Cósmica, la gallina cotorra, siempre hablaba sin parar sobre sí misma y sus experiencias pero nunca escuchaba a los demás. Un día, mientras paseaba contando sus historias, su vestido se enganchó y rasgó porque no le hizo caso al perro que intentaba advertirle sobre un peligro, demostrando que habla demasiado y escucha poco. A partir de entonces, decidió hablar menos y escuchar más.
1. Cósmica, la gallina cotorra
Esta es la historia de una gallina de buen
corazón, llamada Cósmica, a la que lo
que más le
gustaba
en la vida era
hablar.
2. Hablaba y hablaba sin parar con
todos sus vecinos de la granja.
Les contaba cosas acerca de ella
misma, de sus gustos, de sus
aficiones, de sus viajes,…
siempre estaba hablando, y claro,
como tanto hablaba, sólo hablaba
Éstos que ya la conocían, no le
de ella, porque nada sabía del
solían interrumpir porque sabían
resto de sus amigos.
que no servía de nada, y
resignados seguían escuchando
3. todas sus historias. Ella NO conocer a sus preciosos hijitos
escuchaba, sólo hablaba. Era una recién nacidos y bla, bla, bla,…
gallina muy cotorra.
Una mañana, como tantas otras,
los animales estaban haciendo
sus labores mientras escuchaban
a su cotorra vecina contándoles
las peripecias que había tenido Mientras hablaba iba paseándose
que pasar el día anterior, cuando por entre sus vecinos, yendo y
fue a la granja de sus primas a viniendo sin fijarse en nada más
que en su propia conversación.
4. De pronto, el perro guardián de la Pero ella, sin inmutarse seguía
granja le hablando.
dijo:
El perro insistía:
-
- Pero, mire, doña Cosmi..
Ella, un poco molesta, le miró,
Espere, amiga, espere,
pero sin dejar de hablar.
…
- Verá, es que…-seguía el perro.
- Oiga, no me
5. interrumpa, por favor, espere a - ¡¡¡OH!!! Qué horror. Dios mío, mi
que termine. vestido nuevo – dijo la gallina.
No había terminado
de decir esto, cuando su vestido
se enganchó con una chincheta
que sobresalía del suelo que y se
rasgó de arriba a abajo.
6. - Cuánto lo siento, - dijo el perro -, NO ESCUCHAR a los demás.
yo estaba intentando avisarle que Desde entonces, hizo firme
tuviera cuidado con esa punta, propósito de HABLAR MENOS Y
pero como usted no deja de ESCUCHAR MÁS.”
hablar ni un momento…
La gallina cotorra se sintió tan
avergonzada que se fue sin decir
nada a su gallinero, donde en
silencio pensó en lo ocurrido y en
todas las cosas que se perdía por