Este documento describe los cuidados de enfermería para pacientes geriátricos. Incluye información sobre alimentación, aseo, movilización y técnicas de cuidado. El personal auxiliar participa en el control de líquidos, alimentación, aseo personal e higiene, y aplica técnicas para mitigar el dolor y mejorar la movilidad. Los cuidados requieren un enfoque respetuoso y atento a las necesidades específicas de las personas mayores.
3. Cuidados de Enfermería.
El personal auxiliar participa en el control del balance de los líquidos del paciente, anotando cifras, aportando líquidos y vigilando la sueroterapia.
• Interviene conociendo los hábitos sobre alimentación del anciano, elaborando dietas según gustos, enseñando al anciano la forma de utilizar los
alimentos según valores nutritivos y calóricos, administrando la alimentación al paciente cuando sea necesario, tanto por vía oral como parenteral
y enteral, y también en la recogida de parámetros nutricionales.
• Interviene en procedimientos de colocación y retirada de cuñas y botellas, sondajes uretrales y colectores; administra enemas y técnicas de
reentrenamiento vesical.
• El personal auxiliar interviene en procedimientos que intentan mitigar el dolor, como la escucha al paciente disminuyendo su ansiedad y la
administración de fármacos.
Paciente geriátrico:
Es toda aquella persona con mas de 65 años de edad, estas personas son muy
vulnerables a diversas enfermedades tales como la diabetes, enfermedades
cardiovasculares, cáncer, artritis, discapacidad auditiva, o alguna forma de demencia,
como por ejemplo el Alzheimer por lo tanto requieren una constante observación y
atención médica.
Aspectos negativos.
La soledad, el abandono y el aislamiento físico, espiritual, familiar y social en algunos casos. Los músculos están peor irrigados y pierden
contractilidad, fuerza, masa y potencia. Los hueso sufren una descalcificación progresiva, conocida como osteoporosis. Enfermedades
cardiovasculares: hipertensión arterial
Enfermedades respiratorias: gripes frecuentes, neumonías, etc.
Enfermedades del aparato digestivo: estreñimiento, divertículos, etc.
Enfermedades del sistema endocrino y del metabolismo: diabetes, obesidad, malnutrición, etc.
Enfermedades del aparato locomotor: artrosis , artritis, etc.
4. • Los alimentos deberán estar a una temperatura
adecuada: ni muy fríos ni muy calientes.
• Cuando la producción de saliva es insuficiente, lo que
dificulta la deglución, se deberán administrar alimentos
blandos y húmedos.
• Se recomienda masticar bien y cortar los alimentos en
pequeños trozos que equivalgan a un bocado
Se recomienda dietas Blandas y balanceada y
de preparación de forma sencilla.
Alimentos fáciles de digerir, como
líquidos, semisólidos y solidos blandos
preferiblemente.
Las dietas son variadas según es estado de
salud de paciente geriátrico.
5. El aseo en pacientes geriátricos.
De modo general, a la hora de realizar las
tareas de aseo al paciente geriátrico se
atenderá a las siguientes normas:
1. Se realizará preferiblemente entre dos
personas.
2. Se hará una vez al día.
3. Explicar el procedimiento.
4. Brindar ambiente íntimo y respetuoso; si
existen más pacientes, se aislarán con
un biombo.
5. Temperatura ambiente entre 22 y 24ºC;
y la del agua, a 37ºC aproximadamente.
6. Evitar corrientes de aire.
7. Jabones no irritantes.
8. Masajear la piel y así favorecer la
circulación sanguínea.
9. Se seguirá un orden de lavado de cada
una de las partes del cuerpo.
10. Se prestará especial cuidado a las vías y
sondajes si el paciente los tuviere,
evitando tracciones bruscas y
desconexiones.
-Equipo para el lavado:
1. Jabón líquido no irritante, manopla, peine, cepillo dental y vaso.
2. Toalla para el cuerpo y toalla para la cara.
3. Ropa del paciente: camisón o pijama, zapatillas y bata.
4. Bolsa para la ropa sucia.
El lavado del cabello es
necesario para
completar los cuidados
de la higiene personal
del paciente geriátrico,
si el paciente puede
levantarse, se realizará
durante el baño o la
ducha. Si esto no ocurre,
lo lavaremos en la cama.
La zona perineal - genital es la última en
lavarse. Se utilizará agua limpia en otra
palangana. Colocar al paciente boca
arriba (decúbito supino) y poner la cuña
bajo su 18 pelvis. Hacer resbalar el agua
desde el pubis hacia el ano. En la mujer,
limpiar bien los labios mayores y menores
separándolos para lavar la vulva y el ano.
En el hombre, limpiar primero el escroto
y pliegues inguinales; luego retraer el
prepucio para limpiar el glande.
Finalmente se limpiará el ano.
6. Procedimiento en la ducha.
Preparar el equipo necesario. - Explicar al paciente la necesidad de ir a la ducha y el procedimiento a
realizar. - Ayudar al paciente con las tareas de aseo que supongan dificultad: lavado de cabeza,
espalda, - La ducha debe estar provista de una barandilla que sirva de sujeción por si resbala. Algunas
incluyen un asiento de ducha que permite el descanso del paciente durante las tareas de aseo. - Ayudar
al paciente a vestirse y ponerse cómodo. - Recoger el equipo y la ropa sucia y acompañar al asistido a
su habitación.
Aseo del paciente geriátrico encamado.
se producirá en la cama cuando, por su enfermedad y situación general, cuando no pueda moverse,
debe hacerse entre dos personas para facilitar las movilizaciones y disminuir el tiempo empleado.
Material necesario. - Equipo para el aseo: jabón líquido, manopla o esponja jabonosa de un solo uso,
dos palanganas con agua caliente, peine, tijera, cepillo dental, dentífrico, colonia, loción o crema para
el masaje. - Ropa de baño: dos toallas grandes y una pequeña. - Ropa del paciente. - Ropa limpia de
cama: bajera, entremetida, encimera, colcha y funda de almohada. - Bolsa de plástico para guardar la
ropa sucia. - Guantes desechables.
7. Existen diversas técnicas de movilización indicadas para ancianos. La elección de una u otra va a depender, en muchos casos, de los
recursos materiales y humanos de los que en cada momento se disponga. En algunas de ellas va a ser necesaria la presencia de más de
un auxiliar; en otras, nos podremos ayudar con otros medios materiales como la sábana entremetida o la cama articulada.
Traslado de la cama al sillón o silla de ruedas.
Cuando el paciente colabora.
1. se coloca al paciente sentado al borde de la cama siguiendo
la técnica indicada. Es conveniente dejar al asistido unos
minutos en esta posición para evitar que se maree y se le
mantendrá sujeto para prevenir que se caiga.
2. Se coloca el sillón pegado a la cama y con el asiento mirando
hacia el auxiliar. Si se trata de una silla de ruedas, ésta se
colocará en esa misma posición, tomando la precaución de
activar el sistema de frenado de ésta.
3. Se levanta al paciente como se explicó en la técnica “de
sentado a de pie” y se gira el cuerpo del mismo hacia la silla,
cuidando de que la rodilla del auxiliar apoye sobre las del
asistido para evitar que se flexionen y caiga al suelo.
4. Una vez situado el paciente sobre la silla, se le deja caer
suavemente procurando que la espalda quede recta y
apoyada sobre el respaldo de la silla.
Cuando el paciente no colabora.
Para la realización de esta técnica es necesaria la
presencia de dos auxiliares.
1. Se coloca al paciente sentado en el borde de
la cama, situándose cada auxiliar a un lado del
asistido.
2. Cada auxiliar pasa uno de sus brazos por
debajo de la axila del paciente llevándolo
hasta el omóplato; el otro brazo lo pasan por
debajo de sus muslos, agarrando los
antebrazos del otro auxiliar.
3. Ambos auxiliares levantan al paciente
suavemente y al unísono para terminar
colocándolo en el sillón o en la silla de ruedas.
De acostado a sentado. técnica
“entrecruzamiento de brazos” . Esta técnica sólo puede
realizarse en aquellos casos en los que el paciente
colabora. A continuación:
1. Se le pide al paciente que agarre, con el brazo que
queda más lejos del asistente, el brazo del auxiliar que
queda más alejado de la cabecera de la cama y que
pase su brazo más cercano al asistente por debajo de
la axila del brazo que antes había agarrado.
2. El auxiliar pasa el brazo más cercano a la cabecera de
la cama por detrás del cuello del asistido agarrándole
el hombro más alejado. - Pasa el otro brazo por debajo
de la axila más cercana del asistido hasta colocar la
mano sobre el omóplato correspondiente. En este
momento se considera realizada la técnica de
“entrecruzamiento de brazos”.
8. La marcha depende de dos factores relacionados
entre sí, aunque bien diferenciados: Equilibrio: es
la capacidad de un individuo para mantenerse
erguido y estable. Locomoción: es la capacidad
para iniciar el movimiento y, una vez hecho,
mantenerlo rítmicamente.
Las técnicas de ayuda a la deambulación tienen como
fin facilitar al anciano el mantenimiento de su
movilidad y, en consecuencia, de su nivel de
independencia con todos los beneficios que esto
conlleva, proporcionándole un apoyo que le facilite el
moverse y una seguridad a la hora de desplazarse. En
todos los casos será el personal facultativo el que
determine qué tipos de ayuda a la deambulación
requiere cada paciente y el tipo de marcha que
realizará.
9. Existen una serie de normas generales a tener en cuenta a la hora de
poner en práctica los cambios posturales en el paciente. Deben
realizarse a intervalos de tiempo concretos para que resulten eficaces. -
En pacientes encamados, son necesarios cambios posturales cada 2-3
horas. - En pacientes sentados, se deben hacer movilizaciones cada 1-2
horas. Si el paciente las puede realizar por sí mismo, se le enseñará
cómo hacerlas para que las lleve a cabo cada 15 minutos. Es necesario
conocer si existen limitaciones en la movilidad del anciano. Al cambiar
de posición, las articulaciones deberán moverse en toda su extensión.