Un niño mató accidentalmente al pato de la abuela mientras jugaba con su honda en el bosque. Su hermana lo vio pero no dijo nada. Usó esto para chantajearlo y obligarlo a hacer sus tareas. Después de varios días de ser esclavizado, el niño le confesó todo a la abuela, quien ya lo sabía y lo perdonó, diciéndole que no dejara que los secretos lo mantuvieran como esclavo.