1. Profesora: Casilda Rhudylerxis Ventura, MA.
El Sistema Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología de la República
Dominicana lo componen el conjunto de instituciones que de manera explícita están
orientadas al logro de los fines y objetivos de la educación superior y del desarrollo
científico y tecnológico del país.
La educación superior es fundamental para el desarrollo de la sociedad, en tanto que de
ella depende su capacidad de innovación y promueve la producción, apropiación y
aplicación del conocimiento para el desarrollo humano sostenible, y la promoción de
valores y actitudes que tiendan a la realización del ser humano, ampliando sus
posibilidades de contribuir al desarrollo de la sociedad en su conjunto y a la producción
de bienes y servicios.
La educación superior latinoamericana tiene sus orígenes más antiguos en la
Isla Hispaniola, en el 1505. Los franciscanos abrieron un colegio en el cual se
enseñaban rudimentos de gramática, latinidad y religión.
La historia del Sistema Educativo de la República Dominicana tiene su
renovación mediante la Ley No.66-97 del 15 de Abril de 1997, la cual sustituye
la antigua Ley del año1951 que regulaba dicho Sistema. La organización del
Sistema educativo este cubre los siguientes niveles: Preescolar, Inicial o
Básica, Media o Secundaria y Educación Superior.
La educación superior de la República Dominicana, ha experimentado cambios
espectaculares en las últimas cuatro décadas. De menos de 3,000 estudiantes
y una sola institución de educación superior hasta el inicio de la década de los
años 60, al 1986 ya el país constaba con 26 instituciones educativas de este
nivel y con una matrícula de más de 124,000 estudiantes.
Hasta el año 1960 sólo existía la Universidad de Santo Domingo, hoy Universidad
Autónoma de Santo Domino (UASD. Esta institución, la primera de su género en el
Continente Americano, fue establecida originalmente como Universidad Santo Tomás
de Aquino mediante la Bula "IN APOSTULATUS CULMINE" emitida por el Papa
2. Paulo III el 28 de Octubre del año 1538, más tarde, en el año 1962 fue creada la primera
universidad privada del país Universidad Católica Madre y Maestra (UCMM) mediante
la Ley 6150/62.
El año 1983 marca una etapa importante en la historia de la educación superior
dominicana con la creación mediante el Decreto 1255/83 del Consejo Nacional de
Educación Superior (CONES), y con él un marco regulatorio complementario
(Reglamento de Educación Superior Dominicana). A partir de ese momento, si bien el
otorgamiento de nuevas franquicias universitarias las continuaba otorgando el
Presidente de la República, estas decisiones descansan en recomendaciones del CONES
con base en evaluaciones técnicas de los proyectos correspondientes. Desde el año
1983 hasta la fecha se han creado 23 instituciones, las cuales representan un 6.2% del
total.
La República Dominicana cuenta con un sistema de educación superior
compuesto por instituciones de características diferentes ya que existen 28
universidades y 7 Institutos de Educación.
Las universidades son principalmente privadas y solamente existe una
universidad pública con ocho extensiones en varias ciudades del país. Las
instituciones privadas surgen en la década de los sesenta.
La cobertura de la educación media se ha elevado notablemente en la presente década.
Mientras en 1990 apenas existían unos 199 mil alumnos en los subsectores público y
privado, equivalentes a un 34% de la población entre los 14 y 17 años, para el año
escolar 1997-98 se contaban unos 330 mil estudiantes asistiendo a los centros de
educación secundaria, para una tasa bruta de matriculación de la cohorte de edad
correspondiente que asciende a alrededor de un 46%.
A esta expansión de la educación media han contribuido enormemente dos factores: el
proceso de mejoramiento general de la economía, caracterizado por un crecimiento
sostenido del producto per cápita desde 1992, con bajas tasas de inflación, y el hecho de
que la política oficial respecto a la educación haya experimentado algunos cambios en
3. dirección positiva, incluyendo la dotación de más recursos públicos y la introducción de
algunas innovaciones en cuanto a la forma de proveer el servicio educativo.
En los últimos 5 años se produjo un notable crecimiento de la matrícula estudiantil de
las IES del país. D e 127,409 estudiantes en 1994; esta aumentó a 176,935 en el 1997,
cerca de 50 mil estudiantes más en tan sólo cuatro años, para una tasa de crecimiento
global durante dicho período de un 28%, lo que representa un promedio anual de 9.3%.
El mayor crecimiento se experimentó en el año 1996, en donde la matrícula creció en un
15.4% con respecto al año 1995, seis puntos más que el crecimiento promedio anual del
período 1994/97.
Existe un consenso generalizado en el sentido de considerar la pertinencia de la
educación superior como el rol que ésta asume en atención a las demandas actuales y
futuras de la sociedad en la que está inserta; implica, hasta cierto punto, la razón de ser
de las instituciones de educación superior.
Aunque la mayoría de las universidades dominicanas son privadas y en esa
condición están dirigidas por organismos colegiados en donde participan
profesionales liberales de ejercicio privado, empresarios, religiosos y
académicos, podríamos decir, en sentido general, que no han sido los
empresarios los que han tenido el liderazgo en la dirección de estas
instituciones. Estos han sido vistos por la Academia como una fuente de obtención
de recursos financieros más que en su rol de vinculación orgánica del quehacer
empresarial con el universitario.
En cuanto a la Eficiencia Interna y Externa de la Educación Superior,
podemos destacar que los graduados por el sistema de educación superior en
período 1992/1997 totalizan 58,320 profesionales y técnicos. Si bien esta totalidad en
principio es adecuada, debemos destacar que carreras fundamentales para el desarrollo,
y considerando las perspectivas y desafíos del mundo actual, tiene una muy baja
participación en los resultados del período. Por ejemplo las carreras de Electrónica,
Electricidad, Electromecánica y Mecánica.
Analizando la Situación de la Investigación en las Instituciones de Educación
Superior; se observa que los programas académicos de las universidades están
limitados casi exclusivamente a la función de docencia u oferta de carreras. Según se
4. constata en el Diagnóstico de Educación Superior Dominicana (1986), el área o función
de Investigación es prácticamente inexistente. Apenas cinco (5) Instituciones de
Educación Superior ejecutaron proyecto de Investigación durante el período 1981, 1985,
para una cantidad de 107 proyectos. Esta realidad se corresponde con la exigua cantidad
de académicos dedicados a la labor Investigativa.
Sobre la demanda efectiva de las universidades, según datos estimados, en 1997
cursaban estudios en universidades unos 177 mil alumnos, lo que daría una tasa bruta de
matriculación del grupo de edad relevante de 18.5%.
En base a la Proyección de la oferta de educación superior, hemos ido evolucionando,
pues, En el país existen actualmente 28 centros de educación superior catalogados como
universidades y otros siete institutos autorizados a impartir enseñanza superior. Cuatro
décadas atrás apenas existía una universidad, de carácter público.
Con respecto al financiamiento de la educación superior, existen datos estimados de
1998 indican que el país destinó al financiamiento universitario en 1998
aproximadamente unos RD$2,917.1 millones, de los cuales, RD$887.1 millones –el 30
por ciento- constituyeron el financiamiento público y los 2,030 millones de pesos
restantes el aporte privado, en gran medida proveniente del cobro de matrícula a los
alumnos. En la cifra de gasto público en educación superior, se incluyó en su totalidad,
además de las transferencias que aparecen registradas en la ejecución presupuestaria de
múltiples Secretarías de Estado hacia universidades, asociaciones de estudiantes
universitarios y otras entidades vinculadas con la educación superior.
Al comenzar el año 1980, El presupuesto público para el sector educativo en general de
apenas algo más del 2% del PBI, llegó a bajar hasta menos del uno por ciento en 1991 y,
tras mucho más de una década, volvió a superar el 2% en 1996. Para el 1998 el gobierno
destinó a la educación superior el 0.37 por ciento del PBI. Esta es una cifra
extremadamente baja, a pesar de que constituye un progreso formidable si se compara
con 1990, cuando era el 0.14%. Ahora bien, recordemos que la UNESCO está
recomendando un 7% del producto para toda la educación, incluyendo un 2% para el
nivel superior.
5. Varios estudios económicos realizados en múltiples países han demostrado que el gasto en
educación superior es altamente rentable, no sólo socialmente, sino más que nada a nivel
privado. La formación universitaria constituye una inversión que ofrece la perspectiva de
una gran rentabilidad, social y personal. Por eso se plantea que el financiamiento público a
la formación de profesionales no necesariamente tiene que ser gratuito, por lo menos no
sin algunas condiciones. En función de lo anterior, se propone que en el mediano plazo el
crédito estudiantil debe ser el criterio prevaleciente, más que la beca.
Según Informe sobre la Calidad en la Educación Dominicana, realizada por Silié (2004),
afirma:
El Sistema de Educación Superior necesita profundizar su desconcentración y
descentralización, a fin de democratizar el acceso a la educación superior y
posibilitar mejores oportunidades y opciones educativas a la población
dominicana. E n este sentido, se requiere crear vínculos por territorios y por
sectores económicos, culturales, políticos y sociales, para 41 cualificar el
Sistema en base a un balance entre las necesidades propias de estos sectores y
las de la sociedad como totalidad. E n consecuencia, el Sistema debe definir los
roles y los mecanismos de integración y de participación de todos los sectores y
actores de la educación superior, en la toma de decisiones relativas tanto al
currículo como a los demás aspectos del proceso educativo.
El avance y buen desempeño de nuestra educación superior dependen enteramente de la
voluntad para cumplir con las disposiciones legales contenidas en la ley 139 -01 de
Educación Superior, Ciencia y Tecnología, que contiene los planteamientos de una ley
futurista, pues sus postulados se complementan con los paradigmas nuevos de la
sociedad del conocimiento, la gestión del conocimiento y la economía del
conocimiento. Estas perspectivas dependen enteramente de la priorización del gasto
consignado para educación superior, y la correcta distribución de sus partidas, que
permitan entender que la calidad de la educación superior, es una prioridad y un
compromiso a cumplir para poder acercarnos un poco al cumplimiento de los objetivos
del milenio.
6. Un país sin educación basada en competencias y desordenado por culpa de la inequidad
social no puede competir con nadie y terminará siendo presa de los países cuyos
indicadores de competitividad lo superen.
Entendemos que la educación Superior en la República Dominicana presenta varios
desafíos como son el iincrementar la calidad y el nivel de formación de los graduados,
solucionar el bajo rendimiento académico, rrenovar los mecanismos de admisión y de
vinculación con el nivel medio, ddiseñar y utilizar un sistema de información para la
educación superior, diversificación de la asignación de los recursos estatales,
fortalecimiento de la vinculación con el sector productivo y la sociedad, etc.
La educación superior tiene como metas, la diversificación de la oferta con garantías de
calidad y de cara a las necesidades de la sociedad actual, La renovación de los estilos
de gestión, una adecuada distribución de los recursos públicos entre las instituciones,
incremento de los mecanismos de coordinación entre las instituciones y con los otros
niveles educativos, entre otras. Para el logro de las mismas se deben implementar
estrategias y programas tales como; una nueva Ley de Educación Superior, el
establecimiento de un programa de aseguramiento de la calidad, un sistema de
evaluación y acreditación, y un nuevo sistema de asignación de los recursos públicos a
través del crédito educativo
Referencia
http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001495/149558so.pdf