El documento proporciona información sobre la evaluación de la infertilidad en parejas. Describe los tipos de infertilidad primaria y secundaria, e indica que en la primera consulta ambos miembros de la pareja deben participar y se deben obtener detalles sobre su historial médico y reproductivo. También recomienda realizar pruebas básicas como análisis de sangre y del semen.
2. Se define como la
infertilidad de mujeres
que no han tenido
ningún embarazo o
parto previo
Infertilidad
primaria
es una incapacidad
para la concepción en
mujeres que han
tenido uno o más
embarazos, tanto si
han terminado en un
nacimiento normal
como si fueron abortos
espontáneos,
embarazos ectópicos o
interrupciones
voluntarias de la
gestación.
Infertilidad
secundaria
3.
4. En la visita inicial deberían participar los dos miembros de la pareja. Muchos
clínicos utilizan un cuestionario protocolizado para obtener la información básica y
así aprovechar mejor el tiempo disponible para la consulta. Es posible organizar las
pruebas básicas, entre las que se incluyen las pruebas analíticas basales y el
análisis del semen, a través de asistencia primaria en la primera consulta. La
anamnesis debería incluir:
Edad, profesión y formación educativa de ambos miembros de la pareja.
Número de años que llevan intentando un embarazo y antecedentes de
anticoncepción.
Embarazos previos de cada miembro de la pareja en sus relaciones previas.
Detalles sobre las complicaciones asociadas a gestaciones previas, partos y
períodos posparto.
Historia ginecológica completa, que incluye regularidad, frecuencia y
naturaleza de la menstruación, resultados de las citologías cervicales,
hemorragias intermenstruales y secreción vaginal.
Historia sexual, incluida frecuencia del coito, dispareunia, sangrado poscoital,
disfunción eréctil y trastornos de la eyaculación.
Antecedentes de enfermedades de transmisión sexual y tratamiento.
Historia médica general, que debe incluir enfermedades graves previas o
cirugías, sobre todo en relación a apendicitis en mujeres o hemiorrafias en
varones; antecedentes de orquiopexia o criptorquidia.
5. Los factores generales, como la edad, las enfermedades sistémicas
graves, una nutrición inadecuada, el exceso de ejercicio y el estrés
emocional, contribuyen todos a la infertilidad femenina. La mayor parte
de los casos de infertilidad femenina se relacionan con trastornos de la
anatomía o función tubárica o uterina o una disfunción ovárica con
anovulación. Entre los trastornos menos frecuentes cabe destacar
alteraciones en las características del moco cervical, endometriosis o
dispareunia.
6. Tipo I: hipogonadismo
hipogonadótropo
secundario a una
insuficiencia de la
secreción pulsátil de
gonadotropinas en la
hipófisis. Este cuadro
relativamente
infrecuente puede ser
congénito (como en el
síndrome de Kallman) o
adquirido, por ejemplo,
tras radioterapia o
cirugía de un tumor
hipofisario.
Tipo II: anovulación
normogonadotrópica,
que suele relacionarse
con el síndrome del
ovario poliquístico 1.
Las concentraciones
séricas de FSH son
normales y las de LH
normales o altas. La
hormona antimülleriana
(AMH) sérica estará
elevada y puede
aumentar la
concentración de
testosterona sérica o el
índice de andrógeno
libre.
Tipo III: hipogonadismo
hipergonadótropo, que
se suele describir como
una «insuficiencia
ovárica prematura» y
que describe el cese de
la ovulación por
agotamiento de la
reserva de folículos
ováricos antes de los 40
años. Las
concentraciones de
gonadotropinas séricas
estarán muy
aumentadas y la de
AMH será baja o
indetectable con
concentraciones
posmenopáusicas
(bajas) de estradiol.
Tipo IV:
hiperprolactinemia, con
aumento de la
concentración de
prolactina sérica y FSH
y LH séricas
bajas/normales. Con
frecuencia se debe a un
microadenoma
hipofisario, aunque es
importante descartar
un macroadenoma
mediante TC o RM de la
hipófisis.
7. Las trompas de Falopio deben recoger el óvulo desde el lugar
donde se produce la ovulación tras la rotura del folículo de
De Graaf y transportarlo al segmento ampular, donde tiene
lugar la fecundación. Posteriormente el óvulo fecundado
debe ser transportado a la cavidad uterina a la que debe
llegar en el momento concreto del ciclo menstrual en el cual
el endometrio se vuelve receptivo a la implantación (la
«ventana de implantación»). Los factores tubáricos son
responsables de aproximadamente 10-30% de los casos de
infertilidad, aunque esta cifra varía mucho en función de la
población analizada. En ocasiones se producen
malformaciones congénitas, aunque la causa más frecuente
de alteración tubárica es la infección. Las infecciones pueden
producir la oclusión de la trompa a nivel de las fimbrias con
acumulación de líquido (hidrosálpinx) o pus (piosálpinx)
dentro de la luz tubárica.
8. La implantación es menos probable si la cavidad uterina está
distorsionada por miomas submucosos o malformaciones congénitas,
como un tabique intrauterino. Estos trastornos suelen ser susceptibles
de corrección quirúrgica. Parece que los miomas subserosos o
intramurales puros no afectan a la implantación. No está clara la
influencia de la adenomiosis sobre la implantación, pero este trastorno
se ha vinculado con el fracaso repetido de la implantación y el aborto.
Las adherencias y sinequias intrauterinas secundarias a un legrado
excesivamente enérgico o a una infección (síndrome de Asherman)
también condicionan un desarrollo endometrial inadecuado, ausencia
o poca intensidad de las menstruaciones y fracaso repetido de la
implantación.
9. En el momento de la ovulación, las células endocervicales secretan
abundante moco acuoso y poco denso, rico en agua y en moléculas de
glucoproteínas elongadas, que contiene canales para facilitar el paso de
los espermatozoides hacia la cavidad uterina. La penetración de los
espermatozoides ocurre a los 2-3 min de ser depositados. Entre 100.000 y
200.000 espermatozoides colonizan el moco cervical y permanecen a este
nivel durante unas 24 h después del coito. Al final unos 200 llegan a la
trompa. Tras la ovulación el moco producido por el cérvix bajo la
influencia de la progesterona es hostil a la penetración por parte de los
espermatozoides. La infección cervical o la presencia de anticuerpos
frente a los espermatozoides en el moco cervical o el plasma seminal
pueden inhibir la penetración por los mismos y ocasionar subfertilidad.
10. Estudios en la mujer : En todas las mujeres que consultan por infertilidad
se debe comprobar la inmunidad frente a la rubéola y, si fuera
seronegativa, ofrecerle la vacuna antes de realizar ningún tratamiento
adicional de la infertilidad. Se les debería recomendar que tomen ácido
fólico desde el comienzo de las pruebas y tratamiento del problema de
fertilidad para reducir el riesgo de espina bífida en la descendencia.
Detección de la ovulación : Para valorar la ovulación se debe conocer
la historia menstrual. Si el ciclo menstrual es regular, será posible
analizar el estado ovulatorio mediante los cambios de la temperatura
corporal, el moco cervical o las concentraciones hormonales, con una
biopsia endometrial o mediante ecografía. Sin embargo, muchas mujeres
encuentran difícil registrar la temperatura corporal basal (TCB), que debe
ser anotada cada día, por lo que les aumenta el estrés porque cada día les
recuerda que no consiguen el embarazo. Por eso ya no se recomienda esta
medida de la TCB. Tampoco se recomienda valorar las modificaciones del
moco cervical por la dificultad que supone. Se sabe que la ovulación ha
sucedido cuando aparece un pico de LH en la sangre o la orina, dado que
este tiene lugar unas 24 h antes de la ovulación. Los modernos dispositivos
para la detección del pico de LH que se comercializan son fiables y
permiten planificar el coito. La formación del cuerpo lúteo se puede
demostrar determinando la concentración de progesterona en la fase
luteínica del ciclo.
11. Ecografía
• Es posible realizar ecografías
transvaginales de los ovarios
para seguir el desarrollo
folicular. El diámetro del
folículo aumenta de 11,5 mm
el 5.° día antes de la ovulación
a 20 mm el día anterior a la
misma y se reduce
aproximadamente a la mitad el
propio día de la ovulación con
opacifi- cación del resto
folicular cuando se forma el
cuerpo lúteo. Esta es una
forma útil, aunque requiere
tiempo y recursos, de
monitorizar el momento de la
ovulación. La ecografía
también puede tener utilidad
para diagnosticar el SOPQ o un
endometrioma ovárico.
Pruebas para la anovulación
•Si existe evidencia de
anovulación, entre las
pruebas adicionales se
debería incluir la
realización de:
•• Concentración de FSH, LH
o estradiol sérico el día
•2 o 3 de una menstruación
natural o inducida, además
de la determinación de
AMH.
•• Función tiroidea y
concentración de prolactina
sérica.
•• RM o TC de la silla turca si
las concentraciones de
prolactina fueran elevadas.
Valoración de la reserva ovárica
La edad materna avanzada es uno de
los principales factores pronósticos
que predice el éxito o la necesidad de
FIV. Las pruebas de reserva ovárica
que miden la concentración de AMH
sérica y/o el recuento de folículos
antrales (RFA) mediante ecografía
transvaginal permiten estimar de
forma individualizada dicha reserva.
Un bajo valor de AMH o de RFA
asociado a la edad predice una baja
obtención de ovocitos en la FIV con
una probabilidad inferior a la media
de embarazo, mientras que un valor
alto de estos parámetros predice una
mejor respuesta ovárica a la
estimulación con gonadotropinas. Sin
embargo, aunque estos parámetros
son útiles para identificar la cantidad
de ovocitos prevista tras la
estimulación, no sirven para valorar la
posible calidad con una precisión
similar.
12. Estudios de permeabilidad tubárica : Es clave
determinar si la trompa está permeable
antes de iniciar el proceso de inducción de la
ovulación o la inseminación intrauterina. No
será preciso confirmar dicha permeabilidad si
la pareja se va a realizar directamente una
FIV por existencia, por ejemplo, de un factor
masculino grave. Sin embargo, en este caso
se debería estudiar la anatomía uterina
mediante ecografía transvaginal de alta
resolución o histerosalpingografía .
13. Se inyecta un contraste radiopaco en la cavidad uterina y las trompas
de Falopio. No se necesita anestesia general. El contraste marca los
límites de la cavidad uterina y cualquier posible defecto de llenado.
También permite demostrar posibles obstrucciones tubáricas y
localizarlas.
Histerosalpingografía
Recientemente se ha introducido la ecografía con histerosonocontraste
(EHSC) que utiliza la ecografía transvaginal para observar el llenado
de la cavidad uterina y las trompas de Falopio como una alternativa a
la HSG. Esta EHSC evita la exposición a la radiación ionizante y
permite la observación en tiempo real de la anatomía uterina y
tubárica.
Histerosonografía
La laparoscopia permite visualizar de forma directa los órganos
pélvicos y valorar las patologías pélvicas, como las adherencias y la
endometriosis. Se inyecta azul de metileno a través del cérvix para
valorar la permeabilidad de las trompas. Se puede combinar la
laparoscopia con la histeroscopia para valorar la cavidad uterina.
Laparoscopia e
insuflación de
contraste
14. Estudio de la infertilidad por factores cervicales :
Las pruebas de infertilidad «por factores
cervicales», como las pruebas poscoitales, no se
recomiendan como parte de las pruebas habituales
de estudio de la pareja infértil porque no existen
unos criterios de normalidad establecidos y la
correlación entre los hallazgos y la fertilidad es
mala. Los modernos tratamientos de la infertilidad,
como la inseminación intrauterina o la FIV, evitan el
moco cervical y cualquier posible causa cervical
para la infertilidad.
15. Estudios en el varón :El estudio más útil en
los varones es el análisis de semen. La
muestra se recoge mediante masturbación
tras 3 días de abstinencia sexual y se
introduce en un envase estéril y debe ser
analizado en las dos primeras horas tras la
recogida. La muestra se suele recoger en una
estancia privada adyacente al laboratorio de
andrología para evitar el enfriamiento
durante el transporte y confirmar la
identidad del paciente varón estudiado.
16.
17. Las principales características del análisis de semen son:
Volumen: un 80% de los varones fértiles eyaculan entre 1 y
4 mi de semen. Un volumen inferior indica una deficiencia
de andrógenos y volúmenes mayores sugieren una
alteración en la función de las glándulas accesorias.
Concentración de espermatozoides: la ausencia de todos
los espermatozoides (azoospermia) indica esterilidad,
aunque es posible recuperar espermatozoides mediante
aspiración percutánea del epidídimo (APE) o aspiración
testicular (AT) o en la biopsia testicular. El límite inferior
de la normalidad oscila entre 15 y 20 millones de
espermatozoides/ml, pero no se debe aceptar el dato de
una única muestra, porque se producen variaciones
significativas de un día a otro. Unos valores anormalmente
altos, superiores a 200 millones de espermatozoides/ml,
pueden asociarse a subfertilidad.
18. • En el análisis normal se debería encontrar una movilidad
buena del 60% de los espermatozoides en la primera hora
tras la recogida de la muestra. La característica progresión
anterógrada es también muy importante. La Organización
Mundial de la Salud grada la movilidad de los
espermatozoides según los siguientes criterios:
■ grado 1: movilidad rápida y lineal progresiva
■ grado 2: movilidad lineal lenta y torpe o no lineal
■ grado 3: movilidad no progresiva
■ grado 4: inmovilidad.
• La morfología de los espermatozoides es muy variable,
incluso en varones con una fertilidad normal, y se
considera menos predictiva de subfertilidad que el
recuento o la motilidad. Es importante buscar leucocitos,
porque pueden indicar infección. Si se reconoce pus, se
debería solicitar un cultivo del semen para buscar
crecimiento de bacterias.
19. Análisis del ADN de los espermatozoides : Las pruebas
convencionales para medir la concentración, motilidad y
morfología de los espermatozoides predicen mal la capacidad de
concebir de una pareja. La integridad del ADN cromosómico del
espermatozoide resulta fundamental para la fecundación normal
y la transmisión de la información genética paterna y las pruebas
de integridad del ADN del espermatozoide se suelen correlacionar
con las variables habituales del semen, incluidas las alteraciones
en la concentración o la motilidad de los espermatozoides. El
ADN del espermatozoide está protegido de sufrir lesiones
mientras que este se transporta a través de los aparatos genitales
masculino y femenino y las lesiones del ADN del espermatozoide
pueden ser causa de una alteración de la fertilidad .
En los estudios clínicos la integridad del ADN del espermatozoide se
altera en los varones infértiles comparados con los de fertilidad
normal y también en los que tienen un semen de mala calidad. Los
estudios que miden el tiempo que se tarda en conseguir el
embarazo en parejas aparentemente normales en el momento de
interrumpir la anticoncepción demostraron que los resultados de la
prueba SCSA se asociaron de forma significativa con la probabilidad
de embarazo.
20. Valoración endocrinológica del varón : Unas
concentraciones séricas altas de FSH con una
concentración de AMH baja indican una alteración
testicular, mientras que unos valores normales
pueden indicar un proceso obstructivo. Se encuentra
una concentración baja o indetectable de FSH o LH
sérica en los varones con hi- popituitarismo, que
pueden ser tratados con FSH/LH. Si se identifica una
FSH alta, con AMH baja y azoospermia será
innecesario realizar más pruebas, dado que estos
hallazgos indican un fallo en la espermatogenia. Sin
embargo, la biopsia testicular podrá mostrar focos
intratesticulares de espermatogenia y esto
posibilitaría la extracción de espermatozoides para
utilizarlos en IEIC, aunque FSH esté aumentada y AMH
suprimida.
21. Estudios citogenéticos : El análisis cromosómico de los
varones con azoospermia puede indicar un cariotipo XXY o
XYY y en ocasiones una translocación autosómica que
cause la azoospermia. En los varones con oligospermia
(menos de 5 millones de espermatozoides móviles) se
debería analizar la presencia de mutaciones en el gen de
la fibrosis quística. Los portadores de estas mutaciones
pueden estar sanos, pero podrían concebir un hijo con
fibrosis quística tras la FIV si la pareja fuera también
portadora de la mutación.
Biopsia testicular/de epidídimo : La biopsia testicular
podría mostrar espermatogenia, aunque existiera una
concentración elevada de gonadotropinas. Se pueden
aspirar los espermatozoides y criopreservar para uso
posterior en IEIC. Los varones con obstrucción del
conducto deferente, por ejemplo tras una vasectomía,
pueden realizarse una APE con altas probabilidades de
obtener espermatozoides adecuados para IEIC.
22. Eyaculación retrógrada : La eyaculación retrógrada es una causa
poco frecuente de infertilidad. Se debería sospechar en varones
sometidos a una resección transuretral de próstata. El
diagnóstico se establece por la detección de espermatozoides en
la orina tras el orgasmo. Se pueden obtener espermatozoides en
la muestra de orina alcalinizada obtenida tras el orgasmo para
utilizarlos en IEIC.
Pruebas inmunológicas en la infertilidad masculina : En los
varones se puede producir inmunidad frente a los
espermatozoides y la autoinmunidad frente a los antígenos
espermáticos puede ser origen de infertilidad. Las reacciones
antígeno-anticuerpo pueden ser causa de infertilidad de base
autoinmunitaria porque neutralizan la capacitación de los
espermatozoides o bloquean los receptores para los mismos en la
zona pelúcida del ovocito. Los anticuerpos frente a los
espermatozoides del plasma seminal son de las clases IgA e IgG y
se pueden identificar mediante la reacción de aglutinación mixta
(MAR). Parece que los anticuerpos ligados a los espermatozoides
tienen un efecto negativo significativo sobre la fertilidad cuando
se produce una unión superior al 50%.
23. Si la anamnesis, la exploración y las pruebas complementarias realizadas a
los dos miembros de la pareja son normales y la duración de la infertilidad
es inferior a 18 meses, se debería tranquilizar a la pareja y realizar
recomendaciones sobre la frecuencia de las relaciones coitales y los cambios
sencillos en la forma de vida que pudieran aumentar las opciones de
concepción. Se debería recomendar a los dos miembros de la pareja que
dejen de fumar y que limiten la ingesta de alcohol. En los varones y mujeres
cuyo índice de masa corporal supere 30 se debería recomendar un programa
de adelgazamiento bajo supervisión.Sin embargo, si la mujer supera los 30
años, esta política de «esperar y ver» se considera poco adecuada, porque el
retraso influirá de forma negativa y significativa sobre las posibilidades de
conseguir un embarazo mediante FIV a lo largo de su vida.
Anovulación :En presencia de una anovulación del grupo II de la OMS con
estigmas del SOPQ y concentraciones de FSH y prolactina normales, el
fármaco de elección sigue siendo el citrato de clomifeno. El clomifeno
consigue la ovulación en 80% de las mujeres y se consigue el embarazo en
un 50% de las que ovulan aproximadamente. El clomifeno se administra
durante los días 2-6 del ciclo con una dosis inicial de 50 mg/día, que
puede incrementarse hasta 100 y 150 mg/día en caso necesario. Es
posible monitorizar la ovulación mediante la determinación de las
concentraciones de progesterona en el día 21, aunque la recuperación de
un ciclo menstrual normal se suele asociar a un embarazo cuando se
recupera la ovulación.
24. Patología tubárica : La microcirugía tubárica ha sustituido
casi por completo a la FIV en el tratamiento de la
infertilidad de origen tubárico. La cirugía laparoscópica
puede ser necesaria todavía para realizar una
salpingectomía o grapado de la trompa antes de la FIV en
las pacientes con un hidrosálpinx para reducir el riesgo de
contaminación de la cavidad endometrial con las
secreciones tóxicas del hidrosálpinx o para realizar una
cistectomía ovárica o miomectomía previa. La salpingólisis
para liberar las adherencias peritu- báricas todavía tiene
utilidad si los extremos fímbricos de las trompas están bien
conservados. Sin embargo, es importante no perder
demasiado tiempo en las mujeres mayores de 30 años. En
ocasiones se puede abrir el extremo tubárico obstruido,
por ejemplo, mediante salpingostomía (fig. 17.5). Existe
un aumento del riesgo de embarazo ectó- pico después de
todos los tipos de cirugía tubárica.
25. Inseminación intrauterina : Durante muchos años se ha
realizado la introducción de una muestra de esperma
dentro de la cavidad uterina con un catéter blando y
flexible. Esta técnica ha mejorado gracias a la preparación
de la muestra de semen, que se lava para aislamiento de
los espermatozoides móviles, y también mediante la
estimulación de la ovulación con dosis bajas de
gonadotropinas. La IUI puede ser un tratamiento específico
de la disfunción coital y de las alteraciones del moco
cervical, aunque con frecuencia se emplea también en el
tratamiento de la infertilidad de causa no aclarada y de la
infertilidad asociada a un factor masculino leve. La IUI
exige unas trompas de Falopio sanas y permeables. La
frecuencia de partos vivos en los centros de alta calidad
oscila entre el 15 y 20% por ciclo, aunque la IUI sigue
siendo una alternativa rentable a la FIV porque necesita
dosis menores de gonadotropinas, un menor nivel de
monitorización y unas necesidades de laboratorio menos
complejas
26. Fecundación in vitro y transferencia de embriones : La
fecundación in vitro y sus múltiples variantes han revolucionado
el tratamiento de la infertilidad desde el nacimiento de Louise
Brown en 1978. A nivel global más de 5 millones de niños han
nacido tras una FIV y la Society for Human Reproduction and
Embriology y la American Society for Reproductive Medicine han
recogido datos en general tranquilizadores sobre la seguridad de
la FIV, IEIC y criopreservación de embriones. Esencialmente, la
FIV consiste en la estimulación del desarrollo de múltiples
folículos ováricos mediante la administración de gonadotropinas
urinarias o recombinantes, de forma simultánea con un agonista
o antagonista de la hormona liberadora de gonadotropinas
(GnRH) para evitar un pico prematuro de LH y la ovulación antes
de la obtención de los ovocitos. Los ovocitos se recogen mediante
aspiración con aguja del folículo bajo control ecográfico
transvaginal y posteriormente se aíslan del líquido folicular y se
cultivan en presencia de una muestra lavada de esperma de la
pareja.
27. El SHEO es consecuencia de una sobredosis de
gonadotropinas, que condiciona un desarrollo excesivo de
los folículos y unas concentraciones elevadas de estrógenos
y del factor de crecimiento endotelial vascular (FCEV). El
SHEO puede ser mortal, y se consigue evitar casi por
completo si se elige un abordaje conservador para la
estimulación ovárica. En la forma más grave este síndrome
se asocia a un aumento de tamaño del ovario muy
importante con salida del líquido desde el compartimento
intravascular al tercer espacio, con la consiguiente ascitis,
derrame pleural, retención de sodio y oliguria. Las
pacientes pueden sufrir hipovolemia e hipotensión y
desarrollar insuficiencia renal, además de fenómenos
tromboembólicos y síndrome de dificultad respiratoria del
adulto. Parece que la fisiopatología de este cuadro se
asocia a un aumento de la permeabilidad de los capilares.
28.
29. Tratamiento :Si el hematocrito es inferior al 45% y los
signos y síntomas son leves, la pariente se puede tratar de
forma ambulatoria, pero si existe una ascitis importante
en la ecografía, se debería ingresar en el hospital. Se
deben valorar las concentraciones basales de electrólitos y
la función hepática y renal. La expansión de volumen se
consigue con albúmina humana y en ocasiones con
cristaloides y, en los casos de ascitis o derrame pleural
grave, se debería drenar el líquido para reducir la
sobrecarga del mismo. Algunos fármacos, como la
indometacina y los inhibidores de la enzima convertidora
de angiotensina, pueden reducir la gravedad del episodio.
Al final los quistes se pueden reabsorber y los ovarios
recuperan el tamaño normal. A la hora de repetir los
intentos de estimulación ovárica se debería tener en
consideración el régimen de dosificación empleado
durante el episodio de síndrome de hiperestimulación
ovárica.
30. El tratamiento específico solo es posible en un pequeño
porcentaje de los varones infértiles. El tamaño testicular
tiene importancia y cuando el paciente tiene testículos
pequeños, azoospermia, una concentración de FSH alta y un
valor de AMH bajo, es poco probable que ningún tratamiento
funcione.Cuando las concentraciones de FSH son normales y
el tamaño tesúcular también, se debería sospechar una
obstrucción del conducto y realizar una biopsia testicular. Si
se confirma la espermatogenia normal, sería necesario
realizar una vasografía y exploración del escroto. Una
anastomosis quirúrgica podría recuperar la fertilidad. Las
gonadotropinas son eficaces en los infrecuentes casos de
hipogonadismo hipogonadótropo masculino y en los varones
con hiper- prolactinemia se administran agonistas de la
dopamina. Entre los tratamientos de eficacia no demostrada,
pero que se usan de forma generalizada para la infertilidad
masculinase encuentran la ligadura de los varicoceles y la
administración de antioxidantes y suplementos para reducir
la fragmentación del ADN de los espermatozoides.
31. Inseminación de donante : Si no se puede
obtener esperma para la IEIC, o el varón es
portador de un trastorno genético que la pareja
no desea transmitir a su descendencia, se podría
discutir con ellos la opción de inseminación de
donante.Se deben analizar de forma detallada
las implicaciones de este procedimiento, tanto
desde la perspectiva legal como personal y se
debe asesorar de forma independiente a los dos
miembros de la pareja. La donación de esperma
dejó de ser anónima en el Reino Unido en 2004 y
la escasez resultante de donantes ha llevado a
muchas parejas a solicitar el tratamiento en el
extranjero o importar el esperma de EE. UU.,
Dinamarca u otros países.