El conductivismo ve al aprendizaje como un proceso de estímulo-respuesta donde el docente conduce y estimula al alumno pasivo a través de recompensas para que memorice y repita la información. El constructivismo considera que el aprendizaje solo es posible mediante el desequilibrio cognitivo que lleva al alumno activo y reflexivo a formar sus propias concepciones a través de oportunidades y materiales provistos por el docente.