La construcción de la Basílica de Majencio en Roma comenzó en 306 d.C. bajo el emperador Majencio y fue terminada en 312 d.C. por Constantino. Aunque las basílicas romanas no tenían una función religiosa, esta fue considerada uno de los monumentos más importantes de la antigüedad. Hoy en día sólo queda en pie el ala norte con bóvedas de cañón que dan una idea de su grandiosidad.