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Santiago y la lucha de clases sociales parte 3
1. Santiago y la lucha de clases sociales (parte 3)
Autor: Paulo Arieu
Si ustedes obedecen el mandamiento más importante que Dios nos ha dado, harán
muy bien. Ese mandamiento dice: «Recuerden que cada uno debe amar a su
prójimo como se ama a sí mismo.» Pero si ustedes les dan más importancia a unas
personas, y las tratan mejor que a otras, están pecando y desobedeciendo la ley de
Dios.Si ustedes obedecen todas las leyes, menos una de ellas, es lo mismo que si
desobedecieran todas. Porque el mismo Dios que dijo: «No seaninfieles en su
matrimonio», también dijo: «No maten». Por eso, si tú eres fiel en el matrimonio,
pero matas, eres culpable de haber desobedecido la ley de Dios. (Santiago 2:8-11
TLA)
Santiago ha condenado tanto la actitud de aquellos que tratan con un respeto especial a los ricos
que entran en la iglesia asi como la actitud de realizar actos de discriminación en la Iglesia a
favor de los ricos. Creo que ahora Santiago les da las razones bíblicas de tales instrucciones: Es
en la Ley de Dios que está que cada uno amará a su prójimo como a si mismo (Mateo 22:38-40)
Claro que es obvio que hay que tratar con cortesía y amabilidad a las personas que llegan a la
Iglesia, pero porque las amamos como prójimos que son y le damos la bienvenida. Les damos el
mismo trato que nos gustaría que nos dieran a nosotros. Pero, si le damos una bienvenida
especial solo porque es rico, ese acto de discriminación es pecado, y lejos de estar guardando la
ley, lo que está haciendo es quebrantarla. De esa manera no se demuestra el amor al prójimo. Lo
que se demuestra es que ama a la riqueza… ¡y eso sí que no es lo que manda la ley de Dios! (I
Tim.6:10)
2. Barclay comenta que Santiago llama al gran mandamiento de amar al prójimo como a nosotros
mismos la ley regia. Esta expresión puede querer decir varias cosas:
Puede querer decir que es la ley de suprema excelencia; o que es la ley dada por el Rey de
reyes; o la reina de todas !as leyes; o la ley que hace reyes a los hombres y que es digna de
reyes. El cumplir esa ley suprema es llegar a ser rey de uno mismo y un rey entre los demás. Es
una ley diseñada para los que tienen una dignidad regia, y que se la confiere a las personas.[1]
Santiago prosigue estableciendo un gran principio acerca de la ley de Dios: El quebrantar
cualquier parte de la Ley de Dios es ser un transgresor.Es que la Ley de Dios es una sola con 10
mandamientos! Barclay comenta que
Los judíos solían considerar la ley como una serie de mandamientos independientes. El guardar
uno era adquirir un crédito; el quebrantarlo era incurrir en una deuda. Uno podía sumar los
que guardaba y restar los que desobedecía, y tener un balance positivo o negativo.[2]
Incluso, Barclay comenta que había un dicho rabínico:
« Al que sólo cumple una ley, se le asigna una cosa buena; se le alarga la vida, y heredará la
tierra.»[3]
Y también que muchos rabinos mantenían que
« El sábado pesa más que todos los demás preceptos;» por tanto, el que guardaba el sábado era
como si hubiera cumplido toda la ley.[4]
3. Santiago veía que la totalidad de la ley era la voluntad de Dios; el quebrantar cualquiera de sus
partes era infringir esa voluntad y, por tanto, cometer un pecado. Eso no cabe duda de que es
cierto. El quebrantar cualquier parte de la ley es ser un transgresor en principio. Hasta bajo las
leyes humanas, uno es considerado culpable cuando ha incumplido una ley determinada
(ver Lucas 16:17).
Así es que Santiago corrige:
«No importa lo bueno que seas en otras áreas; si haces discriminación cuando tratas a las
personas, has actuado contra la voluntad de Dios y has quebrantado Su ley.»[5]
Barclay comenta que al llegar al final de esta sección, Santiago les recuerda a sus lectores dos
grandes hechos de la vida cristiana.[6]
(i) El cristiano vive bajo la ley de la libertad, y es de acuerdo con ella como se le juzgará.
(ii) El cristiano debe tener siempre presente que sólo el que tiene misericordia encontrará
misericordia. Este es un principio de se encuentra en toda la Sagrada Escritura.
Ben Sirá escribía:
«Perdónale a tu prójimo el perjuicio que te ha causado, para que también a ti se te
perdonen tus pecados. Una persona le tiene odio a otra; ¿y busca el perdón de Dios?
No tiene misericordia de uno que es como él, ¿y pide perdón por sus propios
pecados?» (Eclesiástico 28:2-5).
Jesús decía:
4. «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia»
(Mateo 5:7).
«Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial; pero si no les perdonáis sus ofensas a vuestros semejantes,
tampoco vuestro Padre os perdonará las vuestras «(Mateo 6:14s).
« No juzguéis, y no se os someterá a juicio; porque el juicio que se os aplicará será el
que hayáis pronunciado vosotros» (Mateo 7:1 s).
Y también nos cuenta Jesús la sentencia condenatoria que le cayó al siervo que se negó a
perdonar a su consiervo, aunque su Amo le había perdonado a él una deuda mucho mayor; y
termina la parábola diciendo:
«Eso es lo que os hará vuestro Padre celestial a cada uno de vosotros si no perdonáis
de corazón a vuestro hermano» (Mateo 18:22-35).
Conclusión
Santiago también ha condenado la actitud de los que tratan con excesivo respeto a los ricos así
como la actitud de discriminación a favor de los ricos. Creo que ahora Santiago les da las razones
bíblicas de tales instrucciones: Es que en la Ley de Dios se nos ordena a amar al prójimo como a
si mismo. Hay que tratar con respeto a los ricos que llegan a la Iglesia, pero amor como prójimos
y no por interés alguno. Todo acto de discriminación es pecado, y se quebranta la Ley al obrar
así. De esa manera no se demuestra en absoluto amor al prójimo!
La Ley de Dios es una sola, con diez mandamientos. Así que al quebrantar cualquier
mandamiento uno se convierte en transgresor de la Ley de Dios.Y la paga del pecado es la
muerte (Romanos 6:23), dice San Pablo.
5. Recordemos entonces que Santiago en estos pasajes corrige que si discriminamos a los pobres
cuando tratamos “muy bien” a las personas ricas o desechamos al pobre, hemos actuado en
contra de la voluntad de Dios y se ha quebrantado entonces Su ley.
La enseñanza de la Escritura es unánime en el sentido de que, el que quiera que se tenga
misericordia de él, deberá tenerla de sus semejantes. Y Santiago llega aún más lejos: porque
acaba diciendo que la misericordia triunfará en el Día del Juicio; el que haya tenido misericordia
verá que Su misericordia ha llegado hasta el punto de borrarle a uno sus pecados personales.
Dios los bendiga y un fuerte abrazo!
Continúa…
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Parte 1 (ACA)
Parte 2 (ACA)
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Notas
[1] W.Barclay,pag. 35-36
[2] W.Barclay,pag. 35-36
[3] W.Barclay,pag. 35-36
[4] W.Barclay,pag. 35-36
[5] W.Barclay,pag. 35-36
[6] W.Barclay,pag. 35-36