2. 1.1.- EL IMPACTO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.
Superada la crisis de la Semana Trágica, y pacificada temporalmente la
situación en Marruecos, el gobierno del liberal Canalejas ofreció cierta estabilidad
política, con un nuevo programa de regeneración política; su asesinato en 1912
supone el abandono de las propuestas regeneracionistas y la definitiva
fragmentación de los partidos del turno o dinásticos: el nombramiento en 1913
del conservador Eduardo Dato como jefe del gobierno por Alfonso XIII origina la
escisión de los seguidores de Maura (mauristas); los liberales, a su vez, también
estaban divididos en diferentes corrientes encabezadas por Romanones, García
Prieto y Santiago Alba Esta división interna de los partidos políticos aumenta la
inestabilidad política, dificultando la creación de mayorías de gobierno y
desprestigiando cada vez más el sistema de la Restauración.
En este marco político, España tiene que afrontar el estallido de la primera
guerra mundial (1914-1918), en la que adopta una posición de neutralidad, lo que
no impidió la división de la sociedad entre aliadófilos (partidarios de las potencias
aliadas: (Francia y Gran Bretaña), como los liberales y republicanos germanófilos
(partidarios de los imperios centrales: Alemania y Austria-Hungría.
Martha Rosa Cáceres Mayorga.
5. Fundamentalmente los sectores más conservadores; las fuerzas obreras y
sindicales defendieron la neutralidad al considerar la guerra un conflicto
entre intereses imperialistas.
A pesar de la neutralidad, la guerra produce un impacto notable
sobre la situación económica, social y política española:
a) en el plano económico, la neutralidad favoreció una importante
expansión, ya que la guerra redujo la capacidad productiva de los países
beligerantes y España se convirtió en suministradora de productos
industriales y agrarios; el aumento de la demanda exterior benefició a la
siderurgia vasca, la minería asturiana y las industrias textiles y
metalúrgicas catalanas, que lograron cuantiosos beneficios, pero no
reinvirtieron éstos en la mejora de los sistemas productivos (crecimiento
especulativo).
b) en el plano social, las clases populares conocieron un empeoramiento
de su nivel de vida por el alza de precios (inflación) –provocada por la
carencia de algunos productos desviados a la exportación- sin que hubiese
un aumento de salarios proporcional: el coste de la vida subió, lo cual
produjo una oleada de huelgas.
Martha Rosa Cáceres Mayorga.
8. c) en el plano político, el triunfo de la Revolución Rusa en
1917, con la toma del poder por un partido obrero, estimuló los
proyectos de cambio social de las organizaciones obreras y acrecentó el
miedo de la burguesía al avance del movimiento obrero; igualmente, el
nacimiento de nuevos estados después de la Guerra, de acuerdo con
el principio de autodeterminación de los pueblos, fortaleció las
posturas de los nacionalistas catalanes y vascos a favor de su o
autonomía/independencia
1.2.- LA CRISIS DE 1917.
El aumento de la conflictividad social y el deterioro de la vida
política española desde 1913 desembocaron, en el verano de 1917, en una
crisis militar, política y social de consecuencias fatales para la
continuidad de la monarquía constitucional:
Martha Rosa Cáceres Mayorga.
12. la crisis militar.
El descontento en el ejército español, ya de por sí frustrado por la derrota
del 98 y con un excesivo número de oficiales respecto al de soldados, se
incrementó por la inflación que hacía perder aún más valor a sus bajos
salarios y por una nueva que establecía el ascenso por méritos de guerra, lo
que beneficiaba únicamente a los militares africanistas en perjuicio de los
peninsulares. Ese malestar militar se expresó finalmente en la formación
de las llamadas Juntas de Defensa, asociaciones militares que reclamaban
un aumento salarial sólo por antigüedad: el gobierno se ve obligado a
aceptarlas.
la crisis política: la Asamblea de Parlamentarios.
Ante la crisis, el gobierno de Dato decretó la censura y la suspensión de las
garantías constitucionales y de las Cortes. Como reacción y a la iniciativa
de la Lliga Regionalista (F. Cambó), se convocó en Barcelona una
Asamblea de Parlamentarios, que reclamaron que se convocasen unas
cortes constituyentes sobre la base de un estado descentralizado; las
diferencias entre los nacionalistas y las fuerzas de izquierda, además del
rechazo de las Juntas de Defensa, que se sitúan al lado del
gobierno, facilitaron su disolución.
Martha Rosa Cáceres Mayorga.
16. la crisis social: la huelga general revolucionaria.
La conflictividad laboral, provocada por el descenso de los salarios, llevó en
1916 a la firma de un manifiesto conjunto CNT-UGT, que exigía al gobierno
la contención de los precios, amenazando con una huelga general que se
concretó en agosto de 1917, cuando, a raíz de un conflicto ferroviario en
Valencia, la UGT, con apoyo del PSOE, convocó una huelga general para
forzar un cambio político. La movilización se extendió por Asturias, País
Vasco, Madrid y Cataluña, pero no fue apoyada por la Asamblea de
Parlamentarios, ni mucho menos por el ejército, que la reprimió
duramente, con un balance de más de 70 muertos, 200 heridos y 2000
detenidos.
2.- EL AGOTAMIENTO DEL SISTEMA POLÍTICO.
A pesar de que los sucesos de 1917 fueron superados por el sistema
político de la Restauración, este demostró su incapacidad para
democratizarse; además, se agudizó la conflictividad social en una
situación de crisis económica, lo que provocó un clima de tensión y
violencia, agravado por la guerra de Marruecos.
Martha Rosa Cáceres Mayorga.
21. a) el colapso de las instituciones:
Entre 1917 y 1923 el país conoció numerosos cambios de gobierno
(trece), por la imposibilidad de formar a pesar de recurrir al fraude
electoral, las mayorías parlamentarias suficientes para gobernar. Esta
inestabilidad se intenta salvar por el Rey con la formación de
gobiernos de concentración (liberales, conservadores y miembros de
la Lliga Regionalista), que rompían por primera vez el
bipartidismo, pero aseguraban el orden social frente al peligro
revolucionario. El fracaso de éstos dio lugar a la vuelta al
turno, adquiriendo cada vez mayor protagonismo en los cambios de
gobierno el ejército. Los partidos de la oposición republicana y
socialista tampoco supieron ofrecer una alternativa válida debido a su
propia división interna: el PSOE conoce en 1921 la escisión del grupo
partidario de apoyar a los bolcheviques rusos e ingresar en la III ª
Internacional, que constituirá el Partido Comunista de España
(PCE).
b) Crisis económica y conflictividad social:
Martha Rosa Cáceres Mayorga.
23. La crisis económica se intensifica al finalizar la Primera Guerra
Mundial, puesto que a la inflación de los años de guerra se suma ahora la
contracción de la demanda, lo que origina el cierre de empresas, el
aumento del paro y descensos generalizados de los salarios. Esta situación
provoca un aumento de la conflictividad social, radicalizada además
por el éxito de la Revolución Rusa de 1917. Esta conflictividad fue
canalizada por unos sindicatos, especialmente la CNT, en constante
crecimiento, que actúan fundamentalmente en Andalucía, donde las
sociedades obreras campesinas, efectúan durante tres años (1918-1920), el
llamado “trienio bolchevique”, numerosas ocupaciones de tierras y
quemas de cosechas, y en los centros urbanos industriales
(Cataluña, Asturias, País Vasco y Madrid).
Barcelona fue el principal foco de violencia social entre 1919 y 1923, a
causa de la gran fuerza de la CNT y de la resistencia de los patronos. El
conflicto comenzó en 1919 con la huelga de La Canadiense, empresa que
suministraba electricidad a la ciudad; tras mes y medio de conflicto, los
obreros consiguieron la readmisión de los despedidos y la jornada laboral
de ocho horas. La oposición de los patronos a la liberación de los detenidos
reavivó el conflicto, recurriendo la patronal al cierre de empresas
(lockouts) y a la contratación de pistoleros a sueldo para asesinar a los
dirigentes obreros; estos respondieron con nuevos asesinatos de miembros
del gobierno (Eduardo Dato, presidente del gobierno, fue asesinado en
1921) y patronos.
Martha Rosa Cáceres Mayorga.
29. c) La Guerra de Marruecos:
La ocupación militar del protectorado español de Marruecos estaba
siendo una operación muy difícil y costosa para un ejército mal preparado, a lo que
sumaba el carácter montañoso del terreno. A pesar del escaso valor económico de la
zona, tras finalizar la IGM, las autoridades españolas deciden extender su dominio
en torno a Ceuta y Tetuán, pero se convierte en desastre alrededor de Melilla. El
general Silvestre intenta en julio de 1921 adentrarse en esta zona del Rif, desde
melilla, sin haber protegido suficientemente su retaguardia ni haber asegurado los
abastecimientos. Una de las cabilas (tribus bereberes), liderada por Abd-elKrim, inflige una severa derrota en Annual a las tropas españolas, donde mueren
doce mil soldados.
La derrota crea un clima de malestar en la opinión pública
española, acentuando el descontento hacia el sistema y las críticas de republicanos y
socialistas a militares, políticos y el propio Rey. El gobierno dimite y se crea una
comisión en las Cortes para elaborar un informe sobre las responsabilidades
políticas y militares de la derrota, informe que no llegó nunca a discutirse en las
Cortes al producirse el golpe de Estado del General Primo de Rivera (1923), que
acababa con la Restauración y la monarquía.
Martha Rosa Cáceres Mayorga.