La metacognición se refiere a la capacidad de autorregular el propio aprendizaje mediante la planificación, control y evaluación de las estrategias utilizadas. Incluye ser consciente de los procesos cognitivos involucrados en el aprendizaje y desarrollar habilidades para mejorarlo de manera sistemática y consciente. Enseñar metacognición a los estudiantes los ayuda a adquirir un pensamiento autónomo y responsable sobre su aprendizaje.
La importancia de la metacognición en el aprendizaje
1. La Metacognición
Si descomponemos la palabra metacognición, tenemos que meta, el prefijo,
proviene del griego y significa más allá. Mientras que cognición se refiere, en
líneas generales, a las transformaciones que los individuos hacen con respecto
a los estímulos de su medio ambiente. En definitiva, todo esto puede agruparse
en estrategias de dos tipos distintos: procesamiento y ejecución.
La metacognición es la capacidad que tenemos las personas de autorregular
nuestro propio aprendizaje, es decir de planificar qué estrategias debemos
utilizar en cada situación(de aprendizaje), aplicarlas, controlar el proceso,
evaluarlo para detectar posibles fallas, y a partir de esto, transferir todo ello a
una nueva acción o situación de aprendizaje, es decir el saber planificar,
regular y evaluar qué técnicas, cuándo y cómo, por qué y para qué, se han de
aplicar a unos contenidos determinados con el objetivo de aprenderlos,
permitiendo que el aprendiz se vuelva estratégico al facilitar el conocimiento,
concientización, control y naturaleza de los procesos de aprendizaje.
La importancia de la metacognición se podría comprender si analizamos las
estrategias y habilidades que se utilizan en un deporte de equipo, es decir la
velocidad , la coordinación y el estilo, los cuales son propios de cada jugador,
sin que éste necesite ser consciente en cada momento de los movimientos que
hace.
En cambio el entrenador hace que cada uno de los deportistas sean
conscientes de sus movimientos y estrategias y de esta manera puedan llegar
al autocontrol y coordinación. En nuestro caso, es el aprendiz el que debe
hacer las dos funciones de entrenador y deportista. Primero tendrá que
desarrollar y perfeccionar los procesos básicos (capacidades cognitivas
básicas) con la ayuda de las técnicas de aprendizaje. En segundo lugar, el
alumno debe tener unos conocimientos específicos del contenido a aprender.
Además de una serie de pasos y procedimientos que nos permiten acceder,
procesar e interiorizar conocimentos, las estrategias metacognitivas
son acciones concretas que realizamos conscientemente para mejorar o
facilitar el aprendizaje.
Cuando aprendemos desarrollamos, de manera natural y muchas veces
inconscientemente, acciones que nos permiten aprender. Algunas veces, por
ejemplo, clasificamos la información, otras veces tomamos apuntes de lo más
importante, en otras ocasiones hacemos esquemas o tratamos de asociar los
nuevos conocimientos con algo que ya sabemos para que así no se nos olvide.
Todos hemos desarrollado estos procesos más de alguna vez, pero no siempre
lo hacemos sistemáticamente ni intencionalmente lo que afecta la efectividad
de nuestro aprendizaje.
2. De esta forma podemos decir que las estrategias metacognitivas son
procedimientos que desarrollamos sistemática y conscientemente para influir
en las actividades de procesamiento de información como buscar y evaluar
información, almacenarla en nuestra memoria y recuperarla para resolver
problemas y auto-regular nuestro aprendizaje.
De acuerdo a los métodos utilizados por los profesores durante la enseñanza,
pueden motivarse o desmotivarse las tendencias metacognitivas de los
estudiantes. Este aprendizaje puede ser desarrollado a través de las
experiencias adecuadas.
Esta se destaca por permitir el conocimiento de los objetos que se quieren
alcanzar con el esfuerzo mental. Ademas brinda la posibilidad de elegir las
estrategias para conseguir los objetivos planteados.
Permite la auto observación del propio proceso de elaboración de
conocimientos, para comprobar si éstas estrategias elegidas son las
adecuadas. Y posteriormente facilita la evaluación de los resultados para saber
hasta qué punto se han logrado los objetivos.
Toda persona realiza una serie de procesos mentales que le permiten
interactuar con la realidad en la que está inmerso. Sin embargo, los límites de
la cognición humana van más allá.
Por una parte, se puede pensar acerca del mundo, e incluso, crear mundos
imaginarios; y, por otra, puede hacerse una reflexión sobre ésta vida mental y,
a partir de allí, regularla o replantearla, de acuerdo a los fines que una
determinada tarea o situación de aprendizaje se imponga.
Es necesario enseñar a nuestros estudiantes a desarrollar procesos de
reflexión metacognitiva, porque constituyen un aporte a su desarrollo de
pensamiento, a la adquisición de habilidades cognitivas superiores y a su
propia construcción de conocimientos.
Al mismo tiempo les sirve para planear, controlar y evaluar el desarrollo que
tienen sobre las responsabilidades y tareas que deben realizar.
La metacognición es crucial para la adquisición de un pensamiento formal que
libere a los estudiantes de las interpretaciones académicas dirigidas (de textos
y profesores), debido a que, al colaborar en la formación de habilidades que
hagan a los estudiantes responsables de su propio aprendizaje, damos varios
pasos adelante en la adquisición de su autonomía e independencia.
Ir dotando a nuestros alumnos desde la más temprana edad de estas
estrategias, significa dar varios pasos adelante en la búsqueda de estudiantes
creativos, autónomos, responsables que sepan aprovechar una educación de
calidad. De paso, seguramente, serán más críticos con el propio rol de los
docentes quienes deberán estar a la altura de dichos estudiantes.