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Homilia San Luis Rey 2021
1. Homilıa
́ San Luis Rey
25 de agosto de 2021
Celebramos hoy a un gran santo cuyo nombre dio impronta identitaria a la ciudad pequeña, que en medio del
camino nacía rodeada de incertidumbre. No hay datos documentales de cómo fue aquel acto primero, tan solo
el nombre del Rey Santo es la única certeza que dio existencia a la ciudad al poder nombrarla. “SAN LUIS DE
LOYOLANUEVAMEDINADELRIOSECO”,fuesunombrecompleto.
En esta primera parte de la liturgia, escuchamos fragmentos de la Palabra de Dios. De la Sagrada Escritura, de la
Biblia… que es un libro que seguramente estará en más de una de nuestras bibliotecas…, en nuestros
hogares…
Muchasveces,escuchamoslaexpresión“yonoleílaBiblia”…comosifueraéstaunsololibro.Cuandoenrealidad
son la compilación de muchos libros (73) reconocidos por la Iglesia como inspirados por Dios, por eso forman
parte del canon de libros reconocidos a los que reconocemos como“Palabra de Dios”. En ellos no encontramos
solo la ágil pluma de sus autores, sino, en ellos encontramos la voz del mismo Dios que se ha revelado. Por eso es
tanimportantedarlugarennuestravidaalalectura,oraciónymeditacióndeLaPalabra.Dejar queDiosnossiga
hablandoydiciendoatravésdeella…;cuántobiennosharíaque,entodaslasparroquias,enlacatequesisdenel
lugar que le corresponde a la Palabra… de tal manera que la Biblia esté en las manos de cada niño, de cada
familia,paraluego,poderestarensuscorazonesyensusaccionescotidianas.
San Luis, Rey de Francia, ha sido educado cristianamente por su madre Blanca de Castilla, quien dejó huellas
imborrables en su corazón que hicieron que su vida tuviera esa luz de santidad que iluminaba sus acciones,
claramente inspiradas en la Palabra de Dios. Construyó su santidad no solo por sus grandes virtudes, sino por el
modoenqueamóasupuebloalquegobernóconjusticia.
Justamente lo que escuchamos en la primera lectura de hoy, del Profeta Isaías (AntiguoTestamento), nos habla
del “ayuno” como práctica religiosa. Y en este vínculo de lo humano con lo divino a través de este gesto tan
profundo como lo es el ayuno, nos previene acerca de lo que Dios quiere, espera y mira en nosotros: un ayuno
que se realiza no por la privación de algo que se convierte en ofrenda, sino en acciones concretas de la vida que
vividasconlosmáspobresyconlosquesufreninjusticiasque,porelhechodehaberlostenidoencuentayhaber
atendidoasuproblemática,esomismo,serátenidoencuentaporDiosyseconvierteencaminodeSantidad.
SanLuis,aprendiómuybienlaleccióndesumadrequienletransmitiólaPalabrayéllapusoporobra.Hoy,élnos
enseñaaseguirelejemplodelcaminomarcadoconsuvida.Dejarenlibertadalosoprimidos,romperyugos,dar
pan al hambriento.Cada una de esas realidades con “lugares de Dios”. Son una oportunidad para salir a su
encuentro y, para vivir la fe y no solo para declamarla como una expresión abstracta que no toca la vida real y
cotidiana.
De qué me serviría decir que amo a Dios si no soy capaz de amar al
prójimo. Tarea que no tiene n. Que se actualiza día a día. La fe debe
encarnarse,sinosetransformaenmeraideología.
SanLuisrey,supohacerdeesasacciones,unarealidadcotidiana.Ypor
eso la Iglesia, posteriormente lo ha reconocido y nos lo pone como
ejemploeintercesoralreconocersusantidad.
Caminamos hoy y somos parte de una sociedad que muchas veces
caminaaespaldasdelmismoDios.OseolvidadeÉlcomosifuésemos
autosu cientes…; el salmo de esta liturgia, también nos lleva a
reconocer nuestra felicidad desde el temor del Señor. No un temor de
miedo, sino un temor reverencial, de respeto y de amor a Dios Padre.
Temor que nos fortalece, todo lo contrario, a anularnos. Por eso frente
a nuestra sociedad, como cristianos, debemos ser vivos actores en la
construcción de un mundo nuevo. Hacer presente la vida que brota
de Dios y que nos anima. Debemos ser testigos de esta Buena Nueva.
DeestaBuenaNoticiadelasalvación.
2. Comolohacemoscadaveinticincodeagosto,venimosaagradecer,veneraryaencomendarnosanuestrosanto
patrono, que dio nombre a nuestra Provincia. Hacer memoria de él en esta liturgia nos anima y alimenta a seguir
suspasosquenosonotrossino,losdeseguirlospasosdeJesús.Atentoanuestraépocaehistoriapropia.Ahacer
vivo el Evangelio hoy en tierras sanluiseñas. Desde su inicio, él contempla y protege a esta ciudad que creció y
tiene identidad propia apoyada en su nombre, aprender a escuchar su mensaje expresado en su modo de vivir
puedeconvertiraestaciudadqueélamódesdeelinicio,enunespaciodeBien,deJusticiaydePaz.
Nuestras Iglesias y templos, son lugares de encuentro y casas donde las comunidades nos reunimos para rezar,
para celebrar, para alimentar nuestro espíritu. Para formar comunidad como verdadera Iglesia. Pero nos
equivocaríamos si solo nos quedamos en la conformidad de compartir solo intraeclesialmente, sino que
debemos formarnos y alimentarnos para salir al encuentro…, llegar a quienes no conocen el amor de Dios.
Nuestro anuncio no solo debe darse como palabra proclamada, como fe que se de ende de ataques externos,
sino como testimonio vivo del amor de Dios que nos ha sido dado y nos llama justamente a hacerlo vivo y
presenteenelmundo.
La fe cristiana ha enriquecido siempre la historia del pueblo de San Luis. Esta fe ha sido quien acompañó la vida
deestepueblo,sosteniéndoloespecialmenteenlosmomentosmásdifíciles.
Yacadaépocaletoca…,nostoca…,vivirestafeencarnadamente.
Dejémonos iluminar por la Palabra y con las enseñanzas de Jesús, y ponerlas en práctica. Para ello contamos
también con el ejemplo de los santos y, en este caso, con el ejemplo de San Luis. No para repetir exactamente lo
mismo que él ha hecho. Hoy no debemos vestirnos de cruzados, ni de fantasear historias como si fuésemos
cruzados que batallamos con la espada como soldaditos. Tenemos que aprender a poner en práctica sus
virtudes a la vida y necesidad propia de hoy. Llevar a Dios en el verdadero amor, como claramente nos lo
recordaba el Evangelio que acabamos de escuchar.Y tener un corazón atento y solidario para no seguir de largo
frentealasdurasrealidadesquesufrenaquellosqueestánanuestrolado.
San Luis ha sabido hacer una profunda síntesis entre la realeza propia de su vida y la realeza de Cristo que guía
también su propia vida. Y supo vestirse simultáneamente con sus nas ropas de rey y su sayal de terciario
franciscano que le hace redimensionar su vida y su poder. No quedó ni enceguecido ni obnubilado con su
realidad, sino que supo ponerse al servicio de los pobres y de su pueblo que lo admiraba entre otras cosas,
porquenohablabamaldenadieyestabasiemprecercadelagente.SanLuiseraelreyquehablabaasupuebloél
eraelreydelapalabracristiana.
San Luis es un santo laico. No era sacerdote… o religioso. Era un laico que vivió el evangelio. Nunca debemos
olvidarquenuestrosantopatronohallegadoalasantidaddesdeeselugar.
La santidad no es un status o privilegio de unos pocos, ni una tarea imposible. La santidad es un proceso… un
camino hacia Dios que se va construyendo en la medida que dejamos que Dios vaya transformando nuestros
corazones.Luego,esamismasantidadseveráre ejadaenlasacciones.
Claramente no han abundado los reyes santos. Pero, justamente, nuestro santo patrono nos marca que es
posible. No fue fácil su lugar, salir de la tentación de tomarlo para su propio servicio, convirtiéndose en servidor.
En él celebramos que no hay lugar donde la Gracia de Dios no llegue…, no hay lugar donde vivir la santidad no
sea posible. San Luis rey supo hacer de su lugar en el mundo, un camino de Dios…, un camino del Evangelio. Su
camino de santidad. Y esta experiencia nos enseña a todos. No es solo para algunos pocos. En las relaciones
humanasy,adistintasescalas,todosdebemosserservidores.Vivirelevangelio.Serservidoresunosdeotros.Ver
al prójimo como sujeto de respeto y de cuidado. Como hermano y no como instrumento. Como persona que
re ejaladignidaddeloshijosdeDiosyquesenosdacomounaoportunidadparallegaraÉl.
Pidodeunmodomuyenespecial,enestaMisaquecelebramosjuntos,quelaPalabraescuchada,yelPandevida
que compartimos abra nuestros ojos y corazón con la intercesión y ejemplo de San Luis rey, para que hoy, cada
uno de nosotros y en nuestras propias realidades hagamos visible el amor de Dios que nos lleve a construir un
mundo distinto, una sociedad de hermanos, que vaya preparando nuestro gran y de nitivo encuentro, junto a
todoslossantosenlacasadelPadre,allídondeyanohabránillanto,nidolor,nimuerte.
CuántodeseoquelaIglesiadeSanLuis,muestreconlavidaytestimoniodequienesformamospartedeella,que
aquí estamos, para caminar juntos en la fe y en la esperanza, saliendo particularmente al encuentro de aquellos
quemásnecesitandelamorydelamisericordiadeDiosquenoshasidodada.
+ Mons. Gabriel Bernardo Barba
Obispo de San Luis