1. ROBERTO ROSSELLINI
1. Introducción
Rossellini, junto con otros directores como Visconti, Vittorio de Sica, es uno de los
principales representantes del neorrealismo italiano. Este movimiento cinematográfico
se aleja por completo de los cánones estilísticos y narrativos de Hollywood y presenta
documentales con tintes melodramáticos, que reflejan la vida en las ciudades y la
sociedad durante y después de la Segunda guerra mundial. El neorrealismo no es en
absoluto uniforme, es decir, no existe un solo neorrealismo, cada cineasta imprime su
huella personal.
Rossellini insiste en la importancia de la cultura y de utilizar el arte de manera
racional como expresión del conocimiento y la comprensión del hombre. El
neorrealismo rosseliniano es el arte del microscopio que tiene que adentrarse en lo más
íntimo de los personajes para descubrir su verdad, para hacer posible una aprehensión
del mundo y de este modo dar mayor libertad al espectador. El cine de Rossellini se
centra en filmar el deambular de personajes ínfimos que están condicionados por
fuerzas exteriores que lo dañan de alguna forma, filma más el movimiento que el punto
de llegada y más la tortura de la duda que la tranquilidad de la certidumbre.
Domina a la perfección el lenguaje técnico y es un gran conocedor de las películas
de Hollywood, a pesar de ello antepone las ideas a la imagen, el espectáculo provoca la
crisis del cine. Como dijo en una entrevista para Cahiers du cinema en 1959, para él “lo
importante son las ideas, no las imágenes, basta con tener ideas muy claras y
encontramos la imagen más directa para expresar una idea”.
Como el resto de directores italianos de la época, está obligado a convivir con el
fascismo, que pretende controlar todos los ámbitos de la sociedad, durante más de una
década. En el transcurso de la II guerra mundial rueda una trilogía bélica (41-43) que
trata sobre la marina (La nave bianca), la aviación (Un pilota retorna) y el ejército de
tierra (l´uommo dalla croce), realizados con la ayuda de personalidades del régimen
fascista. Sin embargo, la representación no exalta la grandeza del ejército o de la nación,
sino que muestra de forma sutil el sufrimiento y la desconfianza y falta de esperanza de
los individuos. El cine de Rossellini se caracteriza por su ambigüedad, el objetivo es ser
escurridizo y escapar a la posible censura (Vittorio Mussolini) para hacer llegar su
mensaje. La caída de Mussolini, coincide, no por casualidad, con el un paso hacia su
etapa neorrealista.
2. Roma, ciudad abierta (1945)
Esta película es la primera de la trilogía neorrealista del cineasta, que se completa
con Camarada y Alemania, año cero. Roma, ciudad abierta es considerada por muchos
una de las primeras obras neorrealistas, (dos años antes Visconti había dirigido
Obsesión), a pesar de no cumplir con muchas características identificatorias de esta
corriente, los actores si son conocidos.
Con esta película Rossellini busca dos objetivos:
2. 1. Uno moral: Investigar y comprender lo ocurrido para presentar la realidad sin
juzgar, sin ningún tipo de prejuicios, sólo como un retrato lo más objetivo
posible, sin atribuir responsabilidades unicamente a un bando.
2. Liberarse de la organización industrial de la época para tener la posibilidad de
experimentar sin límites. Rodar en la calle y no en el estudio, no manipular,
etc.
El guionista del filme es Sergio Amidei, cercano al comunismo, que consigue un
enfoque más social y humanista, y con el que Rossellini discrepará bastante en aspectos
estéticos y políticos, por lo que el resultado no será el idóneo para el director. Además
la destrucción tras la guerra, que había afectado a todos los sectores, incluida la
industria del cine favorece una mayor libertad de creación. Es rupturista e innovadora
en muchos sentidos, es el documental que trata por primera vez la destrucción de
Europa a cargo del nazismo, en este caso la ciudad destrozada es Roma; además trata de
ser un instrumento de crítica de la realidad capaz de reflejar la nueva identidad y
cotidianeidad del pueblo italiano después de la guerra y de desmitificar la realidad que
se había intentado aparentar durante la dictadura de Mussolini. Un ejemplo de las
novedades de la película es el de la muerte a mitad de la película de una de las
protagonistas Pina, interpretada por Anna Magnani, cuyo fusilamiento se muestra
explícitamente.
3. Camarada
Es la película de consolidación como director neorrealista. Realizado con mayor
libertad que el anterior, y quiere hacer coincidir este deseo de autodeterminación de
Rosselini con el de un país, Italia, que igualmente quiere liberarse de la opresión sufrida
durante tantos años.
Son 6 relatos diferentes con un nexo común, el avance de las tropas aliadas en Italia
durante la Segunda Guerra Mundial en distintas ciudades de la península. La libertad
narrativa puede apreciarse por ejemplo por el contraste entre las grandes elipsis y la
lentitud del ritmo del relato en determinados momentos. Rossellini prefiere esta obra a
la anterior, la considera más pura y liberada de los hábitos tradicionales del cine y quizá
por ello menos atractiva para el espectador.
De Sicilia a la llanura del Po, el film registra a través de 6 episodios ordenados según la
progresión geográfica, el momento de inestabilidad e incertidumbre que implica la
llegada de soldados americanos a una Italia donde aun combaten los fascistas. Lo que
hoy sorprende al espectador es la libertad del relato de Paisà, sembrado de brutales
elipsis que contrastan con la dilatación contemplativa de ciertas secuencias como la del
primer episodio de una joven campesina siciliana intentando hablar con un soldado
americano. El film se detiene en la belleza arisca de la adolescente antes de suprimir
violentamente el rostro que habíamos empezado a amar.
ALEMANIA AÑO CERO
El relato es sometido al punto de vista de un niño para el que los alemanes que lucharon
como su hermano mayor eran seres humanos como los demás que ahora malviven por
miedo a la represión. Un ser inocente que, fruto de una educación utópica y
distorsionadora, mata a su enfermo y viejo padre creyendo que así libra al resto de su
3. familia de un ser inútil en un acto heroico. Pero, finalmente se suicida. Todo el cine
moderno a partir de Rossellini, de Fritz Lang con Moonfleet….
Desde el pequeño huérfano de Roma Ciudad Abierta que asiste a la ejecución del cura
interpretado por Aldo Fabrizio a manos de quien asesinó a su madre interpretada por
Magnani, pasando por el huérfano forzado a sobrevivir en un barrio de chabolas de
Nápoles y que suscita la compasión de un soldado americano al que previamente ha
robado al final del segundo episodio de Camarada hasta llegar niño suicida de Alemania
cero, el Neorrealismo utiliza estas figuras desamparadas y perdidas, valerosas víctimas
de guerra, para ir inventándose a sí mismo como cine de posguerra.
ENLACE: 1947-1948. Rossellini rueda L´Amore, film en dos episodios: Una voce
umana, donde intenta aplicar la puesta en escena neorrealista del microscopio a un tema
sin relación con la guerra.
En 1949 5 años más tarde de Roma ciudad Abierta, Rossellini llega a Hollywood para
hablar de Stromboli y consigue financiación del productor Howard Hughes, que
acababa de comprar los RKO, pero en realidad Hollywood solo toleraba al director para
disponer de la estrella, Ingrid Bergman. Según Rossellini, Hollywood y él padecían una
alergia recíproca.
De los 5 FILMES BERGMAN hemos elegido Stromboli y Te querré siempre o Viaggio
in Italia como los más representativos, si bien cabe mencionar alguna de las
peculiaridades de los otros como Europa 1951, donde Rossellini retoma la idea de la
muerte de un niño como consecuencia de la degradación de su entorno, o Angst, La
paura (Miedo), donde se plantea a través de la historia de una mujer controlada por su
marido los efectos que puede tener la presión de un director sobre su actriz.
¿En qué sentido podemos afirmar que, tras inventar el neorrealismo con la trilogía de las
ciudades en ruinas, Rossellini inventa el cine moderno con los 5 filmes-Bergman? Pues
bien, según Rossellini el neorrealismo rosselliniano consistía en seguir a un ser, con
amor, en todos sus descubrimientos, todas sus impresiones”, esto es, mezclar el
realismo documental que hemos visto sobre Roma, Italia o Berlín con el intimismo que
acercará al espectador al alma de los personajes.
En STROMBOLI, Ingrid Bergman, encarna a una náufraga que tras haber vivido la
guerra con todas las mezquindades que había que aceptar para sobrevivir, trata de
reinsertarse. Se trata de una extranjera exiliada en tierra hostil (la isla de Stromboli) que
se ha convertido en una cínica por todo lo que ha vivido, pero que finalmente invoca
desesperada a Dios, convirtiendo la película en un relato sobre redención. Esta
ambigüedad heredada de la posición moral del neorrealismo rosselliniano desemboca en
lo que los críticos llaman el cine moderno.
Rossellini representa la espera de su heroína filmando fundamentalmente sus
desplazamientos: prisionera que deambula tras la alambrada del campo de refugiados,
luego en los callejones de la isla y, por último, en la penosa ascensión al volcán. Del
mismo modo que en Camarada, se demora largo tiempo en los preparativos de la pesca
del atún, hasta el punto de transformar esta secuencia en un inserto documental sobre el
trabajo de los pescadores de la isla. La tarea del cineasta, para Rossellini consiste solo
en acompañar a los personajes, lo cual implica que la puesta en escena comience
4. generalmente con un primer plano al que sucede un movimiento de cámara que sigue al
actor y que se apropia del decorado. Este será el estilo de los cinco filmes Bergman.
TE QUERRÉ SIEMPRE
De los 5 Te querré siempre es el que cumple más radicalmente la revolución que
mencionaba antes, de tal manera que, fruto de esa fusión entre el afán documental y el
intimismo, la visión exterior del sur de Italia y la percepción interior de la pareja
formada por Bergman y George Sanders se confunden, desde la primera secuencia del
viaje en coche. Esta sensación, de hecho, tiene mucho que ver con la abolición de la
distancia espacial entre espectador y personaje como consecuencia de la desaparición de
la frontera entre los planos subjetivos y los objetivos apreciable también en esa misma
secuencia de la que venimos hablando.
Se hurta la significación del relato (ya no hay guión, Te querré siempre ni siquiera finge
contar una historia) como dirán algunos; todo parece accesorio y, sin embargo, hasta
las más extravagantes divagaciones del espíritu ((Bergman repitiendo en el coche te
odio te odio te odio al pensar en su marido) pasan a formar parte de lo esencial del
filme. Finalmente lo que Rossellini consigue es crear un vacío que algunos espectadores
sufrirán como una angustia y otros disfrutarán por la libertad que concierne,
experiencias entre las que se debate el espectador del cine moderno.