1. Lección 7, para el 19 de mayo de 2012
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2. Cuando hablamos de “evangelización corporativa”, estamos hablando de la
evangelización realizada por el cuerpo de la Iglesia y que, por tanto, involucra a
todos los miembros que la componen.
En una Iglesia local, el proceso a seguir para llevar a cabo un proyecto, y los
responsables de cada parte, son los siguientes:
Fijar un blanco
• La Junta Directiva.
Planificación
• La Junta Directiva o un grupo de trabajo designado por ella.
Tantas personas como sea posible.
Ejecución del proyecto
• Todos los miembros.
Evaluación
• La Junta Directiva o un grupo de trabajo designado por ella.
Este esquema de trabajo se puede aplicar tanto a
proyectos de los Departamentos de una Iglesia
local, como a proyectos de
Uniones, Asociaciones, o de la Conferencia
3. ¿Qué ocurriría si pusiéramos en marcha nuestro auto y
condujésemos por la ciudad sin tener un objetivo concreto?
Simplemente gastaríamos gasolina y perderíamos nuestro tiempo.
Eso mismo ocurre cuando se emprende cualquier trabajo sin un objetivo
concreto, sin fijar un blanco a alcanzar. El esfuerzo invertido, tanto
material como humano, puede perderse sin alcanzar ningún resultado
efectivo.
La Iglesia local debe fijarse un objetivo concreto: abrir una nueva iglesia
en un lugar determinado, crear una emisora de radio/TV, etc.
Una vez fijado el blanco, se debe informar a la feligresía
(A TODA LA FELIGRESÍA) del blanco a alcanzar.
Esto permite que cada miembro se sienta parte del proyecto y esté
dispuesto a involucrarse en él y trabajar cuando se le pida colaboración.
Una vez realizados estos pasos se puede comenzar a planificar las
estrategias necesarias para alcanzar el blanco.
Un ejemplo de ello lo tenemos en la construcción del Santuario del desierto.
Cuando Moisés presentó el proyecto ante el pueblo, éste se involucró tan completamente
que Moisés tuvo que pedirles que dejasen de traer materiales para su construcción.
Todo el pueblo siguió involucrado en el proyecto hasta que éste quedó concluido.
4. Un grupo de trabajo está compuesto por diversas personas que se
responsabilizan de planificar cómo se llevará a cabo un proyecto, liderarlo
y evaluar sus resultados.
Este grupo es también el responsable de informar y, en su
caso, preparar a la Iglesia para trabajar eficazmente.
En la Biblia encontramos tres grupos
de trabajo bien definidos:
1. Pequeños grupos (Filemón, 1: 24)
↘ Pequeños equipos de evangelización.
↘ Ejemplo: Pablo y sus colaboradores.
2. Grandes grupos (Mateo, 10: 2-4)
↘ Responsables de la evangelización general de la Iglesia.
↘ Ejemplo: Los apóstoles.
3. Macro grupos (Filipenses, 1: 5-18)
↘ Iglesias completas involucradas
en la evangelización.
↘ Ejemplo: Los filipenses.
5. “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor
paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno
levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que
cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”
(Eclesiastés 4:9-10)
El consejo bíblico es claro: nadie debe cargar solo con
todo el trabajo, todos necesitamos el apoyo de otros.
¿Qué hubiese sucedido con el esfuerzo evangelizador del equipo de Pablo si
nadie les hubiese alojado (Hechos, 16: 15), dado de comer (Hechos, 16:
34), buscado un lugar para predicar (Hechos, 19: 9), apoyado económicamente
(Filipenses, 4: 16), apoyado moralmente (1ª de Corintios, 16: 17-18), o instruido a
los conversos (1ª de Corintios, 3: 6)?
6. “Es necesario que dos personas trabajen juntas;
pues la una puede animar a la otra y juntas
pueden aconsejarse, orar y escudriñar la Biblia.
Así pueden obtener una luz más amplia sobre la
verdad; pues uno verá una fase, y el otro, otra
fase de la verdad. Si yerran, pueden corregirse
mutuamente sus discursos y su actitud, de
manera que la verdad no sea subestimada a
causa de los defectos de sus defensores”
E.G.W. (El evangelismo, cp. 4, pg. 59)
Los beneficios del trabajo en equipo son, entre
otros, los siguientes:
Cada uno tiene dones y talentos específicos que apoyan
al conjunto.
Nos sentimos protegidos cuando trabajamos en equipo.
Hay un sentido de responsabilidad (otros nos están
observando)
Nos podemos guiar unos a otros.
Evitamos que alguno se pueda desviar de su objetivo.
Un equipo sólido de hermanos fieles, si todos tienen una meta común, y cada uno
busca el bien de los demás, es la forma ideal de hacer este trabajo de difusión.
7. “Todos éstos
perseveraban unánimes en
oración y ruego, con las Para conseguir alcanzar los blancos
propuestos son importantes dos
mujeres, y con María la
ingredientes: la integración y la unidad.
madre de Jesús, y con
sus hermanos. Cuando Cada miembro debe estar integrado en la
llegó el día de Iglesia, debe sentirse parte activa de ella. Esto
Pentecostés, estaban es especialmente importante para los nuevos
conversos. La Iglesia es responsable de
todos unánimes juntos” conseguir la integración de estos “recién
(Hechos 1:14;2:1) nacidos” y de ayudarles en su crecimiento
espiritual.
La Iglesia primitiva consiguió emprender su
trabajo evangelizador y de testificación
solamente cuando hubo alcanzado la unidad y
el Espíritu Santo pudo ser derramado de forma
especial sobre ellos.
El primer paso para la unidad de la Iglesia es el crecimiento individual en Cristo. Conforme
nos acercamos más a Cristo, más cerca estamos de nuestros hermanos (que también se
están acercando a Cristo). Participar de la oración y estudio en común hace que el
crecimiento individual se contagie y todos crezcamos un poco más en la semejanza a Cristo.
Cuando se nos ofrece la oportunidad o nos ofrecemos a participar activamente en la
Iglesia, favorecemos también la unidad.
8. Habitualmente, los blancos alcanzados
implican nuevos objetivos.
En realidad, hay blancos (como la predicación
del Evangelio a todo el mundo) que nunca se
terminan de alcanzar, al menos, no hasta que
Cristo regrese.
Aunque podemos crecer individualmente en
Cristo hasta llegar a “la plenitud de Cristo”
(Efesios, 3: 19), debemos admitir como Pablo:
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo
a la meta, al premio del supremo llamamiento
de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14)
Lo mismo es aplicable a la misión de la Iglesia.
Siempre habrá almas a las que predicar el
Evangelio. Siempre habrá nuevos conversos a
los que ayudar a crecer en Cristo hasta…