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Evaluación del estado nutricional (dieta,
composición corporal, bioquímica y clínica)
ROSAURA FARRÉ ROVIRA
Conceptos clave
• 
La evaluación del estado nutricional de un individuo permite conocer el grado en
que la alimentación cubre las necesidades del organismo.
• 
La historia clínica y psicosocial ayuda a detectar posibles deficiencias y a conocer
los factores que influyen en los hábitos alimentarios.
• 
La historia dietética proporciona información sobre los hábitos alimentarios y los
alimentos que se consumen.
• 
Los parámetros antropométricos permiten estimar de forma indirecta los distintos
compartimentos corporales.
• 
Los cambios de peso corporal pueden tener un buen valor pronóstico.
• 
El IMC se utiliza como criterio indicador de peso insuficiente, adecuado, sobrepe-
so u obesidad.
• 
La circunferencia de la cintura es útil para conocer el tipo de obesidad (abdominal
o central).
• 
Las concentraciones plasmáticas de proteínas de transporte (albúmina, transferri-
na y prealbúmina transportadora de tiroxina) son útiles para evaluar la desnutrición
y su recuperación en pacientes hospitalizados o con patologías crónicas.
• 
Los métodos de cribado son de gran utilidad como primera etapa de la evaluación
del estado nutricional.
7.
110
MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD • CONCEPTOS GENERALES
1 • Introducción
Las dietas inadecuadas por deficiencia o por ex-
ceso son factores de riesgo de muchas de las EC
más prevalentes en la actualidad. Una alimenta-
ción suficiente y equilibrada proporciona la energía
y los nutrientes que el ser humano necesita en
cada etapa de la vida. El estado nutricional refleja
si la ingestión, la absorción y la utilización de los
nutrientes son adecuadas para satisfacer las ne-
cesidades del organismo. La deficiencia prolonga-
da de un nutriente reduce su contenido en los teji-
dos y órganos, lo que afecta a las funciones
bioquímicas en las que participa, pudiendo produ-
cir a largo plazo enfermedades carenciales (ane-
mia, osteoporosis, etc.).
La evaluación del estado nutricional de un indivi-
duo permite conocer el grado en que la alimen-
tación cubre las necesidades del organismo o, lo
que es lo mismo, detectar situaciones de defi-
ciencia o de exceso. Dicha evaluación debe ser
un componente del examen rutinario de las per-
sonas sanas y es importante en la exploración
clínica del paciente. Es necesaria para proponer
las actuaciones dietético-nutricionales adecua-
das en la prevención de trastornos en personas
sanas y su corrección en las enfermas.
2 • 
Métodos para la evaluación
del estado nutricional
La evaluación del estado nutricional en los adul-
tos incluye:
•	
Historia clínica, datos socioeconómicos y
psicosociales y estilo de vida.
•	Historia dietética.
•	
Parámetros antropométricos y composición
corporal.
•	Datos bioquímicos.
2.1. 
Historia clínica, datos
socioeconómicos y
psicosociales y estilo de vida
La historia clínica y psicosocial ayuda a detectar
posibles deficiencias y a conocer los factores
que influyen en los hábitos alimentarios, tales
como los antecedentes personales y familiares,
los tratamientos terapéuticos (medicamentos
que modifican el apetito y/o el sabor de los ali-
mentos; medicamentos que interaccionan con
componentes de los alimentos), el estilo de
vida, la situación económica y la cultura.
La exploración física de las zonas corporales
con elevada capacidad de regeneración (piel,
labios u ojos) puede alertar sobre posibles defi-
ciencias nutricionales.
2.2. Historia dietética
La historia dietética proporciona información
sobre los hábitos alimentarios y los alimentos
que se consumen (tipo, calidad, cantidad, for-
ma de preparación, número de tomas, etc.).
Permite conocer el patrón de consumo de ali-
mentos e identificar alteraciones en la dieta an-
tes de que aparezcan signos clínicos por defi-
ciencia o por exceso.
La elaboración de la historia dietética no es ta-
rea sencilla. Se han propuesto distintos méto-
dos, lo que significa que ninguno de ellos es
totalmente adecuado. La elección del método
dependerá en gran parte del objetivo que se
desee alcanzar.
Los métodos más frecuentemente utilizados en
la evaluación de la ingesta de alimentos se rela-
cionan en la Tabla 1(1)
.
(1)
Mataix J. Nutrición y Alimentación
Humana: situaciones fisiológicas
y patológicas. Tomo 2. Editorial
Océano-Ergon España. 2005. p.
751-800.
111
7.  EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL (DIETA, COMPOSICIÓN CORPORAL, BIOQUÍMICA Y CLÍNICA) • MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD
2.3. 
Parámetros antropométricos
y composición corporal
La antropometría evalúa el tamaño corporal y la
proporción entre talla y peso. Igualmente, per-
mite estimar de forma indirecta los distintos
compartimentos corporales (agua, masa magra
y masa grasa).
Cambios en el peso y en las circunferencias de
la cintura y de la cadera, entre otros, son indica-
dores de variaciones en el estado nutricional,
que pueden valorarse por comparación con los
valores previos o con los intervalos de normali-
dad obtenidos en estudios poblacionales.
Las medidas antropométricas son fáciles de
obtener, aunque su fiabilidad depende del grado
de entrenamiento de quién toma la medida, re-
quieren un instrumental sencillo (balanza, cali-
brador de pliegues cutáneos, cinta métrica flexi-
ble, tallímetro) y su coste es bajo.
La principal causa de error en la determinación
e interpretación de los parámetros antropomé-
tricos se debe a la falta de precisión, pues los
valores obtenidos dependen mucho de quién,
cómo y donde se miden. La hidratación, el tono
muscular y la edad también influyen.
La talla se determina con la persona descalza, de
espaldas al vástago vertical del tallímetro, con los
brazos relajados y la cabeza en una posición de
forma que el meato auditivo y el borde inferior de
la órbita de los ojos estén en un plano horizontal.
Cuando no es posible medir la talla de forma
Tabla 1. Métodos de evaluación del consumo de alimentos y nutrientes (modificado de(1)
)
Método Descripción Ventajas Inconvenientes
Registro
de consumo
Se anotan los alimentos y
bebidas ingeridos en cada una
de las comidas/tomas durante un
periodo de 1-7 días.
Permite conocer las preferencias,
tamaño de la porción, los horarios y
el lugar donde se ingieren.
Útil para calcular la ingesta de
nutrientes.
Demanda la participación activa
del sujeto, que puede modificar
sus hábitos alimentarios durante el
periodo de registro.
Pesada directa Se pesan los alimentos que se
sirven y lo que sobra al finalizar la
comida.
Método bastante exacto de la
ingesta de alimentos.
Precisa de práctica para la pesada
por parte del encuestado o
destinar a ello a una persona
entrenada (mayor coste).
Recordatorio
de 24 horas
Se pregunta al sujeto sobre su
ingesta durante las últimas 24
horas.
Aplicación sencilla, escasa influencia
sobre los hábitos alimentarios,
elevada tasa de respuesta.
Es posible que el consumo del día
anterior no refleje el habitual.
Frecuencia
de consumo
Mide la frecuencia de consumo
de los alimentos mediante un
cuestionario estructurado con
diferentes grupos de alimentos.
Los hábitos de consumo no se
modifican, bajo coste.
Información cualitativa.
La cumplimentación del
cuestionario puede requerir
tiempo.
Consumo usual Se pregunta al sujeto sobre
los alimentos que consume
usualmente en cada toma.
Establece el patrón alimentario
habitual; permite valorar cambios en
los hábitos alimentarios.
No afecta a los hábitos de consumo.
Requiere entrevistadores
entrenados.
112
MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD • CONCEPTOS GENERALES
(2)
Planas Vilá M, Pérez-Portabella
C, Martínez Costa C. Valoración
del estado nutricional en el adulto
y en el niño. En: Tratado de
Nutrición. Tomo III. A. Gil (ed.).
Panamericana. Madrid. 2010.
(3)
Alastrué A, Rull M, Camps I y col.
Nuevas normas y consejos en
la valoración de los parámetros
antropométrico en nuestra
población: índice adiposo
muscular, índices ponderales y
tablas de percentiles de los datos
antropométricos útiles en una
valoración nutricional. Med Clin
1988;91:223-236.
(4)
Salas-Salvadó J, Rubio MA,
Barbany M y col. Consenso
SEEDO 2007 para la evaluación
del sobrepeso y la obesidad y
el establecimiento de criterios
de intervención terapéutica Med
Clin (Barc) 2007;128:184-196.
http://www.seedo.es/portals/
seedo/consenso/Consenso_
SEEDO_2007.pdf
directa, ésta se calcula a partir de la altura de la
rodilla o la de longitud de la rodilla-maléolo externo.
La relación entre la talla y la circunferencia de la
muñeca permite determinar la complexión in-
dividual (Tabla 2).
El peso es un buen parámetro de evaluación
del estado nutricional individual. Se debe medir,
preferiblemente, con una balanza digital calibra-
da, con el sujeto de pie, apoyado de forma
equilibrada en ambos pies, con el mínimo de
ropa posible o con bata clínica, después de
evacuar la vejiga y el recto.
Se diferencia entre:
•	
Peso habitual: es el que usualmente tiene el
individuo.
•	
Peso actual: es el que se determina en el
momento de realizar la valoración.
•	
Peso ideal: se obtiene a partir de la talla y la
complexión en tablas de referencia. Se dispo-
ne de distintas tablas y entre las más conoci-
das se encuentran las de la Metropolitan Life
Insurance Company(2)
y las de referencia es-
pañolas(3)
. También puede calcularse con al-
guna de las numerosas ecuaciones que se
han propuesto con dicho fin.
Los cambios de peso corporal pueden tener un
buen valor pronóstico, se acepta que una varia-
ción reciente de peso del 10% es indicadora de
cambio significativo en el estado nutricional. Es
más útil la pérdida involuntaria de peso que éste
por sí mismo.
A partir del peso (kg) y de la talla (m) se calcula
el IMC o índice de Quetelet, mediante la si-
guiente fórmula:
IMC = Peso (kg) / Talla2
(m)
Es una determinación sencilla, pero de interés
en epidemiología. Se acepta que un IMC  16
va acompañado de un aumento de la morbili-
dad.
En la Tabla 3 se muestran los criterios de la
SEEDO para la clasificación del peso según el
IMC para adultos (18-65 años)(4)
.
Los pliegues cutáneos y los perímetros cor-
porales (perímetro del brazo) son útiles para
determinar la grasa subcutánea y la masa mus-
cular, respectivamente. El grosor de determina-
dos pliegues cutáneos (bíceps, tríceps, subes-
capular, suprailíaco, abdominal, etc.) es
indicador de la grasa corporal total, puesto que
en el ser humano la mitad de la grasa corporal
se encuentra en la capa subcutánea.
El pliegue más utilizado es el tricipital (PTC).
Su medida muestra una buena relación con el
contenido adiposo medido por otros métodos
(densitometría, radiología, etc.). Su medición
requiere personal entrenado y se realiza con el
paciente de pie o sentado, con el brazo no do-
minante colgando suelto. En la cara posterior
del brazo se mide la distancia entre la apófisis
del acromion y el olécranon y se marca el punto
medio. En este punto se pellizcan, suavemente,
la piel y el tejido subcutáneo y con un lipocalibre
Tabla 2. Complexión según la relación talla (cm)/circunferencia de muñeca (cm)(2)
Complexión Pequeña Mediana Grande
Hombres  10,1 9,6-10  9,6
Mujeres  10,9 9,9-10,9  9,9
113
7.  EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL (DIETA, COMPOSICIÓN CORPORAL, BIOQUÍMICA Y CLÍNICA) • MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD
(5)
Zimmet P, George K, Albertib
MM y col. Una nueva definición
mundial del síndrome metabólico
propuesta por la Federación
Internacional de Diabetes:
fundamento y resultados. Rev Esp
Cardiol 2005;58:1371-1376.
(6)
Griera Borrás JL, Contreras
Gilbert J. Síndrome metabólico:
¿fin de la controversia? Rev Esp
Obes 2010;8:69-74.
se mide el grosor. La medición se hace por tripli-
cado y se calcula la media (mm), que se compa-
ra con los valores normales en función del sexo
y la edad.
La circunferencia de la cintura o perímetro
abdominal es útil para conocer la distribución
de la grasa corporal y determinar el tipo de obe-
sidad (abdominal o central). Se mide con el su-
jeto de pie, al final de una espiración normal, en
el punto medio entre las crestas ilíacas y el re-
borde costal.
El valor de la circunferencia de la cintura se in-
cluye en la definición del síndrome metabólico
como “conjunto de alteraciones metabólicas
constituido por la obesidad de distribución cen-
tral, la disminución de las concentraciones del
colesterol unido a las lipoproteínas de alta den-
sidad (HDLc), la elevación de las concentracio-
nes de triglicéridos, el aumento de la PA y la hi-
perglucemia”(5)
.
En un consenso emitido recientemente por dis-
tintas Sociedades Científicas internacionales, se
confirma que los puntos de corte de la circunfe-
rencia de cintura varían según el género, la
población y el grupo étnico y la organización
que lo propone(6)
.
Con el mismo fin se utiliza el índice cintura ca-
dera (ICC), que es el cociente entre los períme-
tros de la cintura y de la cadera. El índice permi-
te clasificar la obesidad en central abdominal y
periférica (generalizada). Valores de ICC  0,95
en hombres y  0,80 en mujeres son indicadores
de obesidad central/ abdominal/ troncal, mien-
tras que valores ≤ 0,95 en hombres y ≤ 0,80 en
mujeres indicarían obesidad generalizada.
La importancia del ICC radica en que la distribu-
ción central de la grasa es un buen factor pre-
dictivo de alteraciones metabólicas y permite
detectar el riesgo CV.
La circunferencia o perímetro del brazo
(CB) permite estimar las proteínas somáticas
del organismo y, de forma indirecta, la masa
muscular corporal. Se mide con una cinta métri-
ca flexible.
Los valores de la CB y del PTC permiten calcu-
lar la circunferencia muscular del brazo
(CMB) y el área muscular del brazo (AMB):
Tabla 3. Criterios de la SEEDO para la clasificación del peso según el IMC
Categoría Intervalo de IMC (kg/m2
)
Peso insuficiente  18,5
Normopeso 18,5-24,9
Sobrepeso grado I 25,0-26,9
Sobrepeso grado II (preobesidad) 27,0-29,9
Obesidad grado I 30,0-34,9
Obesidad grado II 35,0-39,9
Obesidad grado III (mórbida) 40,0-49,9
Obesidad grado IV (extrema)  50
IMC: índice de masa corporal.
Tomado de: http://www.seedo.es/portals/seedo/consenso/consenso_SEEDO_2007.pdf
114
MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD • CONCEPTOS GENERALES
(2)
Planas Vilá M, Pérez-Portabella
C, Martínez Costa C. Valoración
del estado nutricional en el adulto
y en el niño. En: Tratado de
Nutrición. Tomo III. A. Gil (ed.).
Panamericana. Madrid. 2010.
(7)
Deurenberg P. International
consensus conference on
impedance in body composition.
Age  Nutrition 1994;5:142-145.
CMB = CB (cm) – [3,14 × PTC (cm)]
AMB = (CMB – PTC)2
/ 4
A la antropometría deben añadirse otras técni-
cas útiles para estimar la composición corporal,
que permiten superar los problemas que plan-
tea la valoración del estado nutricional de per-
sonas enfermas u obesas. Entre las técnicas
más utilizadas se encuentra la Impedancia
bioeléctrica. Ésta se basa en la distinta resis-
tencia que el agua y los tejidos corporales ofre-
cen al paso de una corriente eléctrica (fuerza y
velocidad de una señal eléctrica que viaja a tra-
vés del organismo). Los tejidos con contenidos
elevados de agua y de electrolitos, como la
sangre o el tejido muscular, actúan como con-
ductores de la corriente eléctrica, mientras que
el tejido graso con menor contenido de agua
ofrece resistencia al paso de la corriente. A ma-
yor impedancia eléctrica mayor contenido de
grasa corporal. Permite discriminar entre tejido
magro (libre de grasa) y masa grasa.
Entre las ventajas de la técnica cabe señalar
que no es invasiva, es de fácil aplicación y su
coste es relativamente bajo. Su fiabilidad puede
verse afectada por el desequilibrio hidroelectro-
lítico, la obesidad y el edema(7)
.
Otras técnicas de evaluación de la composición
corporal, que se utilizan básicamente en investi-
gación, son: la densitometría, la dilución isotópi-
ca, el análisis de activación de neutrones, la ab-
sorciometría dual de rayos X (DEXA), la resonancia
magnética y la tomografía computerizada.
2.4. Datos bioquímicos(2)
Los valores de algunos parámetros bioquímicos
se utilizan como marcadores del estado nutri-
cional. Así, los contenidos plasmáticos de las
proteínas de transporte de síntesis hepática son
útiles como indicadores indirectos de la masa
proteica corporal; la creatinina sérica para de-
terminar la masa muscular, etc.
A efectos de la evaluación del estado nutricional
proteico, se diferencia entre proteínas somáti-
cas (corporal/ muscular) y proteínas viscerales.
Para evaluar las primeras se utiliza el balance
nitrogenado (Bn) y el índice creatinina/altu-
ra (ICA).
El Bn diferencia entre el nitrógeno ingerido y el
eliminado, es un buen indicador de los cambios
en la proteína corporal(2)
:
Bn = [Ingesta de proteína (g/día) / 6,25]
– [Nitrógeno urinario (g/día) + 4]
El nitrógeno se elimina por la orina mayoritaria-
mente como urea y una pequeña parte en otras
formas (creatinina, amonio, aa, etc.). El valor de
4 corresponde a la suma de las pérdidas no
urinarias de nitrógeno (2 g de heces y sudor + 2
g de nitrógeno no proteico).
Finalizado el crecimiento, en condiciones nor-
males existe un equilibrio entre anabolismo y
catabolismo y el valor de Bn debe ser cero. Un
Bn negativo indica depleción proteica, ya sea
por una situación catabólica o por una ingesta
proteica insuficiente. Un Bn positivo indica re-
pleción proteica.
La creatinina es el principal metabolito de la
degradación de creatina presente, mayoritaria-
mente, en el tejido muscular en forma de fosfato
de creatina. La creatinina se elimina por la orina
sin modificar. En ausencia de insuficiencia renal,
la excreción de creatinina en orina de 24 horas
se relaciona con la masa muscular total del
115
7.  EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL (DIETA, COMPOSICIÓN CORPORAL, BIOQUÍMICA Y CLÍNICA) • MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD
organismo y con la altura(2)
. Al ser dicha excre-
ción bastante constante, se considera un valor
de referencia útil en la práctica como indicador
clínico para estimar la situación de la proteína
muscular o somática.
El ICA relaciona la cantidad de creatinina excre-
tada en la orina en 24 horas con la talla del indi-
viduo. La comparación del valor obtenido con el
correspondiente a un individuo de la misma talla
y sexo (tablas de referencia) es útil para determi-
nar el grado de desnutrición.
Para evaluar la proteína visceral se utilizan
como indicadores indirectos las concentracio-
nes plasmáticas de proteínas de transporte
sintetizadas por el hígado. Se usan para evaluar
tanto el deterioro del estado nutricional como su
recuperación, en especial en pacientes hospita-
lizados o con patologías crónicas.
Se considera que la disminución de los conteni-
dos séricos de las proteínas viscerales depende
de una reducción de su síntesis hepática en la
que influyen factores nutritivos como el aporte
de nutrientes (aa), y no nutritivos como la masa
hepática, que condicionará su síntesis, el índice
de utilización metabólica de las proteínas y su
excreción, la transferencia del espacio extravas-
cular al intravascular y el grado de hidratación y
de expansión del espacio extracelular(2)
.
Por otra parte, en situaciones de agresión, los
hepatocitos priorizan las proteínas más necesa-
rias y, en consecuencia, disminuyen las proteí-
nas viscerales. Así pues, en situaciones de
agresión es difícil atribuir a la nutrición los cam-
bios en los contenidos plasmáticos de las pro-
teínas viscerales. Las proteínas plasmáticas
más frecuentemente utilizadas se muestran en
la Tabla 4.
La albúmina, proteína fácil de determinar, se
considera un buen marcador epidemiológico,
aunque no lo es para los cambios nutricionales
agudos, por su larga vida media (20 días) y el
gran tamaño del pool corporal (4-5 g/kg). Los
principales problemas que plantea su uso como
marcador son la posible disminución de su va-
lor por cambios en la volemia, en distintas si-
tuaciones patológicas (síndrome nefrótico,
eclampsia, enteropatías perdedoras de proteí-
nas, insuficiencia hepática), así como por cual-
quier grado de agresión. Se trata por tanto de
un marcador inespecífico, aunque puede pre-
decir la mortalidad y estancias y readmisiones
hospitalarias.
La hipoalbuminemia puede asimismo inducir a
error en la interpretación de los contenidos plas-
máticos de calcio, cinc y magnesio, dando lugar
a falsos descensos, además afectará a la far-
macocinética de algunos fármacos (fenitoína).
Tabla 4. Grado de desnutrición según el contenido plasmático de las proteínas de origen visceral
Proteína plasmática Vida
media
Concentración
normal
Grado de desnutrición
Leve Moderada Grave
Albúmina (g/dl) 20 días 3,5-5,0 2,8-3,5 2,1-2,7  2,1
Transferrina (mg/dl) 8-10 días 175-300 150-175 100-150  100
Prealbúmina o proteína
transportadora
de tiroxina (mg/dl)
2 días 17-29 10-15 5-10  5
116
MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD • CONCEPTOS GENERALES
(2)
Planas Vilá M, Pérez-Portabella
C, Martínez Costa C. Valoración
del estado nutricional en el adulto
y en el niño. En: Tratado de
Nutrición. Tomo III. A. Gil (ed.).
Panamericana. Madrid. 2010.
(8)
García de Lorenzo A, Álvarez
Hernández J, Planas M y col.
Consenso multidisciplinar sobre
el abordaje de la desnutrición
hospitalaria en España. Nutr
Hosp 2011;26(4):701-710.
http://scielo.isciii.es/pdf/nh/
v26n4/06_original_01.pdf
(9)
Kondrup J, Allison P, Elia M
y col. ESPEN Guidelines for
Nutrition Screening 2002. Clin
Nutr 2003;22:415-421. http://
www.espen.org/documents/
Screening.pdf
La transferrina es una ß-globulina transporta-
dora de hierro en el plasma. Al tener una vida
media de 8-10 días y un pool plasmático pe-
queño (5 g), reflejará mejor que la albúmina los
cambios agudos de las proteínas viscerales.
Son causa de un falso incremento en su conte-
nido plasmático el déficit de hierro, los trata-
mientos con estrógenos y el embarazo, mien-
tras que la concentración plasmática de
transferrina disminuye en la enfermedad hepáti-
ca, el síndrome nefrótico y las infecciones.
La prealbúmina o proteína transportadora
de tiroxina tiene una vida media corta (dos
días) y un pool corporal muy pequeño. En situa-
ciones de traumatismo o infecciones que van
acompañadas de cambios en la síntesis protei-
ca, preferentemente de proteínas de fase agu-
da, frente a otras proteínas que en condiciones
de normalidad fisiológica se sintetizan en mayor
cuantía, sus contenidos séricos disminuyen rá-
pidamente, por lo que cuando se utiliza como
marcador nutricional su disminución debe inter-
pretarse con cautela. Se considera el mejor
marcador para la valoración del estado nutricio-
nal en enfermos y en situaciones de cambios
nutricionales agudos.
La proteína ligada al retinol tiene una vida
media muy corta (diez horas), gracias a ello re-
fleja mejor que otras proteínas los cambios agu-
dos del estado nutricional. Al ser una proteína
que se filtra por el glomérulo y se metaboliza en
el riñón, sus contenidos séricos aumentan en
situaciones de insuficiencia renal, ello sumado a
su elevada sensibilidad al estrés, reducen su
utilidad en clínica.
Pruebas de inmunidad. La desnutrición pue-
de modificar los mecanismos de defensa del
individuo, existiendo una relación entre los esta-
dos inmunitario y nutricional, por lo que se utili-
zan distintas pruebas de valoración de la
función inmunitaria como marcadores nutricio-
nales (Capítulo 8).
2.5. Índices pronósticos
Dadas las dificultades para disponer de indicado-
res sensibles y específicos útiles para la evalua-
ción del estado nutricional, algunos autores han
propuesto índices que permiten clasificar a los
pacientes según su grado de desnutrición. Entre
los índices más usados se encuentran el índice de
riesgo nutricional (IRN), el índice de pronóstico
nutricional (IPN) y el índice de Maastricht (IM)(2)
.
3 • Métodos de cribado
Las dificultades que plantea la aplicación de los
métodos de evaluación del estado nutricional en
atención primaria han llevado al desarrollo de
métodos de cribado más sencillos de aplicar, es
decir, más prácticos, al tiempo que son válidos,
fiables y reproducibles. Por otra parte, la eleva-
da prevalencia de desnutrición al ingreso hospi-
talario, así como la desnutrición desarrollada
durante la estancia, aconseja realizar un método
de cribado al ingreso del paciente que permita
detectar de forma precoz a los pacientes des-
nutridos o en riesgo de desarrollar malnutrición,
en cuyo caso será necesario realizar una eva-
luación del estado nutricional mediante los pro-
cedimientos antes mencionados(8)
.
De los numerosos métodos de cribado pro-
puestos para personas adultas, la European
Society of Clinical Nutrition and Metabolism
(ESPEN) recomienda en su guía del 2001(9)
el
Malnutrition Universal Screening Tool (MUST)
para población en general, el Nutritional Risk
Screening (NRS) 2002 para pacientes hospitali-
zados y el Mini Nutritional Assessment (MNA) en
pacientes ancianos.
117
7.  EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL (DIETA, COMPOSICIÓN CORPORAL, BIOQUÍMICA Y CLÍNICA) • MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD
(10)
Stratton RJ, Hackston A,
Longmore D y col. Malnutrition
in hospital outpatients and
inpatients: prevalence, concurrent
validity and ease of use of the
“malnutrition universal screening
tool” (MUST) for adults. Br J Nutr
2004;92:799-808.
(11)
Kondrup J, Rasmussen HH,
Hamberg O y col.; Ad Hoc
ESPEN Working Group. Nutritional
risk screening (NRS 2002): a new
method based on an analysis of
controlled clinical trials. Clin Nutr
2003;22:321-336.
(12)
Guigoz Y, Vellas B, Garry PJ.
Mini Nutritional Assessment:
A practical assessment tool
for grading the nutritional
state of elderly patients. Facts
and research in gerontology
1994;(Suppl: Nutrition):15-59.
(13)
MNA-SF. http://www.mna-
elderly.com/forms/MNA_
spanish.pdf
El MUST determina el IMC, tiene en cuenta la
pérdida de peso en 3-6 meses y el efecto de
enfermedad aguda sobre la ingesta de alimen-
tos en los últimos cinco días. Clasifica al indivi-
duo en bajo, medio y alto riesgo de desnutri-
ción, e incluye guías de actuación para
desarrollar el tratamiento nutricional(10)
.
El NRS 2002 pregunta mediante cuatro cuestio-
nes sencillas el IMC, la reducción de la ingesta
en la última semana, la pérdida de peso del pa-
ciente y la gravedad de la enfermedad. En caso
de respuesta afirmativa se debe realizar el criba-
do completo que valora, además del IMC, el
porcentaje de pérdida de peso en un tiempo
determinado y la ingesta de alimentos, y puntúa
en función de las enfermedades y la edad(11)
.
El MNA se ha desarrollado en Europa y valida-
do en población geriátrica, que considera algu-
nos datos antropométricos numéricos (peso,
IMC, circunferencias) junto con preguntas rela-
tivas al estilo de vida, la nutrición y la autoper-
cepción. Clasifica a los pacientes según su es-
tadonutricionalenbueno/riesgo/desnutrición(12)
.
Puesto que en su versión original su adminis-
tración requiere bastante tiempo, se apostó por
el desarrollo de una versión corta (tres minutos
de administración), MNA-SF, que entre otros
incorpora el IMC, y en los casos en que no se
disponga de este se puede sustituir por la cir-
cunferencia de la pantorrilla(13)
.
Los métodos de cribado descritos brevemente
en los párrafos anteriores son de gran utilidad
como etapa preliminar de la evaluación del esta-
do nutricional.
PÁGINAS WEB DE INTERÉS
ESPEN: http://www.espen.org/
MNA: http://www.mna-elderly.com/mna_forms.
html
MUST:
• 
http://www.bapen.org.uk/must_itself.html
• 
http://www.bapen.org.uk/must_tool.html
• 
http://www.bapen.org.uk/must-calculator.
html
NRS 2002: http://endokrinologie.insel.ch/file
admin/endokrinologie/endokrinologie_users/
pdf/FME_0_NRS_2002_Screening_CN.pdf
Sociedad Española de Nutrición Parenteral y
Enteral ENPE: http://www.senpe.com/
Siglas utilizadas en este capítulo
aa: aminoácidos; AMB: área muscular del brazo; Bn: balance nitrogenado; CB: circunferencia o perímetro del brazo;
CMB: circunferencia muscular del brazo; CV: cardiovascular; EC: enfermedad crónica; ESPEN: The European Society for
Clinical Nutrition and Metabolism; ICA: índice creatinina/altura; ICC: índice cintura cadera; IMC: índice de masa corporal;
MNA: Mini Nutritional Assessment; MNA-SF: Mini Nutritional Assessment short form; MUST: Malnutrition Universal Screening
Tool; NRS: Nutritional Risk Screening; PA: presión arterial; PTC: pliegue tricipital; SEEDO: Sociedad Española para el Estudio
de la Obesidad.
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  • 1. Evaluación del estado nutricional (dieta, composición corporal, bioquímica y clínica) ROSAURA FARRÉ ROVIRA Conceptos clave •  La evaluación del estado nutricional de un individuo permite conocer el grado en que la alimentación cubre las necesidades del organismo. •  La historia clínica y psicosocial ayuda a detectar posibles deficiencias y a conocer los factores que influyen en los hábitos alimentarios. •  La historia dietética proporciona información sobre los hábitos alimentarios y los alimentos que se consumen. •  Los parámetros antropométricos permiten estimar de forma indirecta los distintos compartimentos corporales. •  Los cambios de peso corporal pueden tener un buen valor pronóstico. •  El IMC se utiliza como criterio indicador de peso insuficiente, adecuado, sobrepe- so u obesidad. •  La circunferencia de la cintura es útil para conocer el tipo de obesidad (abdominal o central). •  Las concentraciones plasmáticas de proteínas de transporte (albúmina, transferri- na y prealbúmina transportadora de tiroxina) son útiles para evaluar la desnutrición y su recuperación en pacientes hospitalizados o con patologías crónicas. •  Los métodos de cribado son de gran utilidad como primera etapa de la evaluación del estado nutricional. 7.
  • 2. 110 MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD • CONCEPTOS GENERALES 1 • Introducción Las dietas inadecuadas por deficiencia o por ex- ceso son factores de riesgo de muchas de las EC más prevalentes en la actualidad. Una alimenta- ción suficiente y equilibrada proporciona la energía y los nutrientes que el ser humano necesita en cada etapa de la vida. El estado nutricional refleja si la ingestión, la absorción y la utilización de los nutrientes son adecuadas para satisfacer las ne- cesidades del organismo. La deficiencia prolonga- da de un nutriente reduce su contenido en los teji- dos y órganos, lo que afecta a las funciones bioquímicas en las que participa, pudiendo produ- cir a largo plazo enfermedades carenciales (ane- mia, osteoporosis, etc.). La evaluación del estado nutricional de un indivi- duo permite conocer el grado en que la alimen- tación cubre las necesidades del organismo o, lo que es lo mismo, detectar situaciones de defi- ciencia o de exceso. Dicha evaluación debe ser un componente del examen rutinario de las per- sonas sanas y es importante en la exploración clínica del paciente. Es necesaria para proponer las actuaciones dietético-nutricionales adecua- das en la prevención de trastornos en personas sanas y su corrección en las enfermas. 2 • Métodos para la evaluación del estado nutricional La evaluación del estado nutricional en los adul- tos incluye: • Historia clínica, datos socioeconómicos y psicosociales y estilo de vida. • Historia dietética. • Parámetros antropométricos y composición corporal. • Datos bioquímicos. 2.1. Historia clínica, datos socioeconómicos y psicosociales y estilo de vida La historia clínica y psicosocial ayuda a detectar posibles deficiencias y a conocer los factores que influyen en los hábitos alimentarios, tales como los antecedentes personales y familiares, los tratamientos terapéuticos (medicamentos que modifican el apetito y/o el sabor de los ali- mentos; medicamentos que interaccionan con componentes de los alimentos), el estilo de vida, la situación económica y la cultura. La exploración física de las zonas corporales con elevada capacidad de regeneración (piel, labios u ojos) puede alertar sobre posibles defi- ciencias nutricionales. 2.2. Historia dietética La historia dietética proporciona información sobre los hábitos alimentarios y los alimentos que se consumen (tipo, calidad, cantidad, for- ma de preparación, número de tomas, etc.). Permite conocer el patrón de consumo de ali- mentos e identificar alteraciones en la dieta an- tes de que aparezcan signos clínicos por defi- ciencia o por exceso. La elaboración de la historia dietética no es ta- rea sencilla. Se han propuesto distintos méto- dos, lo que significa que ninguno de ellos es totalmente adecuado. La elección del método dependerá en gran parte del objetivo que se desee alcanzar. Los métodos más frecuentemente utilizados en la evaluación de la ingesta de alimentos se rela- cionan en la Tabla 1(1) . (1) Mataix J. Nutrición y Alimentación Humana: situaciones fisiológicas y patológicas. Tomo 2. Editorial Océano-Ergon España. 2005. p. 751-800.
  • 3. 111 7.  EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL (DIETA, COMPOSICIÓN CORPORAL, BIOQUÍMICA Y CLÍNICA) • MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD 2.3. Parámetros antropométricos y composición corporal La antropometría evalúa el tamaño corporal y la proporción entre talla y peso. Igualmente, per- mite estimar de forma indirecta los distintos compartimentos corporales (agua, masa magra y masa grasa). Cambios en el peso y en las circunferencias de la cintura y de la cadera, entre otros, son indica- dores de variaciones en el estado nutricional, que pueden valorarse por comparación con los valores previos o con los intervalos de normali- dad obtenidos en estudios poblacionales. Las medidas antropométricas son fáciles de obtener, aunque su fiabilidad depende del grado de entrenamiento de quién toma la medida, re- quieren un instrumental sencillo (balanza, cali- brador de pliegues cutáneos, cinta métrica flexi- ble, tallímetro) y su coste es bajo. La principal causa de error en la determinación e interpretación de los parámetros antropomé- tricos se debe a la falta de precisión, pues los valores obtenidos dependen mucho de quién, cómo y donde se miden. La hidratación, el tono muscular y la edad también influyen. La talla se determina con la persona descalza, de espaldas al vástago vertical del tallímetro, con los brazos relajados y la cabeza en una posición de forma que el meato auditivo y el borde inferior de la órbita de los ojos estén en un plano horizontal. Cuando no es posible medir la talla de forma Tabla 1. Métodos de evaluación del consumo de alimentos y nutrientes (modificado de(1) ) Método Descripción Ventajas Inconvenientes Registro de consumo Se anotan los alimentos y bebidas ingeridos en cada una de las comidas/tomas durante un periodo de 1-7 días. Permite conocer las preferencias, tamaño de la porción, los horarios y el lugar donde se ingieren. Útil para calcular la ingesta de nutrientes. Demanda la participación activa del sujeto, que puede modificar sus hábitos alimentarios durante el periodo de registro. Pesada directa Se pesan los alimentos que se sirven y lo que sobra al finalizar la comida. Método bastante exacto de la ingesta de alimentos. Precisa de práctica para la pesada por parte del encuestado o destinar a ello a una persona entrenada (mayor coste). Recordatorio de 24 horas Se pregunta al sujeto sobre su ingesta durante las últimas 24 horas. Aplicación sencilla, escasa influencia sobre los hábitos alimentarios, elevada tasa de respuesta. Es posible que el consumo del día anterior no refleje el habitual. Frecuencia de consumo Mide la frecuencia de consumo de los alimentos mediante un cuestionario estructurado con diferentes grupos de alimentos. Los hábitos de consumo no se modifican, bajo coste. Información cualitativa. La cumplimentación del cuestionario puede requerir tiempo. Consumo usual Se pregunta al sujeto sobre los alimentos que consume usualmente en cada toma. Establece el patrón alimentario habitual; permite valorar cambios en los hábitos alimentarios. No afecta a los hábitos de consumo. Requiere entrevistadores entrenados.
  • 4. 112 MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD • CONCEPTOS GENERALES (2) Planas Vilá M, Pérez-Portabella C, Martínez Costa C. Valoración del estado nutricional en el adulto y en el niño. En: Tratado de Nutrición. Tomo III. A. Gil (ed.). Panamericana. Madrid. 2010. (3) Alastrué A, Rull M, Camps I y col. Nuevas normas y consejos en la valoración de los parámetros antropométrico en nuestra población: índice adiposo muscular, índices ponderales y tablas de percentiles de los datos antropométricos útiles en una valoración nutricional. Med Clin 1988;91:223-236. (4) Salas-Salvadó J, Rubio MA, Barbany M y col. Consenso SEEDO 2007 para la evaluación del sobrepeso y la obesidad y el establecimiento de criterios de intervención terapéutica Med Clin (Barc) 2007;128:184-196. http://www.seedo.es/portals/ seedo/consenso/Consenso_ SEEDO_2007.pdf directa, ésta se calcula a partir de la altura de la rodilla o la de longitud de la rodilla-maléolo externo. La relación entre la talla y la circunferencia de la muñeca permite determinar la complexión in- dividual (Tabla 2). El peso es un buen parámetro de evaluación del estado nutricional individual. Se debe medir, preferiblemente, con una balanza digital calibra- da, con el sujeto de pie, apoyado de forma equilibrada en ambos pies, con el mínimo de ropa posible o con bata clínica, después de evacuar la vejiga y el recto. Se diferencia entre: • Peso habitual: es el que usualmente tiene el individuo. • Peso actual: es el que se determina en el momento de realizar la valoración. • Peso ideal: se obtiene a partir de la talla y la complexión en tablas de referencia. Se dispo- ne de distintas tablas y entre las más conoci- das se encuentran las de la Metropolitan Life Insurance Company(2) y las de referencia es- pañolas(3) . También puede calcularse con al- guna de las numerosas ecuaciones que se han propuesto con dicho fin. Los cambios de peso corporal pueden tener un buen valor pronóstico, se acepta que una varia- ción reciente de peso del 10% es indicadora de cambio significativo en el estado nutricional. Es más útil la pérdida involuntaria de peso que éste por sí mismo. A partir del peso (kg) y de la talla (m) se calcula el IMC o índice de Quetelet, mediante la si- guiente fórmula: IMC = Peso (kg) / Talla2 (m) Es una determinación sencilla, pero de interés en epidemiología. Se acepta que un IMC 16 va acompañado de un aumento de la morbili- dad. En la Tabla 3 se muestran los criterios de la SEEDO para la clasificación del peso según el IMC para adultos (18-65 años)(4) . Los pliegues cutáneos y los perímetros cor- porales (perímetro del brazo) son útiles para determinar la grasa subcutánea y la masa mus- cular, respectivamente. El grosor de determina- dos pliegues cutáneos (bíceps, tríceps, subes- capular, suprailíaco, abdominal, etc.) es indicador de la grasa corporal total, puesto que en el ser humano la mitad de la grasa corporal se encuentra en la capa subcutánea. El pliegue más utilizado es el tricipital (PTC). Su medida muestra una buena relación con el contenido adiposo medido por otros métodos (densitometría, radiología, etc.). Su medición requiere personal entrenado y se realiza con el paciente de pie o sentado, con el brazo no do- minante colgando suelto. En la cara posterior del brazo se mide la distancia entre la apófisis del acromion y el olécranon y se marca el punto medio. En este punto se pellizcan, suavemente, la piel y el tejido subcutáneo y con un lipocalibre Tabla 2. Complexión según la relación talla (cm)/circunferencia de muñeca (cm)(2) Complexión Pequeña Mediana Grande Hombres 10,1 9,6-10 9,6 Mujeres 10,9 9,9-10,9 9,9
  • 5. 113 7.  EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL (DIETA, COMPOSICIÓN CORPORAL, BIOQUÍMICA Y CLÍNICA) • MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD (5) Zimmet P, George K, Albertib MM y col. Una nueva definición mundial del síndrome metabólico propuesta por la Federación Internacional de Diabetes: fundamento y resultados. Rev Esp Cardiol 2005;58:1371-1376. (6) Griera Borrás JL, Contreras Gilbert J. Síndrome metabólico: ¿fin de la controversia? Rev Esp Obes 2010;8:69-74. se mide el grosor. La medición se hace por tripli- cado y se calcula la media (mm), que se compa- ra con los valores normales en función del sexo y la edad. La circunferencia de la cintura o perímetro abdominal es útil para conocer la distribución de la grasa corporal y determinar el tipo de obe- sidad (abdominal o central). Se mide con el su- jeto de pie, al final de una espiración normal, en el punto medio entre las crestas ilíacas y el re- borde costal. El valor de la circunferencia de la cintura se in- cluye en la definición del síndrome metabólico como “conjunto de alteraciones metabólicas constituido por la obesidad de distribución cen- tral, la disminución de las concentraciones del colesterol unido a las lipoproteínas de alta den- sidad (HDLc), la elevación de las concentracio- nes de triglicéridos, el aumento de la PA y la hi- perglucemia”(5) . En un consenso emitido recientemente por dis- tintas Sociedades Científicas internacionales, se confirma que los puntos de corte de la circunfe- rencia de cintura varían según el género, la población y el grupo étnico y la organización que lo propone(6) . Con el mismo fin se utiliza el índice cintura ca- dera (ICC), que es el cociente entre los períme- tros de la cintura y de la cadera. El índice permi- te clasificar la obesidad en central abdominal y periférica (generalizada). Valores de ICC 0,95 en hombres y 0,80 en mujeres son indicadores de obesidad central/ abdominal/ troncal, mien- tras que valores ≤ 0,95 en hombres y ≤ 0,80 en mujeres indicarían obesidad generalizada. La importancia del ICC radica en que la distribu- ción central de la grasa es un buen factor pre- dictivo de alteraciones metabólicas y permite detectar el riesgo CV. La circunferencia o perímetro del brazo (CB) permite estimar las proteínas somáticas del organismo y, de forma indirecta, la masa muscular corporal. Se mide con una cinta métri- ca flexible. Los valores de la CB y del PTC permiten calcu- lar la circunferencia muscular del brazo (CMB) y el área muscular del brazo (AMB): Tabla 3. Criterios de la SEEDO para la clasificación del peso según el IMC Categoría Intervalo de IMC (kg/m2 ) Peso insuficiente 18,5 Normopeso 18,5-24,9 Sobrepeso grado I 25,0-26,9 Sobrepeso grado II (preobesidad) 27,0-29,9 Obesidad grado I 30,0-34,9 Obesidad grado II 35,0-39,9 Obesidad grado III (mórbida) 40,0-49,9 Obesidad grado IV (extrema) 50 IMC: índice de masa corporal. Tomado de: http://www.seedo.es/portals/seedo/consenso/consenso_SEEDO_2007.pdf
  • 6. 114 MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD • CONCEPTOS GENERALES (2) Planas Vilá M, Pérez-Portabella C, Martínez Costa C. Valoración del estado nutricional en el adulto y en el niño. En: Tratado de Nutrición. Tomo III. A. Gil (ed.). Panamericana. Madrid. 2010. (7) Deurenberg P. International consensus conference on impedance in body composition. Age Nutrition 1994;5:142-145. CMB = CB (cm) – [3,14 × PTC (cm)] AMB = (CMB – PTC)2 / 4 A la antropometría deben añadirse otras técni- cas útiles para estimar la composición corporal, que permiten superar los problemas que plan- tea la valoración del estado nutricional de per- sonas enfermas u obesas. Entre las técnicas más utilizadas se encuentra la Impedancia bioeléctrica. Ésta se basa en la distinta resis- tencia que el agua y los tejidos corporales ofre- cen al paso de una corriente eléctrica (fuerza y velocidad de una señal eléctrica que viaja a tra- vés del organismo). Los tejidos con contenidos elevados de agua y de electrolitos, como la sangre o el tejido muscular, actúan como con- ductores de la corriente eléctrica, mientras que el tejido graso con menor contenido de agua ofrece resistencia al paso de la corriente. A ma- yor impedancia eléctrica mayor contenido de grasa corporal. Permite discriminar entre tejido magro (libre de grasa) y masa grasa. Entre las ventajas de la técnica cabe señalar que no es invasiva, es de fácil aplicación y su coste es relativamente bajo. Su fiabilidad puede verse afectada por el desequilibrio hidroelectro- lítico, la obesidad y el edema(7) . Otras técnicas de evaluación de la composición corporal, que se utilizan básicamente en investi- gación, son: la densitometría, la dilución isotópi- ca, el análisis de activación de neutrones, la ab- sorciometría dual de rayos X (DEXA), la resonancia magnética y la tomografía computerizada. 2.4. Datos bioquímicos(2) Los valores de algunos parámetros bioquímicos se utilizan como marcadores del estado nutri- cional. Así, los contenidos plasmáticos de las proteínas de transporte de síntesis hepática son útiles como indicadores indirectos de la masa proteica corporal; la creatinina sérica para de- terminar la masa muscular, etc. A efectos de la evaluación del estado nutricional proteico, se diferencia entre proteínas somáti- cas (corporal/ muscular) y proteínas viscerales. Para evaluar las primeras se utiliza el balance nitrogenado (Bn) y el índice creatinina/altu- ra (ICA). El Bn diferencia entre el nitrógeno ingerido y el eliminado, es un buen indicador de los cambios en la proteína corporal(2) : Bn = [Ingesta de proteína (g/día) / 6,25] – [Nitrógeno urinario (g/día) + 4] El nitrógeno se elimina por la orina mayoritaria- mente como urea y una pequeña parte en otras formas (creatinina, amonio, aa, etc.). El valor de 4 corresponde a la suma de las pérdidas no urinarias de nitrógeno (2 g de heces y sudor + 2 g de nitrógeno no proteico). Finalizado el crecimiento, en condiciones nor- males existe un equilibrio entre anabolismo y catabolismo y el valor de Bn debe ser cero. Un Bn negativo indica depleción proteica, ya sea por una situación catabólica o por una ingesta proteica insuficiente. Un Bn positivo indica re- pleción proteica. La creatinina es el principal metabolito de la degradación de creatina presente, mayoritaria- mente, en el tejido muscular en forma de fosfato de creatina. La creatinina se elimina por la orina sin modificar. En ausencia de insuficiencia renal, la excreción de creatinina en orina de 24 horas se relaciona con la masa muscular total del
  • 7. 115 7.  EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL (DIETA, COMPOSICIÓN CORPORAL, BIOQUÍMICA Y CLÍNICA) • MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD organismo y con la altura(2) . Al ser dicha excre- ción bastante constante, se considera un valor de referencia útil en la práctica como indicador clínico para estimar la situación de la proteína muscular o somática. El ICA relaciona la cantidad de creatinina excre- tada en la orina en 24 horas con la talla del indi- viduo. La comparación del valor obtenido con el correspondiente a un individuo de la misma talla y sexo (tablas de referencia) es útil para determi- nar el grado de desnutrición. Para evaluar la proteína visceral se utilizan como indicadores indirectos las concentracio- nes plasmáticas de proteínas de transporte sintetizadas por el hígado. Se usan para evaluar tanto el deterioro del estado nutricional como su recuperación, en especial en pacientes hospita- lizados o con patologías crónicas. Se considera que la disminución de los conteni- dos séricos de las proteínas viscerales depende de una reducción de su síntesis hepática en la que influyen factores nutritivos como el aporte de nutrientes (aa), y no nutritivos como la masa hepática, que condicionará su síntesis, el índice de utilización metabólica de las proteínas y su excreción, la transferencia del espacio extravas- cular al intravascular y el grado de hidratación y de expansión del espacio extracelular(2) . Por otra parte, en situaciones de agresión, los hepatocitos priorizan las proteínas más necesa- rias y, en consecuencia, disminuyen las proteí- nas viscerales. Así pues, en situaciones de agresión es difícil atribuir a la nutrición los cam- bios en los contenidos plasmáticos de las pro- teínas viscerales. Las proteínas plasmáticas más frecuentemente utilizadas se muestran en la Tabla 4. La albúmina, proteína fácil de determinar, se considera un buen marcador epidemiológico, aunque no lo es para los cambios nutricionales agudos, por su larga vida media (20 días) y el gran tamaño del pool corporal (4-5 g/kg). Los principales problemas que plantea su uso como marcador son la posible disminución de su va- lor por cambios en la volemia, en distintas si- tuaciones patológicas (síndrome nefrótico, eclampsia, enteropatías perdedoras de proteí- nas, insuficiencia hepática), así como por cual- quier grado de agresión. Se trata por tanto de un marcador inespecífico, aunque puede pre- decir la mortalidad y estancias y readmisiones hospitalarias. La hipoalbuminemia puede asimismo inducir a error en la interpretación de los contenidos plas- máticos de calcio, cinc y magnesio, dando lugar a falsos descensos, además afectará a la far- macocinética de algunos fármacos (fenitoína). Tabla 4. Grado de desnutrición según el contenido plasmático de las proteínas de origen visceral Proteína plasmática Vida media Concentración normal Grado de desnutrición Leve Moderada Grave Albúmina (g/dl) 20 días 3,5-5,0 2,8-3,5 2,1-2,7 2,1 Transferrina (mg/dl) 8-10 días 175-300 150-175 100-150 100 Prealbúmina o proteína transportadora de tiroxina (mg/dl) 2 días 17-29 10-15 5-10 5
  • 8. 116 MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD • CONCEPTOS GENERALES (2) Planas Vilá M, Pérez-Portabella C, Martínez Costa C. Valoración del estado nutricional en el adulto y en el niño. En: Tratado de Nutrición. Tomo III. A. Gil (ed.). Panamericana. Madrid. 2010. (8) García de Lorenzo A, Álvarez Hernández J, Planas M y col. Consenso multidisciplinar sobre el abordaje de la desnutrición hospitalaria en España. Nutr Hosp 2011;26(4):701-710. http://scielo.isciii.es/pdf/nh/ v26n4/06_original_01.pdf (9) Kondrup J, Allison P, Elia M y col. ESPEN Guidelines for Nutrition Screening 2002. Clin Nutr 2003;22:415-421. http:// www.espen.org/documents/ Screening.pdf La transferrina es una ß-globulina transporta- dora de hierro en el plasma. Al tener una vida media de 8-10 días y un pool plasmático pe- queño (5 g), reflejará mejor que la albúmina los cambios agudos de las proteínas viscerales. Son causa de un falso incremento en su conte- nido plasmático el déficit de hierro, los trata- mientos con estrógenos y el embarazo, mien- tras que la concentración plasmática de transferrina disminuye en la enfermedad hepáti- ca, el síndrome nefrótico y las infecciones. La prealbúmina o proteína transportadora de tiroxina tiene una vida media corta (dos días) y un pool corporal muy pequeño. En situa- ciones de traumatismo o infecciones que van acompañadas de cambios en la síntesis protei- ca, preferentemente de proteínas de fase agu- da, frente a otras proteínas que en condiciones de normalidad fisiológica se sintetizan en mayor cuantía, sus contenidos séricos disminuyen rá- pidamente, por lo que cuando se utiliza como marcador nutricional su disminución debe inter- pretarse con cautela. Se considera el mejor marcador para la valoración del estado nutricio- nal en enfermos y en situaciones de cambios nutricionales agudos. La proteína ligada al retinol tiene una vida media muy corta (diez horas), gracias a ello re- fleja mejor que otras proteínas los cambios agu- dos del estado nutricional. Al ser una proteína que se filtra por el glomérulo y se metaboliza en el riñón, sus contenidos séricos aumentan en situaciones de insuficiencia renal, ello sumado a su elevada sensibilidad al estrés, reducen su utilidad en clínica. Pruebas de inmunidad. La desnutrición pue- de modificar los mecanismos de defensa del individuo, existiendo una relación entre los esta- dos inmunitario y nutricional, por lo que se utili- zan distintas pruebas de valoración de la función inmunitaria como marcadores nutricio- nales (Capítulo 8). 2.5. Índices pronósticos Dadas las dificultades para disponer de indicado- res sensibles y específicos útiles para la evalua- ción del estado nutricional, algunos autores han propuesto índices que permiten clasificar a los pacientes según su grado de desnutrición. Entre los índices más usados se encuentran el índice de riesgo nutricional (IRN), el índice de pronóstico nutricional (IPN) y el índice de Maastricht (IM)(2) . 3 • Métodos de cribado Las dificultades que plantea la aplicación de los métodos de evaluación del estado nutricional en atención primaria han llevado al desarrollo de métodos de cribado más sencillos de aplicar, es decir, más prácticos, al tiempo que son válidos, fiables y reproducibles. Por otra parte, la eleva- da prevalencia de desnutrición al ingreso hospi- talario, así como la desnutrición desarrollada durante la estancia, aconseja realizar un método de cribado al ingreso del paciente que permita detectar de forma precoz a los pacientes des- nutridos o en riesgo de desarrollar malnutrición, en cuyo caso será necesario realizar una eva- luación del estado nutricional mediante los pro- cedimientos antes mencionados(8) . De los numerosos métodos de cribado pro- puestos para personas adultas, la European Society of Clinical Nutrition and Metabolism (ESPEN) recomienda en su guía del 2001(9) el Malnutrition Universal Screening Tool (MUST) para población en general, el Nutritional Risk Screening (NRS) 2002 para pacientes hospitali- zados y el Mini Nutritional Assessment (MNA) en pacientes ancianos.
  • 9. 117 7.  EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL (DIETA, COMPOSICIÓN CORPORAL, BIOQUÍMICA Y CLÍNICA) • MANUAL PRÁCTICO DE NUTRICIÓN Y SALUD (10) Stratton RJ, Hackston A, Longmore D y col. Malnutrition in hospital outpatients and inpatients: prevalence, concurrent validity and ease of use of the “malnutrition universal screening tool” (MUST) for adults. Br J Nutr 2004;92:799-808. (11) Kondrup J, Rasmussen HH, Hamberg O y col.; Ad Hoc ESPEN Working Group. Nutritional risk screening (NRS 2002): a new method based on an analysis of controlled clinical trials. Clin Nutr 2003;22:321-336. (12) Guigoz Y, Vellas B, Garry PJ. Mini Nutritional Assessment: A practical assessment tool for grading the nutritional state of elderly patients. Facts and research in gerontology 1994;(Suppl: Nutrition):15-59. (13) MNA-SF. http://www.mna- elderly.com/forms/MNA_ spanish.pdf El MUST determina el IMC, tiene en cuenta la pérdida de peso en 3-6 meses y el efecto de enfermedad aguda sobre la ingesta de alimen- tos en los últimos cinco días. Clasifica al indivi- duo en bajo, medio y alto riesgo de desnutri- ción, e incluye guías de actuación para desarrollar el tratamiento nutricional(10) . El NRS 2002 pregunta mediante cuatro cuestio- nes sencillas el IMC, la reducción de la ingesta en la última semana, la pérdida de peso del pa- ciente y la gravedad de la enfermedad. En caso de respuesta afirmativa se debe realizar el criba- do completo que valora, además del IMC, el porcentaje de pérdida de peso en un tiempo determinado y la ingesta de alimentos, y puntúa en función de las enfermedades y la edad(11) . El MNA se ha desarrollado en Europa y valida- do en población geriátrica, que considera algu- nos datos antropométricos numéricos (peso, IMC, circunferencias) junto con preguntas rela- tivas al estilo de vida, la nutrición y la autoper- cepción. Clasifica a los pacientes según su es- tadonutricionalenbueno/riesgo/desnutrición(12) . Puesto que en su versión original su adminis- tración requiere bastante tiempo, se apostó por el desarrollo de una versión corta (tres minutos de administración), MNA-SF, que entre otros incorpora el IMC, y en los casos en que no se disponga de este se puede sustituir por la cir- cunferencia de la pantorrilla(13) . Los métodos de cribado descritos brevemente en los párrafos anteriores son de gran utilidad como etapa preliminar de la evaluación del esta- do nutricional. PÁGINAS WEB DE INTERÉS ESPEN: http://www.espen.org/ MNA: http://www.mna-elderly.com/mna_forms. html MUST: • http://www.bapen.org.uk/must_itself.html • http://www.bapen.org.uk/must_tool.html • http://www.bapen.org.uk/must-calculator. html NRS 2002: http://endokrinologie.insel.ch/file admin/endokrinologie/endokrinologie_users/ pdf/FME_0_NRS_2002_Screening_CN.pdf Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral ENPE: http://www.senpe.com/ Siglas utilizadas en este capítulo aa: aminoácidos; AMB: área muscular del brazo; Bn: balance nitrogenado; CB: circunferencia o perímetro del brazo; CMB: circunferencia muscular del brazo; CV: cardiovascular; EC: enfermedad crónica; ESPEN: The European Society for Clinical Nutrition and Metabolism; ICA: índice creatinina/altura; ICC: índice cintura cadera; IMC: índice de masa corporal; MNA: Mini Nutritional Assessment; MNA-SF: Mini Nutritional Assessment short form; MUST: Malnutrition Universal Screening Tool; NRS: Nutritional Risk Screening; PA: presión arterial; PTC: pliegue tricipital; SEEDO: Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.