Inteligencia emocional- estudiantes de trabajo social unjfsc
Inteligencia emocional
1. ¿Sabe usted cuál
es el Cociente de Éxito?
La investigación realizada a nivel mundial por TheConsortiumforResearchonEmotionalIntelligence
in Organizations, arrojó un resultado sorprendente y vinculado a nuestro Cociente de Éxito: el
mismo se debe un 23% a nuestras capacidades intelectuales, y un 77% a nuestras aptitudes
emocionales.
¿Por qué a algunas personas les va mejor en la vida que a otras?
¿Por qué algunas, con alto coeficiente intelectual y que se destacan en su profesión, no pueden
aplicar esta inteligencia en su vida privada, que va a la deriva, del sufrimiento al fracaso?
¿Y por qué otras con un alto Cociente Intelectual terminan trabajando para otras que tienen un CI
más bajo, pero que saben conectarse, influir y relacionarse mejor?
La respuesta está en las emociones y en la capacidad para entenderlas y manejarlas: la Inteligencia
Emocional es parte de nuestra inteligencia global, una parte a menudo negada y desdeñada,
opacada por el brillo de la razón y del Cociente Intelectual, más fácil de definir y medir.
¿Qué lleva a una empresa al fracaso?
Ignorar los seis factores de la Inteligencia Emocional
1. La emoción es información
2. Podemos intentar ignorar la emoción, pero no cómo actúa.
3. Podemos intentar ignorar la emoción, pero eso no es tan bueno como se piensa comúnmente.
4. Las decisiones deben incorporar emociones para ser efectivas.
5. Las emociones siguen patrones lógicos.
2. 6. Existen emociones universales, pero actúan de un modo específico.
Del libro "El directivo emocionalmente inteligente"
David R. Caruso y Peter Salovey
Foto: David Caruso con Abel Cortese, director del portal de Inteligencia Emocional
David Caruso es psicólogo e investigador del Departamento de Psicología de Yale. Dirige
prestigiosos seminarios de formación y desarrollo sobre inteligencia emocional en la empresa y ha
publicado numerosos artículos científicos y libros sobre el tema.
"Hablar de sentimientos ayuda a los niños a estar capacitados para controlarlos y a no ser
irreflexivos. Se ha comprobado que el hecho de hablar sobre las propias
emociones tiene un efecto sedante sobre el sistema nervioso."
John M. Gottman, psicólogo