Los alimentos enriquecidos son aquellos a los que se les agregan nutrientes esenciales para resolver deficiencias nutricionales colectivas. Se caracterizan por contener nutrientes añadidos como vitaminas, minerales y ácidos grasos. Solo se permite enriquecer alimentos cuando una autoridad sanitaria determina los nutrientes y concentraciones necesarios, y cuando las deficiencias no pueden corregirse de forma económica con una dieta normal. Existen tres tipos de enriquecimiento: restauración, fortificación y estandarización.