22. Son aquellas producidas por las
manifestaciones artísticas
como la literatura, la pintura, la
escultura, música, etc.
23. Cualquiera puede ponerse furioso... eso
es fácil. Pero estar furioso con la
persona correcta, en la intensidad
correcta, en el momento correcto, por
el motivo correcto, y de la forma
correcta... eso no es fácil.
El desafío de Aristóteles.
26. 1
2
3
5
6
4
Cada respuesta correcta en la Ronda de dificultad baja
vale 1 punto y 3 puntos en la Ronda de dificultad alta.
La primera persona en adivinar la respuesta correcta
obtiene el punto. ¡La persona con más puntos al final
del juego, gana!
La sede de las pasiones
27.
28. Si esta respuesta es emocional, una
señal se dirige a la amígdala para
activar los centros emocionales,
pero una pequeña porción de la
señal original va directamente desde
el tálamo a la amígdala por una vía
más corta, permitiendo una
respuesta más rápida (aunque
ciertamente más imprecisa).
29. De este modo la amígdala puede
desencadenar una respuesta
antes de que los centros
corticales hayan comprendido
completamente lo que está
ocurriendo.
30. La amígdala forma parte de nuestro "sistema de
amenaza". Su trabajo es mantenernos a salvo
alertándonos del peligro.
Lo hace mediante la activación de una alarma en
nuestro cuerpo a través de la respuesta de "lucha o
huida" que nos prepara para actuar.
31. Por desgracia, no es muy buena
discriminando entre peligros reales
"ahí afuera" o en los peligros en los
que estamos pensando, ella
responde de la misma manera. Esto
significa que puede activar la
alarma cuando estamos pensando
en un recuerdo desagradable del
pasado, a pesar de que el peligro ya
ha pasado..
32. El hipocampo nos
ayuda a almacenar y
recordar información,
ya que "etiqueta"
nuestros recuerdos con
información sobre
dónde y cuándo se
produjeron.
33. Cuando nuestro "sistema de
amenaza" está activo, el
hipocampo no funciona muy
bien, así que puede almacenar
los recuerdos de manera
equivocada y al recordarlos
podemos sentir como si lo
estuviéramos viviendo de nuevo,
o bien, puede no recuperar la
información en su totalidad.
34.
35. Diversos estudios de largo plazo han ido
observando las vidas de los chicos que
puntuaban más alto en las pruebas de
intelecto o han comparado sus niveles
de satisfacción frente a ciertos
indicadores (la felicidad, el prestigio o el
éxito laboral) con respecto a los
promedios. Todos ellos han puesto de
relieve que el coeficiente intelectual
apenas si representa un 20% de los
factores determinantes del éxito.
36. El 80% restante depende
de otro tipo de variables,
tales como la clase
social, la suerte y, en
gran medida, la
inteligencia emocional.
37. Así, la capacidad de motivarse a sí mismo, de
perseverar en un proyecto a pesar de las
frustraciones, de controlar los impulsos,
diferir las gratificaciones, regular los propios
estados de ánimo, controlar la angustia y
empatizar y confiar en los demás parecen ser
factores mucho más determinantes para la
consecución de una vida plena que las
medidas del desempeño cognitivo.
38. 1
2
3
5
6
4
Cada respuesta correcta en la Ronda de dificultad baja
vale 1 punto y 3 puntos en la Ronda de dificultad alta.
La primera persona en adivinar la respuesta correcta
obtiene el punto. ¡La persona con más puntos al final
del juego, gana!
43. Gardner destaca dos tipos
de inteligencia emocional:
la interpersonal, que
permite comprender a los
demás, y la intrapersonal,
que permite configurar
una imagen fiel y
verdadera de uno mismo.
44.
45. La inteligencia INTRAPERSONAL se fundamenta en tres
capacidades principales:
1.-La capacidad de percibir las propias emociones:
conocer y controlar nuestras emociones ya que sin esto, es
imposible tomar decisiones. Para esto, existen tres pasos:
1º Darnos cuenta cuando las sentimos;
2º Aprender a identificarlas y diferenciarlas;
3º Evaluar su intensidad.
46. 2.- La capacidad de controlar las
propias emociones: una vez
detectadas hay que controlarlas.
Controlar nuestros sentimientos
implica, una vez que los hemos
detectado e identificado, ser capaces
de reflexionar sobre los mismos.
Distintas causas necesitarán distintas
respuestas y, el mero hecho de
reflexionar sobre el origen de mi
reacción, me ayuda a controlarla
47. 3.- La capacidad de motivarse a
uno mismo: Es lo que nos permite
hacer un esfuerzo (físico o mental),
no porque nos obliguen, sino porque
queremos hacerlo. Por tanto, para
desarrollar la capacidad de
motivarnos a nosotros mismos,
primero tenemos que aprender a
fijar los objetivos que queremos
conseguir.
48.
49. Se basa en la capacidad de percibir
diferencias en los demás,
particularmente contrastados en sus
estados de ánimo, sus motivaciones,
sus intenciones y su temperamento.
Dos son las capacidades en las que se
basa la inteligencia interpersonal:
50. •La empatía: es el conjunto de
capacidades que permiten reconocer y
entender las emociones de los demás, sus
motivaciones y las razones que explican
su comportamiento. Se construye sobre la
conciencia de uno mismo. Cuanto más
abierto se está a las propias emociones,
más hábil será al interpretar los
sentimientos.
51.
52.
53. Para poder entender al otro y entrar en su mundo hay que
aprender a ponerse en su lugar, aprender a pensar como
él. Con lo cual, la empatía sí presupone una suspensión
temporal del propio mundo, de la propia manera de ver
las cosas. Una de las habilidades básicas para entender
al otro es la de saber escuchar. Aprender a escuchar
supone enfocar toda la atención hacia el otro y dejar de
pensar en lo que se quiere decir o en lo que se podría
hacer.
54. La capacidad de manejar las
relaciones interpersonales: cuando
se entiende al otro, su manera de
pensar, sus motivaciones y sus
sentimientos, se puede elegir la
manera más adecuada de presentar
nuestro mensaje.
55. Una misma cosa se puede decir de
muchas maneras. Saber elegir la
manera adecuada y el momento
justo es la marca del gran
comunicador. La capacidad de
comunicarse es la que permite
organizar grupos, negociar y
establecer conexiones personales.
66. Lo que ocurre, es que este cerebro
emocional o límbico responde con
mayor velocidad, aunque
generalmente sus respuestas sean
más imprecisas
porque no han pasado por el
análisis de lo racional.
67. La amígdala es la estructura que procesa y almacena las
reacciones emocionales, cuando está llevando a cabo
sus funciones, se pregunta ¿me hará daño esto? ¿puede
hacerme sufrir? ¿lo he temido desde siempre?
Si las respuestas son afirmativas, el sistema nervioso
emite la señal de alarma y se ejecutan las funciones que
permitan defender la amenaza.
68. Se segregan hormonas necesarias para huir o
luchar, se acelera el pulso, se reduce el campo
visual, se altera la circulación y también el
pensamiento para enfrentar el peligro, así que nos
volvemos más instintivos.
La lucha es por la supervivencia emocional.
69. 1.- Es una acción repentina, rápida.
2.- Es una emoción muy fuerte.
3.- Posteriormente sé que lo que hice
no está bien.
70. Descubrir los síntomas que presentamos (físicos).
Ponerles nombre a cada uno.
Racionalizarlos.