2. El pensamiento, el raciocinio, es
un don de la naturaleza. Esta ha
premiado a su creación
suprema, el hombre, con una
Con el término «acto humano» se cualidad especial que lo destaca
quiere designar el obrar propio del del mundo animal y lo hace
hombre que, en cuanto tal, puede superior a todos los seres
convertirse en objeto de valoración vivientes.
moral. Esta definición tiene su origen
en la distinción, ya presente en la
teología medieval, entre actos
hominis y actus humanus.
3. La conducta humana debe ser racional, es decir, guiarse por la razón.
También debe obedecer a los dictados de las virtudes de la voluntad. Pero
esto, por decirlo de alguna manera tiene que ver con los sentimientos. Sin
embargo, no se conoce exactamente el puesto de los sentimientos, es decir
de qué manera se relacionan con la inteligencia y con la voluntad. Según
algunos psicólogos, los sentimientos, especialmente los sentimientos
profundos, son algo así como disposiciones que favorecen la actividad si son
positivos o la inhiben, si son negativos.
4. Con su pensamiento y su sensibilidad percibe la belleza;
siguiendo los dictados de la razón adquiere fuerza; mediante el
pensamiento evalúa a otras personas y educa en si mismo
nobles cualidades; y tomando como guía las ideas progresistas,
el hombre lucha por construir una sociedad más perfecta,
luminosa y racional.
Dice un antiguo proverbio: “Cuando Dios quiere castigar a un
hombre, lo priva de la razón”. Tanto significa ésta en la vida del
hombre, que en el pasado se creía de buena fe que la razón es
la base de todo lo existente.
5. Actitud interior y el comportamiento externo son juntamente
datos constitutivos de la moralidad, la cual es entonces el
fruto de la intersección de la intencionalidad con la eficacia
histórica. La primacía que se concede a la actitud (buena o
mala) no anula la exigencia de verificación del
comportamiento (recto o erróneo). Por otra parte; hay que
reconocer que la entidad de la materia sobre la que recae la
opción es también normalmente decisiva en orden a la
determinación de la actitud subjetiva.