La madre escribe una carta a su hijo para hablarle sobre los cambios positivos que ha visto en él en los últimos tres años, como superar sus angustias, encontrar nuevas ilusiones y ayudar a otras personas. Sin embargo, también nota que a veces su hijo se deja llevar por la seriedad y la contestación mala, y le aconseja que deje a un lado el orgullo para poder disfrutar plenamente de la vida y las personas que lo rodean.