6. En las liltimas decadas se ha intensificado nolablementc en la literatura
econ6mica la aparici6n de libros y articulos sobre planes de estabilizaci6n y
program as de ajuste macroecon6mico. Las crisis surgidas en la mayoria de
los paises en desarrollo, sus repercusiones sOOreel mundo industrializado, y
los intentos por resolver los problemas que de ella se han derivado, son las
razones bAsicas para explicar la prolifcraci6n de textos sobre estos temas.
El CEMLA, se complace ,en editar este trabajo sobre programaci6n
financiera en la economia mcxicana, del economista espafiol Ricardo Lago
Gallego. Con ello se espera contribuir al avance del conocimiento cientifico
en esta materia que requiere la ulilizaci6n y~prucba de modelos elaborados
para disefiar y evaluar los planes de estabilizaci6n.
Agradecemos al Banco Nacional de Mexico y a su Director General Lic.
Antonio Ortiz Mena la colaboraci6n financiera que brind6 para la edici6n de
la obra.
Jesus F.
I
7. Quiero expresar mi gratitud a Jorge Hierro, Gabriel Olivares, Igancio
-Alvarez, J ulio Santaella, Erncsto Cervera y Carlos Altamirano, que tanto
me ayudaron en la elaboraci6n del modelo, y a Fernando Molina que me
hizo valiosos comentarios editoriales. Los dos primeros son coautores de
algunos de los capitulos dellibro. Martha Duarte desempefi6 eficientemente
la ingrata tarea de mecanografiar el primer manuscrito; con ella tengo una
deuda muy especial. Mi agfadecimiento tambien a Jesus Reyes Heroles y
Manuel Zepeda con quicnes tuve largas discusiones sobre el tema de la
programaci6n financiera durante los scis afios que trabaje en Mexico, donde
me forme profesionalmente como economista.
8. CommenCe escribir ellibro que ahora sale a la luz publica en 1983 y 10
a
termine en 1985; siendo espafiol, tuve el privilegio en aquellos afios de ser
funcionario de la Secretaria de Hacienda y Credito Publico de Mexico.
Despues de una decada de crecientes desequilibrios rnacroecon6rnicos,
Mexico enfrentaba en 1983 el reto de la estabiJizaci6n. El objetivo original
del trabajo de investigaci6n, que aqui se presenta, fue hacer una
contribuci6n al tema de la evaluaci6n de los efectos macroecon6micos de
las politicas presupuestal y monetaria, rnediante el desarrollo de un modelo
generalizado de programaci6n financiera de la economia mexicana. Al
escribir el manuscrito no quise limitarme a describir el modelo y decidi
hacer hincapie en los aspectos metodol6gicos, te6ricos y econometricos que
se plantean al elaborar este tipo de rnodelos. Ahora ellibro se lanza a una
audiencia mas ampJia gracias al CEMLA y a su director, ellicenciado Jesus
Silva-Herzog, quien era Secretario de Hacienda de Mexico cuando desarrolle
este trabajo de investigaci6n con la ayuda de un equipo de funcionarios de la
Secretaria.
9. ,
Desde 1985 la economfa mexicana ha experimentado transformaciones
decisivas. Las reform as estructurales en materia de liberalizacion del
comercio exterior, reduccion del tamafio del sector paraestatal y
desregulacion del sistema financiero, entre otras, asf como la polftica
macroeconomica que se inicia con el Pacto de Solidaridad en 1987, han
cambiado diametralmente el marco institucional de la economfa mexicana,
acercandolo en muchos aspectos al existente en las economfas desarrolladas.
No es de extrafiar , por 10 tanto, que el lector encuentre anacronicos algunos
de los rasgos institucionales que se plantean en el texto. No obstante, f
quiero aclarar que 10 verdaderamente importante dellibro es la metodologfa
que se propone, mas que la aplicaci6n de esta al marco institucional que
prevalecia en la economia mexicana hace algunos afios.
Mucho ha ocurrido, tambien en las demas economfas latinoamericanas en
los ultim~s afios. Desde el inicio de la crisis de la deuda extema en 1982,
pero sobre todo durante el segundo lustro de los ochenta, las economias de
la region ban ofrecida al macraecanamista ese laboratario infrecuente en el
que se producen las desequilibrios mas extremos y se prueban todas las
recetas, nuevas y viejas. No es aventurado afirmar que nunca ha sido tan
fenilla investigacion en America Latina sobre estabilizacion, deuda externa
e inflacion. Cinco paises de la region Argentina, Bolivia, Brasil, Nicaragua
f
y Peru han sufrido hiperinflacioncs. Otros tantos han puesto en practica f
enfoques de estabilizacion denominados "heterodoxos". En el casa de
Mexico, como complemento de un plan ortodoxo y con resultados
exitosos; en otros, casos, descuidando la coherencia presupuestal y
monetaria y con un descnlace de fracaso como ocurri6 en Argentina con los
planes Austral y Primavera yen Brasil con los planes Cruzado y Verano.
Si tuviera que escribir este libro hoy, sin duda, cambiaria muchas cosas.
Al revisar el texto he encontrado que algunas secciones son
innecesariamente repetitivas, otras me han parecido poco didacticas. Desde
el punto de vista del contenido, pondrfa mayor enfasis en el tema de la
dinamica de la inflacion; en particular, analizaria los efectos en la inflacion
de los m~canismos de indizacion retrospectiva de los salarios, el papel de la
coordinacion y la sincronizacion en la fijacion de precios, el denominado
efecto Tanzi y la existencia de los equilibrios inflacionarios multiples.
Temas todas ellas que han sido de gran actualidad en los ultimos afios.
Coma el lector vera, sin embargo, el modelo que aquf se presenta goza de
propiedades dinamicas que tienden a perpctuar la inflacion en paises con
inflacion cronica.1
Estos planes de estabilizacjon se anaJizan en detaJle en el libro "Inflacjon y
estabilizacion: las experiencias de Israel. Argentjna. Bolivja. y Mexico". edjtado por
Bruno. DiTella. Dombusch y Fisher. El Trimestre Economico. 1988. Mexico.
.
~
10. .
Algunos de las paradigmas que se discuten en el texto pueden parecer al
lector fuera de epoca. Por ejemplo, los planes de estabilizaci6n recientes
nos han ensefiado que ahora la preocupaGi6n analftica ya no recae en la
"represi6n financiera" de que habla McKinnon, sino en el crecimiento, a
veces explosivo, de la deuda intema del Estado deudor a consecuencia de la
permanencia de altas tasas reales de interes durante la fase , inicial de la
estabilizaci6n. Asimismo, el foco de interes en materia de tipos de cambio
se ha desplazado de la sobrevaluaci6n de la moneda en regimen de tipo de
cambio fijo a la apreciaci6n real en regimen tipo de cambia flotante. Antes,
la politica inflacionaria del Estado dispendioso sobrevaluaba la moneda;
/
ahora, la disciplina monetaria del Estado austero provoca el regreso de
capitales y con ella apreciaci6n del tipo de cambio.
Hechas las salvedades del caso, a un trabajo que se escribi6 hace unos
a.i'ios,quiero concluir el pr61ogo haciendo su defensa. No cabe duda que, hoy
como ayer, las restricciones que limitan las acciones de los agentes
econ6micos siguen siendo inmutables y creo que, en general, las ecuaciones
de comportarniento del modelo que aqui se presenta siguen siendo vigentes.
Por todo ello, espero que la metodologfa que se propone en ellibro pueda
ser de gran utilidad a funcionarios de bancos centrales y de ministerios de
economfa en esa tarea recurrente y a veces arida, aunque siempre fascinante,
que es la prograrnaci6n financiera.
Washington, D.C. abril de 1991
VII
11.
12. INTRODUCCION AL CAPITULO
En este capitulo se plantea el tema a estudio en este libro y se establecen
algunos criterios basicos que sustentan la metodologia seguida en la
elaboraci6n del modelo financiero de la economia mexicana (MOFIN).
En la primera secci6n se presentan los rasgos mas importantes de los
ejercicios y modelos de programaci6n financiera (PF), poniendo especial
enfasis en su aplicaci6n a las economias en desarrollo. A continuaci6n se
examinan los supuestos que establece el modelo denominado "monetarismo
global" para ecQnomias "pequeftas y abiertas". En la tercera secci6n se
presenta un analisis critico de los ejercicios de PF que se fundamentan en la
forma reducida del enfoque monetario de la balanza de pagos (EMBP).
Finalmente, en las dos ultimas secciones se estudia la caracterizaci6n de los
mercados de bienes y de capitales en los modelos de PF. En particular , se
analiza la aplicabilidad practica de los modelos en que se desglosa la
producci6n en bienes comerciables y no comerciables con el exterior. Se
concluye que, dadas las limitaciones que ha mostrado este enfoque en los
trabajos empiricos, en el modelo que se presenta se opt6~r un desglose
mas pragmatico: dividir a los bienes en comerciados y no comerciados con
14. e)
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15. suponiendo que la oferta de este es perfectamente elastica, a un nivel de
salario real predeterminado institucionalmente. En este contexto, el nivel de
empleo 10 determina la demanda de trabajo derivada de la funci6n de
producci6n subyacente en la economia; por tanto, el cquilibrio en el
mercado de trabajo esta asociado al nivel de productO.6 En cuanto al acervo
de capital se supone que es ex6geno y especifico por empresa, por 10 que no
hay movilidad de este enb"e industrias 7; ademAs, Jos titulos de propiedad del
capital no son negociables, 10 que implica suponcr que no existe mercado
de capitales, hip6tesis que puede ser plausible dada la escasa importancia
relativa que tiene el mercado de capitales en el proceso de intermediaci6n
financiera en los paises en desarrollo. Estos supuestos en cuanto a los
mercados de b"abajo y de capitales se establecen en todos los modelos y/o
ejercicios de PF aunque en la mayoria de los casos no se hacen explicitos.
Robichek (1985) define la programaci6n financiera como: "un conjunto
coordinado de medidas de politica -principalmente en las materias monetaria,
fiscal y de balanza de pagos- con el prop6sito de lograr ciertos objetivos
macroecon6micos en un periodo relativamente corto II 8
En cierto modo, se podria afIrmar que la PF deja de lado los mercados de
trabajo y de capitales, ademcis de las consideraciones de tipo
microcconomico o de asignacion de recursos, para centrarse en la incidencia
de las politicas presupuestal, crediticia y cambiaria en las principales
variables macroeconomicas, particularmente en la inflacion y la balanza de
pagos; para ello la PF utiliza un marco formal de ancilisis de tipo
mone1:3rio. Esto, sin embargo, no es ob ice para que el prograrna financiero
incorpore directrices y rnedidas orientadas a repercutir en la oferta agregada,
como por ejemplo en materia de precios y tarifas del sector publico,
subsidios, salarios, etc. Paralelamente, es preciso sefiaIar que algunos de los
elementos communes casi todos los programas financieros, como es el caso
a
de rnodificaciones al tipo de cambio, politica de tasas de imeres, salarios,
impuestos y subsidios, influyen tanto en la oferta corno en la dernanda
agregadas, por 10 que es dificil establecer, en la prcictica, una linea divisoria
entre medidas orientadas a contener la demanda y politicas enfocadas a
estimular la oferta.
De las restricciones de presupuesto de cada uno de los agenteseconomicos
se deduce que la suma de todos los elementos de la matriz es cero y, por
tanto, que solo existen cuatro excesos de demanda independientes; el exceso
de demanda en el quinto mercado es identico la suma de los excesos de
demanda de los otros cuatro mercados. Por consiguiente, los excesos de
demanda dependen unicamente de cuatro precios relativos: precio de los
6
16. i
bienes (p ), tasa de interes interna (r), tasa de intetes externa (r*) y tipo de
cambio (e)9. El dinero es el numerario y su precio es igual a uno. Todos los
demcis precios estan definidos en terminos de dinero; en este sentido son
precios relativos.
La dependencia lineal del quinto exceso de demanda se conoce como la
"ley de Walras", segun la coal, el vector de precios relativos que equilibra
c"""c
cuatro mercados, garantiza el equilibrio en el quinto. Consecuentemente, el
problema matemcitico de buscar el vector de precios y "cantidades" de
equilibrio consiste en igualar cuatro excesos de demanda a cero. Una vez
obtenidos los cuatro precios relativos de equilibrio, las "cantidades"
correspondientes se obtienen resolviendo las ecuaciones de demanda -u
oferta- agregada. Las cantidades demandadas (ofrecidas ) par cada sector en
r cada mercado se obtienen solucionando sus funciones de demanda (oferta)
respectivas al vector de precios de equilibrio. Las cantidades comerciad"as en
el quinto mercado se obtienen a partir de las restricciones de presupuesto: es
10 que le falta a cada sector para que el valor neto en el intercambio sea
cera.
El "equilibrio" definido en el parrafo anterior se suele denominar
"coasi-equilibrio temporal", ya que se trata de un equilibrio de flujos que no
implica la existencia de equilibrio de acervos en los mercados de bonos
nacionales, externos, dinero y divisas. Sin embargo, se supone que los
agentes econ6micos toman sus decisiones d~ flujo de tal modo que los
acervos resultantes converjan gradualmente a los acervos deseados. En cuyo
caso, la sucesi6n de equilibrios de flujos conduce en el Ifmite a un
equilibrio de acervos.l0
La aplicabilidad a las economias en desarrollo
Las caracteristicas institucionales de las economias en desarrol10 impiden
suponer que la eliminaci6n de 10Sdesequilibrios en 10Sdistintos mercados
descansa exclusivamente en la tlexibilidad de un vector de precios unico, ya
que Con frecuencia las autoridades econ6micas de estos paises recurren a
mecanismos de asignaci6n de recursos tales como el racionamiento, 10S
precios multiples y 10S contro1es de precios. En efecto, el mercado de
credito observa en muchos casos tasas de interes al ahorro y al credito
reguladas por la autoridad financiera; 11 la asignaci6n del credito esta
sometida a elevadas tasas de encaje legal, y una gran parte de 10Srecursos
prestables aI sector privado se canaliza a traves de circuitos privilegiados de
crOOito (cajones crediticioS} a tasas de interes diferenciales y subsidiadas. El
mercado de divisas, a su vez, se rige frecuentemente por tipos de cambio
multiples o bien controles de cambios mas o menos'rigurosos, por 10 que
7
17. las operaciones con el exterior estan sujetas a requisitos de verificacion y
autorizacion administrativa. A pesar de la existencia de controles de precios,
sabre todo de articulos de consumo basico, la experiencia demuestra que es
el mercado de bienes y servicios el que presenta un mayor grado de
flexibilidad y, par tanto, los prccios de los bienes y servicios son los que
mas activamente eliminan desequilibrios macroeconomicos. Obviamente, la
evolucion divergente de los precios intemos con respecto a los extemos
ocasiona, eventualmente, modificaciones en los tipos de cambio y las tasas
de intercs.
.La asignacion del crCdito y las divisas mediante racionamiento fisico y
precios multiples, implica clasificar las operaciones financieras y
comerciales en elegibles y no elegibles y/o segmentar a los consumidores y
a las empresas en grupos. El racionamiento de lo~ recursos en ciertos
mercados deja excesos de demanda permanentemente insatisfcchos, 10 que
restringe las acciones de algunos agentes economicos en otros tantos
mercados, impidiendo que sus demandas y ofertas "potenciales" se hagan
"efectivas".12
AdemAs, el establccimiento del tipo de cambio y la tasa de interes a
niveles divergentes del equilibrio crea inccntivos para la proliferacion de
"mercados negros" de divisas y "mercados informales" de crOOito, cuyas
ofertas se nutren de la desviacion parcial de las divisas generadas par la
exportacion y de los ahorros de los particulares, respectivamcnte, hacia
dichos mercados paralelos yen detrimento de los circuitos legales.13 En
estas circunstancias, el contenido informativo de la tasa de interes y el tipa
de cambio oficiales como variables que miden la escasez 0 abundancia
relativa de recursos en sus respJ:-ctivos mcrcados pic.rde relevancia. En su
lugar , las cantidades asignadas y las demandas insatisfechas de credito 0
divisas y, en su caso, los precios determinados en los mercados paralelos se
convienen en las variables instrumentales que pcrmiten conocer la situacion
de estos mercados.
Cuando los controles a las tasas de interes al ahorro y al crCdito conducen
a tasas realcs inferiores al nivel de equilibrio, e incluso a tasas reales
negativas, la politica financiera contribuye a rcducir el ritmo de crecimiento
economico.14 En efecto, este lipo de politicas limitan el ahorro global y
par ende la inversion, reduciendo ademAs el porcentaje de intermediacion
financiera en el ahorro total e introduciendo un sesgo en la canalizacion del
credito a favor de inversiones de bajo rendimiento y bajo riesgo. Esta
situacion se agrava cuando el gobierno utiliza una gran parte de los recursos
financieros para sufragar gastos de consumo o inversiones poco rentables.
El establecimiento discrecional y arbitrario de las tasas de interes en
conjuncion con elevados dcfi<.:il fiscales conduce a escenarios de "represion
8
18. r:
financiera", de acuerdo con la nomenclatura introducida por McKinnon
(1973). Un marco formal de analisis para estudiar este fenomeno en una
economia dual es el presentado por Galbis (1977); este autor propone un
modelo en el que existen dos sectores productivos: un sector tradicional, de
baja productjvidad y ahorrador neto, y un sector modemo, de alta
rentabilidad y deficitario en terminos financieros. En este contexto,
aumentos en las tasas de in teres reales -reguladas- provocan
simultaneamente incrementos en el ahorro global yen el volumen de
intermediacion financiera y un desplazamiento de recursos de ahorro del
sector tradicional hacia el sector modemo, elevando la productividad del
promedio de la inversion 10 que amplia la frontera de posibilidades de
produccion.
Es preciso S(~fialarque estas caracteristicas de las economias en desarrollo
en nada arriesgan la observancia rigurosa de las restricciones de presupuesto
de cada agente economico; en consecuencia, el exceso de demanda de uno de
los mercados s;igue siendo el espejo de los OtrOS.No obstante, por razones
de rigor termillologico convendria, en estos casos, rebautizar a la "ley de
Walras" como "principio de Say", como propone Clower (1965). Este
principio se deriva directamente de la suma de las restricciones de
presupuesto y ]por consiguiente su validez en nada depende de la existencia
de un vector de precios unico y flexible; es mas, ni siquiera se requiere que
los precios sean el unico mecanismo de asignacion de los recursos, ni
tampoco que l()s agentes economicos optimicen funciones objetivo.15
En consecuencia, el marco institucional en que se desenvuelve la actividad
economica en los paises en desarrollo significa que los excesos de demanda
son mas "efectivos" que "potenciales", 10 que pone de manifiesto la
necesidad de especificar las funciones de comportamiento de los agentes
economicos en rerminos no s610 de precios sino tambien de cantidades.
El metodo de c .,
la programaclon financiera: monetaristas
versus fiscalistas
No todas las variables que aparecen en la matriz del Cuadro I-I responden
a ecuaciones de componamiento. Se suele suponer que la autoridad
economica puede fijar exogenamente las variables presupuestales (G y T ,
elemento 1/1 de la matriz) y alguna variable monetaria. En una economfa
abierta y pequefia en regimen de tipo de cambio fijo, el banco central solo
puede determinar el flujo de credito intenso (LD, elemento 3/2), ya que el
componente extemo de la oferta monetaria (LR, elemento 4/5) 10 determina
el resto de la economfa en conjuncion con el sector extemo. Asf, la oferta
monetaria es una viariable endogena que se escapa del control de la autoridad
9
19. econ6mica. En una economia cerrada, o en una economia abierta en
regimen de tipo de cambio flotante, la autoridad monetaria puede determinar
o controlar la oferta monetaria (~MS, elemento 3/4 ).
Las variables de decisi6n de los sectores privado y externo, por el
contrario, responden a ecuaciones de comportamiento que resultan de algUn
ejercicio de optimizaci6n. Como se ha sefialado anteriormente, s61o es
necesario hacer explicitas las ecuaciones de comportamiento de cada agente
en cuatro mercados, pues su comportamiento en el quinto se deriva de las
restricciones de presupuesto. Ello no quiere decir que la selecci6n de los
mercados a especificar pueda ser arbitraria, sino se trata de identificar los
mercados cuyas ecuaciones de comportamiento son mas estables en
rerminos de un numero reducido de variables y parametros.
La controversia entre monetaristas y fiscalistas, que tuvo lugar en las
decadas de los sesenta y los setenta, en tomo a la estabilidad de la demanda
de dinero en comparaci6n a la funci6n del gasto agregado -velocidad vs.
multiplicador- es una muestra de la falta de consenso en cuanto a que
mercado o mercados presentan las ecuaciones de comportamiento mas
estables. Corriendo el riesgo de caricaturizar las posiciones de ambas
escuelas de pensamiento se puede afirmar que los fiscalistas defendian que,
dada la relaci6n estrecha existente entre el gasto agregado y el producto, el
presupuesto del sector publico constituia la variable clave para la
estabilizaci6n macroecon6mica. Los monetaristas, por su parte,
argumentaban que la relaci6n entre los agregados monetarios y el ingreso
nominal era mas estable y por tanto los efectos de la politica monetaria
mas predecibles. Es preciso destacar que gran parte de la polemica
monetarismo vs. fiscalismo, cuando menos en sus posiciones iniciales, fue
consecuencia de la no consideraci6n explicita de las restricciones de
presupuesto de algunos agentes econ6micos, en particular del sector
publico. Una vez incorporadas estas en el analisis el rango de discusi6n se
redujo considerablemente.16
El bajo grado de penetraci6n financiera que caracteriza a las economias en
desarrollo y particularmente la inexistencia, a efectos practicos, de
intermediarios financieros no bancarios, pone eQ una relaci6n muy estrecha
a las politicas presupuestal y monetaria: eJ ejercicio de deficit publicos
elevados se traduce, indefectiblemente y sin rezagos, en procesos de
.J
expansi6n monetaria. Ello se debe al escaso marco de acci6n de la politica
111
monetaria para neutralizar la presi6n del deficit publico mediante la
colocaci6n de valores gubernamentales entre el publico ahorrador y el
"sistema bancario. En consecuencia, al elaborar planes de estabilizaci6n, la
autoridad econ6mica no tiene la posibilidad de elegir entre la utilizaci6n de
politica presupuestal 0 politica monetaria -0 por 10 menos no en la misma
10
20. medida que en una economia industrializada- pues, en estas circunstancias,
la restricci6n monetaria 'implica de manera inexorable austeridad
presupuestal.
El debate monetarista keynesiano, bajo estas coordenadas, se reduce a
identificar el aparato formal de analisis id6neo para calcular el tamafio del
ajuste presupuestal que se necesita para alcanzar los objetivos propuestos;
un economista "keynesiano" recurrirfa, 'probablemente, a un analisis, en
I
rerminos de la demanda agregada y el mercado de bienes, mientras que un
economista 11'monetarista"se centraria en la incidencia del deficit publico en
el mercado de dinero y a panir de ahi en los efectos en el nivel de preciosy
la balanza de pagos. Este ultimo enfoque es el utilizado par los ejercicios y
modelos de PF que se derivan del trabajo de Polak ( 1957). Entre las
ventajas que con frecuencia se atribuyen al empleo de la PF, en el disefio de
planes de estabilizaci6n en paises en desarrollo, son de destacar: la
disponibilidad con premura y conflabilidad de las estadisticas financieras; la
estrecha relaci6n existente en estos paises entre los mercados de credito
bancario, dinero, bienes y divisas; y la estabilidad de la ecuaci6n de demanda
00 dinero.
2. LA HIPOTESIS DEL MODELO "MONET ARISMO
GLOBAL"
Las hipotesis
El supuesto de "economia pequefia y abierta" que suele establecerse en
teoria del comercio intemacional yen los trabajos clasicos del EMBP t en la
linea del rnodelo denominado "monetarismo global", equipara a una
economia definida de esta forma con un "agente aislado", en un mundo
"walrasiano".17 Tal economia no puede influir m,ediante sus acciones
individuates en los terminos de intercambio con el exterior y opera
ininterrumpidamente a nivel de pleno empleo, enfrentando ademas
funciones de oferta (demanda) de bienes y activos financieros extemos
(intemos) perfectamente elAsticas. Estos supuestos extremos simplifican
notablemente las cosas y de cumplirse en el corto plazo -que es el horizonte
relevante para la politica macroeconomica- facilitarian sobremanera los
ejercicios de PF en una economia como la mexicana ya que, fijado el tipo
de cambio estos ejercicios no enfrentarian incognitas de "precios" y ademAs
el producto estaria exogenamente determinado al nivel de pleno empleo.
En efecto, en elcontexto del flujo de fondos presentado en el Cuadro I-I,
el supuesto de "economia pequefia y abierta" implica que, dada una regIa de
fijacion del tipo de cambio: a) el nivel de precios intemo esta determinado
II
21. 4
;
.
por el arbitraje internacional (paridad del podcr de compral -PPC- o ley de un
solo precio).18 En un regimen de tipo de camblo flexible, la polftica
~economica intema determina el nivcl de prccios intemo y la PPC el tipo de
cambio; b) el rendimiento de los bonos nacionales es igual al rendimiento
de los bonos externos mas el descuento en el mercado a futuros de la
moneda nacional (paridad de 1astasas de interes -PTI- o arbitraje cubierto);19
y c) el pleno empleo esta garantizado por la tlexibilidad instantanea de los
precios de los factores de produccion y la inexistencia de costos de reajuste
de estos entre sectores. Se trata de un mundo de ':flex-price" siguiendo la
terminologfa de Hicks.
Aunque no existe mayor discusion en cuanto a la validez de las paridades
del poder de Compra (PPC) -particularmente en su version de tasas de
crecimiento- y de la tasa de interes (PTI) como fenomenoS de largo plazo,
en el cono plazo pueden existir desviaciones sustanciales de estas reglas.2o
AIgunos de 10S argumentos que explican dichas desviaciones Son 10S
siguientes. En 10 que respecta a la PPC es preciso sefialar, en primer lugar ,
la existencia de bienes no comerciables CUyOSprecios responden a las
condiciones de demanda y oferta intemas y, consecuentemente, no est.an
regulados directamente por el arbitraje intemacional, aunque es preciso decir
que existe una presion indirecta del arbitraje sobre 10Sprecios de 10Sno
comerciables, que opera a traves de la sustituibilidad en la produccion y el
consumo entre estos y 10S bienes comerciables. En segundo lugar, la
presencia de bafreras al comercio exterior que obstruyen la operacion de~
arbitraje, impidiendo la convergencia de 10S precioS de 10S bienes
cOIl}erciables -0 potencialmente comerciables- a sus referencias extemas;
ello es especial mente patente cuando no existe "libre entrada" a la
importacion y exportacion de productos susceptibles a ser comerciados Con
el exterior, ya sea por la existencia de prohibiciones, permisoS, cuotas 0
concesiones administrativas por pane del pais importador 0 del exportador.
En tercer lugar, en un regimen de flotacion cambiaria la determinacion del
tipo de cambio esta dominada, en el corto plazo, por 10Smovimientos de
capital, dada la rapidez del ajuste de las carteras de activos financieros; el
arbitraje de bienes, por el contrario, requiere de proCesoS de ajuste mas
lentoS.21 Finalmente, 10S indices de precioS que se utilizan en las
comparaciones de PPC Son estimadores que miden Con error 10Sindices de
precios verdaderos, 10 que complica la contrastacion empirica de la hip6tesis
y limita su aplicacion practica.
A su vez, las restricciones institucionales a la movilidad de capital, en la
12
l~
1;;
!~
22. forma de controles de carnbios mas o menos rigurosos y la inexistencia de
"mercados a futuro" eficientes de la moneda nacional, pueden convertir la
JYfI en una ecuaci6n de facto inservible.
Es evid~nte que el cumplimiento de estas reglas (PPC y PTI) en el largo
plazo, si bien convierte en deseable e incluso necesario el hecho de que los
mOOelos de PF gocen de estas.propiedades asint6ticas, de poco sirve en los
periodos de analisis relevantes para la toma de decisiones de polltica
macroecon6mica o el disefio de planes de estabilizaci6n.
I En el.Capltulo 12 de este libro se demuestra emplricamente que una
devaluaci6n no anticipada del tipo de cambio nominal provoca un impacto
en el lndice de precios intemo en la misma direcci6n y magnitud; sin
embargo, la relaci6n de causalidad no es contemporanea -es decir sin rezago-
sino que a grandes rasgos yen promedio el 50% del ajuste se materializa
durante el primer afio y.alrededor del 84% en el transcurso de ttes afios. Pard
calcular la relaci6n dinamica entte el indice de precios y el tipo de cambio
se hace uso de las tecnicas Box-Jenkins multivariadas conocidas como
"ecuaciones de ttansferencia". En el mismo sentido apuntan los ejercicios de
simulaci6n de pollticas cambiarias realizados con el modelo de PF
propuesto en este estudio, estos ejercicios se presentan igualmente en dicho
capltulo. Ambas pruebas corroboran emplricamente el cumplimiento en el
largo plazo de la eridogeneidad del tipo de cambio real o PPC para la
economla mexicana.
Sin embargo, cuando se plantean ajustes al tipo de cambio -ya sean de
una vez, deslizantes o una combinaci6n de ambos- como parte de un
program a de estabilizaci6n, la incidencia de la alteracion cambiaria en los
precios intemos, durante el periodo posterior a su puesta en practica,
depende inter alia de: en que medida la devaluaci6n es anticipada, cual va a
ser el grado de apertura de la economla al exterior -0 en otros terminos, que
politica arancelaria se va a seguir- que tipo de estrategia presupuestal y
monetaria va a acompafiar a la de.valuaci6n, etc. Todos estos factores
influyen crucialmente en la trayectoria temporal de la inflaci6n intema
inducida por la ~evaluaci6n. Obviamente, no puede pensarse que una
aplicaci6n mecanicista de la PPC pueda constituir un enfoque realista para
resolver este problem a analitico, mucho menos para lapsos cortos de un
semestte o un afio, por ejemplo.
Un problema adicional que presenta la aplicaci6n de la hip6tesis de pals
pequefio a la realidad de las economias en desarrollo es la irrelevancia, a
efectos practicos, del supuesto de perfecta elasticidad de las funciones de
demanda intemacional de sus exportaciones y de oferta de credito extemo;
ademas, este supuesto es mas irreal cuanto mas corto sea el periodo de
analisis. En efecto, el hecho de que una economia sin poder de mercado no
13
23. ~'
pueda influir en los terminos de intercambio con el exterior, no significa, a
diferencia de 10 que con frecuencia se supone en los modelos te6ricos, que
dicha economfa pueda exportar todo 10 que desee at precio internacional de
sus productos de exportaci6n, 0 conttatar sin limites prestamos con el
exterior a las tasas de interes vigentes en los mercados financieros
internacionales. En ottas palabras, las barreras no arancelarias a las
exportaciones -sobre todo de manufacturas- y el racionamiento del credito
externo constituyen caracterlsticas frecuentes de los mercados
intemacionales. Contrariamente, si parece adaptarse a la realidad el supuesto
de que una economla pequefia y abierta enfrenta funciones de oferta de
importaci6n y de activos financieros extemos pe,rfectamente elasticas. Salvo
:~II en circunstancias excepcionales (bloqueos economicos, guerras, etc.), un
pais pequefio puede importar y/o comprar activos financieros del exterior en
los montos deseados y a precios predeterminados, siempre y cuando
disponga de las divisas suficientes. para hacerlo. Es preciso subrayar ,
empero, que esta propiedad se aplica a1 pals como un todo, aunque no
necesariamente a sus agentes economicos, pues en la medida en que 1as
transacciones extemas de estos ultimos estan sujetas a restricciones y trabas
legales 0 de otto tipo, 10 que es valido para el pals como un todo puede no
serlo para sus agentes economicos privados.
Lo anterior significa que existe una asimettla entre el comportamiento de
las operaciones de compra y de venta con el exterior: es mas faci1 importar
que exportar y prestar que pedir prestado. Ademas de las explicaciones
obvias y cotidianas de que un pals puede no ser capaz de contratar prestamos
extemos por el riesgo que le asignan sus prestamistas, 0 no puede exportar
porque los productores ineficientes, de los palses potencialmente
importadores, tienen el suficiente poder de presion social para lograr que sus
autoridades economicas les protejan de la competencia extema. Una posible
explicacion adicional de esta asimettla radica en los costos de informaci6n
inherentes a todo sistema de intercambio multilateral en desequili~rio; en
este contexto, es mas facil e inmediato pasar de posiciones muy llquidas
(divisas) a posiciones menos liquidas (activos financieros y bienes) que al
reves. Ello implica extender a un marco de intercambio multinacionalla
distincion entre demandas y ofertas "potenciales" y "efectivas", que tanto
ban enfanzado Clower y Leijonhfvud para el intercambio en una economia
cerrada. El ejercicio "potencial" es: el pals A importaria el bien X del pais B
si pudiera exportar el bien Y al pais C 0 pedir prestado del pais D. Por su
parte, el ejercicio "efectivo" es: el pais A importa el bien X del pais B porque
pudo exportar el bien Y al pais C u obtener prestamos del pais D. Solamente
cuando todos los planes contingentes son consistentes entre si, es decir en
equilibrio general, el ejercicio "potenciat" se convierte en efectivo.
14
24. y
El pleno empleo
Solo en un mundo ideal de ':tlex-price" se pl:>dria suponer que existeD
fuerzas endogenas que llevan ala economia a op(~rar continuamente al nivel
de pleno empleo; en el mundo real existeD tanto rigideces en los precios de
los factores productivos como costos de rea,signacion de estos entre
sectores, ya sea en respuesta a politicas de estibilizacion, cambios en el
sector real de la economia o en el entorno internacional. Precisamente,
quizas el reto mas importante de la politica macn:>economica sea minimizar
las desviaciones del producto de su nivel de plena ocupacion y atenuar los
coStos inberentes a los procesos de ajuste.
A este respecto uno de los temas que mas polemica han suscitado en el
debate sobre politicas de estabilizacion es el efecto que tiene una
modificacion del tipa de cambio en los niveles del producto y empleo.
Incluso en ausencia de costos de reasignaci6n die los factores productivos
entre sectores y bajo los supuestos neoclasicas {~ncuanto a las estructuras
de preferencias y de produccion, el impacto recesivo de un plan de
estabilizaci6n basado exclusivamente en restricci6n de la demanda agregada
es probablemente mayor que si esta politica se combina con una
devaluacion debido a la rigidez a la baja de los niveles de precios y costos (0
de sus tasas de crecimiento).
AI incorporar en el analisis costos de reajuste y la supuesta baja
elasticidad de sustitucion en la produccion y el consumo entre los sectores
camerciable y no comerciable que presentan con frecuencia las economias
en desarrollo se pueden potenciar los efectos recesivos de una devaluacion.
Otros autores ban enfatizado la carga recesiva de los efectos ingreso y
riqueza negativos que conllevan las devaluaciones, sobre todo en paises
que son deudores internacionales.23
La ausencia de un tratamiento explicito de las interrelaciones entre el
tipo de cambia, el presupuesto del sector publico, las variables
monetarias y el sector real de la economfa. Sin embargo, en on
sinnumero de trabajos empfricos, como es el caso en algunas aplicaciones
del EMBP de la balanza de pagos, se ignora la endogeneidad del producto
a corto plazo o simplemente se determina el producto nominal sin
desglosar este entre producto real y preciost como acurre can las modelos
de PF en la linea del madela de Palak ( 1957) o bien se trata el producta
como una variable objetivo, como es comun en los ejercicios iterativos
dePF.
15
25. Conclusion
Todas estas circunstancias ponen de relieve la importancia de no
trivializar el marco de analisis de la politica macroeconomica en general, y
de la politica de estabilizacion en particular , recurriendo a supuestos que, en
el mejor de los casos, solo se cumplen en el largo plazo. El fracaso de Jos
planes de estabilizacion llevados a cabo en los paises del Cono Sur durante
la de.cada de los setenta, constituye una prueba febaciente de los riesgos de
utilizar modelos simplistas. En este sentido, ellibro editado por Barletta,
Blejer y Landau (1984) muestra el amplio consenso existente entre los
economistas que ban analizado dicbos planes de estabilizacion, en torno a
que parte del fracaso de estos se debio a la utiliza(;ion del EMBP en un
contexto de "monetarismo global".
3. EL EJERCICIO DE PROC;:;RAMACION FINANCIERA y
EL ENFOQUE MONET ARlO DE LA BALANZA DE PAGOS
El EMBP constituye el aparato formal en que se fundamentan los ejercicios
de PF, que realizan 'las misiones del FMI para disefiar planes de
estabilizacion. Muy esquemAticamente, se puede afirmar que el objetivo de
estos ejercicios es calcular el ajuste necesario en el tipo de cambio y el
deficit del sector publico compatible con una meta de inflacion un saldo
objetivo prefijado de la balanza de pagos. .
Con la ayuda de la matriz de flujo de rondos dell Cuadro I-I se puede
ilustrar como proceden dichos ejercicios; la secuencia es la siguiente: a
partir de la meta de inflacion y un supuesto de crecimiento del PBI se
calcula el flujo de demanda de dinero para el periodo de analisis (~Md), el
cual es igual al flujo de oferta (~MS) si se supone equilibrio de flujos en el
~ .
mercado de dinero (~Md=~MS). Apelando a la restriccion de presupuesto del
sistema bancario (~D=L.Ms-~Rd. e) y teniendo en cuenta el ajuste
tentativo del tipo de cambio ( e), se calcula el flujo maximo de credito
interno (~D) consistente con la variacion deseada en las reservas
intemacionales o saldo global de la balanza de pagos (~). El equilibrio en
el mercado de cambios se logra porque se supone que el sistema bancario se
compromete a comprar y vender las divisas ofrecidas y demandadas por el
resto de los sectores; 10 que implica L.R d=L.R s=(~) .El financiamiento
internQ disponible para el sector publico (~CG) se obtiene a partir de la
condicion de equilibrio en el mercado de crOOito intemo (~CG=~D-~CP);
para ell0 se supone que la autoridad economica de.seacanalizar al sector
16
26. privado un monto de credito preestablecido (z;:cP). Finalmcme, sumando el
crOOito interno al gobierno (~G) y el flujo de financiamiento externo
(~DG. e) disp<>nible o deseahle -dependiendo de si hayo no racionamiento
del credito extemo- se llega al deficit del sector publico (G- T) compatible
con el saldo objetivo de la balanza de pagos. 24
De acuerdo con 10 anterior, el marco de analisis de estos ejercicios se
compone de una sola ecuaci6n de comportamiento: la demanda de dinero;
dos restricciones de presupuesto: sector publico y balance consolidado del
sistema bancar'io; y dos condiciones de equilibrio de flujos: mercados de
dinero y de credito interno. Se supone que el mercado de divisas se
encuentra continuamente en equilibrio -efectivo, pues puede haber control
de cambios"- segun se mencion6 anteriormente. El flujo de financiamiento
extemo, por su parte, se deriva de la hip6tesis de pais pequeffo (oferta de
credito extemo perfectamente elastica al tipo de interes r*) o bien esta
determinado por la existencia de racionamiento del credito extemo. El
mercado de bienes estaria en equilibrio, a la tasa de inflaci6n objetivo, en la
medida en que los otros cuatro mercados esten equilibrados.
Toda vez que las restricciones de presupuesto son identidades contables y
suponiendo que se define un periodo de analisis 10 suficientemente largo
como para que se pueda suponer que se logra un equilibrio de flujos en los
diferentes mercados, la validez te6rica -y por ende la relcvancia practica- de
los ejercicios de programaci6n financiera depende de: a) la estabilidad de la
funci6n de demanda de dinero; b) la posibilidad de proyectar con exactitud
las variables de las que depende dicha funci6n: producto (y), precios (p) y
tasa de interes (r).
La critica del ejercicio de PF
La estabilidad de la demanda de dinero es un hecho contrastado
empfricamente para un amplio espectro de pafses y periodos hist6ricos, 10
que valida y respalda su utilizaci6n prcictica. El ccilculo de pron6sticos de
los argumentos de la demanda de dinero (y ,p,r), empero, es problemcitico,
ya que se trata de variables end6genas que se determinan simultaneamente
con la demanda de dinero, el saldo global de la balanza de pagos y otras
variables end6genas. Con frecuencia para superar este obstaculo se recurre a
pron6sticos "por fuera" de los argumentos de la demanda de dinero,
bascindose bien en juicios educados o bien en ecuaciones ad hoc; estos
procedimientos, al ignorar la simultaneidad, pueden conducir a proyecciones
de dichas variables incongruentes entre sf, desde un .cingulo
macroecon6mico, cuestionado en extremo los ccilculos del ejercicio de
programaci6n. Incluso la estimaci6n de la ecuaci6n de demanda de dinero
17
27. esta expuesta a sesgos por simultaneidad, a menos que se utilicen metodos
econometricos multiecuacionales. Ello implica que los ejercicios de PF, en
la linea del descrito anteriormente, no constituyen modelos cerrados, por 10
que su aplicaci6n poco cuidadosa puede conducir a recomendaciones de
politica err6neas e inconsistentes a nivel macroecon6mico.
Estas limitaciones de los ejercicios sencillos de PF ban sido sefialadas por
Heller y Rbomberg (1977):
1
"La formulacion inicial de este esquema presentaba problemas teoricos: se tenia
que suponer que el crecimiento del producto y el cambio en los precios se
conocfan con anterioridad al flujo de expansion del credito interno. En muchos
casos esta dificultad se resolvfa suponiendo q'ue el nivel interno de precios
estarfa determinado por el nivel mundial... Esto implicaba considerar a la "ley
de un solo precio" como elemento clave de este enfoque... Aunque el pronostico
del nivel de precios siempre era problemRtico, la proyeccion de la demanda de
dinero a partir de un pm prefijado constituirfa la mayor fuente de error".25
Lo anterior pone de manifiesto que si en el corto plazo no se cumplen los
supuestos del "monetarismo global" -como es el caso en la realidad- es
necesario explicar endogenamente las variables de las que depende la
demanda de dinero, pues en otro caso la denominada forma reducida del
EMBP "es un modelo subespecificado".26 Paralelamente, si en el largo
plazo la economfa observa las paridades del poder de compra y de las tasas
de interes, y se encuentra en alguna trayectoim de pleno empleo, (0 menos
estrictamente de producci6n tendencial), todo modelo bien especificado al
incluir entte sus ecuaciones la demanda de dinero y el balance consolidado
de la banca, tiene que ser consistente a fortiori en el largo pIazo con las
predicciones del EMBP en su version del modelo "monetarismo global". En
sintesis, para que un modelo de PF sirva como instrumento de analisis
macroeconomico se requiere que sea consistente con el enfoque monetario
en el largo plazo y que, a la vez, permita f1uc~uaciones transitorias, a cono
plazo, del tipo de cambio real, de la tasa de interes intema en relaci6n con la
externa y desviaciones del pleno emRleo. I
Montiel (1984) propone un modelo estructural te6rico que goza de estas
propiedades. Su prop6sito es demostrar que todo modelo bien especificado,
independientemente de su origen teorico, es compatible en el largo plazo
con los supuestos y predicciones de la forma reducida o ecuacion
fundamental del EMBP; en el trabajo de Montiella PPC y el pleno empleo
son resultados de la especificaci6n del modelo y no hip6tesis de panida. Por
ello este autor senala que:
18
28. ,
"La implicaci6n operativa relevante... es que es el modelo estructural
r subyacente, y nlo el "enfoque" (monetario) per se, quien determina c6mo
responden la balanza de pagos y otras variables macroecon6micas end6genas a
las politicas de f~stabilizaci6n y a los "shocks" ex6genos".27
En o.tras palabras, 10 importante es el modelo estructural, el EMBP no es
mas que una consecuencia de este.
Montiel parte de un contexto en el que se distingue entre bienes
comerciables -es decir susceptibles de ser comerciales con el exterior- y no
comerciables; el precio de los bienes comerciables es igual at producto del
tipo de cambio por el nivel de precios externo y el precio de los no
comerciables es igual a un margen fijo de ganancia sobre el salario. Este
ultimo, a su ve2;, se determina mediante una curva de Phillips corregida por
expectativas. A.demcls, se supone que el mercado de activos financieros
internos esta I.erfectamente integrado en el mercado internacional de
capitales, con 10 que la tasa de interes intema es en todo momenta igual a
la externa.28 I~l nivel de produccion y su desglose entre los sectores
comerciable y no' comerciable se establece a partir de sendas funciones
neoclasicas de produccion, dependientes de la utilizacion de trabajo y capital
en cada sector; este ultimo se supone fijo y especffico por sector. Por so
parte, el gasto J:~rivadoes funcion de ingreso disponible, la riqueza y la tasa
de interes; el g~astose asigna por sector de acuerdo con una funcion de
utilidad del tipo Cobb- Douglas, es decir, las participaciones del gasto
nominal en bienes comerciables y no comerciables en el gasto total son
constantes.
AI tener en cuenta explicitamente todas las restricciones de presupuesta y
de balance de los sectares publico, bancario, privado y extemo, este autor
Ilega a una fornr1areducida para el saldo global de la balanza de pagos que,
logicamente, dlepende de las mismas variables exogenas y endogenas
predeterminadas que los saldos de las balanzas en cuenta corriente y de
capital; asf, el flujo neto de reservas intemacionales depende de la tasa de
inflacion y la produccion en el sector de bienes no comerciables
(variables endogenas) la tasa de interes extema yel flujo de credito intemo
(variables -exogenas) y la oferta monetaria y el tipo de cambio real
(variables prcdetenninadas o de estado). De este modo Montiel concilia los
enfoques de elasticidades, absorcion y monetario de la batanza de pagos.
19
l
p;C-'
29. I I
, ;
1c
4. MERCA[~OS DE CAPITAL PERFECTAMENTE INTE-
GRADOS YBIENES COMERCIABLES VERSUS NO
COMEEtCIABLES: APLICABILIDAD PRACTICA
El modelo empjlrico de PF para la economfa mexicana que se presenta en
este trabajo, at que denominaremos MOFIN, apunta en la misma direcci6n
que el modelo 1;e6rico desarrollado por Montiel; at igual que en aquel el
cumplimiento cle la PPC y el pleno empleo resultan de la consistencia
16gica del modelo y no de hip6tesis de partida, como 10 demuestran en los
ejercicios del C~ipftulo 12. Mediante dichos ejercicios tambien se prueba la
consistencia del modelo en el largo plazo con Jas predicciones de la forma
reducida del EM[BP, en especial el canicter end6geno de la cantidad nominal
de dinero. Sin embargo, en el presente modelo empfrico -a diferencia del de
Montiel- no se recurre at supuesto de que la tasa de interes intema esta
determinada en todo momento par la extema, ni se desglosa la producci6n
en bienes en col'1nerciablesy no comerciables.
En 10 que resI)ecta a la detenninaci6n de la tasa de interes en Mexico, el
supuesto de igualarla a la tasa extema es aplicable al periodo de 1956 a
1972, ya que, en dicho periodo, la inflaci6n intema evolucion6 de manera
consistente con la extema, se mantuvo una politica de tipo de cambio fijo y
no se registraron momentos de crisis cambiaria que cuestionaran la
viabilidad del Itipo de cambio.29 A partir de 1973, por el contr~io, la
economia mexi(;ana observ6 tasas de inflaci6n intemas divergentes de las
tasas extemas, 10 que a su vez se reflej6 en las tasas de interes. De haber
existido un eficil~nte mercado a futuros del peso, el descuento de este en este
mercado penni1.iria aplicar la PTI para determinar las tasas intemas; no
obstant~, inclu~;o en este caso, habria que explicar end6genamente el
descuento a futuros del peso, 10 que a efectos practicos significaria que la
tasa de interes intema es una variable end6gena.30 Por ello, en el MOFIN se
hizo un supuest.o sencillo pero plausible: las tasas de interes maximas al
ahorro que fija semanalmente el Banco de Mexico estan orientadas a
garantizar on reridimiento real predetenninado a los ahorradores, para ello se
tienen en cuenta las expectativas de inflaci6n del publico.31
Bienes comerciables versus no comerciales
Por su parte, l;a distinci6n entre bienes comerciables y no comerciables, a
lIe recurren muchos modelos te6ricos, es de gran ayuda para analizar como
30. opera una alteracion del tipo de carnbio en una economia pequeia y abierta.
Desafonunadamente, a pesar del atractivo intelectual de este marco de
an3lisis, su aplic:abilidad en modelos empiricos. es muy limitada. Por un
lado, ya se ha apuntado en los parrafos anteriores que es insostenible el
supuesto -sobre todo en el corto plazo- de que los productores de bienes
exportables ~nfrenten una demanda perfectamente elastica de sus productos
por pane del resto del mundo; del mismo modo, se menciono que tampoco
es plausible suponer Que la oferta de bienes importables que enfrentan los
I
demandantes internos sea igualmente elastica cuando existen barreras no
arancelarias al comercio exterior por parte del pais receptor .
Por otro lado, existe un problem a empirico insalvable en cuanto a la
identificacion de bienes esb'ictamente comerciables y no comerciables. En
efecto, frecuentemente los bienes susceptibles de ser comerciados con el
exterior (comerciables) registran piecios diferentes en distintos paises; e
inclusive en distintos mercados dentro de un mismo pais; las barreras al
libre cambio dan cuenta de una buena parte de este fenomeno. Sin embargo,
existe una razon adicional, cuando menos tan importante, que explica este:
hecho: el componente no comerciable que se incorpora en el precio de lQ.s
bienes catalogados convencionalmente como comerciables durante e}
proceso de transpone, distribucion y comercializacion que medi~ entre el
productor y el consumidor. En cierta manera, se puede afirmar que las
barreras administrativas al intercarnbio son anificiales, en el sentido de que
pueden ser eludidas por decision social o politica; contrariamente, los
costos en que incurre la sociedad para poner a disposicion de los
consumidores los bienes producidos por las empresas son en gran medida
inevitables.
Dornbusch ( 1980) seiala que el argumento de los costos de transpone es
panicularmente intuitivo para explicar la existencia de bienes no
comerciables; de acuerdo con esta idea, los costos de transporte derivados de
la dispersion espacial de las unidades de produccion, los consumidores y los
mercados dan lugar a un rango en el precio de los articulos, dentro del cual
estos son no comerciables y fuera del cual se convienen en comerciables.
Esto pone de manifiesto que la clasificacion de los bienes en comerciables y
no comerciables no es en sentido alguno inmutable; ~arnbios en los costos
de transpone, pueden convenir un bien inicialmente no comerciable en
comerciable y viceversa y, de igual manera, variaciones en el precio intemo
o externo de un articulo especifico para un nivel dado de costos de
b'anspone pueden provocar el mismo resultado. Argumentos an31ogos se
aplican a cambios en aranceles u otras barreras al comercio.32 Es decir, en
principio la clasificacion de los bienes y servicios en comerciables y no
comerciables no tiene nada que ver con las caracteristicas o propiedades
21
~
31. $
r
inbinsecas de estos.
La diferencia e][1treel precio CIF (FOB) de un articulo de importaci6n
(exportaci6n) y su precio de venta al consumidor en el pais de destino, es :
.
.
ig~al a los aranceles, mas los costos de transporte, seguro y flete, mas el :
costo de almacenamiento, mas los costos de comercializaci6n y
distribuci6n. Algunos de estos componentes del precio de venta al f
1
consumidor son no comerciables, sin embargo es una practica comun
4
considerar que los precios al consumidor de articulos provenientes de la
i
importaci6n estan determinados por el producto del precio CIF del articulo .
i
en el "puerto de entrada", el tipo de cambio nominal y, en su caso, uno mas t
~
el arancel correspondiente. Este proceder es sin duda una simplificaci6n no i
1
justificada de la realidad. En efecto, como sefiala Schydlowsky (1981):
;
mientras que la oferta de un producto de importaci6n en la frontera del pais
t
importador puede considerarse infinitamente elastica, no es en absoluto f
~
cierto que la oferta de los factores nacionales complementarios, que se ,
.1
requieren para intemar las importaciones en el mercado, pueda considerarse
,~
,
perfectamente elastica. Al contrario, la evidencia indica que cuando la
i
demanda de importaciones crece rapidamente los precios intemos de los i
bienes de importaci6n y sus sustitutos intemos tambien aumentan, inclus~ f
en un regimen de plena de convertibilidad cambiaria, tipo de cambio fijo y ,
ausencia de controles a la importaci6n. Obviamente, este argumento se
I
refuerza al considerar barreras no arancelarias al comercio y controles de
t
cambios.33 El siguiente parrafo anecd6tico de Dagnino Pastore (1984) es t
muy ilusttativo a este respecto:
I
"Los que fueron alumnos de Gottfried Haberler recordaran que a veces comentaba f
f
que las naranjas en Alemania son alemanas, aunque todos sabemos que en 1
1
Alemania no hay naranjos. No obstante, mas de la mitad del precio de las
naranjas es valor agregado en Alemania".34
La distinci6n entre comerciables de tipo I y de tipo II que establece
McKinnon (1979) constituye un intento por facilitar la aplicaci6n prActica
del modelo de comerciables y no comerciables. Segun este autor los precios
de materias primas homogeneas, que se comercian en mercados mundiales y
normalmente no sori objeto de barreras al intercambio, obedecen en gran
medida a la ley de un solo precio; piensese, por ejemplo, en el petr6leo, el (
mineral de hierro, 10S fosfatos, etc. McKinnon denomina a dichoS bienes
"comerciable~ de tipo II". Por el contrario, 10Sproductos manufacturadoS no
estan sujetos, en el mismo grado, a la disciplina del arbittaje internacional
y, por 10 tanto, sus precios pueden diferir considerablemente de pals a pais;
I
estos artlculoS son catalogados como "comerciables de tipo I". Sin .
22
~
, l c
32. embargo; como apuntan algunas de las ideas anteriores (i.e. costos de
ttansporte y comercializacion intemos), es evidente que en la realidad la ley
de un solo precio no se cumple ni para los "com,erciables de tipo II".
En consecuencia, bienes estrictamente comerciables y bienes no
comerciables puros solo existen en la mente de los economistas, es decir ,
en un munqo imaginable aunque irreal. La convencion a que se recurre con
frecuencia de catalogar a los bienes muebles colmo comerciables y a los
bienes inmuebles y .a los servicios como no comerciables, no es mas que
una burda e imprecisa aproximacion.
En la teoria pura del comercio internacional se suele suponer que los
factores primarios de produccion -tierra, trabajo y, capital- son los no
comerciables, mientras que las mercancias son los comerciables. Sin
embargo, los movimientos migratorios entre naciones, los flujos
internacionales de capital, tanto financieros como fisicos, y la posibilidad
de ttansferir la propiedad de la tierra y del acervo de capital existente a no
residentes constituyen contrargumentos a este enfoque. Ademas, es
necesario sefialar que incluso en el caso en que no hubiera movilidad
intemacional de los factores de produccion, el ttafico intemacional de bienes
y servicios da lugar a un arbitraje indirecto en el mercado de factores que
bajo ciertas condiciones -si bien muy restrictivas- puede conducir a la
igualacion intern.acional de los precios de los factores.35
s. LA IDENTIFICACION DE LOS SECTORES
COMERCIABLES y NO COMERCIABLES
EN LA ECONOMIA MEXICANA
Estimaciones existentes para Mexico
De todo 10 anterior se puede concluir que para utilizar el marco de anAlisis
de comerciables y no comerciables en modelos empfricos es preciso hacer
uso de supuestos muy arbitrarios. En los trabajos empfricos sobre la
economia mexicana que rec.urren al desglose de los bienes y servicios
producidos intemamente entre comerciables y no comerciables -Blejer
(1977), Hierro (1983) y FernAndez (1984), entre otros- se agrupa en la
primera categorfa a la produccion de los sectores de actividad I a 3~ yen la
segunda a la de los sector~s.36 a 46, de acuerdo con la clasificacion de los
sectores productivos que hace el Banco de Mexico. Segun este criterio,
serian no comerciables los sectores de construccion y vivienda, transporte y
comunicaciones, comercio y distribucion, servicios del gobiemo, servicios
medicos y otros servicios, y comerciables el resto de los sectores. Blejer
(1977) calcula una participacion de los comerciables en el PIB de 60%
I 23
33. ,
~
promedio para el periodo 1950-1971; Hierro (1983) mediante un estudio
mas minucioso 01btiene una participaci6n promedio de 38% en el PIB y
41% en el gasto a,gregado para 1960-1979; Femandez (1984), por su parte,
estima un porcentlje de aproximadamente 51% en el valor de la producci6n
bruta para 1960-1979. Las trcs estimaciones difieren considerablemente, el
rango oscila entre: 38% en Hierro (1983) y 60 % en Blejer (1977), si bien
hay que tener en Icuenta la diferencia en los periodos muestrales, los afios
base utilizados y las variables desglosadas. Por otra parte, Ortiz y Solis
(1982) calculan qlue la participaci6n del sector comcrciable en el PIB se ha
reducido de 500,.;;, en 1950 a 31% en 1976, aunque no especifican el
procedimiento y liDScriterios seguidos en la estimaci6n.36
Si los bienes identificados como comerciables y no comerciables por
estos autores 10 fueran en sentido estricto, una devaluaci6n del tipo de
cambio, acompafiada por una politica de ajuste presupuestal, deberia de
provocar un cambio significativo en el precio relativo de los comerciables
respecto a los no Icomerciables. En el peri<?do 1976-1977 el peso mexicano
se devalu6 en 46~o (promedio anual) y el deficit del sector publico se redujo
de 9.41% a 6.34~ro del PIB. Sin embargo, como se puede apreciar en las
Graficas 1-1.d y 1-I.e, dicho prccio relativo aument6 en menos de 5% en
1977, 10 que indi~~aque la identificaci6n de los sectores comerciable y no
comerciable a qU(~Ilegan estos a~tores es una aproximaci6n muy pobre a la
realidad.37
Devaluacion, t:ipo de cambio real y precio relativo de los
comerciables
En la Grafica 1..1 se presentan distintos indicadores de tipo de cambio real
-que en gran parte de la literatura sobre el lema es sinonimo del precio
relativo de los co.merciales- ademas del precio relativo mencionado. En la
Grafica 1.a se mluestra el cociente del indice de precios al mayoreo en
Estados Unidos: -multiplicado por el tipo de cambio- entre el salario
mfnimo en Mexi(~o. El proposito de este indicador es el siguiente: el indice
de precios al mayoreo de Estados Unidos puede ser una buena aproximaci6n
at precio CIF de un bien comerciable, mientras que, debido a la escasa
movilidad intem~lCional de mano de obra, el salario es probablemente una
medida razonab1~ del precio de un no comerciable. El cociente de ambos
puede constituir Illn indicador indirecto de las variaciones que observaria el
precio relativo d,e los bienes comerciables versus no comerciables, en el
caso en que esto~; sectores pudieran ser identificados correctamente. En la
Gnifica 1.b se pr(~senta el precio relativo -al consumidor- de las mercancfas
f
;;
&
1',
24
,
~;~~';'i"',¥~:;,$; .
34. en relaci6n a los servicios; este fndice es una de las medidas convencionales
del tipo de cambjo real a que recurren muchos autores. El tercer indicador es
el cociente del indice de precios al mayoreo al indice de precios al
consumidor; tod;a vez que la canasta que sirve de base para el calculo del
primero incluye menos servicios que la del segundo, es de esperar que las
variaciones en el tipo de cambio alteren dicho cociente. En las Graficas I.d
y I.e se presentan los calculos del precio relatjvo de los bienes
comerciables ver.S'us comerciables identificados como tales por Ferruindez
no
(1984); en el indjce de la Grafica I.d se incluyen los productos petroleros en
el sector comer(~iable yen la 1.e se excluyen estos. Finalmente, en la
Grafica I.f se coJmpara la evolucion del indice de precios al consumidor en
una ciudad fronte~riza (Ciudad Juarez) con la trayectoria del mismo indice en
una ciudad del interior de la Republica (Morelia). Como la ciudad fronteriza
esta mas expuesta al arbjtraje intemacional que la ciudad del interior, es de
esperar que la ra:lon de ambos indices de precios observe cambios bruscos
en momentos de~valuatorios. En la Grafica 1-2 se presentan los mismos
indicadores, con la unica diferencia de que en este caso todos ellos estan
graficados a la e~)cala-0 rango de variacion- del indice que registra mayor
dispersion en el :periodo: 0.5-1.56, correspondiente al indice de precios al
mayoreo en Estacios Unidos entre ,el salario minimo en Mexico.
Todos los indicadores registran los procesos de apreciacion real
(sobrevaluacion) del peso en los periodos anteriores a las crisis cambiarias de
1976 y 1982, asi (;omo la depretjacion real del tipo de cambio logrado con las
devaluaciones en dichos afios. Sin duda alguna, el indicador l.a es el que
observa cambios: mas drasticos en los afios devaluatorios -esto se puede
visualizar mas cl,ifamente en las Graficas 1-2 de escala homogenea- seguido
probablemente de'[ indicador 1.f. Desafonunadarnente, la falta de disponibiudad
de series actualizadas de los indices l.d y l.e impide establecer una
comparacion entr(~los cambios en estos y los cambios en todos los demas en el
periodo a partir de las maxidevaluaciones de 1982, por ello se centra la
comparacion en e~1 periodo posterior a la devaluacion de 1976. En la Grafica
I-I, y sobre todo (~nla Grafica 1-2, se puede apreciar que los indices de tipo de
cambio real1.d y l.e -que son los calculados suponiendo que los sectores 1 a
35 son comerciables y los sectores 36 a 46 son no comerciables- registran una
depreciacion real en 1977 inferior a los demas. En efecto, como se ha
mencionado ant~~riormente, el incremento en el precio relativo de los
comerciables en 1977, segun los indices 1.d y 1.e es inferior 5%, mientras que
el indice l.a acusa un incremento mayor al 20% y los indices l.c y l.f registran
un aumento supeJrior alI0%. En consecuencia, los aumentos de los indices
l.a, l.c y I.f en 1~)77son mas consistentes -en principio- con una devaluacion
promedio 1977/1S176de146% que los incrementos de los indices 1.d y 1.e.
25
35. GRAFIC.A 1.1 INDICES DE TIPO DE CAMBIO REAL
r
1.58
1.1.8 PREC'lOS AL MAYOREO EN ESTADOS u~lDOS (CORREGIDOS
POR EL TfPO DE CAMBIO) DIVIDIDOS POR SALARIOS MINIMOS FN
MEXICO
1.34
1.10
086
0.62
69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84
f
t
~
i,
1.01 1.11 PRECIOS AL CO~SUMIDOR EN CD.
JUAREZ DIVIDIDOS POR PRI~CIOS AL
0.97 CO~SUMIDOR EN MORELIA
I).~
089
0.85 84
69 70 7'1 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83
26
36. ~
GRAFIC:A 1.2 INDICES DE TlPO DE CAMBIQ REAL
69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84
154
1.2.ePREOOS DE COMERCIABLES NO PETROLEROS
DIVIDIDOS POR PREaOS DE NO COMEROABLES
1.28
1.02
0.76
0.50
69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84
1.54
1.2.f PRB:IOS AL CONSUMIDOR EN CD. JUAREZ DIVIDIDOS
1.28 POR PRECIOS AL CONSu'MIDOR EN MORELIA
1.02
0.76
0.50
69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 Sf 82 83 84
27