Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) son herramientas importantes para producir alimentos seguros para los consumidores. Las BPM buscan garantizar la inocuidad y salubridad de los alimentos mediante la implementación de prácticas como mantener instalaciones, utensilios y personal limpios, prohibir fumar y comer en áreas de producción, y realizar auditorías periódicas para verificar el cumplimiento de los procedimientos.