1. Lección 1
Historia de la Antigua Roma
El surgimiento de Roma. En el 753 a. C. se fundó a orillas del río Tíber una ciudad
que dominaría Europa durante siglos: Roma. Inicialmente la ciudad no tuvo gran
importancia, era un puerto más de las rutas costera de la sal, pero bajo reyes de origen
etrusco, como Tarquinio el Soberbio, realizó campañas expansionistas que le
permitieron controlar el Lacio.
La monarquía Romana. La monarquía romana (en latín, Regnum Romanum) fue la
primera forma política de gobierno de la ciudad-estado de Roma, desde el momento
legendario de su fundación el 21 de abril del 753 a. C., hasta el final de la monarquía en
el 510 a. C., cuando el último rey, Tarquinio el Soberbio, fue desterrado, instaurándose
la República Romana. Aunque los orígenes de la ciudad son imprecisos, parece claro
que fue la monarquía su primera forma de gobierno, un dato que parecen confirmar la
arqueología y la lingüística. La mitología romana vincula el origen de Roma y de la
institución monárquica al héroe troyano Eneas, quien, huyendo de la destrucción de su
ciudad, navegó hacia el Mediterráneo occidental hasta llegar al territorio que
actualmente corresponde a Italia. Allí fundó la ciudad de Lavinium; posteriormente su
hijo Ascanio fundaría Alba Longa, de cuya familia real descenderían los gemelos
Rómulo y Remo, los fundadores de Roma.
El imperio romano. Característica del siglo II a. C. es la proliferación de esclavos que viven en
estado salvaje, en haciendas abandonadas. Una conspiración de esclavos con ramificaciones por
toda Italia, fue abortada en Apulia, y siete mil esclavos fueron apresados y condenados a muerte
(185 a. C.). También hubo insurrecciones de esclavos en Etruria (196 a. C.), y Lacio (198 a. C.).
Desde el punto de vista económico, la base agrícola varía bastante según las zonas. En el Valle
del Po predomina el pequeño campesinado que convivía con los grandes dominios. El cultivo de
cereales, cultivo idóneo para la zona, tiende a desaparecer. Etruria y Umbría son tierra de
ciudades, cuya organización dificulta el progreso del campesinado. En el Lacio, la situación es
similar a la de la propia Roma. En el Sur las ciudades están arruinadas y existe poco
campesinado. A principios del siglo II la población de Roma decreció debido a las guerras, pero
amediados de siglo se recuperó para volver a descender en las dos o tres últimas décadas, en
Italia a causa de las guerras y las emigraciones (el descenso en Italia entre 130 y 100 a. C. fue de
aproximadamente del 25%). El siglo II a. C. supone un gran avance para el desarrollo de las
ciudades romanas. Las influencias orientales son decisivas para este avance, que permitió crear
ciudades modernas, con un desarrollo adecuado para las pequeñas ciudades. Con el desarrollo
del urbanismo se construyen los primeros acueductos dignos de este nombre (en Roma, el tercer
acueducto de la ciudad, y primero moderno, llamado Marcia, se construyó antes del 144 a. C.), y
se efectuaron numerosas obras (como las cloacas de Roma, empedrado de calles, edificios, etc.).
A principios del siglo V, las tribus germánicas, empujadas hacia el Oeste por los pueblos hunos,
procedentes de las estepas asiáticas, penetraron en el Imperio Romano. Las fronteras cedieron
por falta de soldados que las defendiesen y el ejército no pudo impedir que Roma fuese
saqueada por visigodos y vándalos. Cada uno de estos pueblos se estableció en una región del
Imperio, donde fundaron reinos independientes. Uno de los más importantes fue el que derivaría
a la postre del Sacro Imperio Romano Germánico. El emperador romano ya no controlaba el
imperio, de tal manera que en el año 476, un jefe bárbaro, Odoacro, destituyó a Rómulo
Augústulo, un niño de 10 años que fue el último Emperador Romano de Occidente y envió las
insignias imperiales a Zenón, Emperador Romano de Oriente.