2. Uno de los temas más importantes para
poder combatir la criminalidad es tener
órganos que sean fieles al sistema penal; por
ejemplo, una policía no corrupta, que no
genere más delitos de los que tenemos.
Frecuentemente se ve que éstos
“colaboradores” del sistema penal cometen
inconductas graves con respecto a su cargo,
y que se muestran en los medios de
comunicación como la televisión o radio, etc.
3. Solo es derecho penal actúa exitosamente
según los delitos que no se cometen.
Un mito: “Más pena, menor delincuencia”
Al infractor hay que condenarlo
contribuyendo académicamente al debate.
Nuestra realidad es que “se condena al
delincuente después de la comisión del delito
número veinte”.
4. No estamos yendo por el camino correcto
para enfrentar el crimen y, por lo tanto, no
estamos ganándole la guerra a la
delincuencia.
Aumentar las penas a los delincuentes no
sirve para nada.
5. Todo un tema en un contexto de sociedades
cada vez más complejas, donde los
ciudadanos se sienten indefensos frente al
auge de la delincuencia, a nuevas
modalidades de la criminalidad y un debate
por ahora abierto entre los llamados
garantistas y quienes reclaman leyes cada
vez más duras
6. La inseguridad pública es un tema
omnipresente pero se trata de un problema
global y no son pocos los expertos que no
dudan en catalogar la inseguridad como el
gran tema del futuro en la sociedad
occidental.
7. Se criticó la tendencia internacional de
endurecer las leyes penales.
Se debe resaltar la importancia de una
actuación eficaz de la policía.
Y que el éxito del Derecho Penal no hay
que medirlo respecto de los delitos que se
cometen, sino de los que no se cometen.
8. La percepción generalizada es que la
delincuencia crece y que no se hace lo
suficiente para controlarla. La sensación
que tenemos los que nos ocupamos de este
problema es que no vamos por el camino
correcto. No estamos ganando la guerra
contra la delincuencia.
9. La eficacia de la pena no está en su gravedad sino
en su certeza. Si se logra esta última se lograría el
objetivo del control social que tanto se busca.
De nada sirve la expedición o el agravamiento
de las leyes penales si no se cumplen.
Lo verdaderamente eficaz es que se aplique el
derecho penal, que se detenga a los delincuentes,
no que se les aplique más o menos pena. O que la
policía realice el gran trabajo para atraparlos para
que después los dejen libres.
10. Por lo general, el delincuente tiene
grandes expectativas de no ser
descubierto, confía en no serlo.
¿Tendría sentido para el ladrón cometer el
delito si estuviera seguro de que,
indefectiblemente, va a ser detenido?
Si delinque es porque espera no ser
detenido.
11.
12. Se calcula que para detener por primera
vez a un ladrón hace falta que cometa
varias veces el mismo delito, casi nunca
se le captura al primer intento.
Sin considerar que hay una gran parte de
los delitos que no se descubren ni
denuncian (cifra negra de la criminalidad).
13. Esto ha llevado a un aumento de la
percepción de que hay un crecimiento del
delito y, por lo tanto, al creciente reclamo de
seguridad.
Es un tema complicado y complejo. Ese
aumento de la percepción ya ha llevado a
que muchos Estados modifiquen sus leyes
penales. Y, sin embargo, los delitos
siguen existiendo.
14. El aumento podía no ser tan espectacular
como la gente cree.
Las estadísticas mostraban un crecimiento
levemente sostenido, paulatino, pero no
espectacular. Por ejemplo: Si crecen las
fábricas va a haber más contaminación del
medio ambiente.
Eso es natural, porque en forma concomitante
al crecimiento general, hay nuevas variables
que no existían.
Droga, criminalidad organizada, lavado de
dinero, delitos más sofisticados, si se quiere.
15. Tal percepción no era producto de la histeria.
El Perú es el país de América Latina con la
mayor tasa de víctimas de la delincuencia.
Esto genera problemas no solo en el ámbito
lo jurídico sino también en el ámbito político
social.
Se evidencia el decaimiento del Estado frente
a un crecimiento de delincuencia que no
puede controlar y se le escapa de las manos;
ya no puede brindar bienestar y seguridad.
16. Por lo que no es de extrañarse que la
sociedad empiece a desconfiar del
sistema penal, y por ende, del Estado.
Por lo que si no se toman acciones
rápidas y adecuadas con respecto a este
tema la sociedad puede tener cambios
bruscos indeseables.
17. El derecho penal no es la solución para
reducir, controlar, prevenir y resolver la
problemática de la desviación social y la
criminalidad, porque únicamente se dirige a
los efectos y no a las causas del fenómeno.
Los ámbitos educativo, económico y político
de la sociedad, constituyen los ejes centrales
de la nueva visión que debemos tener para
enrumbar la planificación hacia un verdadero
cambio en la concepción y salida al difícil
problema de la criminalidad en nuestro país
18. El Derecho Penal no acabará con la
delincuencia ni podrá evitar que crezca, pero
sin aquel, es obvio que habría más delitos.
El Derecho Penal debe, fundamentalmente,
proteger, ese es su rol principal.
Las personas no cometen delitos porque hay
un mecanismo sancionador para el que los
comete, no se hace por arte de magia o
divinidad.
19. La policía en numerosas ocasiones se ha visto
relacionada e involucrada en actos de corrupción
relacionados con el cargo que ostentan.
La policía es un órgano de ayuda, el cual ayuda a
la represión del delito.
Se ha visto a los policía siendo coimeados o
cometiendo delitos como cualquier otro
delincuente, ayudándose entre ellos cuando se les
descubre, ocultando pruebas, entre otros.
20. Aumentar las penas, desde el puntos de vista
económico, no resulta caro, todo lo contrario. Para
los partidos políticos es muy sencillo programar en
sus agendas este tipo de cosas porque no les
afecta en el aspecto dinerario y les conviene
porque atraen la atención de las personas de
manera casi automática; ya que, a quién no le
interesan los temas relacionados con las penas o
la delincuencia, siendo que éstas ocurren a diario.
Lo hacen tanto los partidos de derecha como los
de izquierda, porque eso atrae más votos.
21. Los votantes van a buscar que se
reduzcan los delitos a los que ellos están,
estuvieron o tienen miedo de estar
expuestos.
Éste es un factor muy importante, ya que de
esa manera se puede controlar las decisiones
de las personas y los partidos los saben. Por
lo que las promesas de reducción de la
delincuencia mediante el aumento de la pena
no es nada nuevo en la historia de los partidos
políticos.
22. Últimamente se ha visto a menores de edad
cometer delitos como si fueran adultos.
¿Entonces se le debe penar como si no
estuvieran en su condición de menores?
El menor de edad, en mi opinión siempre
deberá ser tratado como una víctima, como
un objeto más que utiliza un autor con
completa autonomía de sus sentidos para
perpetrar un acto delictivo.
23. Normalmente el problema de los menores de edad
que cometen ilícitos penales es porque vienen de
familias disfuncionales o porque no han tenido un
adecuado desarrollo en su entorno social, ya sea por
el aclamado bulling o porque han sido influenciados
por malas personas.
Sin embargo no por ser menor de edad se debe
olvidar que cometió el delito, por lo tanto se convierte
en un peligro social; lo que el Estado debería hacer en
esos supuestos sería implementar el sistema de ayuda
al menor, ya sea psicológicamente o en el ámbito
educacional u otro de acuerdo a la problemática que lo
llevo a actuar de ese modo.
24. Hay delincuentes que a pesar de tener o haber tenido una
gran pena impuesta por el sistema penal, continúan
delinquiendo.
Se ha contemplado en la práctica que hay delincuentes que
no se recuperan, y esto se debe a algunos factores como:
Las cárceles son lugares en los cuales el delincuente en lugar de recuperarse
es pervertido más en el campo de la criminalidad, y se demuestra en la realidad
de nuestro país cuando se descubre que gran cantidad de delitos son
cometidos desde las cárceles.
Muchos delincuentes han expresado que a pesar de que hayan cometido
delitos repudiables y que estés cumpliendo sus penas como lo indica la ley, si
tuvieran la oportunidad de volver a cometer el ilícito lo harían sin ningún
remordimiento.
25. Cuando hablamos de delitos, nos referiremos
constantemente a personas pobres.
Primero porque para un delincuente en más
sencillo atacar a un pobre, ya que los ricos
están más protegidos. Sin embargo, solo los
que más se quejan.
Aquí juegan roles muy importantes también
como lo son los de la educación, el entorno
de desarrollo, la clase social, etc.
26. Cuando se visitan las cárceles, no es común
ver a alguien rico encerrado, sino a los
pobres.
Evidentemente hay una gran desigualdad
entre estas dos clases sociales, desigualdad
que no debería existir. Aunque es difícil de
solucionar, ya que por simple lógica, los que
tienen más recursos los usarán para
solucionar mejor sus problemas.
27. Una de las roles del Derecho Penal es ser
garantista.
En un Estado en el que se cometen muchos
delitos puede que surja la duda sobre si se
deben mantener estos derechos de los
delincuentes o si se debe reducir a fin de que
mejore la situación.
Se debe combinar las garantías con la
eficacia del sistema penal.
28. Las garantías no pueden desaparecer, ya que a todo
imputado se le debe dar la oportunidad de que se
defienda o que al momento de hacer las declaraciones
se siga un debido proceso y no lo obliguen a declarar
hechos que no cometió. Sin embargo, hay que tener
en cuenta que hay garantías que no se ajustan a la
realidad, y deben cambiar.
Se debe poder defenderse antes este tipo de
situaciones; y finalmente hay que tener cuidado con la
forma que se adopte para perseguir los delitos, ya que
en la desesperación se pueden cometer errores.