Este documento discute la importancia de la creatividad para la educación en valores. Argumenta que la mayoría de las prácticas pedagógicas se enfocan demasiado en los contenidos en lugar de capacidades y valores. Propone que desarrollar la creatividad de los estudiantes puede conducir a reformas internas en la educación y mejorar los resultados. Finalmente, sugiere que la educación debe enfocarse más en los procesos que en los contenidos para generar espacios donde los estudiantes puedan desarrollar su creatividad.
novelas-cortas--3.pdf Analisis introspectivo y retrospectivo, sintesis
Creatividad para-la-educacion-en-valores
1. Creatividad para la educación en valores
EDUCAR EN LA CREATIVIDAD : UN CAMINO DIVERGENTE Y CONVERGENTE PARA
LA EDUCACIÓN EN VALORES
María Isabel Fernández de la Reguera Aller
Master en Creatividad Aplicada- Universidad de Santiago de CompostelaDoctora en Lingüística
Hispánica- Universidad de Salamanca
Directora Académica
de la Universidad Santo Tomás-
Viña del Mar. CHILE
Fundamentación
Hace ya algún tiempo venimos hablando de reformas educativas , de calidad en la educación ,
de mejoramiento continuo y , a la par que se declaran estas intenciones de cambio, se asocian
a ellas acciones concretas; no obstante, debemos preguntarnos si el camino adoptado ha sido
suficiente .
A la luz de los hechos como deficientes resultados pruebas SIMCE [1] , constantes quejas de
los profesores universitarios acerca de sus alumnos y éstos de sus profesores, todo hace
suponer que en algo estamos fallando , al parecer hemos implementado cambios , pero
realmente no hemos logrado innovar, ya que
la mayoría de las prácticas pedagógicas se orientan a la enseñanza de contenidos, esto
provoca que el énfasis de la enseñanza esté en el qué y el cuánto se aprende y se descuide el
para qué (capacidades y valores) y el cómo (procesos cognitivos y afectivos).
El análisis más en profundidad de las implicancias de la creatividad, nos hace cifrar muchas
esperanzas en que éste podría ser el camino para
introducir reformas intrínsecas en la
educación , si bien no
podemos expresarnos de forma enfática , a partir de una mirada científica
ortodoxa, acerca del
ser y hacer creativo, si existe un camino recorrido desde la psicología que nos permite señalar
que la creatividad constituye una dimensión humana, a veces muy desarrollada y en otras muy
descuidada o menos desarrollada; con esto queremos dejar en claro nuestra creencia de que
existen capacidades
latentes que no se han desarrollado adecuadamente por falta de una mediación oportuna, pero
que pueden actualizarse; y por ende, deberían existir las adecuadas medidas educacionales
capaces de despertar y promover las fuerzas creativas.
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Interesante resulta observar como en el ámbito de las Ciencias Económicas han encontrado
en la creatividad
amplias posibilidades
de realización y utilización
, sin embargo, en el área de la educación ésta se ha tratado con reserva, esto a pesar de que
en sí no es un tema nuevo puesto que en Estados Unidos
fue sobre todo Guilford
[2]
(1950) , quien testimoniaba
el valor del pensamiento creativo
para la sociedad
y en la necesidad
de una educación orientada
en este sentido.
Guilford amplió el ámbito de la creatividad y al final de sus investigaciones llegó a la conclusión
de que prácticamente la mitad de los factores mentales estaban implicados en la conducta
creadora, con esto podemos concluir que todos tenemos potencialidades creadoras, que es
una competencia que moviliza varias capacidades, pero que desafortunadamente es muy poco
lo que hacemos por desarrollarla.
Precisando el concepto de Creatividad
La etimología de la palabra nos señala su origen latino “creare” y está emparentada con la voz
latina “creceré” (crecer), su aparición más antigua se registra en el Génesis del Antiguo
Testamento donde se lee [3] “Dios creó el cielo y la tierra de la
nada”.
Mucho se ha dicho después de esta primera aparición del concepto creatividad, pero su real
esencia es algo que aún se discute y cuyo desconocimiento lleva, a la par, tanto su descrédito
como el considerarla un
a suerte de”barita mágica” que puede resolver casi todo.
Como punto de partida , consideramos necesario distinguir entre creatividad , cuasi(casi)
creatividad y pseudo creatividad ; ya que no todo aquel que piense, hable, obre y juzgue de
una manera insólita es , por tal causa, creativo.
Ya habíamos señalado que determinar la esencia de la creatividad no es tema simple y aún se
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sigue analizando, no obstante , se ha llegado a un cierto acuerdo frente a tres realidades a
considerar cuando hablamos de creatividad, una de ellas es la
persona creativa
, la otra , el
proceso creativo
y finalmente el
producto creativo
.
No es el objetivo de este artículo profundizar en cada uno de los aspectos antes señalados,
pero si queremos aclarar que en el desarrollo del proceso creativo , la cuasi(casi) creatividad
comprende aquellas formas previas
que apuntan hacia la creatividad , como por ejemplo, la imaginación del niño, la fantasía
introvertida y ensoñaciones del adolescente.
También en este proceso, los esfuerzos por despertar , fomentar y reconocer el
comportamiento creativo , posiblemente, dan pábulo
a una
pseudo creatividad, o sea , una creatividad fingida, que responde más bien a una necesidad
egotista , esta situación la representa muy bien Kant , en su Crítica del Juicio , cuando señala :
“Así unas cabezas huecas creen no poder mostrar mejor su calidad de genios en flor que
renegando en la disciplina
escolar de toda regla y creyendo poder mostrarse mejor cabalgando en un caballo montaraz
que en uno adiestrado”.
En definitiva el resultado del proceso creativo debe concluir en un producto creativo, y en lo
que respecta a las características de este producto creativo, podemos señalar que su principal
r
equisito es la originalidad, sin embargo , ésta cobra valor si el resultado se ajusta a la realidad ,
en definitiva , resuelve un problema o satisface una necesidad espiritual, como es en el arte, o
material, como es en la ciencia.
Para Ricardo Marín [4] , la creatividad se debe entender como toda innovación valiosa,
puesto que
, a nadie se le olvida subrayar el primer elemento como si fuera autosuficiente, cuando
desvinculado del segundo, del valor de la solución que se aporte, no tendría sentido alguno.
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También en la destrucción, en la aniquilación, tenemos algo nuevo, distinto de lo anterior y a
veces profundamente sorprendente, pero que sólo ha aportado antivalores. El criterio de
novedad resulta inexcusable
pues constituye algo intrínseco a la naturaleza del concepto creatividad, pero es un grave error,
y por cierto muy corriente, pensar que en la originalidad se agota todo lo que debemos exigir a
la mente creadora.
La mayor dificultad para afrontar el tema radica en la comprensión de la persona creativa, pu
esto que, a la fecha, no existe una teoría
de la creatividad de validez universal , la razón de esto pareciera radicar en el hecho de que la
creatividad es una competencia que cubre
un conjunto de características
aptitudinales y de personalidad .
Rogers [5] ve el origen de la creatividad en la voluntad del hombre de realizarse a sí mismo.
Propone desarrollar una “creatividad constructiva “ que muestra las siguientes características :
§
Apertura hacia la experiencia . Que requiere de un estado de conciencia que nos libere de
comportamientos rígidos y estereotipados cuya base son los mecanismos de defensa y no el
pensamiento
riguroso
de orden superior.
§ Escala interna de valores. Con ello el ser humano no se somete de forma poco
responsable a las normas de la sociedad , sino que se enfrenta a sí mismo en pro de la
edificación de normas que le permitan evolucionar en su camino de autorrealización óptima.
§ Capacidad de jugar con elementos y conceptos. La verdadera profundidad no está en la
gravedad, por ello con esta actitud la persona se desprende de la presión de la vida diaria e
instala el humor en su quehacer , lo que dará como fruto la cristalización de un mejor
clima familiar y laboral, en
definitiva la persona carente de humor
lo más probable es que además tenga serias dificultades para expresar creatividad.
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5. Creatividad para la educación en valores
Los estudios de diferentes autores permiten delimitar la presencia de actitudes propias de la
personalidad creativa , que necesariamente nos sitúan en una dimensión axiológica
interesante de considerar:
§ Dejar la conducta egoísta que persigue la satisfacción personal del poder o el prestigio o
ganancia personal y favorecer las actitudes altruistas .
§ Propiciar una conducta de ascetismo informativo que permita paliar toda la fluencia de
información vacua que anonada el pensamiento profundo. El clima apto para el desarrollo
creativo requiere de un espacio y tiempo apto para la meditación y la reflexión.
§ Tener una actitud de apertura hacia el otro para lograr la buena comunicación y el
desarrollo grupal, ya que el comportamiento creativo requiere y además fomenta el diálogo, lo
cual a su vez permite corregir
el pensamiento propio.
§ Propender a la armonía interna, para lograr el equilibrio creativo , puesto que produce el
contrapunto entre disciplina mental y ocurrencia libre, entre concentrada elaboración e
imaginación productiva, de la lógica con la
asociación, de crítica y de crítica de la crítica, trabajo y juego, intensa actividad y meditativa
reflexión; toda esta flexibilidad que permite fluir entre diferentes polos de la personalidad lleva ,
en definitiva , a una conciencia creativa , y por ende a un estado de conciencia.
A pesar de este mundo bastante ideal que nos muestra el cultivo de personalidad creativa y la
vivencia del proceso creativo, se le contraponen diversas dificultades , ante esto Tumin [6]
señala que el hombre depende del reconocimiento y la aceptación del mundo circundante
y se comporta de forma que pueda obtenerlos, a veces incluso a expensas de la renuncia de
su propia realización.
La creatividad tiene que responder al signo de los tiempos y éste se centra en los valores
personales. Y los ambientales, los tecnoeconómicos, el mundo del confort, sólo en tanto y en
cuanto ayuden a la aventurada eclosión de la personalidad de cada cual.
En definitiva la creatividad es una forma (proceso creativo) de pensar (persona y pensamiento
creativo) , cuyo resultado (producto creativo) son cosas que tienen, en forma simultánea, nov
edad y valor.
Educar para la creatividad o creatividad para educar
La respuesta a este dilema dependerá de la forma e intención con la que desarrollemos
nuestras prácticas pedagógicas, Ricardo Marín señalaba que “la formación para la creatividad
se ha entendido más como un ejercicio de gimnasia espiritual, que agilice la mente y nos
predisponga a resolver los problemas que nos asedian, que como una
técnica precisa para adentrarnos con éxito en cada uno de los campos de la cultura”
[7]
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Por otra parte Torrance [8] señala “ como esencia intrínseca de la creatividad la búsqueda de
la verdad”, esto nos sitúa en una dimensión del desarrollo del ser fundamental. De esta forma,
el autor cambia el enfoque, más bien utilitarista de la enseñanza, orientado
hacia la eficacia y utilidad, proponiéndonos llegar desde una relación confusa e inadecuada con
el objeto a un enfrentamiento claro, transparente, inmediato , es decir
, lo que Wertheimer
[9]
denomina “la verdad estructural”, en cuyo proceso participa el hombre entero, es decir a la par
de los aspectos cognoscitivos , los afectivos y motivacionales.
Señalando además este autor que cuando se inician los procesos mentales productivos , el
alumno desarrolla una participación
particularmente viva y original.
Wertheimer explica que en los procesos del pensamiento productivo tienen el rasgo
característico de que “aspirando a una verdadera comprensión, se
vuelve a ponerlo todo en tela de juicio y a investigarlo una vez más”.
[10]
Richard Stemberg (1988) enfatiza el papel de los componentes metacognitivos para el
pensamiento creador: esas funciones selectivas y reguladoras que dirigen
la actividad del pensamiento y que, en su modelo teórico, incluyen las funciones
de encontrar problemas ; definirlos , en términos de darles sentido y hacerlos solubles y ,
finalmente, formular una estrategia para su solución.
Pero ¿qué implicancias podría tener esta disciplina en el ámbito de la educación ?, pareciera
que la primera respuesta que aflora es el hecho de que nos sensibiliza y prepara frente a una
sociedad de cambio permanente
, que nos enfrenta a situaciones de todo tipo y en diferentes ámbitos
frente a las cuales sólo podemos tener respuesta
a partir del ejercicio de nuestra creatividad .
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Marín ,señala que el principal
desafío al que nos enfrentamos los educadores
es que ninguna de las capacidades humanas
quede sin desarrollarse, en consecuencia la educación debiera ser capaz de “
desplegar las mejores posibilidades de cada cual para que pase de la persona que es, a
convertirse en una madura personalidad”
[11]
.
Hoy en día nos debemos situar en el contexto de la sociedad del conocimiento y la disyuntiva,
que pone como contrapunto a la relación entre información o saber y creatividad, nos
acerca a la realidad que A. Einstein nos devela cuando dice : “la imaginación es más
significativa que el saber”
[12]
. Frank Alexander (1960)
es mucho más enfático al declarar “un pueblo sin creatividad está condenado a la esclavitud”
[13]
.
Las instituciones educativas cumplen un rol social importante frente al cual podemos hablar de
una “creatividad social” , que puede propiciar el
rompimiento de la conducta individualista para pasar a valorar y vivenciar la “creatividad
grupal” y con ello vencer sus propios egoísmos en pro de una motivación social , cuyo
resultado haga fructificar el conocimiento mutuo
y la aceptación por el otro como interlocutor válido, entre otras cosas, con la consecuente
disminución de tensiones sociales destructivas.
Por lo tanto, debemos dirigir nuestro quehacer a una enseñanza centrada en los procesos ,
donde se generen espacios en que el alumno pueda desarrollar los procesos
cognitivos(capacidades, destrezas y habilidades) y afectivos (valores y actitudes), cuyo motor
fundamental es el uso de estrategias de aprendizaje para la consecución de los objetivos
cognitivos (capacidades) y afectivos (valores) ; vale decir, integrar la educación para la
creatividad con creatividad para educar.
David de Prado
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(1999)
sustenta que mediante la práctica continuada y diaria de la creatividad desarrollamos una
inteligencia creadora múltiple, base de las diversas competencias que son requeridas en todas
las áreas de la actividad humana., puesto que la
creatividad es la supercompetencia esencial
, distintiva de los genios y de los líderes, de los campeones y los triunfadores.
En síntesis podemos señalar que el desarrollo de la personalidad creativa debería ser una de
las metas fundamentales
de la educación
, para lo cual deberían intervenir
factores intelectuales, motivacionales y sociopsicológicos.
Ahora bien , ciertamente aparece como muy atractivo hablar de creatividad, pero no todo es tan
auspicioso, puesto que , si los educadores quisieran tomarse en serio la educación de la
creatividad tendrían necesariamente que replantearse los objetivos educacionales ,
con el riesgo de
verse
enfrentados entre la opción de que el
estudiante se desarrolle de acuerdo a sus aptitudes y peculiaridad individual, o el logro del
producto de un rendimiento previamente establecido
y socialmente aceptable, donde por ejemplo,
es más exitoso el buen competidor
que el buen colaborador, así al final los bienes materiales( en contraposición a los espirituales)
parecen ser lo único apetecible, y lamentablemente de acuerdo a las señales que se dan en el
medio social, todo parece indicar
que seremos medidos en proporción a la cantidad de éstos.
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Para Ricardo Marín , la conclusión es patente: educar es humanizar al hombre desplegando
sus mejores posibilidades, es capacitarle para una eficaz inserción y donación socio
profesional y cultural, es crear en sí mismo y en torno suyo bienes inéditos. Educar es
crear valores, es ayudar a que cada cual potencie sus capacidades creadoras.
Bibliografía
Csikszentmihalyi, M.(1998), Aprender a Fluir. Kairós, Barcelona
Csikszentmihalyi, M.(1998), Experiencia Óptima. Estudios psicológicos del flujo en la
conciencia .Desclee de Bouwrer, Bilbao
De Prado, David, 1999, EDUCREA: la creatividad, motor de la renovación esencial de la
educación . Colección Monografías Master de Creatividad, Universida
d de Santiago de Compostela
: Servicio de Publicaciones e Intercambio Científico
Gottfrid, Heinelt, 1996, Maestros Creativos Alumnos Creativos, Editorial Kapelusz, Buenos
Aires.
Marín Ibáñez, Ricardo. 1998.Creatividad y Reforma Educativa. Colección Monografías del
Master de Creatividad (nº4).Universidad de Santiago de Compostela : Servicio de
Publicaciones e Intercambio Científico.
Rogers, C. (1979) El proceso de convertirse en persona. Buenos Aires: Paidós.
Román, M. y Diez, E. (2001), Aprendizaje y Currículo: Diseños Curriculares Aplicados, Buenos
Aires, Novedades Educativas.
Romo, Manuela, 1999 EDUCREA: Psicología de la Creatividad. Colección Monografías Master
de Creatividad, Univ
ersidad de Santiago de Compostela : Servicio de Publicaciones e Intercambio Científico
Sabater, Fernando, 1997, El Valor de Educar, Editorial Ariel. Barcelona.
[1] SISTEMA DE EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN [2] J.
P. Guilford, Kreativität, en : G. MÜhle y Chr. Schell (dir.) , Kreativität
und Schule, 1970, págs.
13-36.
[3]
San Agustín , De civ. dei, 22,14: “qui creavit cuncta de nihilo”.
[4]
Marín Ibáñez, Ricardo. Creatividad y reforma
educativa. Colección Monografías del Master de
9 / 12
10. Creatividad para la educación en valores
Creatividad (nº4). Santiago de Compostela:
Universidade, Servicio de Publicacións e Intercambio
Científico, 1998,
p. 17
[5]
C. R. Rogers, Toward a Theory of Creativity, en :
S. J. Parmes y H. F. Harding, A Source Book for
Crative, Nueva York, 1962, págs.
63-72.
[6]
M. Tumin, Obstacles in Creativity, en : S.J.
Parmes y H. F. Harding, A Source Book for
Creativite Thinking, Nueva Cork, 1962, págs.
105-114.
[7]
Marín Ibáñez, op.cit.8,
p. 7
[8]
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11. Creatividad para la educación en valores
E. P. Torrance , en G. Mühle y Chr.
Schell , Krativitat und Shule, Munich,
1970, pag.193.
[9]
M. Wertheimer, Produktives
Denken, Francfort a. M. , 1964,
pág.221.
[10]
M. Wertheimer, op. cit, pág. 193.
[11]
MARÍN IBÁÑEZ, op. cit.
p. 11
[12]
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12. Creatividad para la educación en valores
Cit. seg. A. Kaufmann, M.
Fustier y A. Devret, Moderne
Methodem der Krativitat,
Munich, 1972, pág.5
[13]
Cit. por De la Torre, 1991 :21.
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