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Cómo lidiar con niños contestones
1. BOLETÍN
Abril 2014
Qué hacer ante el niño contestón
"Es la hora de dormir" "¡No quiero!". ¿Les suena? Estamos ante el niño
contestón. Pero no nos alarmemos. Es bueno recordar que, en estos
casos, la protesta es utilizada por los niños para saltarse los límites, por
lo que podemos ignorar los reproches, excusas, quejas y arrebatos, al
tratarse, sin más, de llamadas de atención. Pero esto no será lo único
que deberemos hacer ante el niño contestón.
La realidad es que debemos hacerles comprender que esa vía no es la
adecuada para lograr sus propósitos, mostrándonos firmes y dispuestos
a repetir la orden, aunque parezcamos un disco rayado. Pero
exigencia y cariño no están reñidos, por lo que no echaremos mano
de las amenazas, sino que reforzaremos nuestra decisión con estímulos
positivos. Y, cuando padres e hijos estemos calmados, aprovecharemos
para dialogar sobre aquellas cosas que más le cuesta hacer,
estableciendo planes activos de resolución de conflictos en los que él
pueda participar aportando ideas para aplicarlas después con nuestro
consentimiento, pero según sus propios métodos.
Cuatro ideas prácticas para aplicar ante los niños contestones
1. Especificar los límites
Por ejemplo, hay frases, gestos, reacciones que cada familia debe decidir
si están o no permitidas. Por ejemplo: "En casa no decimos que esta
comida no me gusta, o que está asquerosa", "No están permitidas las
palabrotas o hablar mal de los compañeros del colegio", etc. Si ocurre,
deberemos ser taxativos y pedir que rectifique. La ausencia de límites
desde que son pequeños es el modo más directo para fomentar la
rebeldía. Uno de estos límites debe ser el que cada persona se
autoimpone al no decir siempre lo que se piensa, simplemente por
prudencia. Así, debemos enseñar a los hijos que no se queja uno cuando
la comida está sosa, no se comenta si una habla de que la amiga está
más gordita, o si la mamá de un amigo es muy fea.
2. 2. Mantener el tipo
No reaccionar de forma exagerada, ni tampoco armar una gran pelea
debido a una mala contestación, pues sólo lograremos dar mal ejemplo.
Nunca comportarnos como él, enseñarle que debe hablar con respeto
como lo hacemos nosotros: "Creo que eres capaz de pedir mejor lo que
necesitas", en lugar de "¡Eres un maleducado, ni se te ocurra volver a
hablarme de este modo!", así únicamente intensificaremos su
frustración.
3. Hacer oídos sordos
Cuando tu hij@ esté "insoportable", recuerda que no es momento de
hablar con él y menos de negociar, pues sólo reforzaríamos su
comportamiento. Así, si el padre está jugando con el hijo y ante un
contratiempo el niño le dice: "¡Papá eres tonto!", se debe parar el juego
hasta que el niño se disculpe y hable de modo correcto. Si no lo hace,
hay que cumplir lo dicho y dejar inmediatamente de jugar, diciendo algo
como: "Cuando seas capaz de portarte bien, si quieres lo hablamos", e
irse. Si estamos en lugar público lo haremos fuera de la vista del
público para no humillarle, pero le haremos ver que sus actos tienen
consecuencias, como por ejemplo, no bajar al parque esa tarde.
4. Dejarle elegir de vez en cuando
Es aconsejable dejar que el niñ@ tome algunas decisiones cada día, con
el fin de evitar que un excesivo proteccionismo le cree la necesidad de
imponerse de modo agresivo. Por ejemplo: "¿Prefieres que nos llevemos
la bici o la moto?". Deben ser opciones siempre igual de válidas y, por
supuesto, debemos respetar la opción elegida
María Lucea
Tomado de hacerfamilia.com