La inseminación artificial tiene antecedentes desde el siglo XV, cuando un médico judío introdujo el semen del rey Enrique IV de Castilla en el cuerpo de su esposa la reina Juana de Portugal. Actualmente, la inseminación artificial es un procedimiento de fertilidad que permite el embarazo de parejas que enfrentan infertilidad y de parejas del mismo sexo, evaluando y seleccionando los espermatozoides para reducir la transmisión de trastornos genéticos. El proceso involucra la recolección de semen, la selección de los esper
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1. La inseminación artificial en humanos tiene lejanos precedentes. Según
distintos testimonios de la época, como los del cronista Alonso de Palencia y del
médico Hieronymus Münzer, y el estudio histórico de Gregorio Marañón, fue
ejecutada en Aranda de Duero por un médico judío, que introdujo el semen del
rey Enrique IV de Castilla "el impotente" mediante una cánula o tubo acodado de
oro en el cuerpo de su esposa la reina Juana de Portugal. Es dudoso que
procedimiento tuviera éxito, puesto que aunque la reina efectivamente tuvo una
hija en 1462, la princesa Juana, las dudas que hubo sobre su paternidad hicieron que
recibiera el sobrenombre de "la Beltraneja", en alusión a su presunto verdadero
padre, el valido del rey.
La inseminación artificial humana es un procedimiento de fertilidad
revolucionario con numerosos beneficios. La técnica de AI crea un camino al
embarazo para las parejas que enfrentan la infertilidad en el hombre o en la mujer.
Además, la AI por donante permite la evaluación y el análisis de los espermatozoides
antes de la inseminación, lo que se reduce la posibilidad de transmitir un trastorno
genético al bebé. Otro beneficio de la inseminación artificial es que permite que las
parejas de un mismo sexo conciban un bebé. Un especialista en fertilidad de su zona
podrá suministrarle información adicional sobre los beneficios de la inseminación
artificial humana.
En su concepto como tal es todo aquel método de reproducción asistida que
consiste en el depósito de espermatozoides en la hembra mediante instrumental
especializado y utilizando técnicas que reemplazan a la copulación, implantándolos
en el útero, en el cérvix o en las trompas de Falopio, con el fin de lograr la gestación.
Las tasas de éxito para la inseminación artificial humana varían según el tipo
de problema de fertilidad que se trata y la edad de la paciente. La mayoría de las
mujeres que eligen la inseminación artificial tienen una probabilidad del 5 al 25 por
ciento de quedar embarazadas con cada ciclo menstrual. Estas probabilidades
aumentan si junto con el procedimiento toma medicamentos para la fertilidad.
Aunque es posible realizar la inseminación en el ciclo natural de la mujer,
para incrementar las posibilidades de éxito es habitual estimular los ovarios de
manera suave para confirmar la maduración de al menos 1, 2 ó incluso 3 folículos. Es
por ello, que todo el tratamiento se controla mediante ecografías, las cuales nos
2. permitirán saber cuándo programar la inseminación. Aún así, las posibilidades de
éxito de esta técnica rondan el 15-20% en cada intento. Una vez conseguido el
embarazo, la probabilidad de embarazo múltiple es del 15%.
El día de la inseminación, el cónyuge entrega una muestra de semen en
laboratorio 1 ó 2 horas antes de la inseminación, la cual es procesada para recuperar
los espermatozoides móviles y concentrarlos en un volumen pequeño.
Posteriormente, mediante el empleo de una cánula se depositan en el útero,
evitándoles así el largo recorrido que de forma natural deberían realizar desde la
vagina a la trompa, lugar donde se produce la fecundación óvulo-espermatozoide. El
proceso es indoloro, y se realiza en cuestión de minutos. La paciente es dada de alta
con la indicación de tomar progesterona para mejorar las posibilidades de éxito,
hasta la realización de la prueba de embarazo, que en caso de dar positivo, deberá
seguir tomando.
Como mínimo, se debe de disponer de al menos 2-3 millones de
espermatozoides con movilidad progresiva para realizar la inseminación. No
obstante, si tras 3-4 ciclos de inseminación no se consigue embarazo, la probabilidad
de conseguir el embarazo mediante esta técnica desciende estadísticamente y por
tanto se aconseja pasar a Fecundación in vitro.
Como conclusión Es importante resaltar que todo este gran avance que ha
sido la fecundación in vitro ha logrado darle oportunidades a personas que por
causa natural no puede procrear, es por eso que la vida debe ser valorada en todos
los aspectos posibles para así generar mejoras en la sociedad y más vida.
Maria Colmenarez C.I: 21057924.