4. PRIMERA LECCIÓN
La persona que confiesa
sinceramente su pecado ante Dios
está más cerca de Dios que aquella
que cree que no tiene nada que
confesar.
5. SEGUNDA LECCIÓN
La persona que admira su propia
espiritualidad por lo general es difícil
que vea lo bueno en otros.
6. TERCERA LECCIÓN
Mientras los seres humanos aclaman
natural y espontáneamente a los
ganadores, Jesucristo se interesa
profundamente por los perdedores