Un hombre se encontraba perdido en las afueras de una ciudad postapocalíptica. Se encontró en una encrucijada donde debía elegir entre ir a un lugar oscuro habitado por mutantes o encontrar su redención. Al elegir este último camino, cesaron las desgracias y encontró paz.
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Camino a la liberación
1. 1. TEXTO ORIGINAL
Un hombre iba caminando, y al doblar la esquina, vio que la calle se bifurcaba hacia el
sur. Pensó que tal vez el destino lo llevaría hacia la zona oscura, donde los hombres de
hielo hacían sacrificios y ofrendaban animales al Dios Sol.
Una jauría de perros hambrientos acechaba a los pordioseros, mientras enfrente, los
otros harapientos aullaban un léxico incomprensible.
No pudo ingresar al recinto porque una intensa bruma condujo a oscurecerlo todo.
Entonces los dioses escucharon las plegarias, los hombres de hielo lloraron, los perros
se durmieron, los harapientos callaron. Y él, finalmente supo que su búsqueda había
llegado al fin.
2. 2. REPRODUCCIÓN MNÉMICA: A LOS DIEZ DÍAS
Un hombre estaba perdido y se encontró en una encrucijada: o iba a la oscuridad o
salvaba su alma. La zona oscura estaba plagada de rituales y sacrificios, hacía frío y
nevaba. Había desolación y animales salvajes comían los despojos de los que habían
sobrevivido a un cataclismo.
De pronto, comenzó a llover y a llover, y llovió tanto que al final el hombre se sintió
purificado y las almas de los sobrevivientes alcanzaron la paz definitiva.
3. 3. REPRODUCCIÓN MNÉMICA: A LOS CINCO MESES
Alguien estaba perdido en una ciudad que parecía haber sobrevivido a una especie de
Apocalipsis.
Era un escenario como de ciencia ficción. En ese lugar de la ciudad habitaban los
hombres de hielo, que eran como una especie de mutantes, que habían resistido al
cataclismo.
El relato comenzaba con la descripción del personaje central. Alguien que estaba solo y
como perdido en las afueras de la ciudad. El escenario era medio lúgubre: había
pordioseros y perros vagabundos. Las calles eran de tierra. En algún momento tenía
que decidir ir hacia un lado o hacia otro.
Luego de tomar la decisión ocurrió algo mágico: de pronto ciertos hechos que
simbolizaban pesares, cesaron. Entonces el personaje se sintió aliviado y sintió que se
había sacado un peso de encima. Creo que parte del peso estaba dado porque los
hombres de hielo perdieron sus antiguos poderes, pero no estoy seguro. Luego de
varios años de no leer el texto
4. 4. REPRODUCCIÓN MNÉMICA: UN AÑO DESPUÉS
Unas personas estaban perdidas en las afueras de una ciudad.
Era un barrio medio marginal. Había linyeras y perros vagabundos.
Había un personaje central. El personaje llega a una encrucijada en el camino que
representaba alegóricamente ir para el lado de una purificación o elegir una vida
errónea.
Lo malo se simbolizaba por un grupo de animales mutantes y despiadados donde se
hacían sacrificios con animales y con humanos.
Lo bueno ocurrió cuando el personaje eligió la encrucijada del bien.
Entonces, finalmente llovió y todos se liberaron: los malos se portaron bien y lloraron
y el personaje principal respiró aliviado.
5. 5. REMEMORACIÓN Y ANÁLISIS REFLEXIVOS VARIOS AÑOS DESPUÉS
1) Contexto: reflexiones sobre elaboración y la historia del texto
Hacia 2008 o 2009 quise ejemplificar el método de Bartlett de las reproducciones
seriales de un texto. Esto es, intentar reproducir el contenido de un texto a lo largo del
tiempo, a efectos de poner de manifiesto su evolución en la memoria. Cómo el
recuerdo del texto se va transfigurando. Qué es lo que permanece inalterable. Qué se
distorsiona. Qué se omite. Qué se agrega. Qué se esquematiza. Etc.
Entonces escribí una primera versión del texto a explorar. Quizás en el mismo acto,
dejando pasar algunos minutos, realicé la primera memorización. Probablemente esa
primera versión fue la cabal expresión de mi recuerdo.
Ahora no recuerdo si la tercera versión fue también forjada en esa misma sesión,
intentando simular cómo un texto original podría luego distorsionarse. En las sucesivas
versionas, me resulta imposible discriminar ahora cuánto hubo de recuerdo genuino y
cuánto de invención orientada a ejemplificar exageradamente el espíritu de las
investigaciones de Bartlett.
Sí recuerdo haber leído en clase al menos unas 10 veces el contenido de toda la serie.
Lo que no puedo ahora precisar en mi recuerdo es qué correspondía a cada de una sus
diferentes versiones. Diría que algunos detalles de las posteriores versiones
probablemente interfieran el recuerdo de la primera.
La lectura de los textos en clase suscitaba, en general, algunas risas. Ciertamente, era
consciente de alguna exageración en algunos de los relatos. En particular recuerdo uno
donde el final suponía una interpretación alegórica de su sentido que, en principio,
parecía impactar como demasiado fantasiosa o arbitraria (en rigor, dicha exageración
obedecía a una razón precisa: ilustra el destino de esquematismo al que convergen los
recuerdos; por otra parte, también expresaba un sentimiento de base que inspiró el
texto aun cuando no terminó de plasmarse en la letra escrita de la versión original)
2) Memoria y metamemoria (reflexiones sobre la memoria) del texto
Recuerdo de la versión original del texto:
Al inicio, probablemente, se presentaba el escenario. Calles de tierra que podían
corresponderse con una de las tantas postales de lo que se denomina “conurbano
profundo”; aunque esa referencia no se mencionaba explícitamente. Sí se
mencionaban la existencia de “perros vagabundos”, o quizás perros, por una lado, y
(hombres) vagabundos, por otro. La descripción del paisaje parecía tener cierto
movimiento desde un virtual centro hacia la periferia del camino. Específicamente,
podría haberse escrito algo del estilo de “al final del camino o de la calle” El final de
esa escena estaba dado por la descripción de que “el camino se bifurcaba”. Al
6. respecto, podría haber alguna referencia a los puntos cardinales (sur, oeste, etc.) para
precisar el sentido de la bifurcación.
No recuerdo la transición de esa primera escena a la próxima. Tampoco podría
determinarla. Me aventuraría a decir que recién allí aparece el personaje central de la
narración. Diría que aparece a partir del dato de que en la bifurcación él decide o elije
ir hacia un lado y no hacia el otro. Ciertamente, podría haber aparecido antes, desde el
inicio del relato. Por ejemplo, el relato podría haber iniciado con la sentencia
impersonal de alguien que caminaba por unas calles de tierra.
Emergencia de un fragmento de recuerdo: Otro aspecto de la escena inicial es la
existencia de “mendigos harapientos”, que ahora acabo de recuperar. En tal sentido,
creo que la combinación entre “perros vagabundos”, “mendigos harapientos” y “calles
de tierra” era lo que confería entidad al escenario inicial. Y más precisamente, creo
que ese escenario es lo que confería un tinte emocional al momento de la
presentación del personaje (algo así como: un hombre extraviado que camina sin
rumbo fijo en la periferia de los arrabales de una ciudad o pueblo)
La segunda escena que recuerdo era de corte netamente fantástico. El personaje
arribaba (no recuerdo cómo, ni tampoco si eso se manifestaba en el texto) a una
especie de ciudad mítica donde habitaban “los hombres de hielo que hacían
sacrificios” (la adición de esta mitología al texto original creo que podría haber
obedecido al logro de una semejanza con el texto clásico utilizado por Bartlett, donde,
según mi fragmentario recuerdo, ocurren hechos cuasi fantásticos, como sacar espuma
por la boca en personajes que podrían ser miembros de una tribu aborigen)
Creo que en la descripción del paisaje se deslizaba un tinte misterioso o lúgubre;
aunque no recuerdo sí existían elementos lingüísticos que transmitían la idea más allá
de la figura de “los hombres de hielo que hacían sacrificios”
Creo que cuando el personaje llegó a esa ciudad o antro asistió a un ritual de sacrificio
que produjo una transformación mágica. A mi memoria acude el eco de una frase
larga, enumerativa y emotiva cuya estructura recuerdo, pero no el contenido
enumerado (que refería a tipos de personas al estilo de “los hombres de hielo”, “los
harapientos”, etc.): “Entonces los (…), los (…) y los (…) Aunque no recuerdo las palabras
que daban carnadura a la frase, sí me resuena su tinte emocional: todos los tipos de
personas enumeradas sintieron una especie de liberación. Algunos seguramente
lloraron. Probablemente alguien se sintió liberado de algo (una opresión indefinida, la
“expiación de una antigua culpa”, etc.) Creo que el personaje central compartió ese
sentimiento, muy cercano al tipo de alivio que sobrevive a una revelación. Aunque
supongo que en el texto no se aclaraba bien de qué se liberaba y por qué ocurrió la
liberación. A modo de reminiscencia me bien la frase: “los niños lloraron”
A nivel de la estructura propositiva global, aunque no creo que el texto fuera explícito,
pienso que se deslizaba la idea general de que el personaje deambula sin rumbo fijo
pero, acaso sin saberlo, se acerca a una revelación que lo libera de alguna vieja
angustia enquistada en su ser. No obstante, aunque creería que es así, no descarto que
ese significado propositivo-alegórico pueda haber surgido en una de las versiones
posteriores del texto
7. Recuerdo de versiones posteriores
Aquí mi recuerdo se torna fragmentario, casi nulo. Arriesgaría a que hubo cinco
versiones del texto (incluida la original). Diría que la segunda versión era muy parecida
a la primera, salvo detalles puntuales. El cambio más radical probablemente apareció
en la tercera o cuarta versión. Allí lo narrado fue muy esquemático al estilo de: “una
persona tenía que decidir un rumbo en su vida. En el texto tal disyunción se expresaba
en la idea de un camino que se bifurcaba. Si elegía una rama, entonces incurriría en un
error. Y viceversa. Finalmente eligió el camino correcto y se sintió liberado” Creo que
lo hacía fantasiosa a esa versión era, por una parte, la interpretación alegórica de un
contenido original que no parecía pretenderla. Pero además, el carácter de dilema
moral que representaría esa alegoría. En efecto, creo que en el texto se decía que el
personaje debía optar entre elegir el camino del bien y el del mal. Lo cual sonaba a un
componente claramente interpretativo que desbordaba ostensiblemente el significado
de la versión original.
Posibles antecedentes en mi memoria que emergieron en el texto original (quizás de
un modo cercano al de la memoria implícita inconsciente)
En relación al origen del texto que elaboré, sobrevienen a mi memoria dos
antecedentes de huellas mnémicas almacenadas en mi memoria de largo plazo
episódica.
1) La película argentina “El tueno entre las hojas”. Una película emblemática del
género erótico protagonizada por la actriz Isabel Sarli, un símbolo e ícono sexual de
los años 60 y 70. La trama gira alrededor de la lujuria y codicia de un grupo de
hombres en un obrador en la selva litoraleña, obsesionados por la “salvaje belleza”
de la protagonista. La disputa entre ellos por poseer a la mujer culmina en muerte
y tragedia. Pero luego, hacia el final, sobrevive una tormenta, se escucha un trueno
y, finalmente, parece reinar la calma. Entonces la protagonista en off declama un
discurso alegórico y religioso-moral.
2) “La sombra del alemán”. Un cuento que escribí como variación a un fragmento de
“Los siete locos” una novela de Roberto Arlt. Allí también acontecía un hecho
mágico que liberaba al personaje de una antigua opresión (la sombra del alemán)
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8. Reflexión final
La serie de textos anteriores y los análisis finales conforman un caso de investigación
de memoria episódica autobiográfica. Tal como procedió Ebbinghaus con el método
del ahorro donde era su propio sujeto, tal como procedió Freud con su etapa de
autoanálisis; la exploración que antecede supone un ejercicio reflexivo sobre la propia
memoria. Crear una historia, recordarla, recrearla en los sucesivos ensayos, olvidarla,
intentar recuperarla, buscar antecedentes remotos que arrojen alguna luz sobre su
9. génesis. Cualquiera puede hacerlo. Solo basta la curiosidad de querer saber sobre
nuestros propios recuerdos y reflexionar sobres su naturaleza
PD: Luego de escribir esta última etapa, procederé luego a releer las sucesivas
versiones que lo anteceden. Acaso me sorprenda, sea por la verosimilitud de mis
recuerdos, sean por los olvidos, adiciones, distorsiones y/o exageraciones. Eso
comportará un nuevo capítulo de esta particular indagación.
Adición de 2018:
Al releer el texto original me ocurrió lo siguiente:
1) Me sorprendió la extensión breve del texto. En mi recuerdo era bastante más
extenso (probablemente mi original fue un manuscrito con varias tachaduras).
Esta circunstancia me recordó una frase de Ernesto Sábato: “Cuando volvemos
a la casa de la infancia, la vemos ridículamente pequeña”
2) Juzgué que el sentido general del texto era bastante cercano al original.
3) No obstante, creo que, en alguna medida, tendí a fundir las diferentes
versiones del texto. Es decir: junté recuerdos originales con recuerdos de
recuerdos.
4) A nivel de los detalles, creo que mi recuerdo fue variado: hubo precisos pero
también claras omisiones, agregados y distorsiones.