PINTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA (SIGLO XVI).ppt
A;o mundial de lengua vernaculas
1. Protección a las lenguas indígenas
Ileana Almeida
En las academias, cumpliendo con el pronunciamiento de la Unesco sobre el Año de las
Lenguas Indígenas, se ha comenzado a discutir los problemas que enfrentan esos
idiomas. Es un hecho que la situación lingüística se caracteriza por el entrelazamiento
de relaciones económicas, políticas, ideológicas, étnicas, sociales, culturales.
Al evaluar esta situación surge como punto central los efectos negativos que acarrean a
las lenguas originarias las actividades extractivas. Tan graves son sus consecuencias que
la ONU está empeñada en proteger a las lenguas de los peligros que entrañan los
manejos de las mineras, petroleras y madereras. Se ha encargado al Consejo de
Derechos Humanos la redacción de un instrumento legal y vinculante para evitar los
desplazamientos territoriales forzosos inducidos por las compañías. En nuestro país, las
maquinarias terminan con las selvas, los campamentos mineros remplazan a las
comunidades, las lenguas nativas se volatilizan.
La educación en lenguas vernáculas exigen de los indígenas un esfuerzo enorme, que no
es ni apreciado ni apoyado debidamente por los ministerios de educación, cuyos
burócratas no captan las necesidades de una enseñanza que debería sustentarse en la
renovación profunda de la conciencia de identidad histórica y social de los implicados.
Es indispensable establecer consejos científicos especializados en teoría lingüística,
lexicología y lexicografía, y en el problema del desarrollo de las lenguas con relación al
desarrollo de los pueblos que las hablan.
En el Ecuador, la Educación Intercultural Bilingüe requiere, además, de una teoría de
las lenguas indígenas que tendría que revelar las formas originales del pensamiento que
subyace en cada idioma, estudiar sus tipologías, la pertenencia genética y la relación del
léxico con la semántica.
Un factor para el desaparecimiento de las lenguas es la migración indígena a las
ciudades. La precaria supervivencia en el agro obliga a los campesinos a dejar las
comunidades y trasladarse a urbes donde el poder municipal parece haber decretado su
inexistencia. En nuestras ciudades se sobreexplota la fuerza laboral de los migrantes y
no hay espacios ni oportunidades ocupacionales para que las lenguas vernáculas
consigan resistir. La única alternativa de “urbanizarse” es aprender, mal que bien, el
idioma de los explotadores, lo que lleva a olvidar las lenguas propias.
Las comunidades tradicionales son ambientes protectores para las lenguas indígenas.
Ahí, las diferencias de género, edad, parentesco se integran, se guarda la tradición, la
comunicación se mantiene. Sin embargo, dado el aislamiento, las funciones de esas
lenguas se reducen muchísimo por falta de información externa. Por tanto, las escuelas
comunitarias deberían contar en la Internet con programas en lenguas originarias para
acceder a contenidos universales y actualizados.