1. Compromiso para una educación integral: deber del docente
La docencia va más allá de la simple transmisión de conocimientos. Es una actividad compleja que requiere
para su ejercicio, de la comprensión del fenómeno educativo. El sólo dominio de una disciplina, no aporta los
elementos para el desempeño de la docencia en forma profesional. La docencia como profesión se ubica en
un contexto social, institucional, grupal e individual.
Es bien sabido que aún sin un propósito o sin una intencionalidad pedagógica la escuela y los docentes
enseñan actitudes y valores. En los contenidos que se privilegian, los criterios a partir de los cuales se evalúan
los logros de los alumnos, las propuestas que se realizan, el contenido y la forma en que se comunican las
apreciaciones, las maneras de pensar, de actuar, las actitudes que se asumen frente a la realidad social, frente
al aprendizaje, frente al error, frente a la vida, etcétera, constituyen en sí mimos contenidos de enseñanza y
forman parte de lo que algunos autores denominan "currículum oculto".
Muchas veces, nos encontramos que la formación de valores forma parte del proyecto educativo
institucional, volviéndose una práctica desarrollada sólo en el aula, relación docente-alumnos, sin embargo
no es una parte que este dentro de los programas académicos; siendo este, entonces, un tratamiento de los
valores como temáticas transversales. El desafío está en darle un lugar en la acción a la enseñanza de los
valores y en hacer evidente lo que está oculto para poder convertirlos de contenidos a enseñar (lo que
debemos enseñar) en contenidos de enseñanza (lo que enseñamos). Es cierto que para encarar esta tarea
con un sentido didáctico, será necesario buscar estrategias que faciliten la enseñanza de estos contenidos.
La docencia es una relación dialéctica de construcción del conocimiento. Pues bien, esto se aplica de igual
manera al aprendizaje de la docencia. Los profesores, quienes serán los responsables del aprendizaje de sus
alumnos, con todo lo que ello implica, son a su vez aprendices de otros profesores, de los que van a recibir
las nociones que les van a permitir crear sus propias concepciones respecto de su labor docente y su rol
social. Entonces es primordial que se reflexione acerca de sus procesos de formación. en la panacea de la
globalización; nos enfrentamos a docentes que no cuentan con los recursos didácticos ni pedagógicos para
responder a una realidad que dista de los supuestos teóricos en los cuales fueron preparados, docentes que,
desprestigiados socialmente, cargan con el trauma histórico de la indiferencia de las autoridades respecto de
sus condiciones laborales, respecto de su dignificación como profesionales que trabajan en la formación de
personas, respecto de su postergación social junto con todo el sistema educativo, respecto de su
conocimiento del proceso educativo y por ende, de la validez de su opinión respecto de las posibles reformas
y su implementación.
2. INTRODUCCIÓN
En un mundo donde la globalización cobra cada vez mayor fuerza se hace necesario la preparación de
un individuo que pueda recibir cualquier información y procesarla de manera consciente sin que esto afecte
en nada a su desarrollo. Por eso es vital la formación de un hombre con cualidades positivas en
su personalidad para enfrentar todos los fenómenos que suceden a su alrededor.
Ser docente constituye un elemento importante dentro de esta reflexión, esa intervención e interacción
cotidiana con los estudiantes que nos permiten ir fortaleciendo e identificándonos acerca de nuestro
quehacer docente, asimismo, surge de actividades académicas.
Es el compromiso efectivo del hombre que lo lleva a su perfeccionamiento personal. "Es el compromiso que
se adquiere con uno mismo de hacer siempre su labor, en la forma correcta”. Se refiere a una decisión interna
y libre que no representa una simple aceptación de lo que otros piensan, dicen y hacen.
Sabiendo que el docente es un profesional, debe contemplar ciertos requisitos y cualidades Éticas y morales
que se exigen para ejercer honestamente su profesión. El objeto de la ética profesional es mucho más amplio
de lo que comúnmente se supone. No es otra cosa que preguntarse (como docente, profesor, pedagogo)
frente al estudiante, a la sociedad y al país. "¿Estoy haciendo con mi trabajo lo propio que beneficia al
estudiante, lo necesario que beneficia a la sociedad donde estoy inserto, lo trascendente para mi país y para
la raza humana?", ¿Estoy participando de lo que tengo derecho?. Una confianza que se entrega a una
conciencia, a una conciencia profesional.
El desafío está en darle un lugar en la acción a la enseñanza de los valores y en hacer evidente lo que está
oculto para poder convertirlos de contenidos a enseñar (lo que debemos enseñar) en contenidos de
enseñanza (lo que enseñamos). La enseñanza de los valores debe convertirse en una práctica efectiva, con
metodología y estrategias propias, para que el aprendizaje de actitudes adquiera la misma envergadura que
el de los contenidos curriculares tradicionales.
3. DESARROLLO
El valor de la docencia: ser educador significa generar inquietud, movimiento, curiosidad, sed de saber. Ser
docente es dar ejemplo con la palabra, la actitud y la acción. Ser docente implica sembrar la esperanza de
construir juntos un mundo mejor. Ser docente es una profesión, no apta para cualquier ser su humano,
solamente para aquellos que se comprometen con su entorno, con su tiempo, y deciden hacer algo para
cambiar.
Nunca antes como ahora el docente debe estar preparado para enfrentar desafíos partiendo de una
revaloración de nuestra profesión teniendo y formando un espíritu crítico y científico definiendo bien como
estamos trabajando y sabiendo a que aspiramos; sabiendo como evaluar manejando habilidades,
enfrentando problemáticas actuales cambio climático, violencia y convivencia (entre otras cosas).
Algunas de las competencias que debe tener el docente es construir, identificar y promover las diferentes
estrategias que pueden utilizar para resolver las diferentes situaciones, que se presentan en el contexto
donde se desenvuelven los estudiantes. Las condiciones de aprendizajes deben de aportar ideas e innovar
los recursos para que los estudiantes generen sus propias competencias. Nuestra tarea: formar un alumno
con un perfil de egreso muy específico, con competencias para la vida; nuestro máximo desafío.
Algunos desafíos que debe de plantearse el docente, son los siguientes:
- Construir situaciones de aprendizaje despertar el interés en los alumnos, desafiar a la mente del
alumno…hacer interesante el aprendizaje competencias específicas.
- Identificar claramente los contenidos o temas que debe enseñar en una asignatura específica y fijar
objetivos de aprendizaje.
- Animar el trabajo de los alumnos a partir de sus propuestas.
- Diseñar y aplicar estrategias reeducativas a partir de los errores detectados en los trabajos de los alumnos
- Construir y desarrollar rutas o secuencias didácticas de los contenidos programáticos
- Promover la aplicación de los aprendizajes que lo que se enseña, sea util, practico, que podamos valorar su
uso.
- Presentar a sus alumnos problemas de la vida real para la aplicación de sus conocimientos y aprendizajes.
- Utilizar las tecnologías de la informática y la comunicación; emplear estas importantes herramientas, a favor
de nuestra profesión. Manejar word, power point, excel e internet, utilizar otros recursos multimedia:
enciclomedia, cd interactivos, bases de datos, plataformas, educación en línea, Messenger.
Desafortunadamente antes las condiciones que presenta nuestro país, y muy a pesar de los tratados y
convenios internacionales, nos enfrentamos a docentes que no cuentan con los recursos didácticos ni
4. pedagógicos para responder a una realidad que dista de los principios bajo los cuales fuimos preparados,
docentes que trabajan en la formación de personas, para su posterior confrontación dentro del contexto
donde se desenvuelvan. No hay una mirada que trascienda la cotidianeidad y se proyecte a las significaciones
que nuestro trabajo contiene, que se detenga, no sólo en las estrategias y en las didácticas propias de la
enseñanza, sino que debemos analizar los precedentes que vamos sentando con cada discurso, análisis y en
cada relación que establecemos con nuestros alumnos. Falta reflexión y crítica en la práctica educativa, falta
la conciencia del rol social y cultural que lleva consigo el ejercer la docencia: falta la inquietud por trascender
y hacerlo de buena manera, y eso se aprende.
La docencia: profesión de cambio y adaptación. Bebemos ser congruentes entre la palabra y la acción. El
propósito de la escuela ha sido siempre ayudar al individuo a acceder a la información, procesarla y
organizarla en un saber integral y útil para su desarrollo personal y su contribución al progreso social. El
docente es el enlace entre el objeto de conocimiento y el estudiante, pero las prácticas educativas han tenido
que modificarse conforme a las transformaciones sociales y las necesidades que generan. cultivar y
perfeccionar los valores de su profesión; ser ejemplo en todo momento, ser congruente, resolver
pacíficamente los conflictos, practicar la equidad, la inclusión, el respeto a la diversidad y a la pluralidad,
participar en la creación de normas de convivencia y mejorar el respeto a los derechos humanos, practicar la
responsabilidad y el respeto a la norma, utilizar los causes institucionales para manifestar sus desacuerdos
con las disposiciones de la autoridad o las normas.
El docente del siglo XXI se mueve actualmente en la sociedad de la incertidumbre porque: el conocimiento
se genera, se modifica y pierde vigencia a velocidad vertiginosa. Los estudiantes y escenarios se han vuelto
cambiantes, lo que implica educar en el presente para un mundo posible.
Por lo que, la formación de los docentes debe afrontar los desafíos actuales de la educación requiere una
reestructuración intelectual, aceptando que la formación permanente es un componente básico de la
profesión docente en dos ejes:
• Inicial: construcción de la competencia de partida.
• Continua o de desarrollo profesional, que incluye: capacitación, actualización y perfeccionamiento.
La formación docente, tiene que ser el espacio que atienda la inquietud del docente por trascender, el lugar
en donde, mediante la reflexión, pueda aclarar su posición respecto de la problemática educativa, su rol en
la dinámica social, su forma de entender el mundo. Debe ser el espacio en donde el docente, pueda hacer
conciencia de sí mismo, de su labor y del mundo y pueda confirmar su compromiso con sus alumnos y su
proceso de aprendizaje, un compromiso responsable con lo que sus existencias puedan llegar a ser. La
formación de los docentes es una gran responsabilidad, pues afecta en la preparación de los estudiantes en
cuanto a futuros ciudadanos íntegros que a su vez multiplicarán su particular forma de ver, de entender y de
5. resolver las problemáticas del mundo. Debemos saber, además, que el continuo formación docente no
termina con la acreditación de cursos, sino que se extiende por toda la práctica educativa, incorporando
tanto los saberes sistematizados y los saberes extraídos de la práctica en sí, los que se incorporan como
experiencia, sumándose a los saberes propios de la persona que ejerce el oficio docente y que abarcan un
espectro más amplio que la pura educación.
El docente es una autoridad en sentido científico, y debe transmitir sus conocimientos con veracidad, puesto
que los estudiantes están dispuestos a creer lo que él les diga respecto a una amplia gama de temas.
El tema de la responsabilidad del docente ante los fines de la educación está plasmado en la "Recomendación
relativa a la situación del personal docente". Aprender a conocer, aprender a actuar, aprender a vivir juntos
y aprender a ser son los cuatro pilares que la Comisión de la UNESCO ha señalado e ilustrado como bases de
la educación.
Aprender a conocer. Dada la rapidez de los cambios provocados por el progreso científico y por las nuevas
formas de actividad económica y social, es menester tener una cultura general suficientemente amplia con
la posibilidad que los estudiantes ahonden, para alcanzar los conocimientos presentes en el mundo entero.
Aprender a actuar. Más allá del aprendizaje de un oficio o profesión, conviene en un sentido más amplio,
adquirir competencias que permitan hacer frente a nuevas situaciones y que faciliten el trabajo en equipo.
Estas competencias y calificaciones pueden adquirirse más fácilmente si los estudiantes tienen la posibilidad
de ponerse a prueba y de enriquecer su experiencia participando en diversas actividades, mientras cursan
sus estudios.
Aprender a vivir. Es aprender a desarrollar el conocimiento personal aceptando el enriquecimiento
proveniente de los saberes y experiencias de los demás y brindando los propios de modo de crear una nueva
mentalidad que, basada en la aceptación de nuestra mutua interdependencia y en los riesgos y los desafíos
del futuro, impulse la realización de proyectos comunes que tengan por objetivo el mejoramiento de la
calidad de vida.
Aprender a ser. El siglo XXI exigirá a todos una mayor capacidad de autonomía y de juicio, que va a la par del
fortalecimiento de la responsabilidad personal en la realización del destino de la humanidad.
Es cierto que para encarar esta tarea con un sentido didáctico, será necesario buscar estrategias que faciliten
la enseñanza de estos contenidos. Existe un fuerte vínculo entre las actitudes y los valores, por lo tanto será
necesario formar actitudes que reflejen y refuercen dichos valores. De manera que la adquisición de valores
se logra a través del desarrollo de actitudes en concordancia con ese sistema axiológico.
En la práctica educativa no siempre se suele actuar de manera coherente con el discurso oral. Se expresan
intenciones que no encuentran su correlato en los hechos.
6. El docente deberá tener los conocimientos expertos de acuerdo a la enseñanza que este impartiendo así
como los conocimientos pedagógicos modernos, pero además tendrá una actitud seria, sensata, equilibrada
y libre de prejuicios, para seguir educando en esos valores.
Deberá salvar los sanos principios filosóficos de la educación y así eliminar los erróneos, actualizar los
instrumentos técnicos, siguiendo el cambio de los tiempos en la medida que juzgue necesario para ayudar a
perfeccionar y agilizar la acción educadora.
Debe adoptar una actitud crítica con respecto a su metodología y práctica perdiendo evaluar y revalorizar los
contenidos y formas de enseñanza. Un docente consciente de su dignidad humana, valorará la dignidad de
sus semejantes fomentando a generar libremente proyectos individuales de características éticas y morales.
El docente debemos cumplir con todo aquello que sea necesario para formar al estudiante
con honestidad intelectual, o sea: buscar, aceptar, vivir y transmitir la verdad. La única verdad, éticamente
hablando, es que siempre que se debe decir la verdad.
Los docentes somos responsables de nuestras palabras, del tono como las decimos; de nuestros silencios, de
nuestros gestos, de los contenidos de nuestras enseñanzas, de las experiencias en las que hacemos participes
a nuestros estudiantes, de los ejemplos que damos con nuestra propia conducta, de nuestra vida pública. El
niño y el adolescente ven muy alto al maestro o al profesor, lo admiran, lo idealizan y debemos ser
conscientes de todo eso.
Como docentes tenemos el compromiso de ofrecer en sí mismo el ejemplo de lo que enseña, manifestándolo
en lo corporal mediante el decoro, adecuándose a las circunstancias de lugar y tiempo. Debe poner cuidado,
entonces, en su aseo personal, su forma de vestir, su voz, su vocabulario, etc.
7. CONCLUSIONES
Como ya lo hemos dicho respecto del proceso de formación de los alumnos, para el caso de la formación de
los profesores tenemos que tener en cuenta cuál es rol que la educación como fenómeno tenga en la
sociedad, la que a su vez va a definir lo anterior según a sus particulares aspiraciones y forma de proyectarse
en el tiempo. Pues bien, no es lo mismo esperar de la educación la repetición de un modelo social que
preparar un cambio de paradigma, y en este mismo sentido, no es lo mismo un profesor que trabaja por la
perpetuación de un sistema, que aquel que lo hace por una transformación.
Como docentes debemos tolerar las diferencias individuales, siempre que éstas no perjudiquen el buen
desempeño grupal. Así logrará tener un grupo heterogéneo que generará propuestas innovadoras que
apuntarán a un mismo fin educacional.
La obligación del docente consiste en formar al estudiante para que sea un digno miembro de la sociedad en
que vive, para que sepa actuar como integrante de la comunidad política, como gobernado o gobernante.
Como docentes tenemos la obligación de educar al estudiante con los valores esenciales de la nacionalidad,
pero sin tomar posiciones extremistas; con la tradición y la herencia cultural, pero sin cerrarse en los
adelantos modernos; con el legado de nuestras gestas históricas, de la cosmovisión occidental y cristiana que
nos legaron nuestros mayores.