Transición española la gran estafa de las dos españas de antonio machado
1. TRANSICIÓN ESPAÑOLA: LA GRAN ESTAFA DE LAS DOS
ESPAÑAS DE ANTONIO MACHADO
Dentro de las leyes de la dictadura del régimen franquista existía la “Democracia Orgánica”, en donde al
igual que en la Democracia Norteamericana, cualquier ciudadano se podía presentar como representante
del pueblo ante esa dictadura, mediante la presentación de firmas de apoyo, primero para su presentación
como candidato, y segunda firma para su posterior elección o designación oficial como representante de
aquellos ciudadanos que lo elegían. Tomo como referencia a la Democracia Norteamericana, puesto que
desde el primer momento de la Transición se nos repetía una y otra vez que dicha democracia era la más
avanzada del mundo, algo que al día de hoy se sigue aceptando en todo Occidente.
Con la excusa del temor a que los adeptos al régimen abortaran la Transición, los llamados padres de la
Constitución Española del 78 eliminan aquella “Democracia Orgánica”, diseñando unas leyes electorales
basadas en las listas cerradas, convirtiendo a los partidos políticos en organizaciones blindadas para los
ciudadanos, en donde los líderes de dichas organizaciones designaban a dedo a nuestros representantes
políticos a los cuales no conocíamos. Incluso hoy en día, salvo al cabeza de lista, los ciudadanos en
general siguen sin conocer al resto de los integrantes de las listas. Por ejemplo, el Sr. Miguel Ángel Revilla
(funcionario catedrático de universidad), siendo presidente de la Comunidad Autónoma de Cantabria, ha
llegado a reconocer públicamente en los medios de este país, que no sabía quién era el Sr. Luis Bárcena
hasta que se conoció su imputación; desconocía que era Senador por Cantabria.
Se nos dijo que la actual democracia era provisional, que en su momento se pondría al día, que la actual
Constitución Española del 78 era provisional, que se reformaría la Constitución. Un importante portavoz de
esta promesa ante los medios de comunicación era el Sr. Joaquín Leguina, el cual llegó a calificar nuestra
democracia como democracia tutelada. Por esta circunstancia y por haber sido durante 12 años
Presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid (1983-1995), este Señor tiene la obligación moral de
volver a explicarle públicamente a los españoles de hoy las condiciones en las que se pactó aquella
frustrada Transición, para que los ciudadanos podamos exigir de una vez por todas el cumplimiento de la
tan cacareada reforma de la Constitución. Es la única forma de acabar con esta perversa estafa
democrática, que ha convertido a este país en un reino en manos de corruptas taifas políticas. Que ya
hace 2.500 años que los griegos descubrieron la democracia.
Ya llevamos 37 años con este régimen de taifas mientras que la Dictadura Franquista duró 36 años (1939-
1975), y seguimos sin ninguna reforma de la Constitución; y lo que es peor, no se la espera. Cuando las
manifestaciones del 15M, todas las organizaciones políticas una vez más prometieron la reforma de la
constitución, y una vez más mintieron. Ninguna de las dos Españas taifas han explicado de forma clara los
principios fundamentales en los que se basa la democracia. Y no lo han hecho porque eso equivaldría a
una “auto-descalificación” pública en base a dichos principios fundamentales los cuales son
innegociables, puesto que son estos los que hacen posible la coexistencia de todas las ideologías,
culturas, razas, religiones, evitando que ninguna taifa política imponga sus fundamentalismos ideológicos,
bien a nivel nacional o bien a nivel regional; como sucede en España.
En democracia hay dos principios fundamentales:
Un funcionario no puede tener ninguna vinculación con partido político, destacándose en primer lugar a
los funcionarios de justicia. Un funcionario que quiera acceder a la política antes tiene que renunciar a
su empleo; no vale la excedencia. De lo contrario ese estado sería un estado gobernado por
burócratas; que es justo lo que pretende evitar la democracia. Es la razón de ser de la democracia.
Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos
Españas ha de helarte el corazón.
Antonio Machado
2. Un funcionario, sea de carrera o no, es inamovible de su cargo una vez accede al mismo; puesto que
de lo contrario las taifas de ese país se harían con el control de las istituciones y/o estado, al igual que
en España. En democracia es el pueblo quien directamente administra y/o controla a las instituciones
públicas a través del libre acceso a dichas instituciones en calidad de funcionario vía oposición.
De hecho son los funcionarios militares de un país quienes de la misma forma que colocan a dictadores,
también los derroca para establecer las democracias. Si no hubiese sido por el apoyo de la gran mayoría
de los militares, la presunta transición española nunca se habría producido. Al igual que los funcionarios
militares, los funcionarios civiles también tienen la obligación de defender a nuestra democracia, exigiendo
a las taifas gobernantes la culminación de la transición y/o definitiva reformas de nuestra constitución.
Para aquellos españoles posteriores a la generación del 78 a los cuales se les suele llamar la “generación
perdida”, que sepan que la verdadera generación perdida ha sido la generación del 78 (padres de la
actual constitución y herederos), quienes cual paradigma de las dos Españas de Machado (derechas e
izquierdas), se repartieron el control del Estado Español vía la humillante patraña de las listas cerradas.
Patraña que nos han llevado al actual fracaso como pueblo. Esa generación y herederos siguen sin saber
que a la democracia se le suele definir como:
Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y
controlar a sus gobernantes.
Siguen sin enterarse que las democracias legítimas se basan en la libertad de conciencia del individuo,
que es la que le permite al puebo elegir libre y directamente a sus representantes políticos, para
posteriormente a través del voto designarlo como su legítimo representante democrático ante el resto de
los ciudadanos. Es justamente en la libertad de conciencia en lo que se basa el liberalismo, el cual hace
posible que en las democracias legítimas tengan cabida todas las ideologías; en donde todos los
individuos sin excepción son iguales ante la ley, siendo esta última (la ley) quien garantiza los mismos
derechos entre individuos. Elegir libremente significa, por ejemplo, que el individuo pueda elegir
directamente a su representante político mediante firma en registro electoral a favor de la persona que él
quiera, y voluntario donativo para apoyarlo en su posterior elección; algo que nos han negado las actuales
taifas políticas totalitaristas, gracias a la vergonzosa patraña de las listas cerradas.
Precisamente, una razón fundamental por la que hago público en las redes mi apoyo al Partido Demócarta
de los Estados Unidos, es para que los ciudadanos españoles que entren en dichas redes entiendan y/o
comprueben lo que es una democracia legítima; en donde, por ejemplo, el apoyo (donativo voluntario) a
sus representantes elegidos es una constante durante toda la legislatura. En ese país, los representantes
políticos, como su nombre indica, son meros portavoces/mensajeros de la voluntad soberana del pueblo
que los elige, por lo que la disciplina de voto, leyes anti-tránsfugas y pactos entre representantes políticos
son impensables, se consideran delitos propios de organizaciones mafiosas; lo cual es una cuestión de
sentido común puesto que de lo contrario estaríamos hablando de listas cerradas, al igual que en España.
En las democracias de pleno derecho no existen la falacia de las listas abiertas ni cerradas, puesto que
como sabemos en democracia la ley emana del pueblo a través del Poder Legislativo (representantes
políticos elegidos) y del Poder Judicial; en donde en este último el pueblo libremente elige a sus jueces y
fiscales, a la vez que dicta y/o modifica las leyes vía jurisprudencia con su participación en los jurados
populares. En otras palabras, el pueblo es soberano, el pueblo representa al derecho; y ningún soberano
acepta la imposición de ninguna clase de listas.
Hay dos frases del genial Einstein las cuales definen de forma clara a las dos Españas de Machado, de las
cuales al parecer no hay manera que nos podamos librar:
Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
Está claro que nuestra tecnología ha sobrepasado nuestra humanidad (de esta frase solo
puedo entender que se refería al hecho de que nuestra capacidad intelectual ha sobrepasado a
nuestra capacidad moral).
Miguel Cabral Martín