El Evangelio de Juan presenta una perspectiva única sobre Jesús como el Verbo hecho carne. Fue escrito probablemente alrededor del año 70 d.C. para demostrar tanto a judíos como gentiles que Jesús es el Hijo de Dios y Salvador del mundo a través de sus señales y milagros. Su propósito es evangelístico y apologético, para que los lectores crean en Jesús y tengan vida eterna.