TÉCNICAS DE LECTURAS BÁSICAS Elogio del chisme.pdf
Arte de escribir y hablar
1.
2. CAPÍTULO X
FIGURAS DE CONSTRUCCIÓN, VICIOS Y FALLAS AL REDACTAR
En el orden lógico del discurso este capítulo debería ir antes del noveno (“Recomendaciones para escribir
el discurso”). Mas aquí he seguido la lógica del desarrollo natural de la expresión oral y escrita, así como
lo que dicta la experiencia; ello con el afán de facilitar el empleo de las figuras de construcción, y hacer
conciencia sobre los vicios en los que incurrimos al redactar.
3. 1. La elipsis se refiere a la posibilidad de omitir voces cuya ausencia no altera el significado de
las ideas, aun cuando son indispensables desde el punto de vista gramatical. Tal recurso ayuda
a pulir el texto y vuelve más placentera la lectura. En un párrafo que confeccioné en el capítulo
XXVI aproveché dicha licencia literaria.
4. 2. Como se comprueba, esta falta de concordancia gramatical no modifica el significado de la
expresión, pero se gana en la fluidez de la lectura y, en este caso, se evita una cacofonía (va a).
En la cita de Peter B. Medawar plasmada al principio del capítulo IX, se recurre a la silepsis:
“...la mayoría de los científicos saben que para ello no sirven”. Al redactar este libro usé a veces
dicha figura de construcción. Verbigracia, en el capítulo VIII escribí: “La mayor parte de los
catedráticos de pedagogía evitaban sentarse en las sillas del primer círculo.
5. 3. El hipérbaton consiste en cambiar de sitio ciertas palabras o frases sin alterar el sentido de la idea. Se
usan los hiperbartones o hipérbatos para dar maleabilidad a nuestras ideas, consisten en colocar el verbo
antes del sujeto: “Vuela el águila a gran altura”; o en poner el adjetivo antes del sustantivo: “No es tan
fiero el león como lo pintan”; o en situar el adverbio antes del verbo: “Tranquilamente volvió a su casa”; o
bien cualquier complemento antes del verbo.
6. CAPÍTULO XI
OTRAS FALLAS Y DUDAS AL EXPRESARNOS
1.. Repetir la misma palabra en un párrafo o en parágrafos contiguos; tal lapsus
empobrece el lenguaje y vuelve pesado el texto. Un buen diccionario de sinónimos
será una herramienta valiosa con objeto de sustituir vocablos, a la vez que servirá
tanto para aumentar el caudal léxico como para agilizar y hacer más amena la
lectura. El término elegido debe poseer una acepción similar al que reemplaza, con
el propósito de no afectar el sentido del pensamiento enunciado
7. 2. Un vicio frecuente es abusar del vocablo que (una expresión de queísmo). Para superarlo es
preciso modificar la estructura gramatical del enunciado o parágrafo; en este proceso evítese
que se pierda el significado de los pensamientos y la sencillez en su exposición
8. 3. El descuido en el uso de adjetivos calificativos empobrece la expresión del lenguaje.
Deben suprimirse, por ende, aquellos que resultan inútiles en una oración o sirven
exclusivamente de adorno sin que ello se traduzca en una forma más precisa de
enunciar un pensamiento, o en una mejor comprensión del mismo. Recúrrase a este
tipo de voces sólo si contribuyen a realzar la idea principal, y a darle brillo al texto.
9. 4. Evitar las falacias, cuyo uso en el habla cotidiana es frecuente; su presencia demuestra la carencia de
argumentación al sustentar un aserto, por ejemplo, las falsas generalizaciones: “Los individuos con
deseos de progresar tienen siempre el éxito asegurado”; “al ganar las elecciones, el presidente actual
cuenta con el apoyo de todos los mexicanos”.
10. 5. Evitar la pobreza del lenguaje que se presenta muchas veces con alguno de los vicios
descritos, por ejemplo: la cacofonía, el abuso del vocablo que o su eliminación injustificada, así
como el empleo de verbos comodines. Como reza cierto refrán, “un mal no viene solo”. Pese al
cuidado que siempre he tenido de escribir con esmero.
11. En ocasiones se expresan comentarios durante un acto académico que nos llevan a
iniciar una polémica, o a participar en ella para formular un punto de vista diferente
del sostenido por algún disertador. La situación se complica cuando la persona de
quien disentimos asiste a una mesa redonda o a un congreso amparada en un puesto
de funcionario, pues ello crea una imagen que inspira en el auditorio.
Capítulo XIX
Cuando el orador se convierte en polemista
12. 1. Al respecto recuerdo una experiencia que viví, en septiembre de 1992, en la Universidad
Autónoma de Tamaulipas. La mesa redonda donde participaría se planeó para discutir la
problemática socioeconómica de México. Pergeñé, por lo mismo, un documento para leerlo.
Empero, la coyuntura que se presentó me condujo a modificar el discurso, toda vez que el
primer ponente –un asesor de la presidencia de la República para asuntos fronterizos– se
refirió en su perorata a las bondades que traería consigo la firma del Tratado de Libre
Comercio.
13. 2. En otra ocasión, en diciembre de 1992, durante el Foro de Investigación Educativa auspiciado
por la Universidad Autónoma de Nayarit, se dio una confrontación con el subsecretario de
Educación Pública para Asuntos Educativos del Distrito Federal. En esa oportunidad se
analizaban las condiciones socioeconómicas en que se realiza la práctica docente, así como los
óbices que dificultan elevar su calidad