La ecuación general de los gases ideales relaciona la presión (P), volumen (V) y temperatura (T) de un gas. La ecuación puede simplificarse eliminando términos que no cambian, como la presión si se mantiene constante, el volumen si no varía o la temperatura si es fija. Siempre se debe expresar la temperatura en la escala Kelvin para aplicar correctamente la ecuación.