2. El E.P tiene rasgos características únicas. Para explicarlo debemos partir de su ubicación geográfica; de un estudio diatópico, para proseguir con un estudio diacrónico, es decir, recorrer la historia de este dialecto; luego emprender el estudio de su permanencia en situación de contacto con otra lengua durante cinco siglos, para finalmente salir a escuchar cómo habla nuestro pueblo el castellano, observar los niveles de uso del lenguaje y allí establecer las notas diferenciadoras.
3. Por su ubicación geográfica: El castellano paraguayo es un castellano de América. Un castellano del Río de la Plata . Un castellano del Paraguay. Su territorio y población se encuentran adyacentes al Brasil, motivo por el cual la lengua portuguesa interviene también en la formación del castellano paraguayo. En el estudio diacrónico debemos considerar el aislamiento del Paraguay y por lo mismo el desarrollo de una cultura de características isleñas.
4. Identificación y caracterización La marca más visible del español americano es la supresión del ceceo y del pronombre vosotros: Ej. si ustedes cumplen. Del español rioplatense, el castellano paraguayo es un dialecto voseante, característica que comparte con Argentina y Uruguay. Elimina el pronombre personal de segunda persona del singular “Tú” y lo sustituye “VOS”´.
5. Lo que caracteriza al E.P. es su rasgo de lengua sincopada, sin sinalefas ni elisiones, presumiblemente como consecuencia de su permanencia en contacto con el guaraní en un mismo territorio y hablando ambas lenguas la misma población.(Separar claramente una palabra pronunciada de la anterior y de la siguiente) El guaraní tiene esta inconfundible característica, debido a que todas sus palabras terminan en vocal como el italiano, ninguna en consonante; y todas sus sílabas son directas como en japonés. (se produce un corte glotal entre palabra y palabra). Ej:el’ombre, en vez de "elombre",
6. Otra característica del E.P. es la entonación cadenciosa. Los arrastres y alargues onomatopéyicos, la permanencia del fonema /LL/, la riqueza de vocabulario, la sobriedad del discurso, su carga de palabras arcaicas, pero sobre todo su construcción sintáctica peculiar, alterada y en muchos casos calcada sobre la sintaxis guaraní. Un paraguayo puede identificar el español de su país al escuchar hablar a alguien. Lo identificaría por algún aspecto, pero no podrá explicar por qué. No lo podrá hacer porque el sistema educativo no le ha brindado las herramientas para reconocerlo; no le ha inculcado las características de este dialecto que es el suyo y de su pueblo.