1. CONSULTA DE AUDITORIA
Nombre: Roberto Agila
Fecha: 12 de diciembre 2012
ENRON. ESCANDALO EMPRESARIAL
Introducción
Enron, catalogada como una de las empresas más prometedoras,
innovadoras, admiradas y respetadas de América del Norte en los años
noventa. Cualidades que no se mantuvieron más allá de los quince años
debido al descubrirse sus fraudulentas prácticas sumadas a decisiones
infortunadas, que si bien, llevaron a la Compañía a ser en algún minuto para
quien oyera sobre ella, un imperio lleno de excelentes negocios, riquezas y
poder, dejó muchas víctimas a su paso, pasando así a convertirse en uno de
los más grandes escándalos empresariales de la historia de Estados Unidos.
A continuación conoceremos el más grande fraude empresarial, su historia y su
gran fracaso luego de la enorme estafa del “Caso Enron”.
Los Comienzos
Enron Fue posible, tanto en su éxito como en su fracaso, por la liberación de los
Mercados. Nace en 1985 a partir de la fusión de Houston Natural Gas y de una
compañía semejante del estado de Nebraska denominada Inter-North,
dedicándose en un principio a la conducción de gas natural a través de
gasoductos y distribución de electricidad en Estados Unidos. Justo después de
la no aprobación por parte del congreso Norteamericano de abolir la
exclusividad en el uso de gasoductos y alentar la competencia en ese
mercado. A partir de esto, el primer objetivo para Enron fue diseñar un plan
estratégico para vencer a la competencia, producir altas utilidades y flujos de
efectivo.
El Ascenso
2. Lo más valioso que tenía Enron no eran precisamente sus activos ni sus
instrumentos derivados, sino sus propias acciones, cuyo valor llegó a US$90.56
en agosto del año 2000.
En su momento cumbre, Enron tenía más de 21 mil trabajadores y presentaba
ganancias de más de 100 mil millones de dólares y participar de sus negocios
era un privilegio. Fue catalogada, durante cinco años como la Empresa más
innovadora de Estados Unidos.
La innovación y visión de futuro eran parte del pensamiento de cada
ejecutivo, inversionista y trabajador de Enron. Innovación que fue pilar para
diseñar estrategias para expandirse e invertir en nuevas áreas de negocios que
fortalecerían aún más la imagen de la Compañía y la harían mucho más
atractiva para los inversionistas, su mayor preocupación.
Posteriormente, con la liberación del mercado de telecomunicaciones
expandieron su empresa orientándose a Internet y banda ancha, además de
los más de 800 productos y servicios que fueron comercializándose (tales
como: electricidad, carbón, petróleo, productos refinados, papel, plástico,
banda ancha en cables de fibra óptica etc)
Todos sus balances y Estados de resultados reflejaban su exitoso desempeño
en el mercado económico. Para los inversionistas representaba un negocio
seguro, sin riesgos y muy rentable. A tal extremo que, la mayoría de sus
empleados comenzaron a invertir sus propios fondos de pensión en acciones
de Enron. La confianza y expectativas que Enron generaba, era el gran pilar
de este Castillo de Naipes.
El Descenso
Enron invirtió a partir de la ganancia de las acciones, pero no fue suficiente al
momento de incorporar negocios adicionales de la magnitud a los que esta
compañía apostó. Tenía tanto poder económico lo hacía gozar de créditos en
cualquier banco todas las veces que así lo requiriera. Por lo tanto su pasivo
aumentaba de manera deliberada.
Las operaciones comerciales de Enron dependían fuertemente de
transacciones comerciales complejas, muchas de ellas asociadas a negocios
futuros. Se alega que muchas de esas apuestas a precios energéticos futuros
estaban perdiendo dinero, y que, para disfrazar esto, se creó una red de
“sociedades” que mantenían las pérdidas fuera de los balances generales de
la compañía.
3. Enron admitió que había inflado las utilidades y pidió protección por
bancarrota el 2 de Diciembre de ese año. Se descubrió que millones de
dólares en deuda habían sido escondidos en una compleja red de
transacciones.
Caída Final
El colapso se desató el 16 de octubre, el presidente de la compañía anunció
a los analistas unas pérdidas trimestrales de 618 millones de dólares y un
saneamiento contra fondos propios de 1.200 millones de dólares. Poco
después, se supo que el origen de esas
pérdidas estaba en unas filiales instrumentales creadas por el anterior director
financiero de la compañía, Andrew Fastow, para sacar fuera del balance
deuda y activos. El 8 de noviembre la compañía anunció una rectificación
contable que redujo los resultados de los últimos cuatro años en casi 600
millones de dólares. Producto de esto los mercados respondieron con rapidez
a la pérdida de credibilidad de la compañía. En pocas semanas, el valor de
las acciones de la comercializadora de electricidad ha llegado a cotizarse a
26 centavos, apenas un uno por ciento de lo que costaban a principios de
2001.
Al mismo tiempo, los títulos de deuda de Enron se han desplomado como
reflejo de la falta de confianza del mercado en la capacidad de la compañía
para hacer frente a sus deudas. Dynegy, una competidora de Enron de
tamaño mucho menor, anunció su intención de adquirir Enron en una
operación de intercambio de acciones valorada en 9.500 millones de dólares,
además de asumir todas sus deudas, hasta 23.000 millones de dólares. Dynegy
retiró su oferta de compra cuando Enron realizó dos anuncios que avivaron las
dudas sobre el verdadero estado de su situación financiera de la empresa la
compañía desveló que tenía activos líquidos por importe de dos mil millones
de dólares, casi mil millones menos de lo que pensaban los analistas, y que el
importe de sus deudas con vencimiento a lo largo del año 2000 superaba los
tres mil millones de dólares.
Enron despidió a 4.000 de los 7.500 empleados que trabajaban en su sede de
Houston. Pero la peor parte la han llevado los trabajadores que participaban
en el plan de pensiones de la compañía, cuyos activos estaban invertidos en
torno a un 60% en acciones propias.
4. Auditoría
Arthur Andersen LLP fue hasta el año 2002 una de las cinco grandes compañías
auditoras del mundo. Su sede se encontraba en Chicago. Además de la
auditoría, ofrecía servicios de asesoramiento fiscal y jurídico.
En 2002, Arthur Andersen se vio involucrado en el escándalo financiero Enron,
de tal manera que sus empleados destruyeron un número significativo, pero
indeterminado de documentos electrónicos y en papel relacionados con la
auditoría de Enron, además de haber hecho vista gorda a las prácticas
contables fraudulentas que hacía Enron.
La función que debían cumplir los Auditores encargados de esta empresa era
precisamente la de poner reparos y llamar la atención sobre tales
“irregularidades”, pero éstas no cumplieron con su trabajo ya fuese
intencionadamente o por negligencia.
Si los auditores de Andersen hubiesen tomado las medidas necesarias para
ponerle freno a las dudosas transacciones y a la mala manipulación de
información, Enron se habría visto obligada a parar el crecimiento
descontrolado de su deuda. Si sus consejeros externos hubiesen representado
realmente los intereses de los accionistas y hubiesen exigido que los directivos
dejaran de jugar con la contabilidad, Enron probablemente hoy sería viable.
Enron tenía una compleja estructura corporativa en una madeja de más de
3.000 sociedades unidas a través de holdings, lo que hace prácticamente
imposible auditarla mediante métodos convencionales y hace en cambio muy
posible ocultar y "dibujar" resultados, lo cual facilitó más aún esconder los
verdaderos resultados.
El final de Arthur Andersen ocurrió cuando la compañía, como auditores de
Enron Corporation, fue sentenciada por los tribunales federales de Houston el
sábado, 16 de junio de 2002, por delitos de obstrucción a la justicia, y de
destrucción y alteración de documentos relacionados con la quiebra de Enron
y las irregularidades cometidas por dicha corporación. La multa impuesta fue
de unos 500.000 dólares, y además se privó a la compañía de poder seguir
ejerciendo sus funciones de auditoría y asesoría para las sociedades
registradas en la bolsa de valores de los Estados Unidos.
5. Ley Sarbanes-Oxley
El caso Enron fue el principal detonante en la elaboración de la
Ley “SARBANES OXLEY”, la cual tiene por objeto el establecer medidas de
control interno más rígidas y eficientes para evitar que las empresas que
cotizan en bolsa realicen fraudes como el que sucedió con la citada Enron.
Para los contadores y auditores, esta Ley les obliga a extenderse en sus
pruebas antes de emitir una opinión que avale la información presentada en
los estados financieros de las compañías. A pesar de toda la arquitectura
contable era totalmente legal y valedera.
La Ley Sarbanes–Oxley, la más importante regulación surgida después de los
escándalos financieros en Estados Unidos, cumplió más de cinco años desde
aplicación.
El cuerpo legal propuesto por el diputado Michael G. Oxley y el Senador Paul
S. Sarbanes en el Congreso estadounidense tiene efectos que van mucho más
allá de la auditoría financiera propiamente tal, y sus brazos son bastante
largos.
La SOX nació como respuesta a una serie de escándalos corporativos que
afectaron a empresas estadounidenses a finales del 2001, producto de
quiebras, fraudes y otros manejos administrativos no apropiados, que
mermaron la confianza de los inversionistas respecto de la información
financiera emitida por las empresas.
Así, en Julio de 2002, el gobierno de Estados Unidos aprobó la ley Sarbanes-
Oxley, como mecanismo para endurecer los controles de las empresas y
devolver la confianza perdida. El texto legal abarca temas como el buen
gobierno corporativo, la responsabilidad de los administradores, la
transparencia, y otras importantes limitaciones al trabajo de los auditores.