1. Universidad Mexicoamericana del Golfo.
Carrera: psicología.
Materia: Corrientes de la psicología contemporánea.
LA IMPORTANCIA DEL CUERPO.
El cuerpo es el objeto omnipresente en la terapia. No se pueden separar cuerpo y
mente. Hay terapias que se centran principalmente en el primer modo de comunicación, en
ellas se presta atención a la expresión gestual, la distribución en el espacio, aspectos
fisiológicos como el rubor, la sudoración e incluso deseos, rechazos o fantasías que
despierta la contemplación de otros cuerpos. Existen otras que emplean de un modo
preferente el cuerpo, aunque el uso de la palabra sigue siendo imprescindible para
completar la relación. Es por esto por lo que hay autores que hablan de grupos que se
manejan privilegiadamente mediante la comunicación verbal y otros en los que el papel
fundamental se encuentra en la acción.
Para poder profundizar más en lo que ocurre en y con el propio cuerpo hay que
distinguir tres estados del cuerpo que pueden darse en todos los grupos.
3.1 El cuerpo ensimismado.
Es el hombre sumido dentro de los límites de su corporeidad. Es un mundo lleno de
señales muy sutiles, desde fantasías del propio cuerpo hasta sensaciones corporales o la
cenestesia.
Las fantasías sobre su propio cuerpo pueden englobarse en cuatro áreas de
atracción: afectivo, sexual, poder y salud. Todos ellos tienen algo en común y es el mundo
de la relación, es el cuerpo el que veo en mí hacia el otro. No se puede considerar, por
tanto, el cuerpo solo en mí, conmigo y para mí, pues olvidaríamos el componente de
relación que posee.
Tenemos que diferenciar entre esquema e imagen corporal. El esquema corporal es
el mismo para todos los individuos de la especie, la imagen corporal es propia de cada uno,
está ligada al sujeto y a su historia. La imagen remite a las fantasías que se tienen del
propio cuerpo, es el esquema corporal pasado por la lente deformadora de la fantasía
individual. Además, la imagen corporal no tiene unos límites claros, sino que se funden y
entremezclan con los límites de los demás.
Hay fantasías que remiten al hecho de ser o no aceptado, valorado, querido y
deseado por los ideales estéticos (estatura, delgadez, grosor…); hay otras sobre el poder
corporal (ser débil o fuerte); y las hay sobre la salud (fisiología, anatomía y patología.)
El hombre como cuerpo ensimismado tiene presente que cuando está en una
situación terapéutica o social conserva para sí mismo las fantasías por pudor o temor a
compartirlas, o hará uso de ellas en la participación y el encuentro.
3.2 El cuerpo mostrado.
Aquí se condensan todos esos movimientos corporales que son vías de
comunicación analógica. Es un lenguaje no verbal que observa la acción, la constata y
elabora pero sin introducir un control voluntario.
2. En los grupos activos resulta primordial el ver y ser visto, ya que cada miembro
ocupará un espacio escénico donde inevitablemente será el centro de todas las miradas. Las
miradas pueden abarcar desde el mero ver desinteresado hasta la mirada que desnuda,
encerrando en este continuo a la mirada de admiración, valoración, juicio, crítica o
desprecio.
Mención a parte merecen las fantasías del que ve y del que es visto, lo que se
deposita en la mirada. El que es visto puede dotar de muchos significados
a la mirada que recibe desde su mundo interno. En la mirada del otro
perseguimos encontrar lo que esperamos que vea en nosotros o lo que tememos que llegue
a encontrar, por eso se pueden producir actitudes de placer o temor a la mirada.
Hay tres miradas que pueden estar presentes: la primera está
vinculada con la matriz de identidad(“mirada de la madre”), que lleva mensajes
de aceptación/rechazo, confianza/desconfianza y fusión/separación; la segunda tiene
que ver con la matriz familiar (“mirada del padre o miradas de pareja parental”) y
está cargada de exigencia/indiferencia, vigilancia/libertad, afecto/despego y amor/agresión;
la tercera mirada está asociada con la matriz social y se carga de
valoración/crítica, curiosidad/indiferencia e integración/marginación.
3.3 Topología y proxemia.
Las
La topología hace referencia al lugar que ocupan los sujetos en el espacio.
posiciones relativas que se establecen entre unos y otros dibujan un
mapa elemental de las relaciones entre ellos, un modelo esquemático
de las relaciones interpersonales-intragrupales. Sería un esquema en que
aparecerían atracciones, rechazos e indiferencias, sin dotar a ellos ninguna carga cualitativa.
Este esquema relacional puede utilizarse para empezar a plantear las primeras hipótesis o
como herramienta terapéutica.
En todo grupo humano se puede observar cómo se colocan sus miembros. Cómo
se acomodan y se distribuyen en el espacio los miembros de un
grupo al inicio de una sesión terapéutica aporta una información
significativa. Con esta información el terapeuta puede tomar nota mental de ello o
puede emplear su percepción haciendo un señalamiento verbal o una interpretación (siendo
esta última más arriesgada, pero también más movilizadora.)
La topología no sólo se puede trabajar y analizar en los grupos, en las terapias
individuales se le pide al sujeto que represente a los miembros del grupo del que se esté
trabajando en sesión. Los representa con objetos que sitúa en el espacio, de manera que las
posiciones y distancias relativas simbolicen las relaciones interpersonales.
La proxemiatiene relación con los estudios de territorialidad, aislamiento,
aglomeración y otros, realizados por diversos autores. Se refiere al espacio personal que
tiene cada individuo.
Hay cuatro niveles de espacio personal. El primero, es el íntimo, cuya distancia
máxima se encuentra a 45 cm. El segundo es el causal-personal y se sitúa entre los 40 y los
120 cm. El tercero es el social consultivo, comprendido entre los 120 y 364 cm.
3. Finalmente, el cuarto, es el público que iría desde 364 cm hasta los límites de lo
perceptible.
Las distancias pueden cambiar en base a la relación de intimidad, de atracción o
rechazo sexual o de otro tipo, así como del estatus social u otros factores. Modificaciones
en estas distancias pueden usarse como indicativo de cambio.