El documento resume dos estilos artísticos medievales: el románico, que se originó en Roma y se caracterizó por representaciones bíblicas y construcciones sólidas, y el gótico, que comenzó en Francia y tenía un enfoque narrativo y devocional que mostraba a las divinidades de una manera más humana. Ambos estilos utilizaron técnicas como pintura, escultura y arquitectura.