1. VENODISECCIÓN
1.- DEFINICIÓN
Es un procedimiento quirúrgico el cual tiene por objeto la disección de la vena superficial
de alguna extremidad o del cuello, para introducir en luz un catéter que puede ser corto o
llegar hasta la vena cava, o a la aurícula derecha. A la venodisección se le llama también
flebotomía.
2.- INDICACIONES
Se indica en todos los casos en los cuales se necesiten mantener una vena canalizada y
no se pueda lograr el abordaje por vía percutánea. Las ventajas de la venodisección son:
Introducción de catéteres largos bajo visión directa de la vena, puede colocarse la punta
en una posición central, pueden permanecer en su sitio por tiempos prolongados (en
algunos tipos de catéteres se pueden dejar incluso por años), se puede registrar la
presión venosa central (PVC), se pueden administrar soluciones hipertónicas, así como
nutrición parenteral total y quimioterapia. Al colocarse la punta en una vena gruesa o en la
aurícula derecha, se evita el desarrollo de flebitis y esclerosis, que se da cuando dichos
tratamientos se pasan a través de venoclisis periférica con catéteres cortos. A
continuación, se listan algunas indicaciones específicas para realizar una venodisección.
1 Paciente cuyo padecimiento requiere de vigilancia, como monitoreo de PVC
(estado de choque, quemaduras extensas, traumatismo múltiple, insuficiencia
cardiaca, etc.).
2 Administrar una alimentación parenteral total por vía central.
3 Inserción de electrodos intracardiacos, electroestimuladores, catéteres para
medición de presión intracardiaca o pulmonar en cuña.
4 Estudios radiográficos (angiografías)
5 Colocación de válvulas para derivación (auriculoperitoneal, auriculoventricular y
otras)
6 Casos en los cuales se requiere la administración de líquidos por vía intravenosa y
esto no se puede lograr mediante una venoclisis periférica.
7 Administración de quimioterapia
8 Necesidad de tomar muestras de sangre venosa de manera frecuente.
3.- MATERIALES
Lámpara de chicote o lámpara quirúrgica
Antisépticos locales, como yodopovidona o clorhexidina.
Jeringa de 5 mL con aguja calibre 21 o 23 G.
Lidocaína a 1 o 2% simple.
Campos quirúrgicos estériles
2. Catéter largo de polietileno o de Silastic, de preferencia radiopaco. En ocasiones,
según la necesidad, contar con catéter y reservorio para colocación subcutánea.
Instrumental quirúrgico, incluye:
Mango de bisturí Nº 3 con hoja de Nº 15.
Cinco pinzas de mosquito (Halsted).
Dos separadores de Miller_Sen o de Farabeuf chicos.
Pinzas de disección de Addson sin dientes.
Tijeras finas.
Una pinza de anillos, flanera y gasas.
Material de sutura, seda libre de 3-0 o 4-0.
Acido poliglicólico 3-0 y nylon 4-0 con aguja.
4.- TÉCNICA
La posición del paciente depende del sitio que se elija para efectuar el procedimiento. En
adultos: la región que con mayor frecuencia se aborda es la cara anteromedial del brazo
en su tercio distal, por arriba del pliegue del codo, para abordar la vena basílica. Otros
sitios pueden ser las venas yugulares externas del cuello, la vena cefálica en el surco
deltopectoral o el cayado de la safena en la raíz del muslo. En niños: la safena interna en
su origen, es decir, 1 cm. por arriba y delante del maléolo interno o medial del tobillo.
Antes de iniciar el procedimiento, si las condiciones del paciente lo permiten, el cirujano
debe explicarle el procedimiento y obtener su consentimiento. Una vez elegido el sitio
quirúrgico, se coloca al paciente en posición cómoda y adecuada, además se ilumina el
campo. En el caso de venodisección en el brazo o en el surco deltopectoral, se colocara
el brazo en abducción. El cirujano debe vestirse con gorro, cubrebocas, bata y guantes
estériles.
Venas del miembro superior
3. También:
1. Previo lavado de manos.
2. Se hace la antisepsia de la región.
3. Se inyecta lidocaína en la piel y tejido subcutáneo en un área aproximada de 3x2
cm. del sitio suprayacente de la vena por disecar.
4. Se incide la piel en sentido transversal respecto a la vena, en una longitud de 3
cm. En caso de venodisección en surco deltopectoral, la incisión será paralela al
trayecto de la vena cefálica. “A”
5. Se hace hemostasia cuidadosa, se diseca en forma roma, en dirección de la vena
hasta localizarla.”B”
6. Se aísla el vaso del tejido vecino y se pasa una de las pinzas de Halsted por
debajo de ella. “C”
7. Se pasan riendas de seda, se coloca una en dirección proximal y la otra distal.”D”
8. Se comprueba que el vaso disecado corresponde a una vena, mediante las
siguientes acciones: obsérvese el color de la vena que, en general, es más oscuro
que el de la arteria, observe también la ausencia de pulso. Al hacer tracción de la
ligadura proximal, la vena se ingurgita, y al soltarla y hacer tracción de la ligadura
distal, se vacía.
9. Una vez corroborado que lo que se ha disecado en una vena, la ligadura distal se
anuda. “E”
10. Se incide la vena de manera transversal en no más de un tercio de su
circunferencia, teniéndolo apoyada sobre una pinza hemostática. Se toma el borde
de la boca de la vena incidida con una pinza de Addson.
11. Se introduce el catéter hasta su localización central, medida de manera previa y se
corrobora su situación endovenosa, así como la permeabilidad mediante la
aspiración de sangre y paso de líquido a través de él.”F”
4. 12. Se anuda la ligadura distal por arriba de la entrada del catéter a la vena, se tiene
cuidado de no estenosarlo por apretar demasiado.”G”
13. Siempre que sea posible, el catéter emergerá de la piel por el contrario abertura,
en caso contrario, saldrá por la misma herida. “H”
14. Corroborada la hemostasia, se afronta el tejido subcutáneo con acido poliglicólico
3-0 puntos simples y se cerrara la piel con puntos separados de nylon 4-0.
15. El catéter se fija a la piel mediante punto de sutura de seda.”I”
16. En el caso de utilizar un catéter con reservorio subcutáneo (colocado mediante
venodisección de la vena cefálica en el surco deltopectoral), este último se
colocara por encima de la aponeurosis del musculo pectoral mayor, se hace un
espacio por debajo de la piel, al fijar el reservorio con puntos de nylon 3-0. Se
cubre la herida con apósito estéril y se aísla el catéter de la piel con gasa estéril,
con lo cual se da por terminado el procedimiento.
5. 5.- COMPLICACIONES POSIBLES
Es posible que las complicaciones de este procedimiento estén relacionadas DE
MANERA directa con la técnica quirúrgica. Pueden llamárselas transoperatorias o
relacionadas con la estancia del catéter in situ, con los cuidados posteriores
(posoperatorios) o por ambos casos.
Las complicaciones transoperatorias pueden ser: dificultad o imposibilidad de identificar,
así como canalizar una vena, roturas venosas o lesión arterial, con consecuencias
realmente graves. Entre las complicaciones transoperatorias, se pueden mencionar:
1. Rotura de la avena canalizada: puede presentarse en el sitio de entrada del
catéter o en sitios más distantes, lo cual provocara la infiltración de las soluciones
que se transfunden. La rotura de la vena axilar o subclavia es una complicación
grave que puede culminar en hemotórax si no se detecta pronto.
2. Ligadura arterial: se origina por defectos en la disección al no identificar bien la
vena y confundirla con la arteria. Esto produce isquemia grave del miembro. De no
corregirse, se puede llegar hasta la amputación.
3. La dificultad de pasar el catéter o su acodamiento puede ser motivo de problemas
y de fracaso en la realización de una venodisección, pues, aunque se haya
canalizado la vena en forma correcta, el catéter no cumple con las funciones para
las cuales fue colocado. En ocasiones, cuando se presenta dicha dificultad, se
recomienda pasar el catéter con lentitud, mientras un ayudante inyecta solución a
través de él, esto provocará dilatación de la vena, abrirá las válvulas y hará más
fácil su paso.
4. Hematoma: puede presentarse si no se ligan los cabo0s proximal y distal de la
vena canalizada durante una venodisección o cuando no se ha tomado en cuenta
que el paciente sometido a la intervención, está bajo los efectos de
anticoagulantes. También cuando no se verifica que la hemostasia al final del
procedimiento es adecuada.
Las complicaciones posoperatorias están relacionadas con la estancia del catéter en la
vena, sea por tiempo prolongado o por falta de cuidados. Para mencionar algunas, se
tienen:
1. Tromboembolia: al mantenerse esta vía canalizada por varios días, se favorece a
la formación de coágulos, los cuales pueden pasar a la circulación general.
2. Flebitis: se desarrolla por dejar el catéter dentro de la vena por tiempo prolongado.
Se manifiesta por dolor intenso en la zona, enrojecimiento y edema, así como
fiebre. Todo esto obliga a retirar el catéter, tomar muestra para cultivo de su punta
y dar tratamiento antibacteriano en caso necesario. En la mayor parte de los
casos, con el simple retiro del catéter se resuelve el problema, pero en otros se
puede complicar, hasta causar septicemia, endocarditis u otras infecciones graves.
Es importante recordar que el catéter deberá curarse a diario con la aplicación de
soluciones antisépticas en el sitio de urgencia en la piel o rodeándolo con gasa
estéril
6. 3. Absceso en sitio de incisión por hematoma que se infecta e incluso el desarrollo de
sepsis generalizada: se debe a efectos de la hemostasia o por no aplicar técnicas
estériles en la realización del procedimiento.
Se debe recalcar que, después de una técnica quirúrgica correcta, es
indispensable tener buenos cuidados posoperatorios. Para ello se recomienda
conservar el catéter aislado con gasas estériles, para evitar colonización
bacteriana y se le mantiene fijo para impedir que se salga durante su manipulación
o al mover al paciente. En tercer lugar se vigilara su permeabilidad, además de
tomar radiografía de tórax, para observar donde está situada la punta del catéter.
De ser necesario, si no es radiopaco, se inyectan 3 mL de medio de contraste
hidrosoluble, para verlo. Se hará curación a diario, con el retiro de las gasas y
limpiar con solución antiséptica (yodopovidona o clorhexidina) el catéter expuesto
y la piel, luego se vuelve a cubrir con gasas estériles.
No se recomienda dejar la venoclisis mas de 10 días, aunque en ocasiones
debe conservarse lo más posible; pero habrá que retirarla en cuanto se detecte
algún indicio de infección.
Los catéteres con reservorio subcutáneo son un caso especial que cabe
mencionar. En estos, el catéter no se mantiene expuesto al exterior, sino que el
reservorio se encuentra por debajo de la piel, la forma de emplear el catéter es
puncionar el reservorio. Estos catéteres tienen la posibilidad de permanecer
durante tiempos muy prolongados, que pueden ser hasta años, manteniéndolos
con anticoagulación periódica (cada seis semanas). Este tipo de catéteres se
utiliza con frecuencia en los pacientes oncológicos que requieren de quimioterapia.
4. Rotura o acondicionamiento del catéter.
6.- TERAPÉUTICA COADYUGANTE
Curación diaria con antiséptico tópico, de preferencia yodopovidona de base alcohol o
clorhexidina, además cubrirlo con gasa y apósito oclusivo. En casos seleccionados,
terapia antibiótica profiláctica.