1. Perspectivas para América latina América latina se encuentra sumida en una situación de crisis estructural que se manifiesta a partir de aspectos concretos: un aumento del desempleo que supera el 8 % promedio en la región, más allá de las diferencias que muestran algunos países; un creciente déficit comercial que hacia 1997 superaba los 28.000 millones de dólares; el aumento explosivo de la deuda externa latinoamericana que ronda los 637.000 millones de dólares; una especialización productiva que limita el crecimiento de estos países por estar vinculada con la producción de bienes de bajo valor agregado (hidrocarburos y productos agropecuarios); una industrialización altamente dependiente del exterior; un crecimiento económico que se expresa por el incremento del PBI latinoamericano en un promedio del 3 % entre 1990 y 1996, pero que contrasta con el nivel de pobreza que según la UNICEF, aumentó desde 1970 en un 37 %. Esta crisis estructural remite a su propia conformación como economía dependiente, que tal como se presenta a lo largo del capítulo, es producto de un proceso que involucra el contexto internacional, regional y nacional.
2. Ello se visualiza, por ejemplo, a partir de la implementación de políticas de ajuste en algunos países, en esta última década. Tal es el caso (aunque con sus especificidades) de México, Brasil, Chile y la Argentina. Dichas políticas se inscriben en un contexto más amplio dado por la reestructuración económica mundial, en la que los cambios tecnológicos y productivos y las nuevas organizaciones de las empresas, influyan también en las economías de nuestros países. Ello sin olvidar uno de los ejes de esta trama que es el endeudamiento extemo; el mismo ha llevado a los países deudores a una mayor dependencia respecto del exterior a partir de las deudas que mantiene con organismos acreedores como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otros grandes bancos internacionales.
3. Más allá de los casos particulares, lo cierto es que este estado de cosas trae aparejadas situaciones de deterioro social y económico que se vinculan a un aumento de la pobreza, del desempleo y fundamentalmente, la profundización de una constante en toda América latina: las graves desigualdades sociales.Estas desigualdades constituyen fuentes de conflictos, por ejemplo, en algunas áreas rurales de Brasil entre los campesinos sin tierra y los hacendados, que concentran la propiedad de las mismas. Estas disparidades también se manifiestan en las ciudades, donde existen amplias franjas de población que no tienen acceso a condiciones mínimas de bienestar (una vivienda digna, agua potable, cloacas, etc.). Es el caso como ya dijimos, de las villas miseria en la Argentina, las chabolas en México o las favelas en Brasil.
5. Ante esta realidad que viven nuestros países, ¿qué estrategias se han imple mentad o para superar los problemas? Una de ellas es la integración. Desde los años 60, han habido intentos de integración regional para fortalecer las respectivas economías: la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), el Grupo Andino en 196!) (Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Colombia), la Comunidad del Caribe, la Asociación Latinoamericana de Integración en 1981 (ALADI) que nuclea a los integrantes del Pacto Andino con México y Chile, e incorpora a la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, Estos cuatro últimos países han conformado desde 1991 el Mercado Común del Sur o Mercosur. Así es que se han producido asociaciones para alcanzar distintos fines: políticos, zonas de libre comercio, mercados comunes; en definitiva, manifestaciones diversas que impulsan la idea de cooperación y la complementariedad entre los países latinoamericanos ante una problemática común. GARCIA, Patricia A. :”Geografía, temas del Mundo actual” p. 268-269