
promesa), PARA QUE TE VAYA BIEN, Y PARA QUE TENGAS LARGA VIDA SOBRE LA TIERRA.”
xviii. Sin entendimiento: (asunetos); “necios” (RV60); “insensatos” (NVI); “no quieren entender”
(DHH); “sin entendimiento o discernimiento” (Vine); “sin entendimiento moral y espiritual”
(Newell).
ixx. Indignos de confianza: (asunthetos), “desleales” (RV60); “no cumplen su palabra” (DHH);
rompe-contratos, quienes no guardan ningún pacto.
xx. Sin amor: (astorgos), “Sin afecto natural” (RV60); “sin amor de parentesco, especialmente de los
padres a los hijos y de los hijos a los padres” (Vine); (Mt. 10:21):
“El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán
contra los padres, y les causarán la muerte.”
xxi. Despiadados: (aneleemon), “Sin misericordia” (RV60);
“no sienten compasión” (DHH).
v. 32 No es que el hombre carezca del conocimiento de la voluntad de Dios en cuanto a lo que la
moral se refiere, sino que se ha rebelado en contra de todo lo que Dios le ha mostrado, y ha rechazado
deliberadamente las normas divinas. Ningún ser humano que ha existido ha vivido conforme a la luz que
tenga, sea poca o sea mucha (NVI):
“A pesar de que ellos conocen el justo decreto de Dios, que merecen la muerte quienes
practican tales cosas [las que acabamos de enumerar], no sólo siguen haciéndolas, sino que
hasta dan su aprobación a quienes las practican.”
El hombre no se contenta con pecar él solo, sino que también se deleita en ver a otros practicando
las mismas maldades que él hace.
Dios también entrega a la persona que le
ignora a una mente depravada, que a su vez
produce una vida completamente depravada.
8. 26 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
¿Lo que hemos acabado de estudiar es únicamente una
descripción del hombre que ignora a Dios? Creo que el Señor quiere
que reconozcamos que las raíces de estas maldades están en el
corazón de todo ser humano, aun en nuestros corazones. Porque en lo
natural, sin Cristo, todos somos depravados.
davidchrisbrown@gmail.com
Ninguna persona, aun la que no ha
ignorado a Dios, ha vivido de
acuerdo a la luz que tiene, porque
sin Cristo todos somos depravados.