La incubadora de empresas de Malargüe surgió en los años 1990 como una estrategia de desarrollo local dentro de un plan más amplio para hacer frente a la crisis económica que afectó a la región. Tuvo como objetivo principal generar trabajo a través del apoyo a nuevos emprendimientos. Se implementó con financiamiento municipal y convenios con la universidad. Aunque generó nuevas empresas y empleos, enfrentó dificultades como la demora de los emprendedores en salir de la incubadora y la dependencia financiera del municipio.