Silvicultura de la especie marupa

REFORESTADORA
LATINOAMERICANA
S.A. - REFOLASA
Autores:
• Ing. Ytavclerh VARGAS CLEMENTE
• Ing. Frits PALOMINO VERA
• Bach. Mirian Milagros RAMOS MORALES
• Bach. Jenner LÓPEZ INOCENTE
BoletínTécnicoN°2
EXPERIENCIASFORESTALESYAGROFORESTALES
SILVICULTURA DE LA ESPECIE
FORESTAL MARUPA (Simarouba
amara Aublet)
Tingo María - Perú
Diciembre, 2015

Página
Presentación ……………………………………………………. 3
Generalidades ……………………...……………………………. 4
Distribución geográfica …………………………………………. 4
Taxonomía de la especie …………………………………………. 5
Descripción botánica ……………………………...…………. 6
Manejo en el vivero …………………………………………. 6
Manejo de plantaciones …………………………………………. 11
Usos posibles ……………………………………………………. 19
Referencias bibliográficas …………………………………………. 20
Página 2
ÍNDICE
Silvicultura de la especie forestal marupa (Simarouba amara Aublet)

Las plantaciones forestales en el trópico húmedo se viene realizando en
mayor auge, la cual trae limitaciones en diferentes ámbitos debido a que las ex-
periencias en el manejo de las plantaciones nativas se vienen adquiriendo con
recelo la cual limita su difusión y merma la investigación sobre el manejo de las
plantaciones tropicales, motivo por el cual se dispone algunas compilaciones de-
nominado Silvicultura de la especie forestal marupa (Simarouba amara Au-
blet); la cooperación entre los conocimientos de los diversos profesionales e insti-
tusiones facilitará el manejo de las especies nativas con la finalidad de no estar
investigando en actividades ya probadas por otras personas, que gracias ala
difusión se pueden mejorar esas actividades silvícolas en esta especie. Además,
el propósito es brindar alternativas viables a las necesidades del trópico húmedo
con el único deseo de mejorar la capacidad y conocimiento del recurso humano
que tiene interés en producir plantones y plantaciones donde la única finalidad es
mejorar la calidad de la madera y la calidad de vida con la finalidad de mitigar la
presión hacia los bosques naturales.
El propósito del boletín técnico es contribuir de una manera significativa al
conocimiento silvicultural en el manejo de la marupa entre los agricultores de la
región, extensionistas, viveristas, alumnos y profesionales del campo de las cien-
cias agrarias.
Frits Palomino Vera
Ing. RNR - Forestales
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PRESENTACIÓN
BOLETÍN TÉCNICO N° 2

1.1. Generalidades
La marupa es una especie a considerarse entre los prioritarios para el mane-
jo dendrológico de purmas. Es susceptible a la mancha azul cuando húmeda; su
corteza se emplea como infusión ener-
gético – purgante contra los parásitos
intestinales, y su madera blanca, livia-
na de fácil aserrío, acepta tintes de
cualquier color y buen acabado (LAO
y ÁNGULO, s/d).
Especie forestal que presenta
buen comportamiento en las repobla-
ciones forestales a campo abierto, no
tolera encharcamiento de los suelos y
presenta buen comportamiento en
suelos donde presentaban pasturas
anteriormente.
1.2. Distribución geográfica
Abarca desde Mesoamérica hasta la cuenca amazónica. En la Amazonía
peruana, crece de manera natural, hasta 1000 m de altitud, en los bosques de te-
rrazas altas y ribereñas que se anegan ocasionalmente por fuertes lluvias y gran-
des crecidas de los ríos (DELGADO y COUTURIER, 2008).
Se encuentra en zonas altas en suelos arenosos bien drenados, en las for-
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La marupa (Simarouba amara Aublet)
Figura 1. Marupa con cuatro años de establecido

maciones de bosque muy húmedo Premontano (bmh-PM) en transición a bosque
húmedo tropical (bh-T). Generalmente crece asociado con las especies: Jacaranda
spp., Sclerolobium spp., Laetia spp., Guatteria spp. Según las zonas y los resulta-
dos de inventarios disponibles, el volumen bruto de marupa varía de 0.3 a 1.6 m3/
ha, con un diámetro superior a 0.4 m (PROMAMAZONÍA, 2004). Especie de zonas
bajas, con climas de muy húmedos a pluviables. Su rango altitudinal va desde el
nivel del mar a 850 msnm (CHUDNOFF, 1980).
1.3. Taxonomía de la especie
Según LAO y FLORES (1972) y MOSTACERO et al. (2002) la clasificación
taxonómica de la especie de la siguiente manera:
Reino : Plantae
Sub reino : Fanerógamas
División : Angiospermae
Clase : Dycotyledoneae
Subclase : Archichlamydeae
Orden : Sapindales
Familia : Simaroubaceae
Género : Simarouba
Especie : amara
N. científico: S. amara Aublet, Pl.
Sinonimia : S. glauca Hemsley
Nombre común: Marupa Perú: Marupa; Bolivia: Amargo, chiriguamo.
Brasil: Simarupa, marupa. Colombia: Marupa, simaru-
ba, palo blanco. Cuba: Palo blanco. Costa Rica: Oli-
vo. Ecuador: Cuña, capulli, cedro amargo. Guatema-
la: Aceituno. Guyana: Simarupa. Venezuela: Cedro
blanco, simaruba.
Nombre comercial internacional: Simaruba

1.4. Descripción botánica
LAO y FLORES (1972) la describen como un árbol generalmente recto, de
25 m o más de altura y 50 cm de diámetro. Presenta una corteza externa color par-
do claro, poco áspero, ligeramente fisurado, y una corteza interna amarillo cremo-
sa, arenosa y sumamente amarga. Su madera es blanda y liviana; de sabor amar-
ga, como picante; duramen no diferenciado de la albura y de color blanco ligera-
mente amarillo.
Sus hojas son paripinnadas y alternas; foliolos enteros, coriáceos, glabros,
oblongos, de 4.5 cm – 6.5 cm de longitud y 1.8 cm – 2.5 cm de ancho, con ápice
agudo o ligeramente redondeado, base aguda, peciolulo de 3 mm de longitud; haz
verde intenso, lustroso; envés opaco. Posee flores pequeñas, de color verde –
amarillentos y en panículas oxilores.
Frutos: Mayormente una, raramente dos drupas agregadas en cada fruto,
cada drupa oblongoide a elipsoide, color rojo oscuro a negro, de 1.5 – 2 cm de lon-
gitud y 1 – 1.5 cm de diámetro, la superficie lisa y glabra, la semilla única (REYNEL
et al., 2003). Los frutos grandes, con forma de oliva es un carpóforos con hasta
cinco mericarpos drupas, casi negro cuando están maduros (FRANCESCHINELLI
et al., 1998).
1.5. Manejo en el vivero
En viveros se obtienen los mayores crecimientos en altura, bajo tinglado con
pase de 25% de luz solar. Los espaciamientos de siembra de 10 x 10 y 15 x 15
centímetros en las camas de almácigo. Se trasplantan con pan de tierra a terreno
definitivo a un distanciamiento de 3 x 3 metros, la supervivencia es alta. Los diáme-
tros del crecimiento promedio registrado es alto, de 16 a 23 centímetros a los 9 a
Página 6 Silvicultura de la especie forestal marupa (Simarouba amara Aublet)

18 años y altura 17 a 20 metros en ese periodo. Es recomendable la plantación
en terrazas altas con suelos aluviales, de tipos francos arenosos y mayormente
planos (SIBILLE, 2006).
- La semilla
Para la obtención de semillas se realiza recorridos de campo en tempora-
das de maduración de frutos que generalmente abarca los meses de enero y fe-
brero, el recojo de las semillas es manual que se encuentran en la superficie del
suelo a causa de la caída de los frutos maduros. Una vez obtenida las semillas,
se les remoja por un periodo de un día y luego se les orea por tres horas para
utilizar las semillas.
Antes de colocarlas en el germinadero, se realiza el tratamiento pre-
germinativo que consiste en realizar un corte de la testa con un cortaúñas en la
parte donde se encuentra la radícula, la cual va facilitar el ingreso de humedad y
la germinación de la semilla.
Las semillas presentan un diámetro mayor de 1.12 cm, diámetro menor de
0.82 cm, altura de 1.68 cm y un peso promedio de 0.5 g y se encuentra 2086 se-
millas en un kilogramo de peso.
- Producción de plantones
Germinación. Las camas germinadoras se realizan elevadas a 64 cm so-
bre el suelo, con una altura de 20 cm donde se llena el sustrato, un ancho de 100
cm y una longitud de 12 metros. El sustrato utilizado para las camas germinado-
ras es de arena del río, cual se utiliza en un volumen de 1.8 m3 con una altura 15
cm para el crecimiento de las raíces.

La distancia de siembra entre semillas es de 1 cm, la cual abarca entre 88
semillas por fila, el ancho entre filas es 3.75 cm, motivo por el cual se pueden
colocar 2464 semillas por cada metro cuadrado de siembra; es decir que en una
cama de cría con una longitud de 12 metros se siembran 29 568 semillas.
El porcentaje de germinación alcanzada es de 92% y la energía germinati-
va es de 86%. Durante el proceso de germinación se tiene que verificar a las
semillas que se encuentran emergiendo, debido a que en algunos casos se ele-
van y queda un espacio libre entre la semilla y la arena, la cual dificulta el contac-
to completo de la raíz al sustrato, generando la pérdida de humedad en la plántu-
la afectada.
A las plántulas emergentes se les tiene que realizar una selección de cali-
dad, considerándolas a las que presentan un tallo pequeño por debajo del cotile-
dón plántulas de mala calidad, ya que ellas presentan un sistema radicular defor-
me hasta en algunos casos sin la raíz principal, este comportamiento se le asig-
Figura 2. Semillas sembradas en arena de río para su germinación

na a semillas pasadas de tiempo o en algunos casos a los cortes de cotiledón
durante el tratamiento pregerminativo.
Tinglado. Para camas germinadoras permanente se puede realizar un
techo con cartón plastificado color verde colocado a una altura de 5 m desde el
suelo, los aleros son de dos metros desde la última cama germinadora, el tipo de
techo mejora la ventilación dentro del tinglado; además, facilita la iluminación ne-
cesaria para la germinación y favorece para el desplazamiento del personal debi-
do a la altura prolongada desde el suelo hasta el techo.
Para el caso de los viveros temporales, el tinglado se realiza empleando
materiales de la zona como la cañabrava y tallos de plantas con diámetros entre 5
cm hasta 10 cm, para el techado se utilizan malla Raschel de color negro con 50
% de sombreamiento. La altura del techo está a 2 m desde el suelo y el área del
vivero se realiza en relación al área de plantación a efectuarse.
El repique. Una vez llena las bolsas de polietileno con los sustratos y las
plántulas emergidas en el germinador, se realiza la aplicación del riego saturado
un día antes a las plántulas y bolsas; la extracción de las plántulas se realiza co-
giéndolo de la base del tallo y jalándolos hacia arriba con cuidado de no romper
las raíces y luego se las coloca en bandejas plásticas orientadas las partes con
cotiledones hacia los costados de la bandeja y la parte radicular hacia el centro.
Una vez extraída la cantidad de plántulas deseadas, se trasporta hasta el vivero
temporal y con la ayuda de un tacarpo se realiza el respectivo repique.
Las plántulas deben poseer el tamaño uniforme para evitar competencia
durante el crecimiento inicial dentro de las bolsas con sustrato. Una manera de
identificar la calidad, consiste en observar la distancia que presenta el tallo entre

el cotiledón y la radícula, si es de menor tamaño hay indicios de una mala distri-
bución del sistema radicular que pueden traer consecuencias en la calidad del
futuro árbol.
La ubicación del vivero temporal se realiza considerando aspectos como la
fuente de agua cercana que principalmente son quebradas, que se encuentre en
el centro del terreno a establecer para que facilite las labores referente a la distri-
bución de los plantones para minimizar costos en mano de obra y los deterioros al
plantón como la rotura de la yema apical.
Manejo de plantones. En el vivero se le coloca malla raschel color negro
por un periodo de 45 días, de ese periodo en adelante se le quita la malla para
que los plantones se adapten a las condiciones ambientales a recibir al momento
de establecer en campo definitivo, uno de los principales factores es la ilumina-
Figura 3. Plántulas con defectos (izquierda) y buena calidad (derecha).

ción directa que llegará a los plantones debido a que se establece en sistema a
campo abierto.
Debido a que la producción de plantones se realiza en periodos de alta
precipitación, mayormente no se realizan riegos a los plantones debido a que los
sustratos se encuentran con humedad adecuada; en caso de que la precipitación
no ocurre en periodos de más de tres días, se realiza el riego empleando una re-
gadera.
El control de malezas se realiza manual-
mente, arrancando a la vegetación que crecen
alrededor de los plantones, además se realizan
la limpieza en los bordes y calles de las camas
de cría.
1.6. Manejo de plantaciones
En plantaciones puras los espa-
ciamiento más habituales son 2.5 x 2.5
m y 3 x 3 m; en sistemas agroforestales
se usa en combinación con frutales o
café, a espaciamientos habituales de 6
m x 6 m a 8 m x 8 m (ARTAVIA y FI-
NEGAN, 1996).
En el distrito de José Crespo y
Castillo (sector Shiringal) las plantas
introducidas de esta especie en repo-
blaciones puras y asociados al cultivo
Es importante tomar en
consideración, que las actividades
oportunas en el vivero garantizan la
calidad de plantones y de la futura
plantación.
Figura 4. Plantación de marupa con 4 años de
establecido.

de cacao (Theobroma cacao L.) presentaron crecimientos con menor rapidez ya
que se encontraban a una altitud de 615 msnm. Otra experiencia de adaptación se
registró en plantaciones asociadas al cultivo de café en el distrito de Satipo
(caserío San Juan de Wawari - 950 msnm), las plantas alcanzaron una altura total
de 2.40 m en un periodo de 1.5 años.
En condiciones de suelos y altitud adecuados para esta especie, las planta-
ciones de S. amara Aublet establecidos a un distanciamiento de 3 m y con dos
años de edad, alcanza un Dap promedio de 7.61 cm, mientras que a los 5 años se
ha encontrado el Dap promedio de 13.91 cm; respecto a la altura total, a los dos
años alcanza 5.52 m y a los cinco años 14.76 m de la variable mencionada.
- Establecimiento de la plantación
Preparación del terreno. Debido a que el establecimiento de las plantacio-
nes forestales se deban realizar en periodos con presencia de precipitación para
disminuir el shock post-plantación de los plantones, se debe tener precisión en las
fechas para la preparación del terreno que frecuentemente debe ser un mes antes
de la plantación propiamente dicha. Las áreas para realizar las plantaciones fores-
tales a gran escala son diversos debido a la variación fisiográfica en cada zona de
selva baja a causa de los ríos y quebradas, ante esto, especialmente se cuentan
con tres áreas a establecer la plantación.
Para el caso de las áreas con cultivos de pastos, se le realiza la aplicación
del herbicida herbosato en dosis de 100 ml por cada 15 litros de agua; una vez
que los pastos perecieron se procede a la corta de algunos arbustos existen en
estas áreas con la finalidad de evitar la competencia por nutrientes y luz con las
plantas de marupa recién establecidas.

En caso de purmas se corta la vegetación existente y luego se corta en
pequeñas tamaños a las partes de los arbustos y árboles jóvenes (picacheo), en
estas áreas no se realiza la quema debido a que los restos vegetales son pocos y
las áreas poseen poca materia orgánica a causa del uso agrícola o pecuario.
En bosques remanentes, se realiza la corta de plantas con pequeño porte
(chocoleo) seguido de la tala de los árboles donde se utiliza principalmente la mo-
tosierra y la hacha, luego del proceso de secado del rozo que tiene un periodo
entre 30 hasta los 45 días, se realiza la quema respectiva en horas cercanas al
medio día, y finalmente se realiza el desarame ya que un árbol talado sin desrame
facilita el proceso de la quema en periodos donde la precipitación se presenta con
frecuencia, mientras que un árbol cortado las ramas acumula humedad en ramas
y hojas caídas y el área rozada no quema por completo.
Un aspecto importante considerado en la preparación del terreno es no
dejar árboles dentro del área a establecer, debido a que afectan en el crecimiento
a las plantas establecidas, además causan daños al momento de ser derribados a
causa de los vientos.
Alineado. Para el alineado se realiza dos líneas perpendiculares en el cen-
tro del área limpiada, el distanciamiento de 3 m es utilizado entre plantas y entre
filas, los jalones utilizados son las ramas de los árboles y arbustos que existían en
la zona. Para el caso de los perímetros, se deja un área entre 1. 5 m hasta 3 m
para evitar el efecto de borde de las plantaciones debido a que esta especie no
crece en condiciones con sombreamiento.
Principalmente esta actividad lo realizan tres personas y para que se obten-
ga rapidez en el alineado, se utiliza una cuerda con señales a cada 3 m que es

pintada de color anaranjado en donde se va colocando un jalón.
Apertura de hoyos. La apertura de hoyos se realiza con una poseadora y
las dimensiones promedios son de 20 cm de profundidad con 15 cm de diámetro.
Para esta actividad se limpia los bordes del jalón y se considera al jalón como la
planta a crecer para determinar el punto medio del hoyo.
La tierra extraída al momento de hacer un hoyo es colocada en un solo
lugar para posteriormente utilizarlo en el establecimiento del plantón.
Plantación propiamente. Debido a que el vivero temporal se encuentre
dentro del área a establecer, se realiza un camino principal para el trasporte de
los plantones dentro del terreno preparado ya que las áreas son extensas, la dis-
tribución de los plantones se realizan en cajas plastificadas en donde se les colo-
ca a los plantones en cantidades de 40 por caja, mientras que el personal va reco-
rriendo las filas, comienza a colocar un plantón al costado de cada hoyo.
Posterior a la distribución de los plantones, la plantación se realiza al mo-
mento para evitar torcedura de la parte apical por causa del fototropismo positivo
y se queme el envés de las hojas por la radiación directa en caso de que los plan-
tones se encuentre inclinado o echado; para disminuir estas alteraciones se colo-
ca a los plantones en posición vertical y en algunos casos dentro de los hoyos
elaborados.
La plantación se realiza quitando la bolsa de polietileno, para facilitar se
realiza una corte con el machete proyectando la prolongación de la raíz principal,
luego se coloca el plantón en posición vertical dentro del hoyo y se le tapa con la
tierra extraída durante la elaboración del hoyo finalmente apisonando a los costa-
dos para evitar espacios vacíos donde se acumule agua y dificulte el crecimiento

de la marupa. La bolsa de polietileno se le amarra en un extremo del jalón, la cual
es colocada cerca al plantón establecido en caso de que se realice las labores de
limpieza posteriores, facilite la ubicación de cada planta.
- Manejo de la plantación
Limpieza. Las labores de limpieza en plantaciones durante el primer año,
se realiza en periodos de cada tres meses, en la cual se corta la vegetación exis-
tente con la finalidad que no compita con las plantas establecidas. Esta labor se
realiza en periodos de cada cuatro meses para plantaciones con edades desde
los dos y tres años desde el establecimiento.
En caso de las plantaciones establecidas donde anteriormente se tenía
pastos, la limpieza se realiza mediante la aplicación de herbicidas antes que los
pastos empiecen a tener flores y semillas para garantizar que no diseminen semi-
llas de estas gramíneas. En la aplicación de herbicidas, se debe tener cuidado
con las plantas, debido a que una mala aplicación ocasiona defoliación en la parte
apical y basal de las plantas, mientras que en las hojas que no caen en estado de
crecimiento muestran una deformación y decoloración, la cual repercute en el
área foliar y crecimiento de las plantas.
La limpieza en plantaciones con más de tres años desde el establecido, se
realiza en periodos de cada seis meses, para lo cual se emplea el machete cor-
tando los arbustos a una altura entre 10 a 20 cm desde el suelo, se realiza un
corte de las lianas en la parte basal del árbol y en los bordes de la plantación se
realiza la limpieza hasta dos metros desde la última planta. Se deja vegetación en
los bordes de las quebradas y entre límite de las plantaciones con diferentes eda-
des; estos espacios que delimitan presentan anchos desde los 20 metros hasta

los 50 metros que se encuentran mayormente para las plantaciones que se esta-
blecieron cercanas al río, la cual presenta la función de protección.
Figura 5. Planta afectada por herbicida (izquierda) y planta sin malezas (derecha).
Para el caso de plantaciones con mayor edad desde el establecimiento, las
labores de limpieza se realizan en periodos de cada ocho meses. En caso de que
las plantaciones presenten cobertura con kudzu, se realiza la limpieza cortando
con un machete a las partes del kudzu que se encuentren cubriendo el fuste de los
árboles.
Uno de los aspectos considerados es que se debe tener cuidado al realizar
el corte de la vegetación competidora (malezas) en las plantaciones, debido a que
una mala práctica de ésta, ocasionan cortes en la parte basal del fuste, la cual
comprometen a generar rebrotes cercanas a las partes del fuste donde fue ocasio-
nado el daño.

Figura 6. Limpieza de una plantación con cuatro años de edad (izquierda) y rebrote en el fuste
a causa de un corte durante la limpieza (derecha).
Poda. Se realiza en periodos anuales, siendo en el primer año la poda de
las ramas laterales debido a que las plantas presentan hojas en la tallo principal.
El primer grupo de ramas empieza a formarse a 1.5 metros de altura desde
la base del suelo, la cual está constituido por cuatro ramas principalmente y abar-
ca una longitud entre 15 y 30 centímetros del fuste, el diámetro de las ramas para
podar deben presentar entre 1 – 2 cm de diámetro para disminuir el tiempo de
cicatrización de las heridas generadas por el corte de rama. Las herramientas
empleadas para la poda deben estar bien afiladas para evitar desgarros de la
corteza y parte del leño a causa de la caída de la rama, en la primera poda se
utiliza la tijera podadora y el serrucho manual, mientras que para las demás po-
das se emplea un serrucho acoplado a una mira telescópica que alcanza alturas
para podar hasta los 6 metros.

Figura 7. Planta de 1.5 años desde el establecido con poda (izquierda) y sin poda (derecha).
Cuando la poda se realiza de manera inoportuna con mayor diámetro de las
ramas, las heridas tardan en cicatrizar, se forman nuevos brotes cercanos a las
heridas generadas y en algunos casos se acondicionan para la formación de nidos
de hormigas; los nuevos brotes que se generan a causa de la poda de ramas grue-
sas va involucrar otros momentos de poda y esto va incurrir en mayor presupuesto
por una actividad que no estuvo planificada. La poda tardía genera madera con
mala calidad a causa de los nudos y parte de la rama que queda incrustada en el
fuste del árbol con células muertas (madera seca).
Cobertura. El establecimiento de cobertura se pueden realizar en plantacio-
nes con antiguas o en plantaciones recién establecidas, se emplea el kudzu
(Pueraria phaseoloides). En el caso de áreas donde fueron pastizales y plantacio-
nes antiguas, la siembra se realiza después de la aplicación de un herbicida, la
cual hace perecer a la vegetación y luego se retira la hojarasca y ramas de un área

del suelo con el talón de la bota y se echa entre 20 a 25 semillas, el distancia-
miento entre puntos de siembra es de 1.5 m hasta 2 m.
Figura 8. Cobertura con kudzu (Pueraria phaseoloides) en una plantación de marupa.
En plantaciones recién establecidas en rozos, la siembra se efectúa luego
de realizado la plantación, aprovechando el área quemada. La cobertura en estas
áreas establecidas acelera la pudrición de algunas ramas y troncos que quedaron
durante la quema; además va mejorar el estado nutricional de los suelos median-
te el aporte de la hojarasca y la función de fijación de nitrógeno del ambiente por
medio de los nódulos de su sistema radicular.
1.7. Usos posibles
Su madera es muy útil en chapas para triplay, cajas, carpintería, muebles,
construcciones livianas, interiores; pulpa y papel; tableros de viruta y de fibra,
instrumentos musicales (teclas de pianos, tubos de órganos, etc.), palillos para

diente y fósforos; y como sustituto de madera de pino (LAO y FLORES, 1972).
Se utiliza para cielo raso, cajonería, tacos de zapatos, palos de fósforos, mol-
duras, instrumentos musicales y pulpa para papel (LOUREIRO, 1968). Como espe-
cie se utiliza como sistema agroforestal.
1.8. Referencias bibliográficas
ARTAVIA, M., FINEGAN, B. 1996. Aceituno (Simarouba glauca DC). Turrialba, Costa Rica.
DELGADO, C., COUTURIER, G. 2008. Atteva punctella Cramer (Lepidoptera: Yponomeutidae),
plaga de Simarouba amara Aubl. (Simaroubaceae), en Perú. IIAP. 521 p.
FRANCESCHINELLI, E.V., YAMAMOTO, K., SHEPHERD, G.J. 1998. Distinctions among Three
Simarouba Species. In: Systematic Botany 23(4): 479 – 488.
LAO, R., ÁNGULO, L. s/d. Manual de identificación de especies forestales. Proyecto de capacita-
ción extensión y divulgación forestal. COTESU, DGFF. Ucayali, Perú. 211 p.
Figura 9. Simarouba amara Aublet asociado con cacao (Theobroma cacao
Página 20 Silvicultura de la especie forestal marupa (Simarouba amara Aublet)

LAO, R., FLORES, S. 1972 Árboles del Perú. Descripción de algunas especies forestales de
Jenaro Herrera – Iquitos. Universidad Nacional Agraria La Molina. Cooperación Técnica del
Gobierno Suizo. Lima, Perú. 195 p.
LOUREIRO, A. 1968. Catalogo das madeiras da Amazonia. Belén, Brasil. V.1, 433 p.4
MOSTACERO, J., MEJIA, F., GAMARRA, O. 2002. Taxonomía de las Fanerógamas útiles del
Perú. CONCYTEC. Vol. I y II. Trujillo, Perú. 674 p.
PROMAMAZONIA. 2004. Marupa. (Simarouba amara) [En línea]: Revista Promamazonia,
(www.promamazonia.org.pe/SBiocomercio/upload/ líneas/ documentos/70, documentos, 25
Jun. 2013).
REYNEL, C., PENNINGTON, R.T., PENNINGTON, T.D., FLORES, C., DAZA, A. 2003. Manual
con apuntes de identificación, ecología y propagación de las especies. Árboles útiles de la
Amazonia Peruana. Lima, Perú. 509 p.
SIBILLE, A. 2006. Guía de Procesamiento industrial. Marupa. Simarouba amara. Fabricación de
muebles con maderas poco conocidas – LKS. WWF - USAID. Lima, Perú. 20 p.
AGRADECIMIENTOS:
- GONZALES MALPARTIDA, Edis
- Empresa REFOLASA
BOLETÍN TÉCNICO N° 2 Página 21

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