La composta se produce a través de la descomposición de desechos orgánicos en un ambiente húmedo y cálido con presencia de aire y microorganismos. El proceso de elaboración de la composta implica apilar capas alternas de materiales carbonados, nitrogenados y minerales en una pila, manteniendo la humedad y temperatura adecuadas. Luego de unos meses, cuando la temperatura vuelve a la normalidad y no hay malos olores, la composta estará lista para usarse como abono orgánico en el suelo.