Este documento discute las bases psicológicas del aprendizaje, enfocándose en las representaciones implícitas. Explica que las representaciones implícitas son un saber hacer más que un saber decir, y que frecuentemente hay una disociación entre representaciones implícitas y explícitas. También describe tres teorías implícitas relacionadas con concepciones sobre el aprendizaje: directa, interpretativa y constructiva.
3. Algunos de estos rasgos que identifican a las representaciones
implícitas en su origen, nos informan sobre su funcionalidad
cognitiva.
Las representaciones implícitas, son ante todo un saber hacer más
que, como en las representaciones explicitas, un saber decir.
Con sus diferencias, desde todos estos enfoques, se destaca que
ese saber practico o en acción no siempre puede ser traducido a
un saber explicito o declarativo y que, con frecuencia, hay una
notable disociación entre uno y otro, entre las representaciones
implícitas y las explicitas, por utilizar nuestros propios términos.
Los objetivos de la educación y de formación docente reduciendo
la distancia de lo que decimos y hacemos que las
representaciones implícitas.
Crear nuevas zonas de desarrollo próximo para las practicas de
aprendizaje y enseñanza.
Las representaciones implícitas tienen una funciones
paradigmáticas que nos proporcionan respuestas a preguntas no
hechas.
4. Al final de este capítulo volveremos a reconsiderar estas relación pero
por ahora baste señalar que el saber hacer representaciones
procedimentales y el saber decir representaciones declarativas
constituyen desde el punto de vista cognitivo sistemas diferentes.
Esta diferente función cognitiva de unas y otras representaciones,
tienen dos consecuencias importantes.
En primer lugar, mientras la acción pragmática serviría para predecir o
controlar lo que sucede en el mundo, y en esa medida estaría dirigida
al objeto de la representación, la acción epistémica serviría para
cambiar nuestra relación con el mundo a través del cambio de
nuestras representaciones, y por tanto debería explicitar como
mínimo nuestra actitud representacional con respecto a ese objeto.
En segundo consecuencia, no menos relevante, de la naturaleza
pragmática de nuestras representaciones implícitas es que lejos de
constituir pragmática de nuestras representaciones implícitas es que
lejos de constituir concepciones erróneas, tal como se han
denominado.
5. EL CAMBIO DE LAS REPRESENTACIONES
IMPLICITAS
Son el producto de actividad de un sistema cognitivo implícito.
Los sistemas de aprendizaje implícito son como un sistema
cognitivo de guardia necesarios cotidianos
6. También el aprendizaje implícito se vasa en los procesos de la naturaleza
asociativa que detecta regularidades en el ambiente.
Las representaciones implícitas se adquieren de los procesos de
aprendizaje y la naturaleza asociativa y social.
El desarrollo de una teoría implícita requiere reorganizar
principios básicos de cambio conceptual.
7. Aunque hay diversas explicaciones de esas dificultades para lograr
un verdadero cambio conceptual, en cuyo detalle no podemos
entrar aquí, sobre todo de esas profundamente arraigadas o
encarnadas, tal vez sea que el cambio conceptual no requiere en
absoluto abandonar esas representaciones implícitas a favor de un
conocimiento más elaborado.
Por tanto, cambiar las concepciones implícitas sobre el
aprendizaje y la enseñanza requiere no solo explicarlas, sino ser
capaz de integrarlas jerárquicamente, o reescribirlas
representacionalmente encarnadas que nos proporciona nuestro
equipamiento cognitivo.
Las teorías científicas por ejemplo, la psicología cognitiva del
aprendizaje o los modelos elaborados por la psicología de la
educación pueden reescribir nuestras experiencias
encarnadas, sensibles, pero no al revés.
8. LAS REPRESENTACIONES COMO
TEORIAS IMPLICITAS.
El aprendizaje y la enseñanza, constituyen verdaderas
teorías implícitas, no solo estamos sosteniendo que tienen
una naturaleza implícita, es decir, que se acercan a los
rasgos atribuidos al extremo más implícito en los continuos
presentados en las paginas precedentes, sino también que
tiene una naturaleza teórica.
Un ejemplo claro de esta interpretación de las
representaciones en forma de toarías basadas en ciertos
principios lo proporcionan los estudios sobre de teorías de la
mente.
Esa teoría de la mente aplicada al mundo de las personas
se basa en ciertos principios que difieren de los principios
subyacentes a las teorías que esos mismos niños tienen
para interpretar los sucesos físicos.
9. Existen diferentes enfoques en el estudio de las
concepciones de profesores y alumnos sobre el aprendizaje y
la enseñanza, cada uno asume una posición diferente con
respecto al origen, la naturaleza cognitiva y los procesos de
cambio de esas concepciones.
Para progresar en los modos de enseñar y aprender no hay
que presentar nuevas teorías si no modificar las creencias
implícitas arraigadas con un proceso de explicitación,
asumiendo dichas creencias se lograra el cambio ya que
Se restructueran ciertos principios.
10. • Los modelos de formación docente e incluso los propios
modelos de enseñanza de las materias a los alumnos, siguen
confiando en el poder de la palabra, del conocimiento
explicito y predicado, como el motor del cambio en la
comprensión y en la acción.
• Cambiar lo que se dice (el conocimiento explicito) no bastar
para cambiar lo que se hace (los modelos implícitos en la
acción) ni en la formación docente ni en el aprendizaje o en la
adquisición de conocimientos procedimentales.
11. La supremacía de lo teórico sobre lo practico, de lo explicito o
formal sobre lo implícito o intuitivo, aunque pudiera ser deseable
en algunos ámbitos, esta alejada del funcionamiento cognitivos
habitual, natural de la mente humana, donde mas bien tiende a
suceder lo contrario.
Lograr la primacía o el control del conocimiento explicito sobre
esas creencias implícitas es mas una conquista cognitiva y cultural,
un logro del aprendizaje y la instrucción del modo defectivo o
natural de funcionar de la mente humana; para esto es preciso
diseñar escenarios y situaciones sociales que lo favorezcan
12. Cambiar las formas de enseñar requiere cambiar no solo
nuestras creencias implícitas sino, la relación entre esas
representaciones de carácter implícito y los conocimientos
explícitos que mantenemos para esas mismas situaciones.
Los principales contrastes entre las representaciones
implícitas y explicitas, atendiendo a tres componentes
esenciales:
Los procesos de aprendizaje de esas representaciones
(origen).
Su naturaleza cognitiva y representacional (como
funcionan).
Los procesos de reconstrucción o reestructuración de
ambos tipos de representación (como pueden cambiarse).
13. El origen de las representaciones
implícitas
Adquisición de conocimiento que tiene lugar en gran
medida con independencia de los intentos
conscientes por aprender y en ausencia de
conocimiento explicito sobre lo que se adquiere
(Reber 1993).
Perspectiva evolucionista situando al aprendizaje
implícito como un sistema primario con respecto al
aprendizaje explícito.
14. Son la regularidad o el orden de esas situaciones los factores
que hacen posible la adquisición de representaciones
implícitas o intuitivas estables, de las que sin embargo
muchas veces no somos conscientes, y que incluso pueden
ser contrarias a nuestras representaciones explicitas o
conscientes. (Atkinson, 2000)
Diríamos que son un producto de aprendizaje informal se
adquieren en contextos de aprendizaje y enseñanza,
incluso de educación formal.
Los cambios en la cultura del aprendizaje son los que obligan
a ocuparse de las representaciones implícitas, a explicitarlas
y, a cambiarlas.
15. El aprendizaje implícito se compara del explicito por las
siguientes características:
Mas antiguo en la filogénesis
Mas antiguo en la ontogénesis
Independiente de la edad y del desarrollo cognitivo
Independiente de la cultura y de la instrucción
Mas robusto
Mas duradero
Mas económico
16. “Las representaciones como
teorías implícitas”
Se acercan a los rasgos atribuidos al extremo más
implícito en los continuos presentados en las
páginas precedentes, sino también que tienen una
naturaleza teórica, es decir, que son
representaciones organizadas por ciertos
principios que les dan cohesión y organización, y
que por tanto su cambio implica cambiar esos
principios o supuestos en los que se basan esas
teorías implícitas
17. Gopnik y Meltzoff consideran que para
que una representación constituya una
teoría debe reunir cuatro rasgos:
Las teorías no son
entendidas
Abstracción observables, objetos
del mundo real, sino
leyes o principios de
naturaleza abstracta.
Están relacionadas entre
sí, de forma que no son
Coherencia unidades de información
aisladas.
RASGOS DE
UNA TEORIA los principios teóricos, y
las representaciones que
de ellos se derivan,
sirven para explicar o
Causalidad dar cuenta de las
regularidades del
mundo.
las teorías restringen las
posibles
Compromiso representaciones,
ontológico
asumiendo la necesidad
de un determinado
orden ontológico, cuya
violación exige una
revisión de la teoría
18. Estudios sobre las concepciones implícitas observadas en
los docentes.
Desde esta perspectiva, existen tres teorías de dominio
relacionadas con las concepciones sobre el aprendizaje:
INTERPRETATIVA
DIRECTA CONSTRUCTIVA
TEORIAS
DE
DOMINIO
19.
20. Se centra de modo excluyente en los resultados o
productos del aprendizaje.
El aprendizaje, desde esta perspectiva, promueve un
“saber más” en un sentido acumulativo extremo de
saber hacer más cosas.
Las personas asumen, desde un punto de vista
epistemológico, un realismo ingenuo.
Se considera que un alumno aprende cuando puede
representar en su estructura cognitiva una imagen del
objeto de aprendizaje tal cual es.
En todo aprendizaje hay un único resultado posible: el
óptimo, el que se corresponde con la realidad.
Aprender, entonces, es reproducir el mundo, “copiarlo”.
21. Desde el punto de vista psicológico, se asume un cierto
determinismo, al considerar que una vez establecidas las
condiciones de aprendizaje se obtienen siempre los
mismos resultados.
El aprendizaje amplía o extiende el repertorio de
conocimiento.
22.
23. El aprendizaje amplía o extiende el repertorio de
conocimiento.
El principio de correspondencia entre conocimiento y
realidad, pero asume que el aprendizaje es un proceso
que exige una actividad mental por parte del aprendiz.
El aprendizaje tiene por meta imitar a la realidad, pero
esto casi nunca es posible con exactitud.
Ubicándose así en una postura realista crítica: el
aprendizaje tiene por meta imitar a la realidad, pero
esto casi nunca es posible con exactitud
24.
25. El aprendizaje implica procesos mentales reconstructivos
de las propias representaciones acerca del mundo físico,
sociocultural e incluso mental, así como de
autorregulación de la propia actividad de aprender.
Supone que el objeto sufre necesariamente una
transformación al ser aprehendido por el sujeto, ya que
éste lo redescribe en su estructura cognitiva.
El énfasis está puesto no tanto en el producto final por
aprender, sino en el desarrollo de capacidades
metacognitivas que permitan analizar los diferentes
puntos de vista respecto de un objeto de estudio
26. El conocimiento como una construcción contextualizada
y por lo tanto relativa.
La concepción constructiva hunde sus raíces
epistemológicas en un relativismo moderado: resulta
imposible acceder a la realidad tal como es ya que el
solo hecho de conocerla implica modificarla.
El conocimiento es siempre una construcción y no una
mera réplica de la realidad, por lo tanto, no hay
conocimiento absoluto.
Desde el punto de vista psicológico, la participación del
sujeto en el aprendizaje es imprescindible. Se considera
que no existe un único resultado óptimo ya que variables
como el tipo de representaciones relacionadas con el
objeto a aprender que el alumno posee de antemano.