Este documento discute cómo las tecnologías pueden aplicarse en los estudios sociales en la educación. Sugiere que el sistema educativo debe reformular la estandarización y evaluación, tener un currículo flexible y adaptable localmente, y profesionalizar claramente la profesión docente con controles periódicos de calidad. También argumenta que a pesar de las nuevas demandas, la educación debe mantener la variedad de enfoques, el humanismo de los profesores, e incluir nuevas tecnologías e innovación.