Artículo Cambios del sistema inmunológico en la depresión .pdf

UNIVERSIDAD TECNICA DE MANABI
FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD
“CAMBIOS DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO EN LA DEPRESIÓN”
Autores: Carlos David Jimenez Fuentes1, Jorge Cañarte Alcívar2
1 Estudiantesde la Escuelade Medicina, FacultadCiencias de la Salud, UniversidadTécnica de Manabí
2 Docentede la Escuelade Medicina, Facultad Ciencias de la Salud, Universidad Técnica de Manabí.
RESUMEN
El sistema neuroendocrino y el sistema
inmunitario intercambian información a
través de moléculas químicas, que
pueden ser las citocinas, hormonas y
neurotransmisores, que en conjunto
mantienen una estabilidad o un estado de
equilibrio en él ser humano, es así como
el hipocampo juega un papel importante
en la coordinación de hormonas neutras
y neuroquímicas que intervienen en las
reacciones cognitivas ante la emoción y
el estrés, mientras que las células
inmunitarias liberan sustancias químicas
que actúan sobre el cerebro, indicándole
a este que intervenga en el sistema
inmunológico, cambiando así el
comportamiento de las personas al
reaccionar en tres niveles fisiológicos
ante el estrés y la depresión.
Cuando se generan trastornos afectivos,
fatiga, estrés, estados de ansiedad y
depresión, existe un desequilibrio que
puede generar la aparición de
enfermedades mentales, donde las
citocinas proinflamatorias intervienen
sobre el factor liberador de
corticotropina, el cual aumenta los
niveles de glucocorticoides e induce a un
estado depresivo, por otro lado, esto
genera que la interleucina – 6 (IL-6),
actúe sobre los pacientes depresivos
generando sueño y elevándose aún más
en pacientes con una depresión mayor,
afectando a más 350 millones de
personas a nivel mundial.
Palabras clave: Inmunología,
depresión, citocinas, estrés, hipocampo,
interleucina, glucocorticoides.
ABSTRACT
The neuroendocrine system and the
immune system exchange information
through chemical molecules, such as
cytokines, hormones and
neurotransmitters, which together
maintain stability or a state of
equilibrium in the human being. Thus,
the hippocampus plays an important role
in the coordination of neutral hormones
and neurochemicals involved in
cognitive reactions to emotion and stress,
while immune cells release chemicals
that act on the brain, telling the brain to
intervene in the immune system, thus

changing people's behavior by reacting
on three physiological levels to stress
and depression.
When affective disorders, fatigue, stress,
states of anxiety and depression are
generated, there is an imbalance that can
generate the appearance of mental
illnesses, where proinflammatory
cytokines intervene on the corticotropin-
releasing factor, which increases
glucocorticoid levels and induces a
depressive state, on the other hand, this
causes interleukin-6 (IL-6) to act on
depressive patients, generating sleep and
rising even more in patients with major
depression, affecting more than 350
million people worldwide.
Key words: immunology, depression,
cytokines, stress, hippocampus,
interleukin.
INTRODUCCIÓN
La salud mental hoy en día puede verse
afectada por múltiples factores, entre los
cuales se encuentran las situaciones
académicas, familiares y personales
generadoras de estrés, constituyendo así,
la presencia de depresión en los
individuos y la afección del sistema
inmunológico. En un informe de la
Organización Mundial de la Salud
(OMS) esta describe a la salud mental
como “un estado de salud en el que una
persona es consciente de su propio
potencial es capaz de manejar las
tensiones cotidianas, de realizar un
trabajo productivo, fructífero y es capaz
de retribuir a la comunidad " (1).
La depresión es uno de los trastornos que
se presenta con mayor frecuencia,
definida como problemas afectivos,
cuyas características son un estado de
ánimo deprimido, disminución del
disfrute, apatía y perdida de interés
asociado a insomnio, anorexia e ideación
suicida, en donde las citocinas
proinflamatorias del sistema
inmunológico aumentan la actividad del
factor liberador de corticotropina,
generando una hiperactividad y elevando
los niveles de glucocorticoides, a este se
suma el estrés psicológico, el cual libera
1β e IL-6 que afecta aúnmás al individuo
deprimido (2).
MARCO TEÓRICO
Según Manny P., una de las funciones
principales del cerebro es evitar que se
acumule presión o, más
específicamente, mantenerla baja,
discutiendo sobre algunas enfermedades
y simbolismo psíquico. La mente, actúa
intencionalmente para corregir
desequilibrios y sirve como regulador

metabólico de todos los
procesos orgánicos. Hay varias formas
de ver esto; por ejemplo, si tenemos
tendencia a estresarnos con facilidad,
podría tener el efecto contrario al
deseado. Siendo el inicio de una
enfermedad este pensamiento de
preocupación, frustración u odio.
Además de combatir los patógenos,
el sistema inmunológico también
promueve la inflamación. La primera
función es lo que normalmente
vemos como una señal de que nuestro
sistema inmunológico funciona
correctamente, está equilibrado y está
enfocando sus esfuerzos en las
amenazas reales para nuestro cuerpo. La
segunda función, la inflamación,
es frecuentemente el resultado de una
sobreexcitación, ya sea por introducir
sustancias tóxicas en nuestro cuerpo
(o sustancias que nuestrocuerpo percibe
como tóxicas, como es el caso de
algunas intolerancias alimentarias que la
mayoría de las personas
toleran perfectamente), o como
resultadodel estrés que hace que nuestro
sistema inmunológico luche
contra enemigos invisibles, ya no virus o
bacterias, sino quimeras, estrés y
depresión de forma permanente (3).
La depresión es una
enfermedad mental que afecta a una gran
parte de la población mundial, puede
comenzar temprano en
la vida, es crónica y recurrente, y puede
tener consecuencias fatales como el
suicidio. A nivel mundial afecta a unos
350 millones de personas y, para 2030,
será una de las principales causas de
morbilidad, según datos de la
Organización Mundial de la
Salud (OMS) (4). La ciencia
aún no comprende completamente la
conexión mente-cuerpo. Se sabe que
el sistema neuroendocrino y el
sistema inmunitario interactúan de
manera crítica, pero aún se desconoce el
sistema inmunitario, las moléculas
químicas son la unidad de intercambio de
información entre estas tres vías.
Los neurotransmisores del cerebro, las
hormonas del sistema endocrino y las
"citocinas" del sistema inmunitario (una
clase de sustancia química) también
están involucradas (5).
Las emociones definen quiénes somos y
sacan a la luz las cosas que queremos y
no queremos ser. El hipocampo es
una de las áreas cerebrales más
importantes que pueden verse
afectadas por las emociones y el estrés.
Es crucial en la formación y memoria. A

través de su impacto inhibidor sobre el
eje tal, el hipocampo regula la liberación
de glucocorticoides, estos resultados
muestran que el hipocampo juega un
papel importante en la coordinación de
las reacciones cognitivas, de hormonas
neutras y neuroquímicas a la emoción
y el estrés. El hipocampo resulta dañado
por los altos niveles de glucocorticoides
que se producen durante períodos
prolongados de estrés,
como lo demuestra la
disminución de las divisiones
dendríticas, la estructura sinóptica
terminal alterada y la inhibición de la
regeneración neuronal. Más
complicado que la simple muerte celular
en el hipocampo es cómo los
glucocorticoides afectan la fisiología de
un organismo bajo estrés.
Además de tener un impacto en la
fisiología del cerebro, los
glucocorticoides también influyen en la
inmunidad, la reproducción y el
desarrollo óseo. En algunas situaciones
estresantes, estos efectos pueden ayudar
a proteger el cuerpo, pero en otras, los
glucocorticoides pueden hacer más daño
que bien (5).
Las células inmunitarias producen
sustancias químicas que se comunican
con el cerebro, indicándole que actúe
sobre el sistema inmunitario y
cambiando el comportamiento de las
personas. Cualquier interrupción o
anomalía en esta red
de intercomunicación afecta la
homeostasis entre estos sistemas, lo
que resulta en la aparición de procesos
infecciosos, inflamatorios y
autoinmunes, así como trastornos
afectivos, síndrome de fatiga crónica y
otras condiciones. Sabemos que la
respuesta de estrés del cerebro se activa
en situaciones amenazantes porque
el sistema inmunitario responde
automáticamente a los patógenos y las
moléculas extraídas. El cuerpo humano
tiene una amplia maquinaria celular para
mantener la estabilidad o un estado
de equilibrio (5).
El sistema inmunológico reacciona al
estrés en tres niveles: fisiológico
(taquicardia, hiperventilación, etc.);
cognitivos (p. ej., problemas de atención
y concentración, etc.) y motores
(temblores, tartamudeo). Además, puede
haber cambios en el sistema digestivo
(colitis ulcerosa, estreñimiento), la piel
(prurito, sudoración excesiva) y los
genitales (eyaculación precoz,
impotencia, vaginismo y cambios en el
deseo). Tampoco se debe pasar por alto
la importancia de los desequilibrios

psicopatológicos, incluidos los
trastornos de personalidad, fobias,
miedos, adicciones, conductas obsesivas
y compulsivas, estados de ansiedad, etc.
(5).
La primera evidencia de que la depresión
o los estados de ánimo pueden provocar
o acelerar enfermedades inmunológicas
e infecciosas, se evidencio en el lupus
eritematoso sistémico (LES) y la
neurosífilis, estando estas enfermedades
relacionadas con síntomas psiquiátricos.
El papel de las citoquinas en la
depresión se deriva de la observación de
pacientes que fueron tratados
con inmunoterapia, principalmente
interferones para el tratamientode
infecciones virales (por ejemplo).La
administración de interferónestá
vinculada
a cambios conductuales y afectivos,
incluida la aparición de episodios
depresivos (6).
El sistema inmunitarioes
el encargado de localizar y eliminar los
desechos o sustancias extrañas,
pero cuando está alterado, las
reacciones suelen agravarse y
enfermedades simples tardan
más en sanar o provocan una reacción
inesperada, como en casos de
estrés, porque mantiene las defensas
del cuerpo a un nivel bajo, o
aumentando la producción de citocinas,
lo que está relacionado
con reacciones dañinas
del sistema inmunitario. Una clase
significativa de proteínas llamadas
citocinas sirve como mediador para
la comunicación en las células
vivas. Actúan ya sea
endocrinamente (entre células en
diferentes
tejidos) o paracrinamente (entre
células cercanas en el mismo tejido). El
cuerpo necesita citocinas para funcionar
correctamente,
pero cuando su producción aumenta, el
sistema inmunitario suele sufrir las
consecuencias. Esto puede conducir a la
aparición de enfermedades mentales
como la depresióny niveles más altos de
estrés (7).
Las citocinas proinflamatorias
aumentan la activación del factor
liberador
de corticotropina (CRF), lo que resulta
en una hiperactividad del
eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal
(HPA) y un aumento en los niveles de
glucocorticoides. Este proceso es cómo
las citocinas proinflamatorias ejercen su
efecto depresivo. La interleucina-6 (IL-
6) (8), por otro lado, se
ha relacionado con problemas de sueño

en pacientes deprimidos o con depresión
atípica a través de una asociación
entre citocinas IL-6 elevadas y TNF-.
También se observa niveles de IL-
6 elevados en personas con depresión
mayor (3).
Cabe señalar que, en base a numerosos
estudios, se ha determinado que un
aumento de la citocina (IL-6) provoca
una elevación de la enfermedad,
afectando el aprendizaje y la memoria,
es decir, hace que la función cognitiva
del paciente disminuya. Por su parte, el
estrés psicológico y la infección pueden
desencadenar la liberación de la citocina
IL-1 β, lo que da como resultado los
síntomas generales de la enfermedad
que se manifiestan con cualquier
infección, así como síntomas
específicos de algunos tipos
de depresión, como la anhedonia. y
disforia. Las citoquinas proinflamatorias
también pueden hacer que cambie el
metabolismo del neurotransmisor
serotonina, que es otra manifestación
depresiva que
ocurre cuando están más presentes en
el cuerpo (9).
Según varios estudios, los pacientes
deprimidos tienen niveles más altos de
monocitos CD16, células NK, capacidad
oxidativa de los monocitos y producción
de citocinas (IL-1, IL-6 y TNF-),
mientras que sus niveles de expresión de
HLA-II y el índice de fagocitosis de
monocitos es menor. La más
significativa de estas variables fue el
índice de fagocitosis (90% de
especificidad; 99% de valor
predictivo negativo) y, en menor
medida, la producción de TNF (85% de
especificidad; 98, 9% de valor
predictivo negativo), que pueden ayudar
en el diagnóstico clínico de la depresión
de más maneras (10).
DISCUSIÓN
La salud mental siendo un problema a
nivel mundial, afecta a gran parte de la
población, se presenta en forma de
depresión, ansiedad, anorexia, bulimia y
bipolaridad, que es inducida por factores
sociales, personales (estudios, desamor),
el estrés, la propia familia y la falta de
apatía por parte de cada individuo
afectado. El sistema inmunológico al ser
una línea de defensa del organismo se ve
afectado ya que este reacciona a todos
estos factores a niveles fisiológicos,
cognitivos y motores, junto con la ayuda
del sistema nervioso y la liberación de
glucocorticoides inducidos por las
citocinas proinflamatorias.

Todo esto desarrolló una ola de
investigaciones en diferentes países, ya
que a diario cientos de personas acuden
a un psicólogo o psiquiatra debido a que
su salud mental se está distorsionando y
perturbando, sin saber lo que ocurre a
nivel inmunológico, y como este afecta
las emociones y el estado de ánimo,
siendo común observar pacientes
desaminados, con pocas energías, con
irritabilidad y con asociabilidad.
El avance y la evolución de esta
enfermedad puede generar repercusiones
a nivel psicológico, inmunológico,
nervioso y endocrino, que provocan
problemas en el aprendizaje, la
interpretación y la memoria, al secretar
citocinas como la IL6 inducidas por una
depresión severa, todo esto conlleva a
que la mayoría de los pacientes al no ser
tratados a tiempo, generen ideas suicidas
y problemas de personalidad.
El medio en que cada individuo se
desarrolla y convive induce mucho a que
cada vez cientos de personas generen
inseguridades en sí mismas que sin
pensarlo afectan su salud mental e
inducen alteraciones dentro del
organismo.
CONCLUSIÓN
Se concluye que la salud mental es una
fase de bienestar que permite a las
personas hacer cara a los momentos
estresantes de la vida diaria, desarrollar
todo su potencial, estudiar, trabajar con
eficacia, y contribuir en la mejora de la
salud, sin embargo cuando se generan
problemas mentales (depresión, estrés,
ansiedad) a cualquier edad, se produce
un gran impacto en la formación, la
productividad, el funcionamiento y las
relaciones personales, que afectan al
sistema neuroendocrino e inmunológico,
que si no son tratados a tiempo inducen
a la dependencia, el abuso de alcohol,
otras sustancias adictivas, y ocasionar
ciertas enfermedades sistémicas y
orgánicas.

ANEXOS
Fig. 1 Implicación del eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA) y el sistema inmune en la respuesta neuroinflamatoria.
Fig. 2 Inflamación, estrés, depresión

BIBLIOGRAFÍA
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